Articulo recuperado/Andrés Oppenheimer*
Poco antes de la partida del presidente George W. Bush a Latinoamérica, donde el presidente venezolano Hugo Chávez lo espera con una gigantesca concentración de protesta en Argentina, le pregunté a un alto funcionario del Departamento de Estado qué va a hacer Bush ante las provocaciones de Chávez. Su respuesta fue corta: Bush lo va a ignorar.
Antes de compartir con ustedes mi opinión sobre si eso es realista, o un deseo difícil de cumplir, veamos lo que me dijo Thomas Shannon, el encargado de Asuntos Latinoamericanos, Caribeños y Canadienses del Departamento de Estado, cuando lo entrevisté telefónicamente poco antes de la partida de Bush a Brasil, Uruguay, Colombia, Guatemala y México.
Preguntado sobre cómo reaccionará Bush ante la obvia intención de Chávez de robarle el show dando un discurso ante 40,000 militantes izquierdistas en un estadio de fútbol en Buenos Aires, Argentina, el mismo día en que Bush llega a la vecina Uruguay, Shannon me dijo: “Chávez no será el tema central de este viaje”.
Shannon citó el anuncio de Bush esta semana de que Estados Unidos donará $385 millones para facilitar hipotecas baratas y otros $75 millones para la enseñanza de inglés en la región, y agregó que el presidente norteamericano llevara á América Latina un mensaje positivo, no confrontacional.
"El presidente ha dejado en claro que reconocemos que lo que está dominando la política de la región es una agenda social que no está siendo satisfecha: la pobreza, la inequidad, y la exclusión social’’, dijo Shannon. “El propósito del viaje es subrayar el hecho de que nos importa la región, que entendemos la agenda social. Vamos a llevar una agenda positiva a la región”.
¿Pero podrá Bush ignorar a Chávez, cuando el presidente narcisista leninista de Venezuela atraerá la atención del mundo con su show político en el estadio? Apenas pocos días atrás, en un discurso en el que habló del acto antiBush, Chávez calificó al presidente norteameicano como “el genocida más grande de la historia”.
“Todo el mensaje actual de Chávez es anti americano, y de confrontación con nosotros”, dijo Shannon. “El va a explotar ese tema adondequiera que vaya. Nos tira esa carnada todos los días, pero nosotros nos rehusamos a morderla. Lo vamos a ignorar”.
Los funcionarios norteamericanos están estupefactos ante la decisión de Kirchner de darle a Chávez una plataforma de oro desde donde darle un golpe mediático a Bush. Además de varios funcionarios del gobierno de Kirchner, los organizadores han invitado al otrora astro de fútbol Diego Maradona, y a los presidentes de Bolivia y Ecuador.
Kirchner, un populista pragmático —si es que existe tal cosa— había recibido hace pocas semanas al subsecretario de Estado Nicholas Burns y al propio Shannon en Buenos Aires, y había enviado señales de que quería dejar atrás el incidente ocurrido en Argentina cuando Kirchner humilló públicamente a Bush en su discurso de apertura de la Cumbre de las Américas en Mar del Plata, Argentina, en el 2005.
Tras una reunión con Kirchner en Buenos Aires el mes pasado, Burns fue citado por TheAssociated Press diciendo que la relación de Estados Unidos con Argentina “realmente va a mejorar muy significativamente en los próximos meses”.
Ante el último giro de los acontecimientos, no pude evitar la tentación de preguntarle a Shannon qué piensa de la decisión de Kirchner de darle una plataforma anti Bush a Chávez en su país.
“No es algo que ayude”, dijo Shannon. “Lo que hicimos (durante su viaje reciente a Argentina) se mantiene. Pero Argentina tiene una dinámica interna, y en muchos sentidos lo que estamos viendo es que esa dinámica juega en formas que nadie fuera de Argentina entiende”.
Mi opinión: Bush hace bien en llevar a la región una agenda positiva, centrada en la lucha contra la pobreza. Pero si cree que podrá ignorar a Chávez está soñando: Chávez le robará los titulares, y Bush no tendrá otra alternativa que responderle.
Lo mejor que puede hacer Bush, considerando las pocas simpatías con que cuenta en el mundo, es responderle con humor. Debería hacer bajar del avión a la mitad de los funcionarios del Departamento de Estado de su delegación, y reemplazarlos con guionistas de programas cómicos de televisión, que le escriban líneas humorísticas con las que responderle a Chávez. En la era de la política mediática, la única forma de evitar ser eclipsado por un showman es poner en escena un show aun mejor.
(Publicado en El Nuevo Herald)
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