Miles de personas salieron hoy a la calle en las principales capitales del mundo para protestar una vez más contra la guerra de Iraq en el cuarto aniversario del comienzo de la invasión liderada por Estados Unidos. Uno de los actos más multitudinarios y significativos fue la marcha convocada en Washington entre el monumento a los veteranos de la Guerra de Vietnam y el Pentágono, que reunió a unas 30.000 personas. Anoche ya fueron detenidos más de 200 pacifistas cristianos que se concentraron ante la Casa Blanca.
Agencias/inSurGente (J.L) 17-03-2007
El acto fue convocado por la organización Act Now to Stop War and End Racism (ANSWER, Actúa Ahora para Parar la Guerra y Acabar con el Racismo), formación que cuenta con el apoyo de Cindy Sheehan, una de las madres que perdió a su hijo en Irak y que se ha convertido en todo un símbolo para los activistas estadounidenses.
La marcha quiso recordar la gran manifestación del 21 de octubre de 1967, una nueva "Marcha al Pentágono" que en aquella ocasión quería denunciar la Guerra de Vietnam. Sin embargo, la marcha de hace cuarenta años concluyó con graves disturbios entre las autoridades y los 50.000 manifestantes concentrados.
Entre los manifestantes podía encontrarse a militares en activo que se unieron a la marcha. La normativa vigente permite a los militares unirse a las manifestaciones, pero limita lo que pueden decir.
En la Avenida de la Constitución, con el Monumento a Lincoln al fondo, la Policía estadounidense tuvo que separar a dos grupos de manifestantes, unos a favor y otros en contra de la guerra de Irak. Gathering of Eagles (Reunión de Águilas) convocó a militares veteranos y partidarios de la guerra para intentar contrarrestar la marcha y, según ellos, impedir que el monumento a los veteranos de la Guerra de Vietnam sea "profanado".
Mañana domingo (17-03-2007), la coalición nacional antiguerra United for Peace and Justice (Unidos por la Paz y la Justicia) realizará una marcha en Nueva York, mientras que las 1.400 organizaciones integrantes de la coalición han anunciado cientos de manifestaciones de protesta en los 50 estados del país.
Doscientos detenidos
Doscientas veintidós personas fueron arrestadas tras la manifestación en Washington celebrada la noche del viernes contra la guerra en Iraq, que cumple el próximo martes 20 de marzo su cuarto aniversario, según declaró hoy domingo el teniente de Policía Scott Fear, por detenerse delante de la Casa Blanca en contra de la ley que obliga a todos los manifestantes en cualquier protesta a avanzar sin detenerse delante de la residencia presidencial.
Así, el cuarto aniversario de la invasión de Iraq será recordado en Estados Unidos con numerosos actos organizados por grupos pacifistas que culminarán con una gran manifestación a la que está previsto que acudan unas 30.000 personas que recorrerán la distancia que separa el monumento a los veteranos de la Guerra de Vietnam y el Pentágono, sede del Departamento de Defensa. Otras manifestaciones más pequeñas tendrán lugar en otras ciudades del país.
Los actos comenzaron anoche con un acto en el que miles de cristianos se congregaron en la Catedral Nacional de Washington para rezar por la paz. Tras la ceremonia, los participantes marcharon entre la nieve hasta la Casa Blanca, donde fueron detenidos por la Policía. Los manifestantes fueron detenidos por la Policía poco antes de la medianoche.
'Les hicimos tres advertencias y ellos rompieron las reglas', dijo el teniente Scott Fear. 'Hay una zona de la acera de la Casa Blanca donde hay que seguir moviéndose'.
Un centenar de personas cruzó la calle desde el Parque Lafayette, donde miles de manifestantes se reunieron, para protestar en la acera de la Casa Blanca, el viernes por la noche. Los agentes esposaron a varios manifestantes y los introdujeron en furgones policiales.
Las luces de la Casa Blanca permanecían a apagadas durante las protestas, ya que el presidente se encuentra este fin de semana en su residencia de Camp David, en Maryland.
La coalición ecuménica que organizó la protesta, Christian Peace Witness for Iraq (Testigos Cristianos de la Paz para Irak), distribuyó 3.200 entradas para acudir al servicio religioso de la catedral. La iglesia se llenó a pesar de que el aguanieve y la nieve impidieron que algunos llegaran.
'Esta guerra, desde un punto de vista cristiano, es un error moral, y lo era desde el principio', manifestó al finalizar el servicio el reverendo Jim Wallis, fundador de uno de los grupos que organizó el acto. 'Esta guerra es una ofensa a Dios', añadió entre los aplausos de los fieles.
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