El juicio político es democrático

Editorial Diario
El Comercio/Política/17/05/2007
Ecuador-Quito:En la última asamblea constituyente, con el objeto de reforzar a la institución presidencial y evitar la desestabilización gubernamental-por justificados motivos o revanchismos políticos por las derrotas electorales- se modificó el capítulo del juicio político a los ministros de Estado, suprimiendo el efecto de la destitución. De esta manera, se pasó de un extremo -recordar primeros tiempos de este período democrático- al otro, donde sin duda ha perdido categoría.Por este desfase producido por dos soluciones extremas se ha llegado a un deterioro de una institución básica para información de los sucesos públicos a que tiene derecho un pueblo en la democracia. Ojalá la asamblea constituyente encuentre el término medio que pudiera ser una mayoría calificada y restaurar la destitución en caso de voto mayoritario en contra .En este contexto, la comparecencia del ministro de Economía y Finanzas, Ricardo Patiño, al Parlamento Nacional era muy importante; sin embargo, el juicio político que se pretendía no fue formalmente presentado, ya que sobrevino la destitución de los legisladores, entre ellos los que patrocinaban esta instancia. Era muy importante conocer las preguntas; absolverlas con fundamento y debatir para que fluya la información de un hecho controvertido como fue el entorno y el pago de los 135 millones de dólares por concepto de intereses de los bonos Global 2030 durante febrero. Era la oportunidad de dilucidar comentarios que se han vertido sobre este cumplimiento de la deuda externa; por ende, un suceso en favor de la transparencia del Gobierno.Los juicios políticos trascendentes por su contenidos o los personajes involucrados fueron en el pasado una oportunidad para convocar una gran audiencia ciudadana en los debates. Basta recordar los célebres juicios políticos al ex ministro de Gobierno, Camilo Ponce Enríquez, al ex presidente Carlos Julio Arosemena, al ex vicepresidente Reinaldo Varea Donoso y, en épocas más recientes, los iniciados contra Carlos Feraud Blum y Eduardo Ortega Gómez. Quizás cierra esta etapa de grandes controversias que vio y escuchó el pueblo ecuatoriano, el que se llevó a cabo contra el ex ministro de Gobierno, Luis Robles Plaza.