Opinión
Adolfo Suárez, patrimonio de todos los españoles
Por Juan Antonio Zuriarraín
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El autor es ex Secretario Nacional de Organización de CDS -bajo la Presidencia de Rafael Calvo Ortega- y ex diputado Autonómico por Madrid del CDS.
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El autor es ex Secretario Nacional de Organización de CDS -bajo la Presidencia de Rafael Calvo Ortega- y ex diputado Autonómico por Madrid del CDS.
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No resulta agradable para mí hablar de una persona que permanece postrada en su domicilio por su enfermedad, y que por esa razón no pueda dar su sentimiento, su opinión y su testamento político que tan importante resultaría para muchos de nosotros. Ello no impide que, desde las posiciones políticas defendidas durante los años en que su gestión política fue más prominente, y a la que me vi vinculado, pueda razonar algunas reflexiones con relación a su figura, encumbrada ahora al pedestal de la Historia de España.
No puedo mantenerme callado tampoco ante el aprovechamiento interesado que el Partido Popular quiere sacar a su figura con la ayuda de su hijo, que personalmente ya demostró ser partidario y partidista del PP al encabezar la candidatura de los populares a la Comunidad de Castilla la Mancha con resultados más que discutibles y que, en modo alguno, pueden equipararse a los obtenidos por su padre.
Ante una persona que no puede desmentirlo, resulta fácil hablar por el y decir que se representa lo que Adolfo Suárez hubiera deseado para su partido de Centro. Nada más alejado. Los datos y los hechos que se pueden constatar son otros y voy a mencionar solo alguno de ellos que me parece interesante traer ahora aquí, por el momento y la memoria que se está viviendo:
• El CDS de Adolfo Suárez desde un punto de vista Internacional, trató de montar una Internacional Radical, y ante su imposibilidad optó junto con su Partido de alinearse en la Internacional Liberal, de la cual, llegó a ser su Presidente. Diferente y muy distante de la Internacional Demócrata Cristiana a la que pertenece el Partido Popular. Como todos sabemos en Europa (sobre todo en la Europa central y del norte) donde los liberales son políticamente fuertes existen Partidos de Centro totalmente diferenciados de los Partidos conservadores que pertenecen a la Internacional Demócrata Cristiana. Esta es una diferencia de raíz muy importante, sobre todo en el contexto político europeo al que queremos asemejarnos constantemente.
• En la política nacional española, la época de UCD se distinguió con su política de pactos y de consenso con las otras fuerzas políticas existentes, incluido hasta el Partido Comunista. Nada más lejos sucede en la actualidad donde el PP practica una Política en enfrentamiento político, con casi todo el arco parlamentario: el Partido Popular no busca el acuerdo, busca la diferencia y, con ello, la distancia para lograr gobernar casi exclusivamente por mayoría absoluta.
• En la época de CDS, en el período 1987 - 1991, donde su partido era llave en gran cantidad de municipios y Comunidades Autónomas, opto por no coaligarse con AP y dejar Gobernar al partido más votado en cada municipio, con la salvedad de castilla y León y Canarias. En la 1ª apoyó a Aznar y en la 2ª presidió la Autonomía al ser el segundo partido político. Como puede verse muy lejos de sentirse un Partido hermano del PP. En 1989 se produjo la moción en el ayuntamiento de Madrid pero con el centrista Rodríguez Sahagún al frente.
• En el último Congreso donde fue elegido Presidente en 1990, hubo un fuerte debate ideológico, a cerca de la estrategia política a seguir, y Suárez defendió con vehemencia pasar a ser la “percha” en que se apoyara el PSOE para Gobernar, muy distante de apoyar al Partido de la Oposición, esto es el Partido Popular.
Después del fracaso de la municipales y autonómicas de 1991 Suárez dimitió como Presidente del CDS y nunca más se definió en la política nacional (ni siquiera habló del CDS, ni pidió su voto para su partido), pero mucho menos aún se definió por el PP.
La herencia política de Suárez es patrimonio de todos los españoles que capitaneados magistralmente por él y por el Rey hicimos la brillante transición política a la democracia. Nadie debe empañar ese patrimonio de todos con situaciones partidistas que emborronen su pasado para tratar de sacar rédito político. Ni siquiera su hijo tiene derecho a su herencia política (tiene todo su derecho a su herencia patrimonial), primero por que no es suya y segundo por que Suárez Illana nunca ostentó representatividad en el CDS ni política ni Institucional y en la época de UCD era menor de edad. El resto de los que acompañamos políticamente a Adolfo Suárez tampoco tenemos derecho a su herencia política, ni los que apresuradamente se pasaron al PP (los menos), ni los que se pasaron al PSOE, ni los que permanecieron al margen de la política, ni mucho menos los que arrastraron el buen nombre del CDS presentando como candidato a Mario Conde y que son los mismos que han aprobado su integración en el PP.
Desde aquí pido cordura a todo el mundo y que dejen vivir a Adolfo Suárez González y a su nombre el la tranquilidad y en la gloria que se merece, y que el día desgraciado que no contemos con él se le otorgue un homenaje nacional que responda al carácter eminentemente nacional de su gallardía política, por encima de los partidos políticos. Sin ninguna tendencia política, para que todos podamos estar en ese homenaje que se merece y que verdaderamente todos le agradezcamos lo que hizo por España, tal y como el Rey ha preservado para él la orden del Toisón de Oro, la más insigne condecoración que pueda otorgársele.
No puedo mantenerme callado tampoco ante el aprovechamiento interesado que el Partido Popular quiere sacar a su figura con la ayuda de su hijo, que personalmente ya demostró ser partidario y partidista del PP al encabezar la candidatura de los populares a la Comunidad de Castilla la Mancha con resultados más que discutibles y que, en modo alguno, pueden equipararse a los obtenidos por su padre.
Ante una persona que no puede desmentirlo, resulta fácil hablar por el y decir que se representa lo que Adolfo Suárez hubiera deseado para su partido de Centro. Nada más alejado. Los datos y los hechos que se pueden constatar son otros y voy a mencionar solo alguno de ellos que me parece interesante traer ahora aquí, por el momento y la memoria que se está viviendo:
• El CDS de Adolfo Suárez desde un punto de vista Internacional, trató de montar una Internacional Radical, y ante su imposibilidad optó junto con su Partido de alinearse en la Internacional Liberal, de la cual, llegó a ser su Presidente. Diferente y muy distante de la Internacional Demócrata Cristiana a la que pertenece el Partido Popular. Como todos sabemos en Europa (sobre todo en la Europa central y del norte) donde los liberales son políticamente fuertes existen Partidos de Centro totalmente diferenciados de los Partidos conservadores que pertenecen a la Internacional Demócrata Cristiana. Esta es una diferencia de raíz muy importante, sobre todo en el contexto político europeo al que queremos asemejarnos constantemente.
• En la política nacional española, la época de UCD se distinguió con su política de pactos y de consenso con las otras fuerzas políticas existentes, incluido hasta el Partido Comunista. Nada más lejos sucede en la actualidad donde el PP practica una Política en enfrentamiento político, con casi todo el arco parlamentario: el Partido Popular no busca el acuerdo, busca la diferencia y, con ello, la distancia para lograr gobernar casi exclusivamente por mayoría absoluta.
• En la época de CDS, en el período 1987 - 1991, donde su partido era llave en gran cantidad de municipios y Comunidades Autónomas, opto por no coaligarse con AP y dejar Gobernar al partido más votado en cada municipio, con la salvedad de castilla y León y Canarias. En la 1ª apoyó a Aznar y en la 2ª presidió la Autonomía al ser el segundo partido político. Como puede verse muy lejos de sentirse un Partido hermano del PP. En 1989 se produjo la moción en el ayuntamiento de Madrid pero con el centrista Rodríguez Sahagún al frente.
• En el último Congreso donde fue elegido Presidente en 1990, hubo un fuerte debate ideológico, a cerca de la estrategia política a seguir, y Suárez defendió con vehemencia pasar a ser la “percha” en que se apoyara el PSOE para Gobernar, muy distante de apoyar al Partido de la Oposición, esto es el Partido Popular.
Después del fracaso de la municipales y autonómicas de 1991 Suárez dimitió como Presidente del CDS y nunca más se definió en la política nacional (ni siquiera habló del CDS, ni pidió su voto para su partido), pero mucho menos aún se definió por el PP.
La herencia política de Suárez es patrimonio de todos los españoles que capitaneados magistralmente por él y por el Rey hicimos la brillante transición política a la democracia. Nadie debe empañar ese patrimonio de todos con situaciones partidistas que emborronen su pasado para tratar de sacar rédito político. Ni siquiera su hijo tiene derecho a su herencia política (tiene todo su derecho a su herencia patrimonial), primero por que no es suya y segundo por que Suárez Illana nunca ostentó representatividad en el CDS ni política ni Institucional y en la época de UCD era menor de edad. El resto de los que acompañamos políticamente a Adolfo Suárez tampoco tenemos derecho a su herencia política, ni los que apresuradamente se pasaron al PP (los menos), ni los que se pasaron al PSOE, ni los que permanecieron al margen de la política, ni mucho menos los que arrastraron el buen nombre del CDS presentando como candidato a Mario Conde y que son los mismos que han aprobado su integración en el PP.
Desde aquí pido cordura a todo el mundo y que dejen vivir a Adolfo Suárez González y a su nombre el la tranquilidad y en la gloria que se merece, y que el día desgraciado que no contemos con él se le otorgue un homenaje nacional que responda al carácter eminentemente nacional de su gallardía política, por encima de los partidos políticos. Sin ninguna tendencia política, para que todos podamos estar en ese homenaje que se merece y que verdaderamente todos le agradezcamos lo que hizo por España, tal y como el Rey ha preservado para él la orden del Toisón de Oro, la más insigne condecoración que pueda otorgársele.
El Mundo Financiero
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