28/6/07

Argentina: empresarios al poder

28/06/2007
José Steinsleger
La Jornada
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Se dice (algunos historiadores dicen...) que por motivos de "unidad nacional", la casa presidencial de los argentinos se pintó de "rosada", para diluir el rojo y el blanco partidario de quienes estaban a favor y en contra de la federalización de Buenos Aires (1880).
El puerto fue capital federal y poco más allá, fuera de su perímetro de 200 kilómetros cuadrados, se fundó la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires.
Comercial e improductiva, la ciudad porteña se convirtió en "blanca" y hermosa, enriqueciéndose del monopolio de las rentas de la aduana y el libre cambio con Inglaterra. Y el país se convirtió en "el interior", vasto espacio territorial habitado por los "negros" (provincianos pobres).
La Buenos Aires linda: escaparate o parte visible de una Argentina partida en dos. "El interior": país oculto que ya en el decenio de 1930 llamó la atención de escritores con aliento spengleriano, como Ezequiel Martínez Estrada (Radiografía de la pampa, 1933; La cabeza de Goliat, 1940), y el nada nacionalista Eduardo Mallea (Historia de una pasión argentina, 1937).
Nueve mitos porteños "for export": Borges y Gardel, el futbol y el "bife", la pampa y los gauchos; la "cultura", el tango y Buenos Aires (tan "parecida" a Europa...). Mitos reales que se ajustan a la etimología del vocablo: "relatos tradicionales relativos a cosas y seres sobrenaturales, o a los antepasados o héroes de un pueblo".
Para gran parte de los porteños, la noción de "interior" empieza en la avenida General Paz, anillo periférico que circunvala y divide a la capital de la provincia. El "interior": justificación de la barbarie liberal. Ayer, contra el gaucho que huía de "la ley", el negro encadenado en la guerra de Paraguay, el inmigrante "apátrida" ajeno al "ser nacional" y el "cabecita negra" que grita Perón. Y hoy, contra los "desaparecidos" de la dictadura militar, los trabajadores "ilegales" de los países vecinos, y los pobres "desechables" engendrados por el modelo neoliberal y empresarios "de éxito" como Mauricio Macri (1959), flamante jefe electo del gobierno de Buenos Aires.
Veamos algunas "opiniones" del señor Macri, apoyado democráticamente por más de un millón y medio de porteños que se jactan de su "cultura" (61 por ciento):
Cartoneros: tienen una actitud delictiva porque se roban la basura. Los recolectores informales no pueden estar en la calle, los vamos a sacar de la calle...Es tan delito robar basura como robarle a un señor en la esquina (diario La Nación).
Homosexualidad: es una situación complicada. Es una enfermedad, no es una persona ciento por ciento sana...es una desviación... ¿usted festejaría que su hijo fuese homosexual? (Página 12).
Mujer: vengo de una familia machista. En una familia machista, una mujer no tiene otro destino que el de estar educando a sus hijos (revista Noticias).
Tortura: cuando uno sueña que un policía tiene que agarrar al ladrón y pedirle por favor que confiese, la realidad se encarga de demostrar que no es tan fácil que confiese (ídem).
Trabajo: la manera de tener un desempleo bajo es atrayendo constantemente inversiones. Y eso se logra primero con un régimen laboral muy flexible, que les permita a los que quieren entrar, entrar y salir sin mayores costos (Página 12).
Menem: uno de los grandes presidentes de la historia (revista Viva).
Hambre: "me acuerdo que a los 18 años fuimos a Chile con unos amigos... Llevábamos unos buenos mangos (pesos), pero descontrolamos en el casino. Perdimos todos y dormimos un par de días en la calle".
Seguridad: proponer, sólo proponer hacer una revolución moral, una policía profesional y bien paga; tener un proyecto, que se pueda circular por las calles, que los delincuentes estén tras las rejas... (Muletillas de campaña)
Hijo del magnate industrial ítalo-argentino Franco Macri (quien hizo su fortuna bajo el paraguas de las llamadas "patria financiera", "patria contratista", "patria protegida", "patria privatista", "patria licuadora" y otras modalidades del saqueo neoliberal, Mauricio Macri impulsó su campaña al frente del club de futbol Boca Juniors, y de una agrupación política llamada Propuesta Republicana (PRO).
A finales de 2005, el periodista Horacio Verbitsky observó que el ideario de Macri sintonizaba con las palabras pronunciadas por el general Jorge Rafael Videla el 24 de mayo de 1976, a dos meses del golpe militar.
Dijo el genocida: "... Con madurez y sentido de unidad es fácil pensar en la recomposición del ser argentino. Ese ser argentino, basado en madurez y sentido de unidad, permitirá la inspiración para elevarnos por encima de la miseria que la antinomia nos ha planteado, para dejar de una vez por todas ese ser anti y ser de una vez por todas, pro: pro argentinos".
En primera página, el periódico La Nación tituló: "Una propuesta para un cambio profundo". Videla explicó que esa propuesta sería "seriamente republicana", hasta que sus objetivos fueran asumidos por una corriente de opinión. ¿Llegó la hora?

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