12/06/2007
Opinión
Carlos R. Padilla L
Carlos R. Padilla L
El aumento del riesgo país para Venezuela, con base a la inseguridad jurídica que reina en nuestra nación, los pronunciamientos en defensa de la libertad de expresión y contra el cierre de Radio Caracas Televisión de variados parlamentos - chileno, brasileño, colombiano y europeo – y los pronunciamiento de los partidos socialistas de España y Francia en igual sentido; hacen precaria la presencia internacional de Venezuela.
Si sumamos a ello el incumplimiento de por parte del gobierno venezolano de compromisos comerciales con múltiples países y los retardos en la cancelación de innumerables importaciones crea un escenario propicio para un desabastecimiento y para el aumento incontrolado de la inflación.
La situación no es nada halagadora para los venezolanos puesto que los aprendices a brujo que administran al país parecen en disputa a ver quien resulta mas incompetente en el desempeño de sus responsabilidades.
Se hace necesario, lejos de la diatriba improductiva y los debates estériles, una rectificación a fondo de nuestra política internacional que tiende al aislacionismo y a la igualación de todas la clases sociales a los niveles mas bajos de satisfacción de las necesidades básicas del ser humano. Ello sucede ante un pregón para que se abandone lo que se tiene en la voz de quien vive en el dispendio más grande de riqueza que haya contemplado país alguno.
La política de confrontación hacia todas partes de la hace gala este gobierno no podía dar otro resultado que un aislacionismo que redunde en desmedro de la calidad de vida de los venezolanos.
La unidad de quienes adversan al actual régimen parece lejana pues algunos los actores que intervienen en la escena política de la oposición parecen mas interesados en afirmar sus propios intereses que los del colectivo venezolano, reforzando la tesis de la antipolitica que han venido forjando algunos de los creadores de opinión a través de los medios de comunicación y que se caracteriza por una modo de vida rutinario, conformista y conectado al resto del mundo principalmente a través de los mensajes que recibe a través de la radio y la televisión. Esa posición la mantiene quien intenta no influir ni ser influido por la política; pero ello no se logra pues la política lo agrega a su escenario por participar en la vida de la sociedad pues al atentar contra la propiedad se violenta la libertad individualidad y los derechos fundamentales del ser humano.
La lucha poética se reivindica en los gremios, en los centros educativos en los cuales los jóvenes están dando una pelea digna del reconocimiento de todos.
Otros sectores, deslastrados de egoísmos hacen intento serios para revalorizar lo político y lograr una unidad de propósitos que permita integrar un bloque que apartando intereses particulares luche por los reales intereses de la colectividad venezolana.
Abogamos por la unidad, por una lucha que dentro de los parámetros de la actual constitución moribunda retorne a Venezuela al sitial internacional que le corresponde ante quienes pretenden retrotraernos a estadios ya superados por la historia.
carlos.padilla.carpa@gmail.com
Analítica .com/Política
Si sumamos a ello el incumplimiento de por parte del gobierno venezolano de compromisos comerciales con múltiples países y los retardos en la cancelación de innumerables importaciones crea un escenario propicio para un desabastecimiento y para el aumento incontrolado de la inflación.
La situación no es nada halagadora para los venezolanos puesto que los aprendices a brujo que administran al país parecen en disputa a ver quien resulta mas incompetente en el desempeño de sus responsabilidades.
Se hace necesario, lejos de la diatriba improductiva y los debates estériles, una rectificación a fondo de nuestra política internacional que tiende al aislacionismo y a la igualación de todas la clases sociales a los niveles mas bajos de satisfacción de las necesidades básicas del ser humano. Ello sucede ante un pregón para que se abandone lo que se tiene en la voz de quien vive en el dispendio más grande de riqueza que haya contemplado país alguno.
La política de confrontación hacia todas partes de la hace gala este gobierno no podía dar otro resultado que un aislacionismo que redunde en desmedro de la calidad de vida de los venezolanos.
La unidad de quienes adversan al actual régimen parece lejana pues algunos los actores que intervienen en la escena política de la oposición parecen mas interesados en afirmar sus propios intereses que los del colectivo venezolano, reforzando la tesis de la antipolitica que han venido forjando algunos de los creadores de opinión a través de los medios de comunicación y que se caracteriza por una modo de vida rutinario, conformista y conectado al resto del mundo principalmente a través de los mensajes que recibe a través de la radio y la televisión. Esa posición la mantiene quien intenta no influir ni ser influido por la política; pero ello no se logra pues la política lo agrega a su escenario por participar en la vida de la sociedad pues al atentar contra la propiedad se violenta la libertad individualidad y los derechos fundamentales del ser humano.
La lucha poética se reivindica en los gremios, en los centros educativos en los cuales los jóvenes están dando una pelea digna del reconocimiento de todos.
Otros sectores, deslastrados de egoísmos hacen intento serios para revalorizar lo político y lograr una unidad de propósitos que permita integrar un bloque que apartando intereses particulares luche por los reales intereses de la colectividad venezolana.
Abogamos por la unidad, por una lucha que dentro de los parámetros de la actual constitución moribunda retorne a Venezuela al sitial internacional que le corresponde ante quienes pretenden retrotraernos a estadios ya superados por la historia.
carlos.padilla.carpa@gmail.com
Analítica .com/Política
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