05/06/2007
No lloréis por el dólar
Jim Willie
321gold
Traducido por Germán Leyens y Manuel Talens y revisado por Horacio Garetto
Hace poco más de dos años, uno de nosotros se hizo eco en Rebelión del futuro derrumbe del dólar, acontecimiento histórico que lógicamente dará lugar a la caída del imperio. Aquel artículo, “Visiones del Apocalipsis”, se basaba en las predicciones de Michael C. Ruppert, un economista especializado en asuntos petroleros que tuvo la clarividencia de incluir tres factores en su ecuación: el próximo agotamiento del petróleo, la pantagruélica deuda de USA y la debilidad que supone para el dólar el que los enemigos de Washington tengan una ingente cantidad de dólares en sus reservas de divisas. Aquel texto no tardó en recibir un rápido desmentido, “La caída del imperio: ¿algo más que un deseo?”, con el argumento general de que el capitalismo siempre logra salir a flote, que dio lugar a una contrarréplica, nunca contestada, “Retrato del descreído que, sin saberlo, era un hombre de fe”.
Han transcurrido poco más de dos años desde entonces y el dólar sigue cayendo en picado. Hace sólo unos días Jim Willie, otro economista estadounidense, afirmó que el dólar está entrando en fase de agonía. Su artículo es el que te dispones a leer, lector amigo, y en él Willie arremete también contra los desmentidos que pretenden negar la debacle con argumentos mistificadores, no con un escrupuloso análisis estadístico de la realidad económica. Cabe destacar que ni Ruppert ni Willie son marxistas ni sospechosos caballos de Troya, sino firmes defensores del capitalismo y, justamente por esa razón, se amotinan contra lo que consideran una deriva absoluta del barco imperial, hoy día a punto de hundirse en el abismo.- Germán Leyens, Manuel Talens y Horacio Garetto
No lloréis por el dólar
Jim Willie
321gold
Traducido por Germán Leyens y Manuel Talens y revisado por Horacio Garetto
Hace poco más de dos años, uno de nosotros se hizo eco en Rebelión del futuro derrumbe del dólar, acontecimiento histórico que lógicamente dará lugar a la caída del imperio. Aquel artículo, “Visiones del Apocalipsis”, se basaba en las predicciones de Michael C. Ruppert, un economista especializado en asuntos petroleros que tuvo la clarividencia de incluir tres factores en su ecuación: el próximo agotamiento del petróleo, la pantagruélica deuda de USA y la debilidad que supone para el dólar el que los enemigos de Washington tengan una ingente cantidad de dólares en sus reservas de divisas. Aquel texto no tardó en recibir un rápido desmentido, “La caída del imperio: ¿algo más que un deseo?”, con el argumento general de que el capitalismo siempre logra salir a flote, que dio lugar a una contrarréplica, nunca contestada, “Retrato del descreído que, sin saberlo, era un hombre de fe”.
Han transcurrido poco más de dos años desde entonces y el dólar sigue cayendo en picado. Hace sólo unos días Jim Willie, otro economista estadounidense, afirmó que el dólar está entrando en fase de agonía. Su artículo es el que te dispones a leer, lector amigo, y en él Willie arremete también contra los desmentidos que pretenden negar la debacle con argumentos mistificadores, no con un escrupuloso análisis estadístico de la realidad económica. Cabe destacar que ni Ruppert ni Willie son marxistas ni sospechosos caballos de Troya, sino firmes defensores del capitalismo y, justamente por esa razón, se amotinan contra lo que consideran una deriva absoluta del barco imperial, hoy día a punto de hundirse en el abismo.- Germán Leyens, Manuel Talens y Horacio Garetto
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La piedra angular de la propaganda de Bretton Woods II [1] acaba de ser enterrada sin fanfarria y sin elogios con un indefendible y estúpido ejercicio de mitificación. Asia ha dejado de proporcionar crédito a la monstruosa deuda estadounidense. Tanto los productores de petróleo del Golfo Pérsico como la máquina de fabricar dinero falso están dando muestras de agotamiento y han aceptado dicha realidad. La transición es realmente mortal. Los jeques del hervidero de Oriente Próximo -cada vez más quisquillosos, cuando no hostiles- son ahora el último punto de apoyo que todavía le queda al dólar. Si cualquier economista ilustre hubiera subido a la tribuna hace treinta años en una conferencia profesional o asamblea política para proponer que la economía de USA se basara en dos pilares de suministro de crédito -uno de los cuales era la máquina de imprimir billetes-, lo habrían tachado de charlatán, de matasanos, de desquiciado, de cerebro de mosquito o de consejero incompetente empeñado en destruir la estructura financiera de la región donde solía resplandecer el modelo de la libertad. Pues bien, eso es exactamente lo que ha ocurrido, excepto que esta vez los inversionistas proclaman que el proceso que consiste en inundar el sistema con dinero falso es un beneficio, una solución para acabar con las ejecuciones de hipotecas impagadas y un manantial de enormes ganancias para las compañías estadounidenses.
Hemos vuelto al punto de partida, desde una gestión económica competente y responsable que se remonta a la década de los sesenta, hasta una ruta guiada que se dirige a cataclísmicas estructuras financieras orwellianas. Ahora estamos viendo la amarga fruta rancia de un dólar aquejado de estreñimiento deudor y esclerosis económica, mientras que el árbol que lo sustenta carece de la adecuada savia productiva y sufre el peso creciente de la generación del boom de la posguerra, que hoy se incorpora a las filas de los jubilados. A medida que USA se queda cada vez más aislado en el escenario geopolítico —por la razón que sea: bien por un giro desafortunado del destino, por la inapropiada agresividad de su dirigencia o por un Congreso comprometido—, tanto el gobierno como el pueblo estadounidenses están a la merced, y de manera muy precaria, de lo que podría describirse como el “motor de Weimar” [2]. La continua multiplicación del crédito y de la deuda mantiene el sistema en funcionamiento y los ríos de dinero siguen fluyendo, mientras que dejan la puerta abierta y por ella entran el fraude y la banda de poderosos que conocen las interioridades del tejemaneje. Von Mises [3] ya advirtió que en la etapa final será inevitable una aceleración del dinero y de la deuda incluso para mantener un crecimiento cero. En eso estamos ya, aquí y ahora, hoy. El producto interior bruto del primer cuatrimestre de 2007 va a ser calificado oficialmente de casi nulo, probablemente con un crecimiento por debajo del 1%. Ese porcentaje se corresponde con una inflación de los precios de entre el 3% y el 4%. ¡No, aquí no, a mí no, de ninguna manera! ¿Cómo es posible?
La recuperación del dólar
(N. de los T.: Aconsejamos al lector que se informe en las notas 4, 5 y 6 de las definiciones estadísticas que se explican en ellas para una mejor comprensión de la gráfica).
Que nadie se haga ilusiones con la recuperación del dólar. Es débil. Será corta. Sí, en este mes de mayo se ha observado un brevísimo período de tendencia alcista, que era inevitable tras la importante caída de abril. Los beneficios se han seguido acumulando. Ya veremos si en unas pocas semanas nos enteramos de que China ha cercenado esta pequeña recuperación. La tendencia a la baja del índice del dólar [4] que se inició en noviembre de 2005 desde un máximo inicial de 92 se vio seguida de un largo y constante declive que aún no ha terminado. Los promedios de las oscilaciones [5] del índice del dólar durante 20 semanas (entre diciembre de 2005 y mayo de 2006) y, a continuación, durante 50 semanas (entre junio de 2006 y mediados de mayo de 2007) indican una fuerte tendencia a la baja que no concluirá hasta que el índice crítico de 80 (es decir, un 20% por debajo de la base de 100) se haya puesto a prueba una y otra vez. Se ha observado “resistencia” en 83 (promedio de las oscilaciones durante 20 semanas), en 83,6 (curva de la tendencia general) y en 84,3 (promedio de las oscilaciones durante 50 semanas). El valor del índice DX [6] está en conflicto con el viejo sostén que apoyaba al dólar en noviembre de 2006 y que ahora se ha convertido en resistencia.
Tendencia a la baja constante del índice del dólar a lo largo de 18 meses, que se inició en diciembre de 2005 y que ya se está acercando peligrosamente al límite crítico de 80. En abril de 2007, como puede verse en la curva, el dólar cayó brevemente por debajo de la línea de resistencia horizontal (situada entre 82 y 83). La cuestión ahora es saber cuándo se sobrepasará por debajo el límite crítico de 80 -algo que parece inexorable-, tras lo cual se iniciará la cascada de acontecimientos que darán al traste con el billete verde. (Este pie de imagen explicativo es de los traductores)La piedra angular de la propaganda de Bretton Woods II [1] acaba de ser enterrada sin fanfarria y sin elogios con un indefendible y estúpido ejercicio de mitificación. Asia ha dejado de proporcionar crédito a la monstruosa deuda estadounidense. Tanto los productores de petróleo del Golfo Pérsico como la máquina de fabricar dinero falso están dando muestras de agotamiento y han aceptado dicha realidad. La transición es realmente mortal. Los jeques del hervidero de Oriente Próximo -cada vez más quisquillosos, cuando no hostiles- son ahora el último punto de apoyo que todavía le queda al dólar. Si cualquier economista ilustre hubiera subido a la tribuna hace treinta años en una conferencia profesional o asamblea política para proponer que la economía de USA se basara en dos pilares de suministro de crédito -uno de los cuales era la máquina de imprimir billetes-, lo habrían tachado de charlatán, de matasanos, de desquiciado, de cerebro de mosquito o de consejero incompetente empeñado en destruir la estructura financiera de la región donde solía resplandecer el modelo de la libertad. Pues bien, eso es exactamente lo que ha ocurrido, excepto que esta vez los inversionistas proclaman que el proceso que consiste en inundar el sistema con dinero falso es un beneficio, una solución para acabar con las ejecuciones de hipotecas impagadas y un manantial de enormes ganancias para las compañías estadounidenses.
Hemos vuelto al punto de partida, desde una gestión económica competente y responsable que se remonta a la década de los sesenta, hasta una ruta guiada que se dirige a cataclísmicas estructuras financieras orwellianas. Ahora estamos viendo la amarga fruta rancia de un dólar aquejado de estreñimiento deudor y esclerosis económica, mientras que el árbol que lo sustenta carece de la adecuada savia productiva y sufre el peso creciente de la generación del boom de la posguerra, que hoy se incorpora a las filas de los jubilados. A medida que USA se queda cada vez más aislado en el escenario geopolítico —por la razón que sea: bien por un giro desafortunado del destino, por la inapropiada agresividad de su dirigencia o por un Congreso comprometido—, tanto el gobierno como el pueblo estadounidenses están a la merced, y de manera muy precaria, de lo que podría describirse como el “motor de Weimar” [2]. La continua multiplicación del crédito y de la deuda mantiene el sistema en funcionamiento y los ríos de dinero siguen fluyendo, mientras que dejan la puerta abierta y por ella entran el fraude y la banda de poderosos que conocen las interioridades del tejemaneje. Von Mises [3] ya advirtió que en la etapa final será inevitable una aceleración del dinero y de la deuda incluso para mantener un crecimiento cero. En eso estamos ya, aquí y ahora, hoy. El producto interior bruto del primer cuatrimestre de 2007 va a ser calificado oficialmente de casi nulo, probablemente con un crecimiento por debajo del 1%. Ese porcentaje se corresponde con una inflación de los precios de entre el 3% y el 4%. ¡No, aquí no, a mí no, de ninguna manera! ¿Cómo es posible?
La recuperación del dólar
(N. de los T.: Aconsejamos al lector que se informe en las notas 4, 5 y 6 de las definiciones estadísticas que se explican en ellas para una mejor comprensión de la gráfica).
Que nadie se haga ilusiones con la recuperación del dólar. Es débil. Será corta. Sí, en este mes de mayo se ha observado un brevísimo período de tendencia alcista, que era inevitable tras la importante caída de abril. Los beneficios se han seguido acumulando. Ya veremos si en unas pocas semanas nos enteramos de que China ha cercenado esta pequeña recuperación. La tendencia a la baja del índice del dólar [4] que se inició en noviembre de 2005 desde un máximo inicial de 92 se vio seguida de un largo y constante declive que aún no ha terminado. Los promedios de las oscilaciones [5] del índice del dólar durante 20 semanas (entre diciembre de 2005 y mayo de 2006) y, a continuación, durante 50 semanas (entre junio de 2006 y mediados de mayo de 2007) indican una fuerte tendencia a la baja que no concluirá hasta que el índice crítico de 80 (es decir, un 20% por debajo de la base de 100) se haya puesto a prueba una y otra vez. Se ha observado “resistencia” en 83 (promedio de las oscilaciones durante 20 semanas), en 83,6 (curva de la tendencia general) y en 84,3 (promedio de las oscilaciones durante 50 semanas). El valor del índice DX [6] está en conflicto con el viejo sostén que apoyaba al dólar en noviembre de 2006 y que ahora se ha convertido en resistencia.
Considerando: 1) Las desastrosas bases económicas existentes; 2) La posibilidad de que la Reserva Federal establezca (o tolere) tasas de interés oficiales más bajas; 3) La actual disminución en la diferencial del rendimiento de los Bonos del Tesoro; 4) El impacto de la crisis de la vivienda y 5) La debacle hipotecaria... se puede afirmar que: a) La recesión de la economía estadounidense está ya en marcha (si se acepta la realidad); b) El dólar continuará bajando; c) Buscará ayuda en los mercados financieros y en las economías extranjeras y d) Exasperará a los directivos de los bancos extranjeros, que poseen una montaña cada vez más grande de Bonos del Tesoro US y de otros bonos intercambiables por dólares, como son los corporativos y los de las agencias (hipotecas). Cuando la base que sustenta al dólar se rompa -lo cual es una certeza casi palpable-, el escenario estará listo para que el oro se dispare hasta los 1000 dólares la onza y la plata hasta los 20 dólares [7].
Kuwait es el país que le ha dado el golpe más reciente al dólar. El jeque Salem Adbelaziz al Sabah, gobernador del Banco Central de Kuwait, anunció que éste abandonaba su vinculación con el dólar. Aludió a “efectos perjudiciales del sistema de vinculación para la economía nacional”, lo cual es una bonita manera de decir que una moneda que se hunde es un estímulo a la inflación galopante de los precios. Lo que más miedo da es que el Consejo de Cooperación del Golfo (Gulf Cooperation Council, GCC), que es el organismo informal que controla la política de producción de petróleo del Golfo Pérsico, empiece a apoyar a otros productores petroleros regionales para que abandonen el sostén que ahora le prestan al dólar. Kuwait aparentemente seguirá manteniendo entre un 75% y un 80 % de su moneda -el dinar- ligada al dólar [8]. La posibilidad de una unión monetaria del GCC acaba de recibir una puñalada en la espalda, ya que tanto Arabia Saudí como Bahrein han reiterado recientemente su compromiso de vinculación con el dólar. El nuevo desmentido es que otras naciones del GCC no piensan desvincularse. Pero sí lo harán, por supuesto. Los Emiratos Árabes Unidos, Omán y Qatar están estudiando políticas alternativas. Esto se añade a la lista de los desmentidos más fundamentados en nuestro país. No hay que desestimar el impacto sobre el dólar de la renuncia militar estadounidense a sus amenazas contra Irán.
Desmentido sonoro y estridente
Ahora se está escribiendo el último y absurdo capítulo de la mitología económica de USA. Hace poco, a finales de abril, afirmé en mi artículo “Muerte de Bretton Woods II” [“Death of Bretton Woods II”] que la próxima manifestación de la polifacética crisis a la que estamos asistiendo sería un sonoro desmentido de la agonía del dólar. Dije que ésta no iría seguida de un nuevo capítulo de la profundamente corrupta y totalmente herética mitología, sino más bien de un estridente desmentido de los problemas irresolubles que se generarán. La decadencia del dólar se suma a la crisis de la vivienda y a la debacle de las hipotecas, mientras que la devaluación de la moneda se acerca al abismo. La gente y las instituciones niegan que una caída del dólar sea algo negativo. Nunca se ha visto en la historia moderna que la profunda decrepitud de una moneda haya sido algo favorable. Al contrario, representa el rechazo internacional de una economía, de sus mercados financieros y de la fe en sus dirigentes.
Reaparecen ahora los desmentidos propagandísticos según los cuales un dólar debilitado tiene poca importancia y no es la situación calamitosa que obviamente significa. Si no se trata de pura propaganda, desde luego está sustentado en un análisis tremendamente inepto e indefendible. Basta con verificar los motivos de quienes emiten los desmentidos para al menos descubrir un conflicto de intereses con una compañía de corretaje, un banco, un fondo de inversión inmobiliaria, una consultoría privada o una agencia gubernamental. A continuación, paso a ocuparme de varias simplezas de este corrupto conjunto de desmentidos que pretenden negar la grave situación con mentiras y racionalizaciones. Se trata de los ecos más recientes de la “Mitología de USA”.
Compañías multinacionales y conversión de monedas
El desmentido oficial: Las compañías multinacionales obtendrán más dólares al convertir las divisas provenientes de sus operaciones extranjeras.
Por supuesto, pero las operaciones importantes se realizan probablemente en el interior de la economía de USA, donde todos los clientes estarán sometidos al aumento uniforme de los costes. Una proporción cada vez mayor de los beneficios obtenidos por las 1000 compañías más importantes —clasificadas por la revista Fortune— resultan de operaciones en el extranjero, de la misma manera que una proporción cada vez mayor del aumento de los beneficios proviene de conversiones favorables de divisas extranjeras. La reacción natural de las grandes compañías de USA consiste en expandir su inversión en el extranjero, despedir a trabajadores en USA e incluso transferir gradualmente puestos de trabajos administrativos al extranjero. IBM ya ha anunciado que deslocalizará más de 100.000 puestos de trabajo fuera de USA. Este desmentido es sólo una prueba de la liquidación de empresas, cuando no del abandono de los trabajadores de USA. Basta con ver las tendencias de las inversiones y el énfasis puesto en el extranjero.
Los activos estadounidenses se venderán a precios más bajos
El desmentido oficial: Los precios más bajos de acciones, bonos, viviendas y otros bienes estadounidenses atraerán más compradores extranjeros.
Esto es al revés, ya que la tendencia ha sido a la baja, lo cual ha desalentado a los inversionistas extranjeros, como lo demuestran las cifras de 2006, que son evidentes y rotundas. El precio más bajo de los activos se nota sólo una vez estabilizado el precio, lo cual no ha sucedido. Los inversionistas extranjeros aprovecharán una ganga, por supuesto, pero no participarán mientras la tendencia sea a la baja. La tendencia indica un dólar cada vez más débil, mejores oportunidades de inversión en el extranjero y flujos cada vez más escasos de capital. En fechas muy recientes, los flujos de capital han disminuido en más de un 50%, desde 101.000 millones de dólares en febrero a 45.000 millones en marzo. Este desmentido es fácil de desbaratar, a medida que se despliegan los hechos.
La depreciación del dólar atraerá turismo a USA
El desmentido oficial: La industria turística de USA prosperará, porque los turistas extranjeros acudirán en tropel a estas tierras.
Seguro, pero el mismo efecto dificulta las visitas de turistas estadounidenses a otros países, dejándolos atrapados aquí. El extraño espectáculo de compradores británicos y otros europeos viajando a Nueva York para comprar barato no hará más que mostrar lo extraño de la situación. ¡Menudo desajuste y menuda aberración! Este desmentido podría tener una cierta base, pero los ciudadanos estadounidenses probablemente renunciarán por completo a sus planes de viajar fuera del país. ¡Cuidado! Costa Rica sigue siendo una ganga y queda cerquita, ¡pura vida!
Inversiones extranjeras directas en USA
El desmentido oficial: Florecerá la inversión extranjera en corporaciones estadounidenses o en proyectos situados en USA. Para lograrlo, las compañías extranjeras deben detectar dónde aumenta el consumo.
Eso va en contra de todas las tendencias de los últimos años o incluso meses, ya que USA es el país más duro en lo relativo a regulaciones, estándares medioambientales, prestaciones y protección para los trabajadores, impuestos federales, etc. ¿De manera que los extranjeros invertirán aquí, si las propias compañías estadounidenses no lo hacen? ¡Que lo intenten y verán! Las cifras recientes de ventas al por menor han disminuido de forma alarmante. Este desmentido no tiene ninguna base y es ilógico, por no decir cómico y chiflado.
Los salarios serán más elevados que la inflación
El desmentido oficial: La inflación de los precios ha sido limitada, ya que ha permanecido por debajo del crecimiento de los salarios.
De nuevo, una afirmación como ésta contradice todos los datos. Los salarios ni siquiera pueden seguir el ritmo de las cifras falsificadas y suprimidas del IPC (índice de precios al consumidor). Las estadísticas oficiales de los salarios del gobierno de USA indican que los ingresos ajustados a la inflación han disminuido desde 2001. Los salarios se quedan por detrás de los precios por lo menos entre un 6% y un 8% anual, que es precisamente el motivo por el que la clase media se siente asfixiada. Esta afirmación se basa en el problema real de la inflación de los precios, no en el falso informe oficial. El propio gobierno de USA contradice dicho desmentido.
Provocar inflación para reducir las deudas
El desmentido oficial: USA dispondrá de una nueva posibilidad de provocar inflación para librarse de las deudas.
Se trata de un argumento idiota, ya que las deudas se están disparando y no se restituyen en un ambiente de suspensiones de pagos, bancarrotas y ejecuciones hipotecarias. Lo que hay que esperar es más de lo mismo. Este argumento es completamente estúpido e ignora cualquier indicio de lo contrario en las últimas dos décadas. De hecho, se trata de una coletilla repetitiva usada por el corrupto elenco de economistas incompetentes, que la utilizan cada pocos años —sin que jamás se haya corroborado— mientras que los niveles nacionales de deuda de cualquier tipo aumentaban, aumentan y seguirán aumentando hasta el infinito. Este desmentido ignora todas las planillas de deudas, que son curvas parabólicas de trayectoria ascendente cuyo curso insostenible somete el sistema a riesgos descomunales. Este desmentido es como un trastorno del raciocinio nacional que busca únicamente justificar la deuda.
Reducción de las importaciones
El desmentido oficial: USA ya no importa tanto, ya que todas las plantas de la industria automovilística japonesa operan dentro de nuestras fronteras.
Esto equivale a admirar la hermosura y la ausencia de peligro del plácido antílope cuya cabeza cuelga en la sala de estar, mientras que en el centro de la habitación hay un tigre de 200 kilos que busca una presa fácil. El déficit comercial es enorme y ha reanudado su trayectoria ascendente. El actual déficit estadounidense de la cuenta corriente es de un 5,8% del PIB, tras haber flirteado con el 6% el año pasado. La persona que hizo este comentario sobre los fabricantes de coches extranjeros que contratan aquí a trabajadores estadounidenses fue el arrogante y ensoberbecido Mark Haines, de CNBC, quien probablemente considera que los déficit comerciales son algo positivo (al fin y al cabo, él es abogado). No se documenta mucho, pues ignora que los fabricantes japoneses de coches importan muchos subsistemas, tales como motores, transmisiones, frenos, neumáticos y otros, que conducen a un crecimiento del déficit comercial. Este desmentido ignora la reciente trayectoria de los colosales déficits comerciales bilaterales con China. Añado aquí un comentario sobre las tendencias recientes: desde junio de 2005 a junio de 2006, las exportaciones de USA aumentaron en un 13,5% frente a un aumento del 12,4% en las importaciones. Eso detuvo la tendencia que se había venido observando desde 2001, ya que el crecimiento de las importaciones había sido superior en aproximadamente un 50% en relación con el crecimiento de las exportaciones. Desde finales de 2005, las exportaciones han tenido un aumento del 13,2% frente a sólo un 7,3% en las importaciones. Sin embargo, hay que considerar que una economía desacelerada en USA da lugar a importaciones más lentas de artículos para los consumidores; pero los costes más elevados del petróleo importado mantienen un aumento de las importaciones. Este desmentido no abarca las complejidades del déficit comercial, que únicamente desaparecerá si una profunda recesión o algo peor dura toda una década, con la consiguiente pérdida de millones de puestos de trabajo y con millones de bancarrotas, miles de quiebras corporativas, un gran descalabro bancario y el más que seguro estallido que provocará todo ello.
Se espera un aumento de las exportaciones
El desmentido oficial: USA se beneficiará de un tremendo auge en el negocio de la exportación, ya que su dólar rebaja los precios que los clientes extranjeros pagan por sus productos exportados.
Esto es verdad, pero con un resonante calificador. Por supuesto, las economías extranjeras en expansión han aumentado sus compras de algunos equipos y otros productos fabricados en USA. La acometida de inversiones empresariales ocurre en el extranjero, pero no dentro del territorio estadounidense. Además, la base industrial de USA se contrae. Veamos la situación de los componentes principales de la base industrial de este país: 1) Los fabricantes de coches están sometidos a una presión considerable en una fase de liquidación, mientras que los japoneses se vuelven extraordinariamente dominantes. Los chinos exportarán pronto coches baratos; 2) Las compañías farmacéuticas hacen un negocio tremendo en USA, pero sus exportaciones son limitadas. La andanada de una docena de anuncios por hora en las cadenas de televisión estadounidenses no traspasa las fronteras ni genera ventas de exportación; 3) Las centrales eléctricas y las refinerías de gasolina producen para la demanda interna. Se trata de una batalla cerrada que está cada vez en peor forma, conforme decae su infraestructura. La hidroelectricidad canadiense se importa por la frontera septentrional, no se exporta; 4) Los restaurantes de comida rápida —causantes de obesidad, obstrucciones arteriales, elevado colesterol y, en general, mala salud— son ahora los que contribuyen a las informaciones oficiales de crecimiento de los puestos de trabajo en la industria, pues los avances en la metodología estadística todavía no han arraigado en el crecimiento del sector industrial. Lo que esperan los extranjeros de las compañías estadounidenses es tecnología y telecomunicaciones, pero ambas cosas gozan de protección y están comercialmente restringidas. Los bienes más codiciados son los sistemas ultrarrápidos de ordenadores y redes, pero el gobierno de USA, en su inmensa sabiduría, se niega a permitir ventas de envergadura a algunos países en desarrollo, como China. Sin embargo, pueden comprar más aviones Boeing, y lo hacen hasta la náusea.
Una compasión inmerecida
Hay quienes han sugerido la necesitad de apiadarse del Tío Sam ahora que necesita socios colaboradores y ayuda institucional en tiempos difíciles. Otros dicen que es necesario apoyar el símbolo del avejentado imperio en sus horas bajas. Lo siento, pero no se merece compasión ni palabras afectuosas ni manos caritativas ni menos aún el beneficio de la duda. ¡De ninguna manera! Lo mejor que se puede decir de sus acciones y de su política en los últimos años —incluso en las últimas tres décadas— es que son agresivas y manipuladoras; lo peor, que son vergonzosas y destructivas. Con frecuencia niegan por completo las libertades. Enumeraré a continuación el espectro de su historia reciente, en el mejor de los casos para la posteridad; en el peor, como parte de una acusación criminal:
· Este gobierno ha abusado burdamente del privilegio de imprimir y administrar la moneda de reserva del mundo. En el mejor de los casos, controla el flujo del dinero para inyectarlo en una economía importante y financiar un gran organismo federal. En el peor, financia la especulación, el derroche, una deuda creciente en un sistema en total desbarajuste, gastos incontrolados en contratos militares e incluso aventuras guerreras.
· Este gobierno ha presionado a las organizaciones bancarias internacionales (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional) en sus decisiones políticas. En el mejor de los casos, sirve de influencia y guía. En el peor, obliga a las organizaciones a que hagan lo que se les dice y sean ejecutoras de programas secretos, incluso a contratar a sus agentes de inteligencia para que se hagan pasar por banqueros e impongan reglas que USA no adopta para sí mismo, posibilitando robos grandiosos en bancos extranjeros con destino a los bancos de Nueva York.
· Este gobierno ha corrompido todas las estadísticas económicas de importancia (PIB, IPC, productividad, desempleo, vivienda) convirtiéndolas en una fachada ridículamente desautorizada y engañosa, y ello con el fin de simular salud económica y estabilidad y vender así bonos y cubrir su creciente deuda. En el mejor de los casos, esto es algo inepto y torpe; en el peor, calculador y preciso en sus distorsiones.
· Este gobierno ha permitido la relajación de los organismos reguladores del país (Comisión de Valores [SEC], Comisión del Comercio en Futuros sobre Mercancías [CFTC]) que, en el mejor de los casos, se ven superados por un complejo grupo de mercados financieros. En el peor, se les ordena que no impongan la liquidación de valores financiados con créditos que son ajenos a cualquier motivación económica, que no impongan reglas para participantes conectados con Nueva York y que cedan ante los vastos artilugios encubiertos de fijación de precios a gran escala.
· Éste es un gobierno cuyo Congreso se ha vuelto ineficaz. En el mejor de los casos, grupos cabilderos de intereses especiales han obtenido demasiada influencia, a veces en contra del interés público. En el peor, todo un sistema de representación, bajo cuya tiranía no cuentan los intereses del pueblo, ha sido irreparablemente subvertido.
· Este gobierno ha impuesto gobiernos extranjeros. En el mejor de los casos, ha cometido enormes errores de juicio con gobernantes corruptos que favorecen a USA. En el peor, ha instalado títeres como dirigentes (El shah de Irán, la familia real de Arabia Saudí) a fin de asegurarse un suministro constante de energía y una corrupción rampante con la confiscación privada de recursos públicos, provocando la ira de dichas naciones en una serie de reacciones perfectamente calculadas por nuestros servicios de inteligencia.
· Éste es un gobierno que se rige por un pacto nunca escrito para mantener en el poder a la familia real saudí a cambio de un continuo subsidio del dólar a través del estándar de facto del petrodólar. En el mejor de los casos, ha forjado un arreglo práctico de estabilidad financiera. En el peor, ofrece protección militar a los productores de petróleo del Golfo Pérsico —a la manera mafiosa— a cambio de que éstos subvencionen el dólar respaldados por una presencia militar fortificada por ventas de armas.
· Éste es un gobierno que trabaja en estrecha colaboración con los principales bancos centrales extranjeros. En el mejor de los casos, coordina la política de modo constructivo. En el peor, presiona a importantes bancos centrales para que consientan y apoyen la fracasada política de USA, poniendo así en peligro sus propias economías, convirtiendo incluso a uno de ellos en un lacayo (como sucede con el Banco de Japón) tras haber arruinado su propio sistema financiero y bancario, la actual fuente primordial del negocio de divisas global [9].
· Éste es un gobierno que ha presionado en gran escala a la clase media, propugnando la propiedad de las viviendas. En el mejor de los casos, ha obligado al público a sufragar el gravamen oculto de la inflación mientras trata de compensar ese coste con beneficios en el valor inmobiliario. En el peor, ha elegido el camino fácil de pagar las cuentas mediante políticas imprudentes que benefician sobre todo a la elite gobernante, ha abusado de la inflación monetaria, ha confundido la inflación de los precios, ha cambiado la legislación tributaria de la bancarrota para perjudicar a los consumidores y ha inducido a demasiada gente a que compren casas precisamente cuando el mercado inmobiliario iba directo al descalabro.
· Éste es un gobierno bajo cuya mirada el respaldo del oro como garantía se ha esfumado gradualmente. En el mejor de los casos, vendió un activo que no gana réditos, evitando así que un asustadizo mercado alcista del oro compita con la corriente dominante. En el peor, abrió las puertas, estableció reglas favorables y permitió el asalto a la mayor porción del tesoro en lingotes de oro de USA y Europa, posibilitando con ello sospechosos beneficios ultramillonarios entre la elite gobernante, que continúa vendiendo oro a gran escala y de forma oficial.
· Éste es un gobierno que ha desmantelado sistemáticamente todas las bases de su propia moneda, tanto en lo que respecta al respaldo en oro de ésta como a la administración de la deuda fiscal federal, añadiendo billones de dólares de deuda cada dos años mientras pretendía de manera absurda que estaba reorientando el sistema hacia un presupuesto equilibrado.
· Éste es un gobierno que practica una economía de tiempos de guerra. En el mejor de los casos, ha sabido aprovechar los beneficios y la virtud de explotar la postrema inversión empresarial (la militar) mientras forjaba relaciones empresariales en el extranjero, consolidaba rutas comerciales y liberaba vías marítimas. En el peor, ha abandonado la industria, la investigación y el desarrollo legítimos, convirtiendo la economía nacional en un cenagal de deudas con defectos estructurales, a la manera de un cuerpo sin brazos ni piernas.
· Éste es un gobierno plagado de casos de fraude. En el mejor de los casos, el fraude puede controlarse por su limitada proporción en el interior de presupuestos cada vez más grandes que buscan congraciarse con el Triángulo de Hierro (contratos militares industriales). En el peor, de administración en administración ha sometido a la ciudadanía de USA a corruptos contratos federales (por ejemplo, la ayuda al Huracán Katrina, las guerras de Iraq y Afganistán) y al robo en una escala sin parangón, pues se estima que de cada tres dólares gastados se roba uno.
· Éste es un gobierno centrado en asuntos de seguridad. En el mejor de los casos, ha creado un muy cuestionable ambiente de miedo a posibles ataques desde el exterior. En el peor, se entremete ahora en los sistemas de seguridad de bancos, fronteras nacionales e instalaciones portuarias, lo que beneficia a intereses privados, disminuye la eficacia y añade obstáculos estúpidos, tras haber introducido nuevas claves de encriptación en el comercio por internet, en las que la ineficacia, el derroche, la especulación entre compinches y el fraude plagan casi todos los proyectos.
· Éste es un gobierno que ha vinculado el apoyo financiero a sus acciones militares. En el mejor de los casos, éstas coinciden con la caída del apoyo financiero exterior. En el peor, ha recurrido a ejercicios militares en las cercanías de naciones que se niegan a colaborar con su juego (Corea del Sur, Qatar).
· Éste es un gobierno cuyos titanes financieros trabajan en comandita con compañías de Wall Street con contratos de larga duración. En la interpretación más benigna, las relaciones se han profundizado y a veces surgen oportunidades para obtener beneficios. En una un poco más severa, ha convertido en secreto a JPMorgan y a sus agencias de ultramar en una extensión de la Reserva Federal de USA, para que hagan lo que se les antoje (o lo que se les pide, como "agentes informales" de la Reserva Federal), incluso para que sirvan de mentores a Enron, pero sin ninguna responsabilidad penal. En el peor de los casos, Goldman Sachs, que es el banco de inversión más importante del mundo, se ha convertido en el Departamento del Tesoro [10], abusa del privilegio de elaborar su Índice de valores de las materias primas (el famoso Goldman Sachs Commodity Index) para, por ejemplo, disminuir la incidencia del precio de la gasolina dentro del índice y entra en colusión para ofertas públicas iniciales de bancos chinos y beneficios privados.
· Éste es un gobierno hoy dirigido por la industria petrolera. En el mejor de los casos, quienes ocupan numerosos puestos clave son ejecutivos experimentados de esta industria. En el peor, desde sus posiciones en numerosos puestos de agencias gubernamentales, esa gente se aprovecha de las prioridades nacionales para especular con el negocio energético y vaciar de contenido las funciones de las agencias.
· Éste es un gobierno con un claro historial de megacontratos para controlar la reserva mundial de divisas y administrar los bonos soberanos asociados con ella. En el mejor de los casos, tomó decisiones prácticas relativas al dólar y al oro, a los Bonos del Tesoro de USA y al reciclaje de éstos antes de su vencimiento. En el peor, ha incumplido con el deber de respaldar los déficits comerciales con lingotes de oro, ha roto el Acuerdo de Bretton Woods y el patrón de oro del dólar, por no hablar del incumplimiento explícito de los Bonos del Tesoro de USA (al imponer su redención y conversión en bonos de menor rendimiento).
· Éste es un gobierno que se dirige gradualmente hacia el modelo económico de Mussolini. En el mejor de los casos, las relaciones entre el gobierno y las mayores empresas privadas se han vuelto estrechas, cooperativas y firmes. En el peor, ha convertido paso a paso el gobierno, la seguridad y los sectores militares en un sindicato virtual, cuyos costes corren a cargo de los contribuyentes de USA, pero cuyos beneficios pasan a manos privadas.
· Éste es un gobierno que reacciona enérgicamente ante problemas de seguridad. En el mejor de los casos, ha ido demasiado lejos en la obtención de información sobre enemigos y conspiraciones. En el peor, ha descartado de forma torticera la Declaración de Derechos y posiblemente ha convertido la Constitución en un objeto artificial, exagerando las amenazas. Hay que recordar que Nixon comenzó abusando de la seguridad nacional para encubrir actividades internas ilegales.
· Éste es un gobierno cuya alineación política ha sido confusa. En el mejor de los casos, se trata de una cuadrilla cuya ideología es difícil de discernir, con más lealtad que proceso mental. En el peor, muchos de sus ministros y directores de agencias tienen pasaportes de otra nación, sin que eso lo sepa el pueblo de USA. Así como Clinton no fue un demócrata convencional, Bush II tampoco es un republicano convencional.
Si se tiene en cuenta todo esto, ¿habría que sentir compasión por un dirigente decrépito y debilitado? ¡Ni en broma! Es un matón de patio de escuela.
Este matón no se gana el sustento, gasta dinero como un marinero borracho, enfurece a sus propios amigos, roba a sus compañeros las monedas del almuerzo. Este matón espera que lo lleven gratis, quiere gozar de privilegios permanentes, cree en la “dominación ilimitada” sin respetar tratados y no responde ante nadie, ni siquiera ante el Congreso. Esta criatura, cada vez más agresiva y hostil, espera gozar de un control absoluto sin controles ni equilibrios, sólo por el hecho de ser quien es. ¿Por qué una persona que sea razonable, consciente y sensible iba a mostrar compasión o respeto hacia un hombre que se queja de picores en sus partes pudendas tras haber violado a una muchacha inocente que regresaba a casa? Es impensable que alguien se apiade de él. ¿Por qué alguien bien informado iba a mostrar compasión o respeto hacia un hombre que se ha fracturado la mano cuando trataba de partirle la cara a otro, pero en su lugar golpeó un poste? Sería absurdo esperar que alguien se apiade de él.
Conclusión
Los desmentidos que ahora se escuchan en el patio económico son una fuente inagotable de asombro. A medida que se va agotando la mitología de Bretton Woods II es de esperar que surjan ensordecedoras afirmaciones totalmente equivocadas. Con toda esa basura, que no es sino propaganda ideológica de pacotilla, lo que se pretende es erigir una nueva mitología. Pero ningún sistema estructurado de mitos ha llenado el vacío, se trata más bien de desmentidos estúpidos y sin fundamento sobre la decadencia del dólar. Quienes controlan de verdad este carnaval tratarán luego de introducir nuevos mitos en un nuevo esquema económico, pero por el momento mantienen misteriosamente silencio. El anterior presidente de la Reserva Federal de USA Alan Greenspan, arquitecto venerado de esta catástrofe financiera, no aparece por ninguna parte. Intentarán crear nuevas creencias, pero el manantial de las ideas está ya seco. Lo más trágico es que el barco del dólar ya no es apto para navegar (y en esto se parece, metafóricamente, a los de la Guardia Costera, diseñados por un contratista militar de campanillas y que han dado lugar a más audiencias en el Congreso: sus equipos de comunicación no son impermeables al agua, sus monitores de seguridad no cubren el timón, su velocidad máxima no les permite seguir a la flota con la que supuestamente deberán navegar)...
En este país los que pueden, trabajan, y los que no pueden, enseñan. Pero los verdaderamente ineptos, incompetentes y corruptos, gobiernan. Y los que disfrutan contando cuentos de hadas dirigen los medios de comunicación.
Notas de los traductores
[1] Se refiere a la financiación del gigantesco déficit estadounidense por parte de las economías asiáticas. Véase el esclarecedor artículo “La hipótesis de Bretton Woods II”, de Alejandro Nadal (La Jornada, México).
[2] Alusión histórica a la situación de dependencia en que quedó Alemania durante la República de Weimar tras el Tratado de Versalles, que se firmó en la ciudad francesa el 28 de junio de 1919 entre los Países Aliados y Alemania y que puso fin oficialmente a la Primera Guerra Mundial. Las condiciones que imponía dicho tratado limitaban cualquier posibilidad de resurgimiento económico de Alemania a causa de las reparaciones de guerra y de las restricciones a la industria y el ejército alemán. Véase http://es.wikipedia.org/wiki/Rep%C3%BAblica_de_Weimar
[3] Ludwig Heinrich Edler von Mises (Lemberg, 29 de septiembre de 1881 - Nueva York, 10 de octubre de 1973), fue un economista y filósofo social austrohúngaro, considerado como uno de los más importantes de la Escuela Austríaca de Economía. (Véase http://es.wikipedia.org/wiki/Ludwig_von_Mises).
[4] El índice del dólar (dollar index), que ofrece una indicación general del valor internacional del dólar estadounidense, se obtiene promediando las tasas de cambio entre éste y seis divisas fuertes del mundo (euro, yen, libra esterlina, dólar canadiense, corona sueca y franco suizo) con respecto a una base de 100,00. Un índice del dólar por encima de 100,00 significa que la moneda estadounidense vale más en promedio que éstas, mientras que un índice del dólar por debajo de 100,00 indica una debilidad de la moneda del imperio. (Véase http://www.akmos.com/main/forex/usdx.html, en inglés).
[5] El promedio de las oscilaciones (moving average) es la media aritmética de los diferentes valores del índice del dólar durante un período dado de tiempo. (Véase http://en.wikipedia.org/wiki/Moving_average, en inglés).
[6] El índice direccional medio (average directional index), cuyo resultado se expresa con la sigla DX, determina la fiabilidad de la tendencia al alza o a la baja de una moneda e indica si existe un movimiento o dirección de ésta en el mercado de divisas. (Véase http://www.esignalcentral.com/support/futuresource/workstation/help/charts/studies/adi.htm).
[7] El 31 de mayo de 2007 el precio del oro era de 661,00 dólares la onza, mientras que el de la plata era de 13,47 dólares la onza. (Véase http://www.gesmatic.com/sempsajp/precios.asp).
[8] El gobierno kuwaití ha optado por diversificar sus reservas de divisas con una cesta de monedas, pero no ha especificado todavía cuáles serán las que constituyan el 20%-25% restante. (Véase http://www.diariolibre.info/secciones/noticias/nota.php?id=3812)
[9] Se trata del negocio de divisas, en inglés carry trade, en el que los grandes inversionistas piden prestado dinero con la tasa de interés más baja (usualmente el yen japonés, durante mucho tiempo al 0% de interés) para recolocarlo a una tasa de interés más alta y embolsarse el rendimiento.
[10] En el sentido de que hombres de su riñón como Hank Paulson, que fue su último presidente, es el actual Secretario del Tesoro de USA (cargo equivalente a lo que suele ser en América Latina un Ministro de Economía). Otro, como Robert Zoelick, acaba de ser designado presidente del Banco Mundial. Joshua Bolton es jefe de gabinete de Bush. Robert Rubin, Secretario del Tesoro durante la presidencia de Clinton, había sido, también, número uno de Goldman Sachs.
Fuente: http://www.321gold.com/editorials/willie/willie052407.html
Esta traducción también en Tlaxcala: http://www.tlaxcala.es/pp.asp?lg=es&reference=2900
Jim Willie CB tiene un doctorado en estadística y es analista de investigación de mercados y pronósticos de ventas. Su sitio web es www.GoldenJackass.com. Se le puede escribir a JimVillie@aol.com.
Germán Leyens es el decano de los traductores de Rebelión. Manuel Talens es miembro de Cubadebate, Rebelión y Tlaxcala. Ambos agradecen a su compañero Horacio Garetto la revisión de los conceptos económicos de esta traducción.
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