23/6/07

Una semana más y el intercambio de secuestrados políticos por guerrilleros presos sigue sujeto al cruce de comunicados


El llamado canciller de las Farc Rodrigo Granda viajó a La Habana Cuba esta semana. Aún no es claro cuál será su papel.
AP
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“Al país ya lo tuvieron despejado”: Uribe
Sigue la puja por acuerdo humanitario
Debate sobre el intercambio humanitario sigue al orden del día. El ex ministro Álvaro Leyva se suma con una fórmula ideada para un escenario de posconflicto. Farc quieren a Granda como verificador, el gobierno como gestor de paz.

Redacción política
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Una semana más y el intercambio de secuestrados políticos por guerrilleros presos sigue sujeto al cruce de comunicados de gobierno y guerrilla, a gestos valerosos de los familiares de los plagiados, a declaraciones internacionales de aliento a cualquier iniciativa, a campañas de los medios de comunicación en pro de los cautivos, y a nuevas propuestas para que la discusión no se concentre únicamente en argumentos políticos.

En este último contexto se enmarca la fórmula que presentó el ex ministro Álvaro Leyva al presidente Uribe, denominada “Plan Retorno a Casa” que, en términos generales, apunta a hacer viable una zona de encuentro entre los municipios de Pradera y Florida en el Valle del Cauca, sobre la base de que no se habilite únicamente como una área geográfica sin presencia de fuerza pública, sino como una opción regional con plenas garantías constitucionales y apoyo internacional.

El Espectador estableció que la propuesta de Leyva al gobierno, que dará a conocer en detalle en próximos días a la comunidad nacional e internacional, pretende que, en estricto análisis geográfico del terreno, la alternativa de la zona para la negociación del intercambio humanitario se aproveche como un laboratorio de posconflicto, y se convierta en área de normalización y opción regional, pues hoy representa más bien un escenario poco productivo y más bien de confrontación.

La fórmula Leyva que ya conocen algunas personas y organizaciones en distintos países y que el ex ministro espera exponer personalmente al alto comisionado Luis Carlos Restrepo, se basa en un documentado estudio geográfico y económico de la zona planteada para la negociación del intercambio humanitario, que adelantó él mismo en la región, después de varios encuentros con industriales, dirigentes políticos y líderes del Valle, a fin de que se asuma su habilitación como lugar de encuentro con las Farc.

Sigue pulso político

Tema de debate en varios frentes que contrasta con la polarización política que, frente al dilema del intercambio humanitario, impera en las declaraciones públicas de gobierno y guerrilla. Aunque el Ejecutivo, por solicitud del presidente de Francia Nicolás Sarkozy, accedió a que el llamado canciller de las Farc Rodrigo Granda viajara el pasado lunes a La Habana, donde espera que se convierta en “miembro representante” para eventuales gestiones de paz, la guerrilla también hizo público que Granda puede ser clave, pero para otra gestión.

En efecto, a través de un editorial publicado en su página de internet, las Farc plantearon que si el gobierno se compromete a dejar en libertad incondicional a Rodrigo Granda y le otorga garantías para su movilización a fin de contactar directamente al Secretariado, “sin escoltas oficiales, ni radios, ni teléfonos satelitales”, considerarían su nombramiento como verificador de la guerrilla con miras al intercambio humanitario, labor que desarrollaría en compañía de testigos internacionales y nacionales, así como de familiares de los “prisioneros”.

En otras palabras, las Farc le otorgaron un eventual papel a Rodrigo Granda, pero dejaron claro que pactar el canje es su prioridad. De paso, y con clara intencionalidad política internacional, calificaron de “destacable” la gestión del presidente Sarkosy y la persistencia de los emisarios de España, Francia y Suiza. Además, en contraste con la interpretación que el gobierno le dio a la declaración del G-8 sobre el conflicto colombiano, celebraron su conclusión final.

“Los jefes de Estado y de gobierno del G-8 formulan el deseo por una solución humanitaria que podría abrir la vía para retomar un proceso de paz en beneficio de todo el pueblo colombiano”, señaló esa declaración. En criterio de las Farc, este comentario contrasta con la postura que ha asumido hasta ahora el gobierno Uribe. Por eso, la guerrilla, no solo le dio su propia interpretación a los hechos sino que volvió a insistir en que los gobiernos del mundo le reconozcan como una fuerza beligerante.

Se demuestra que, pese a la persistente ofensiva diplomática del gobierno por definir a las Farc como grupo terrorista, en Europa persisten las dudas. De hecho, una vez se conoció la postura de las Farc respecto a Granda, el portavoz del ministerio francés de Asuntos Exteriores Jean- Baptiste Mattéi, aunque evitó comentar si existen nuevas iniciativas para buscar la liberación de los secuestrados políticos, señaló que “anima todas las iniciativas” encaminadas al acuerdo humanitario.

No obstante, el presidente Álvaro Uribe, igualmente férreo en su postura política, declaró ayer mismo que no habrá desmilitarización de ninguna zona del país porque, en su opinión, el Ejecutivo ya hizo un gran esfuerzo con la liberación de 150 personas de las Farc con el compromiso de que no vuelvan a delinquir y que permanezcan en proceso de reinserción, y que además también le aceptó al presidente Sarkozy la petición de liberar a Rodrigo Granda.

Y para no dejar dudas de que el pulso político es de duros antagonistas, la Casa de Nariño anunció que seis ex integrantes de las Farc más serán sumados al grupo de 193 guerrilleros que empezarán a ser liberados en los próximos días (Ver nota anexa), y que para consolidar el gesto humanitario unilateral del Ejecutivo, ya están listas las resoluciones del Ministerio del Interior que avalan los indultos concedidos por el gobierno.

Travesía por la libertad

Desde hace una semana Gustavo Moncayo, el padre del cabo segundo del Ejército Pablo Emilio Moncayo, emprendió una valiente caminata desde la capital de Nariño hasta Bogotá con el fin de exigirles a las Farc la liberación de su hijo.

Con cadenas envueltas sobre su cuerpo y una camiseta en donde se lee el mensaje: “Pablo Emilio, desde la libertad estamos contigo. Te quiere, tu familia”, Moncayo, de 53 años en compañía de su hija, ha avanzado un total de 190 kilómetros y está próximo a llegar a la ciudad de Popayán.

Los caminantes tienen la esperanza de recoger 500 mil firmas durante su travesía, con el fin de impulsar la liberación de secuestrados.

El viernes pasado en el municipio de El Bordo, Cauca, un médico les recomendó descansar por unas horas debido a que presentaban signos de agotamiento. Sin embargo, padre e hija decidieron continuar con su proeza y emprendieron su rumbo hacia el municipio de Las Rosas.

En total, son 669 kilómetros los que aún les hacen falta a estos “caminantes de la paz” para llegar hasta la capital del país.
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elespectador.com/Inicio/23/06/2007

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