Texto: M. Delgado MarcucciHeilet Morales
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William Brownfield, embajador de Estados Unidos en Venezuela, dijo ayer, en visita a PANORAMA, que ambos gobiernos tienen que concluir que está en su interés entablar un proceso de diálogo.
En su gira de despedida, antes de iniciar funciones como embajador en Colombia, aseguró que Luis Posada Carriles no representa un peligro para nadie. “Es un hombre de 79 años, que según parece padece de cáncer, es bastante evidente que no es ningún peligro inminente a nadie”.
“Hay muchos elementos coincidentes entre las relaciones de EE UU y Cuba y de EE UU y Venezuela”, explica. “El señor Luis Posada Carriles no es ningún peligro inminente para nadie”, añade el diplomático. “En el caso de la Faja del Orinoco, las empresas afectadas deben llegar a un acuerdo negociado y aceptado por todas las partes, eso es lo que esperamos nosotros”.
EL EMBAJADOR QUISO LUCIR SU CAMISETA DE LA SELECCIÓN DE ESTADOS UNIDOS DE FÚTBOL. PRONOSTICÓ QUE REGRESARÁ A MARACAIBO EN TRES SEMANAS PARA DISFRUTAR LA FINAL DE LA COPA AMÉRICA QUE, SEGÚN ÉL, JUGARÁ LA SELECCIÓN DE EE UU.
El embajador de Estados Unidos en Venezuela, William Brownfield, a punto de abandonar el cargo como máximo representante diplomático de Washington en el país, (dentro de poco partirá hasta Colombia para asumir la embajada de su país), quiso pasar por el Zulia, estado con el que siempre tuvo estrechos contactos, para despedirse y ratificar cuál es la clave para mejorar las relaciones entre los dos países: “El diálogo”.
Brownfield añade: “Hay muchos elementos coincidentes entre las relaciones de EE UU y Cuba y EE UU y Venezuela, lamento decirlo pero creo que la tendencia de la relación bilateral está en esa dirección”.
De visita en PANORAMA, donde fue recibido por Luis Vicente Baittiner, Federico Pineda, Edgardo Pineda y Daniel Pineda, integrantes de la Junta Directiva del diario, el diplomático explica que es necesario un contacto más directo entre los dos países. “De vez en cuando la comunicación directa es mejor que la que se produce con comunicados de prensa en la que un Gobierno ofrece una opinión y el otro responde”.
—¿Cuál es su logro más importante y su peor decepción a lo largo de tres años al frente de la embajada de EE UU?
—No es un secreto que EE UU y Venezuela tienen relaciones muy sensibles y complicadas en este momento, así ha sido durante mis tres años en Venezuela, sin embargo, tenemos algunos logros en áreas en las que hemos resuelto problemas que favorecen, tanto a los intereses nacionales como a los de EE UU, logramos progresos en áreas de aviación civil, por ejemplo; hemos mantenido una relación el área energética buena, el comercio ha llegado a niveles históricos, sin precedentes, en 2006 el comercio bilateral se situó en 46 mil millones de dólares.
A su vez hay áreas en las que lamento no haber podido progresar durante los últimos tres años, aunque debería haber sido posible tener una relación bilateral en la que los dos países acepten que en algunas áreas ideológicas no coincidimos, ni vamos a coincidir, pero a la vez habría sido posible dialogar y avanzar en otras áreas no relacionadas con la política, como la droga ilícita, la delincuencia internacional, el comercio, la energía, la aviación civil, la extradición y la colaboración policial.
—¿Es decir que se politizaron las relaciones entre los dos países?
—Puedo decir que la política complicó las relaciones, no digo que la política no sea importante, de hecho, la filosofía, la política, la ideología forman los principios básicos de un sistema democrático de cualquier país, no deberíamos ignorarla, pero sí deberíamos separar la política de cuestiones pragmáticas y concretas. Por ejemplo, durante 50 o 60 años EE UU y la antigua Unión Soviética teníamos diferencias increíbles en cuestiones políticas, filosóficas e ideológicas, pero manteníamos el diálogo sobre puntos de importancia como el control de armas, el comercio y la colaboración policial, a pesar de las diferencias.
Otro ejemplo son las relaciones de EE UU y China, EE UU y Vietnam, no coincidimos en muchas cosas, pero sí tenemos una relaciones positivas; y ojalá fuera posible llegar a ese punto en casos como el de Venezuela.
—¿Pueden compararse las relaciones de EE UU con Venezuela a las que tiene con Cuba?
—No quiero hacer una comparación directa entre dos relaciones bilaterales, pero hay muchos elementos coincidentes entre las relaciones de EE UU y Cuba y EE UU y Venezuela, lamento decirlo pero creo que la tendencia de la relación bilateral está en esa dirección, en términos de los límites de los contactos de los dos gobiernos, en términos de hacer un diálogo a través de los medios de comunicación que no es la manera más eficiente de comunicarse entre dos gobiernos, de vez en cuando la comunicación directa es mejor que la que se produce con comunicados de prensa.
Ojalá que no lleguemos a los mismos puntos en la relación bilateral de EE UU con Venezuela a los que tenemos con Cuba, con la que no tenemos ni siquiera relaciones diplomáticas.
—¿Cuál sería la clave que usted le daría a sucesor en la embajada (Patrick Duddy) para tratar de mejorar la relación de Venezuela con EE UU?
—No me gustaría dar muchos consejos para mi sucesor, como tampoco habría querido muchos consejos de mi predecesor, pero mi idea general sería la importancia de tener un mensaje transparente para el Gobierno que ha sido exactamente lo que yo he hecho, reconociendo que tenemos diferencias, pero que podemos dialogar, lo importante es que el mensaje sea coherente para el otro Gobierno (en este caso el de Venezuela).
—El Gobierno venezolano ha alegado la injerencia de EE UU en asuntos internos de Venezuela, ¿cree que ha habido una mala interpretación en algunos casos?
—No soy la persona adecuada para contestar sobre lo que piensa o declara el Gobierno venezolano, habría que hablar con algún representante del Ejecutivo venezolano(...) Ambos gobiernos tienen que concluir que está en su interés entablar un proceso de diálogo, nuestra oferta es sin condición, la oferta está abierta y en la mesa.
—Pero, para entablar ese diálogo tienen que haber interés en los dos gobiernos, el de EE UU y el de Venezuela...
—Tendremos una oportunidad, una ventanilla de oportunidad con la llegada del nuevo embajador, nueva cara, nueva persona, nueva forma de transmitir el mensaje, si el Gobierno venezolano quiere aprovecharse de ese cambio, para explorar algunas áreas de diálogo, eso sería magnífico, de lo contrario, tendremos que esperar otra fecha, otro evento durante los meses que vienen que ofrecen esta oportunidad, no tengo nada en contra de que existan otras formas para establecer el diálogo en temas tan importantes como la droga ilícita, el terrorismo, la cooperación policial, etc.
—¿No sería un mensaje coherente con la política antiterrorista de mano dura de EE UU el hecho de que su Gobierno facilite la extradición de Luis Posada Carriles a Venezuela?
—Existe un pedido de extradición pendiente de Venezuela para Luis Posada Carriles, pero también existen solicitudes de extradición de EE UU a Venezuela por delincuentes asesinos y traficantes de drogas que han sido negadas por el Gobierno de Venezuela, eso me dice que tenemos un problema en el tema de extradición entre Venezuela y EE UU, pero creo que es bastante absurdo de sólo un caso en el panorama de las cuestiones de extradición.
El señor Posada Carriles es un hombre de 79 años, que según parece padece de cáncer, es bastante evidente que no es ningún peligro inminente para nadie(...) El caso presentado por el Gobierno venezolano no es suficiente para permitir la extradición de Posada Carriles.
Sería conveniente algo de consulta o diálogo de fiscal a fiscal, el fiscal responsable para extradición en Venezuela con su par de Estados Unidos, si no dialogamos, no vamos a tener resultados en materia de extradición.
—¿Cree usted que su partida hacia Colombia puede significar una posibilidad para que, a través de una triangulación diplomática, las relaciones mejoren?
—En Estados Unidos, según el artículo 2 de la Constitución, la política internacional la diseña el Presidente de los Estados Unidos, los embajadores recibimos instrucciones del Presidente a través de la Secretaria de Estado, creo que es importante que dos países vecinos, dos países amigos tengan una relación positiva, una relación que resuelve los problemas de la frontera, eso es positivo, es bueno. En este sentido, Estados Unidos también tienen una relación positiva con Colombia(...)
—¿Qué valoración hace usted de la política de nacionalización que ha implementado el Gobierno de Venezuela en el cual se han visto involucradas empresas norteamericanas?
—El tema de las nacionalizaciones o estatizaciones siempre es complicado, aunque la ley internacional, el derecho internacional reconoce en cualquier país el derecho de nacionalizar, expropiar propiedades para el bien común de un país, lo reconozco, de hecho, EE UU hace de vez en cuando expropiaciones para el bien público.
La ley internacional también impone algunas obligaciones de cualquier Gobierno o Estado que hace expropiación o nacionalización, un proceso que no debe ser secreto que exige una compensación rápida y justa a las parte afectadas por la decisión. Básicamente, la ley internacional dice que la expropiación puede proceder con algunas condiciones(...).
En el caso de la Faja del Orinoco, las empresas afectadas deben llegar a un acuerdo negociado y aceptado por todas las partes, eso es lo que esperamos nosotros, hay que recordar que un acuerdo negociado siempre es mejor que uno impuesto. Nosotros, por supuesto, vamos a apoyar a nuestras empresas privadas, cosa que haría cualquier embajada en el mundo.
En su gira de despedida, antes de iniciar funciones como embajador en Colombia, aseguró que Luis Posada Carriles no representa un peligro para nadie. “Es un hombre de 79 años, que según parece padece de cáncer, es bastante evidente que no es ningún peligro inminente a nadie”.
“Hay muchos elementos coincidentes entre las relaciones de EE UU y Cuba y de EE UU y Venezuela”, explica. “El señor Luis Posada Carriles no es ningún peligro inminente para nadie”, añade el diplomático. “En el caso de la Faja del Orinoco, las empresas afectadas deben llegar a un acuerdo negociado y aceptado por todas las partes, eso es lo que esperamos nosotros”.
EL EMBAJADOR QUISO LUCIR SU CAMISETA DE LA SELECCIÓN DE ESTADOS UNIDOS DE FÚTBOL. PRONOSTICÓ QUE REGRESARÁ A MARACAIBO EN TRES SEMANAS PARA DISFRUTAR LA FINAL DE LA COPA AMÉRICA QUE, SEGÚN ÉL, JUGARÁ LA SELECCIÓN DE EE UU.
El embajador de Estados Unidos en Venezuela, William Brownfield, a punto de abandonar el cargo como máximo representante diplomático de Washington en el país, (dentro de poco partirá hasta Colombia para asumir la embajada de su país), quiso pasar por el Zulia, estado con el que siempre tuvo estrechos contactos, para despedirse y ratificar cuál es la clave para mejorar las relaciones entre los dos países: “El diálogo”.
Brownfield añade: “Hay muchos elementos coincidentes entre las relaciones de EE UU y Cuba y EE UU y Venezuela, lamento decirlo pero creo que la tendencia de la relación bilateral está en esa dirección”.
De visita en PANORAMA, donde fue recibido por Luis Vicente Baittiner, Federico Pineda, Edgardo Pineda y Daniel Pineda, integrantes de la Junta Directiva del diario, el diplomático explica que es necesario un contacto más directo entre los dos países. “De vez en cuando la comunicación directa es mejor que la que se produce con comunicados de prensa en la que un Gobierno ofrece una opinión y el otro responde”.
—¿Cuál es su logro más importante y su peor decepción a lo largo de tres años al frente de la embajada de EE UU?
—No es un secreto que EE UU y Venezuela tienen relaciones muy sensibles y complicadas en este momento, así ha sido durante mis tres años en Venezuela, sin embargo, tenemos algunos logros en áreas en las que hemos resuelto problemas que favorecen, tanto a los intereses nacionales como a los de EE UU, logramos progresos en áreas de aviación civil, por ejemplo; hemos mantenido una relación el área energética buena, el comercio ha llegado a niveles históricos, sin precedentes, en 2006 el comercio bilateral se situó en 46 mil millones de dólares.
A su vez hay áreas en las que lamento no haber podido progresar durante los últimos tres años, aunque debería haber sido posible tener una relación bilateral en la que los dos países acepten que en algunas áreas ideológicas no coincidimos, ni vamos a coincidir, pero a la vez habría sido posible dialogar y avanzar en otras áreas no relacionadas con la política, como la droga ilícita, la delincuencia internacional, el comercio, la energía, la aviación civil, la extradición y la colaboración policial.
—¿Es decir que se politizaron las relaciones entre los dos países?
—Puedo decir que la política complicó las relaciones, no digo que la política no sea importante, de hecho, la filosofía, la política, la ideología forman los principios básicos de un sistema democrático de cualquier país, no deberíamos ignorarla, pero sí deberíamos separar la política de cuestiones pragmáticas y concretas. Por ejemplo, durante 50 o 60 años EE UU y la antigua Unión Soviética teníamos diferencias increíbles en cuestiones políticas, filosóficas e ideológicas, pero manteníamos el diálogo sobre puntos de importancia como el control de armas, el comercio y la colaboración policial, a pesar de las diferencias.
Otro ejemplo son las relaciones de EE UU y China, EE UU y Vietnam, no coincidimos en muchas cosas, pero sí tenemos una relaciones positivas; y ojalá fuera posible llegar a ese punto en casos como el de Venezuela.
—¿Pueden compararse las relaciones de EE UU con Venezuela a las que tiene con Cuba?
—No quiero hacer una comparación directa entre dos relaciones bilaterales, pero hay muchos elementos coincidentes entre las relaciones de EE UU y Cuba y EE UU y Venezuela, lamento decirlo pero creo que la tendencia de la relación bilateral está en esa dirección, en términos de los límites de los contactos de los dos gobiernos, en términos de hacer un diálogo a través de los medios de comunicación que no es la manera más eficiente de comunicarse entre dos gobiernos, de vez en cuando la comunicación directa es mejor que la que se produce con comunicados de prensa.
Ojalá que no lleguemos a los mismos puntos en la relación bilateral de EE UU con Venezuela a los que tenemos con Cuba, con la que no tenemos ni siquiera relaciones diplomáticas.
—¿Cuál sería la clave que usted le daría a sucesor en la embajada (Patrick Duddy) para tratar de mejorar la relación de Venezuela con EE UU?
—No me gustaría dar muchos consejos para mi sucesor, como tampoco habría querido muchos consejos de mi predecesor, pero mi idea general sería la importancia de tener un mensaje transparente para el Gobierno que ha sido exactamente lo que yo he hecho, reconociendo que tenemos diferencias, pero que podemos dialogar, lo importante es que el mensaje sea coherente para el otro Gobierno (en este caso el de Venezuela).
—El Gobierno venezolano ha alegado la injerencia de EE UU en asuntos internos de Venezuela, ¿cree que ha habido una mala interpretación en algunos casos?
—No soy la persona adecuada para contestar sobre lo que piensa o declara el Gobierno venezolano, habría que hablar con algún representante del Ejecutivo venezolano(...) Ambos gobiernos tienen que concluir que está en su interés entablar un proceso de diálogo, nuestra oferta es sin condición, la oferta está abierta y en la mesa.
—Pero, para entablar ese diálogo tienen que haber interés en los dos gobiernos, el de EE UU y el de Venezuela...
—Tendremos una oportunidad, una ventanilla de oportunidad con la llegada del nuevo embajador, nueva cara, nueva persona, nueva forma de transmitir el mensaje, si el Gobierno venezolano quiere aprovecharse de ese cambio, para explorar algunas áreas de diálogo, eso sería magnífico, de lo contrario, tendremos que esperar otra fecha, otro evento durante los meses que vienen que ofrecen esta oportunidad, no tengo nada en contra de que existan otras formas para establecer el diálogo en temas tan importantes como la droga ilícita, el terrorismo, la cooperación policial, etc.
—¿No sería un mensaje coherente con la política antiterrorista de mano dura de EE UU el hecho de que su Gobierno facilite la extradición de Luis Posada Carriles a Venezuela?
—Existe un pedido de extradición pendiente de Venezuela para Luis Posada Carriles, pero también existen solicitudes de extradición de EE UU a Venezuela por delincuentes asesinos y traficantes de drogas que han sido negadas por el Gobierno de Venezuela, eso me dice que tenemos un problema en el tema de extradición entre Venezuela y EE UU, pero creo que es bastante absurdo de sólo un caso en el panorama de las cuestiones de extradición.
El señor Posada Carriles es un hombre de 79 años, que según parece padece de cáncer, es bastante evidente que no es ningún peligro inminente para nadie(...) El caso presentado por el Gobierno venezolano no es suficiente para permitir la extradición de Posada Carriles.
Sería conveniente algo de consulta o diálogo de fiscal a fiscal, el fiscal responsable para extradición en Venezuela con su par de Estados Unidos, si no dialogamos, no vamos a tener resultados en materia de extradición.
—¿Cree usted que su partida hacia Colombia puede significar una posibilidad para que, a través de una triangulación diplomática, las relaciones mejoren?
—En Estados Unidos, según el artículo 2 de la Constitución, la política internacional la diseña el Presidente de los Estados Unidos, los embajadores recibimos instrucciones del Presidente a través de la Secretaria de Estado, creo que es importante que dos países vecinos, dos países amigos tengan una relación positiva, una relación que resuelve los problemas de la frontera, eso es positivo, es bueno. En este sentido, Estados Unidos también tienen una relación positiva con Colombia(...)
—¿Qué valoración hace usted de la política de nacionalización que ha implementado el Gobierno de Venezuela en el cual se han visto involucradas empresas norteamericanas?
—El tema de las nacionalizaciones o estatizaciones siempre es complicado, aunque la ley internacional, el derecho internacional reconoce en cualquier país el derecho de nacionalizar, expropiar propiedades para el bien común de un país, lo reconozco, de hecho, EE UU hace de vez en cuando expropiaciones para el bien público.
La ley internacional también impone algunas obligaciones de cualquier Gobierno o Estado que hace expropiación o nacionalización, un proceso que no debe ser secreto que exige una compensación rápida y justa a las parte afectadas por la decisión. Básicamente, la ley internacional dice que la expropiación puede proceder con algunas condiciones(...).
En el caso de la Faja del Orinoco, las empresas afectadas deben llegar a un acuerdo negociado y aceptado por todas las partes, eso es lo que esperamos nosotros, hay que recordar que un acuerdo negociado siempre es mejor que uno impuesto. Nosotros, por supuesto, vamos a apoyar a nuestras empresas privadas, cosa que haría cualquier embajada en el mundo.
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Panorama Digital /Política28/06/2007
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