OPINIÓN
EL MIRÓN
Luis Fernando Valero
Luis Fernando Valero
Los lectores habrán observado que los políticos tienen tendencia a afirmar que “Dios” está con ellos. En España las monedas de Franco, llevaban una leyenda que decía: “Caudillo de España por la gracia de Dios”. Se afirma que el dictador Franco, firmaba las condenas de la muerte teniendo el brazo incorrupto de Santa Teresa, y si se movía, se le perdonaba.
Timothy Garton Ash ha señalado repetidas veces como la idea de “dios” condiciona la vida política de los Estados Unidos de Norteamérica, EE.UU, ofreciendo un espectáculo de hipocresía digno de mejor causa, donde soterradamente hay un doble lenguaje y una doble vida en muchos de los candidatos que en privado piensan una cosa y en público otra.
Francis Fukuyama autor del archiconocido “El fin de la historia y el último hombre” (1992), acaba de publicar otro libro que es un réquiem a todo ese mundo de neoconservadurismo After the neocons. America at the crossards Profile. Londres.
Muchos nos tememos que a pesar del análisis de Fukuyama el réquiem durará bastante tiempo, quizás se observa en lontananza el fin del imperio pero aun queda bastante para su caída total.
Los tropiezos de Bush han sido impresionantes y en cambio el pueblo de EE.UU. lo premió reeligiéndolo y es que, guste o no, la Norteamérica profunda vive en otra lógica formal bastante distinta a la del resto del mundo, en el cual influye su país. A pesar del peso de la política internacional en el mundo debe reconocerse que la influencia neoconservadora no ha sido muy exitosa.
El fracaso de sus proyectos políticos es flagrante, no hace falta más que mirar a Afganistán, Irak y a Oriente Medio, en donde los últimos actos de Palestina son el fin de una etapa plagada de malos augurios y error tras error. ¡Qué el futuro de Israel se llame Simon Peres! un chiste macabro, por mucho premio Nóbel de la Paz que tenga.
Los Estados Unidos de Norteamérica y sus adlátares no han sabido, no han podido o quizá nunca han querido llevar realmente la democracia a esas zonas ya que la verdad es que la democracia no se impone por las armas, por muy sofisticadas que éstas sean.
Aunque algunos se empecinen, la alianza de civilizaciones, no parece que pase por su mejor momento. Mientras los islámicos no tengan un renacimiento, tengan un Lutero y tengan una reforma el Islam fundamentalista, no desea una sociedad profana, democrática y civilmente abierta en donde haya igualdad de derechos entre los sexos y en donde la religión sea un hecho privado, ellos desean una “umma” mundial como aparece escrita en el Corán y esto lo tienen que tener claro las sociedades occidentales en su diálogo y relaciones con ellos sino nuestros derechos se verán mermados pues para nosotros se convierten en deberes y para ellos en tener derechos, y no hay corresponsabilidad de sus deberes de ellos hacia nosotros. Los hechos puntuales que se observan en los medios de comunicación social demuestran que las relaciones entre las civilizaciones son complicadas.
Para los que les gusta el cine acuérdense de “Solo un beso”( Just a kiss) de Ken Loach 2004 , producida por Reino Unido, Alemania, Italia y España o “El buen nombre” (The namesake) de Mira Fair, 2007, producida por EE.UU e India. En ellas se observa que la integración, la correlación, el intercambio, etc. entre inmigrantes e indígenas, entre culturas y civilizaciones no es sencillo.
Detrás de todas estas situaciones el uso de “dios”, el uso del poder y su ejercicio está muy ligado a la economía y a la cuenta de resultados y en EE.UU. ello esta íntimamente ligado a la poderosa industria de armamento y ya se sabe que una bala solo es rentable cuando explota y las armas solo dan beneficio cuando se usan. Qué otra explicación si no para Irak, Cisjordania, Gaza, Somalia, Bosnia, Haití, Ruanda, Timor Oriental, Sudan, Kosovo, y Darfur, sin contra las otras decenas de conflictos “menores”.
España acaba de celebrar sus treinta años de democracia, después de un apagón de más de cuarenta años y ello que en España había habido un renacer democrático con la Segunda República y ya se está viendo que la sociedad española, aunque es una democracia consolidada, el uso de “dios” está de nuevo condicionando a la sociedad civil ya que algunos obispos están llamando a la desobediencia civil y a la objeción de conciencia por una materia que se llamara “Educación para la ciudadanía”. Alucinante.
Así como suena, es alucinante, que en una sociedad que tiene un Constitución que define el Estado como aconfesional, que es la octava potencial mundial, que escasamente el 14% de los españoles se define católico practicante, algunos obispos crean que tienen derecho a condicionar la educación y sigan a más de 30 años de la caída del nacional catolicismo franquista queriendo imponer a toda la sociedad española una educación religiosa confesional. ¡Y luego se crítica a los islámicos fanáticos!
Parecida es la polémica sobre el diseño inteligente que tanto está marcando la política educativa de los EE.UU. que a estas alturas haya políticos en ese país que digan cosa como ésta, así, el antiguo gobernador de Arkansas Mike Huckabee. respondiendo a una pregunta sobre la polémica entre evolución y el llamado "diseño inteligente", afirmó: "Si alguien prefiere pensar que desciende de un primate, desde luego es muy libre de hacerlo". Si Darwin levantara la cabeza se daría cuanta que algunas cosas no han cambiado casi nada.
O las continúas declaraciones de fe, cuando se observa el gesto, la cara. La voz se observa que es de boca para fuera y forzada por las circunstancias. Los tres grandes aspirantes demócratas, Hillary Clinton, John Edwards y Barack Obama, rivalizan en dejar claro la importancia que tiene para ellos la fe. Edwards afirma categóricamente que "cree en la evolución", pero se apresuró a añadir que "la mano de Dios está en cada paso de lo que nos ocurre a mí y a cada ser humano que existe en el planeta". A Hillary cuando le preguntan sobre cómo se sobrepuso a la infidelidad de su marido, Clinton dijo que se había sostenido gracias a "mi fe y el apoyo de toda mi familia, personas que yo sabía que estaban literalmente rezando por mí en cadenas de rezo, que fueron auténticos guerreros de la oración por mí".
Cada quien es libre de pensar y creer lo que su recta conciencia le determine, pero también no es menos cierto que en nuestra civilización es un hecho ya admitido que el hecho religioso es un hecho privado y que el uso del “mal”, de “Satán” de “dios está conmigo” o “dios nos proteja” que usan demasiados políticos no son más recursos teóricos que sus hechos señalan como hipócritas y falaces.
El mundo que han dejado los neocon teniendo a “dios” a su lado no es mejor que hace ocho años y se ha observado un internacionalismo intervencionista que se ha mostrado incapaz y sobre todo aniquilador con demasiados “efectos colaterales no deseados” y que además ha quemado el idealismo de las acciones positivas.
Quizás al final habrá que volver a los recuerdos de infancia y decir aquello de “que Dios nos coja confesados”.
Timothy Garton Ash ha señalado repetidas veces como la idea de “dios” condiciona la vida política de los Estados Unidos de Norteamérica, EE.UU, ofreciendo un espectáculo de hipocresía digno de mejor causa, donde soterradamente hay un doble lenguaje y una doble vida en muchos de los candidatos que en privado piensan una cosa y en público otra.
Francis Fukuyama autor del archiconocido “El fin de la historia y el último hombre” (1992), acaba de publicar otro libro que es un réquiem a todo ese mundo de neoconservadurismo After the neocons. America at the crossards Profile. Londres.
Muchos nos tememos que a pesar del análisis de Fukuyama el réquiem durará bastante tiempo, quizás se observa en lontananza el fin del imperio pero aun queda bastante para su caída total.
Los tropiezos de Bush han sido impresionantes y en cambio el pueblo de EE.UU. lo premió reeligiéndolo y es que, guste o no, la Norteamérica profunda vive en otra lógica formal bastante distinta a la del resto del mundo, en el cual influye su país. A pesar del peso de la política internacional en el mundo debe reconocerse que la influencia neoconservadora no ha sido muy exitosa.
El fracaso de sus proyectos políticos es flagrante, no hace falta más que mirar a Afganistán, Irak y a Oriente Medio, en donde los últimos actos de Palestina son el fin de una etapa plagada de malos augurios y error tras error. ¡Qué el futuro de Israel se llame Simon Peres! un chiste macabro, por mucho premio Nóbel de la Paz que tenga.
Los Estados Unidos de Norteamérica y sus adlátares no han sabido, no han podido o quizá nunca han querido llevar realmente la democracia a esas zonas ya que la verdad es que la democracia no se impone por las armas, por muy sofisticadas que éstas sean.
Aunque algunos se empecinen, la alianza de civilizaciones, no parece que pase por su mejor momento. Mientras los islámicos no tengan un renacimiento, tengan un Lutero y tengan una reforma el Islam fundamentalista, no desea una sociedad profana, democrática y civilmente abierta en donde haya igualdad de derechos entre los sexos y en donde la religión sea un hecho privado, ellos desean una “umma” mundial como aparece escrita en el Corán y esto lo tienen que tener claro las sociedades occidentales en su diálogo y relaciones con ellos sino nuestros derechos se verán mermados pues para nosotros se convierten en deberes y para ellos en tener derechos, y no hay corresponsabilidad de sus deberes de ellos hacia nosotros. Los hechos puntuales que se observan en los medios de comunicación social demuestran que las relaciones entre las civilizaciones son complicadas.
Para los que les gusta el cine acuérdense de “Solo un beso”( Just a kiss) de Ken Loach 2004 , producida por Reino Unido, Alemania, Italia y España o “El buen nombre” (The namesake) de Mira Fair, 2007, producida por EE.UU e India. En ellas se observa que la integración, la correlación, el intercambio, etc. entre inmigrantes e indígenas, entre culturas y civilizaciones no es sencillo.
Detrás de todas estas situaciones el uso de “dios”, el uso del poder y su ejercicio está muy ligado a la economía y a la cuenta de resultados y en EE.UU. ello esta íntimamente ligado a la poderosa industria de armamento y ya se sabe que una bala solo es rentable cuando explota y las armas solo dan beneficio cuando se usan. Qué otra explicación si no para Irak, Cisjordania, Gaza, Somalia, Bosnia, Haití, Ruanda, Timor Oriental, Sudan, Kosovo, y Darfur, sin contra las otras decenas de conflictos “menores”.
España acaba de celebrar sus treinta años de democracia, después de un apagón de más de cuarenta años y ello que en España había habido un renacer democrático con la Segunda República y ya se está viendo que la sociedad española, aunque es una democracia consolidada, el uso de “dios” está de nuevo condicionando a la sociedad civil ya que algunos obispos están llamando a la desobediencia civil y a la objeción de conciencia por una materia que se llamara “Educación para la ciudadanía”. Alucinante.
Así como suena, es alucinante, que en una sociedad que tiene un Constitución que define el Estado como aconfesional, que es la octava potencial mundial, que escasamente el 14% de los españoles se define católico practicante, algunos obispos crean que tienen derecho a condicionar la educación y sigan a más de 30 años de la caída del nacional catolicismo franquista queriendo imponer a toda la sociedad española una educación religiosa confesional. ¡Y luego se crítica a los islámicos fanáticos!
Parecida es la polémica sobre el diseño inteligente que tanto está marcando la política educativa de los EE.UU. que a estas alturas haya políticos en ese país que digan cosa como ésta, así, el antiguo gobernador de Arkansas Mike Huckabee. respondiendo a una pregunta sobre la polémica entre evolución y el llamado "diseño inteligente", afirmó: "Si alguien prefiere pensar que desciende de un primate, desde luego es muy libre de hacerlo". Si Darwin levantara la cabeza se daría cuanta que algunas cosas no han cambiado casi nada.
O las continúas declaraciones de fe, cuando se observa el gesto, la cara. La voz se observa que es de boca para fuera y forzada por las circunstancias. Los tres grandes aspirantes demócratas, Hillary Clinton, John Edwards y Barack Obama, rivalizan en dejar claro la importancia que tiene para ellos la fe. Edwards afirma categóricamente que "cree en la evolución", pero se apresuró a añadir que "la mano de Dios está en cada paso de lo que nos ocurre a mí y a cada ser humano que existe en el planeta". A Hillary cuando le preguntan sobre cómo se sobrepuso a la infidelidad de su marido, Clinton dijo que se había sostenido gracias a "mi fe y el apoyo de toda mi familia, personas que yo sabía que estaban literalmente rezando por mí en cadenas de rezo, que fueron auténticos guerreros de la oración por mí".
Cada quien es libre de pensar y creer lo que su recta conciencia le determine, pero también no es menos cierto que en nuestra civilización es un hecho ya admitido que el hecho religioso es un hecho privado y que el uso del “mal”, de “Satán” de “dios está conmigo” o “dios nos proteja” que usan demasiados políticos no son más recursos teóricos que sus hechos señalan como hipócritas y falaces.
El mundo que han dejado los neocon teniendo a “dios” a su lado no es mejor que hace ocho años y se ha observado un internacionalismo intervencionista que se ha mostrado incapaz y sobre todo aniquilador con demasiados “efectos colaterales no deseados” y que además ha quemado el idealismo de las acciones positivas.
Quizás al final habrá que volver a los recuerdos de infancia y decir aquello de “que Dios nos coja confesados”.
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EL FARO.NET/NOTICIAS/18/06/2007
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