29/07/2007
Opinión
La terminal del aeropuerto de Gaza fue destruída con bulldozers por los israelíes en 2001 y continúa aislada.
Nueva crónica de Lidón Soriano desde Gaza.
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El calor es sofocante, las gotas de sudor resbalan por nuestras frentes mientras atravesamos la nueva terminal que a modo de estructura fronteriza oficial Israel ha construido en Erez. El punto de paso resulta paradójico, casi esperpéntico, un edificio de dimensiones faraónicas que solo recibe a unas decenas de personas al día. Frialdad en su arquitectura, controles de seguridad, pasillos, tornos rotatorios, preguntas y más preguntas.
Pero estamos felices, hemos conseguido la coordinación necesaria con Israel a través del consulado español, tras reiteradas peticiones y ahora, por fin: estamos en Gaza.
Lo primero que me sorprende al entrar, comparándolo con los años pasados, es la menor presencia de hombres armados por las calles y una extraña, pero significativa calma que lo inunda todo. En otras ocasiones, la primera sensación al adentrarme en la Franja, era como de tensión en el ambiente, de calma tirante, sin embargo este año no he tenido esa sensación.
Las noticias que incansablemente llenan nuestros medios de comunicación con respecto a Gaza hablan de inseguridad, inestabilidad, peligro, sin embargo las sensaciones que tuve al entrar disiparon el desasosiego con el que entraba por lo incierto de la situación y las constantes recomendaciones de nuestras instituciones e incluso de nuestras contrapartes en Cisjoradania para que no fuéramos a Gaza por temor a que algo nos sucediera.
Me resulta, cuanto menos peculiar, que el año pasado estuviéramos en Gaza bajo constantes bombardeos israelíes y no recibiéramos ni la quinta parte de advertencias de peligro que estos días, en los que como hemos podido comprobar, la situación lejos de ser de peligro o de inestabilidad es de tranquilidad total y absoluta.
Parece que el objetivo es evidente, focalizar y magnificar una situación de confrontación interna, para desviar la atención del verdadero problema: la ocupación israelí.
Desde que Hamas se hizo con el control de la Franja, de forma totalmente inapropiada y denunciable, pero como respuesta a la constante provocación de gente relacionada con Fatah interesada en crear el caos interno, la seguridad se respira en las calles de Gaza.
Se ha prohibido a las diferentes milicias que vayan armadas y enmascaradas por la calle, se han eliminado todos los checkpoints en el interior de la Franja, no se permiten los disparos al aire en las bodas que a menudo causaban muertos por la mala utilización de las armas, los lideres de los grandes clanes han sido forzados a elegir entre quedarse con las armas y luchar contra la ocupación o ser encarcelados y se han sellado acuerdos de no agresión entre familias rivales. Parece un cuento de hadas, pero la información la recibimos de una de nuestras contrapartes, de una de las personas que me merece mas respeto por su trayectoria política, social y humana, el director del centro de Derechos Humanos de Gaza, Raji Sourani, por lo tanto le doy peso y credibilidad.
Por si eso no fuera poco, la mera observación en las calles y los contactos y conversaciones con la gente te confirman esa realidad, tan extraña, como necesaria. El director del hospital Al Awda, nos comentaba esta mañana, como ejemplo de esa normalidad y sensación de seguridad que se vive en Gaza que por primera vez desde hace muchos años, había estado la noche anterior hasta la una de la mañana en la playa con su familia y después habían vuelto paseando hasta casa. La gente se siente mas segura, en las calles hay hombres armados que por parejas velan por la seguridad, a diferencia de los grandes grupos de hombres hasta el año pasado encontrábamos en algunas esquinas de las ciudades, sobre todo de ciudad de Gaza, mostrando sus armas en actitud desafiante y chulesca.
A medida que vamos recorriendo los escasos 365 Km2 de la Franja otra de las escenas que llama poderosamente la atención es la inactividad, personas en las puertas de sus comercios, de sus pequeños talleres con las manos sobre el regazo, mirando al infinito o charlando con otras personas. Excepto los mercados en las calles no se percibe apenas movimiento de mercancías, de compras, de trabajo y es que el embargo que los países occidentales aplicaron al pueblo palestino tras el proceso democrático de 2006 y que persiste en la Franja, ha aumentado y agudizado la terrible crisis humanitaria y socioeconómica que asolaba Gaza desde el plan de desconexión de Sharon en 2005, con la conversión de la Franja en una gran cárcel a cielo abierto.
La tasa de paro es superior al 75% y mas del 80% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, con menos de dos dólares por día, la tasa de malnutrición, la anemia, las alteraciones gastrointestinales, las enfermedades por alteraciones de la inmunidad debido a la mala alimentación y al stress están disparadas, los casos de cáncer son cada vez mayores y a parecen en gente mas joven, incluso los ataques al corazón empiezan a afectar a personas entre veinte y treinta años, personas sometidas a unas carencias terribles, con un stress traumático y postraumático terrible y cuyas esperanzas, aun manteniéndose van disminuyendo a medida que el tiempo pasa y la situación, tan solo empeora.
Raed, nuestro taxista en esta visita, es un claro ejemplo que puede ayudar a entender mis palabras. Solo conocerle tras atravesar el checkpoint de Erez, se nos muestra feliz, alegre y dispuesto a todo (como son, la verdad, la mayoría de taxistas en Gaza), sin embargo a medida que vamos pasando tiempo con él y vamos teniendo más confianza y hablando de temas mas personales, su tragedia empieza a aparecer, su dolor por momentos asoma a sus ojos, disipando su sonrisa pizpireta y cambiando su porte alegre y vital, que resulta ser, no una mascara, pero si un salvavidas que le permite seguir el día a día, intentado olvidar lo inolvidable.
El ocho de noviembre de 2006 el ejército israelí lanzo un ataque sobre Beit Hanoun, una ciudad del noreste de la Franja de Gaza. 19 personas, la mayoría mujeres y niños fueron asesinados, de ellos 13 pertenecían a la misma familia, la familia Al Qafarna, la familia de Raed, nuestro taxista.
Entre los asesinados: su padre, su hermano, 3 hijos de su hermano, 2 hijas, una de seis meses y otra de dos años, su cuñada, …
Tantas y tantas heridas imposibles de cicatrizar, imposibles de curar, imposibles de perdonar, imposibles de superar.
Raed, lo intenta día a día y trabaja incansablemente para poder alimentar todos los días a sus cinco hijos y a su mujer. Raed, como el resto de los habitantes de Gaza, sobreviven, disfrazando con sonrisas, tan verdaderas como necesarias, unas terribles historias personales que nosotras, en la comodidad y asepsia de nuestras egoístas vidas occidentales, somos incapaces tan solo de imaginar.
Otra de las cosas, que si bien no es novedad sí me sigue partiendo el alma, es la tristeza en los ojos de muchos niños y niñas, sobre todo de las zonas más castigadas, que principalmente si están solos cuando aparecemos, nos miran entre desconfiados y temerosos cuando no aterrorizados, y es que muchos de ellos lo mas parecido a nosotros que han visto en su vida es un soldado israelí y el recuerdo que les traemos es sencilla y comprensiblemente terrible.
Ayer por la tarde vistamos la terminal de Rafah, en donde esta teniendo lugar una tragedia humanitaria, sin que nadie haga absolutamente nada a pesar de existir bastantes informes de diferentes organizaciones internacionales, denunciando la situación.
Debido al cierre que Israel impone en el paso fronterizo, unas 6.000 personas se encuentran retenidas en la parte egipcia, unas 30 ya han fallecido. El paso esta cerrado desde hace dos meses y como Israel no da la menor información sobre la apertura o no de la verja, la gente no puede moverse porque corren el peligro de marcharse y que en ese mismo momento Israel permita el paso durante unas horas, así que se encuentran hacinadas, bajo un sol de mas de 40 grados, con un baño para todo mundo, sin alimentos, ni bebidas, sin dinero, sin información, sin ningún tipo de ayuda, abandonadas a su suerte.
En el lado palestino de la terminal estuvimos con el jefe de seguridad, perteneciente a Hamas, quien después de mostrarnos las instalaciones, nos invito a un té. Fue un momento de lo mas agradable, tras el accidentado viaje por las bombardeadas carreteras palestinas, aguantando un calor extenuante agradecimos un momento de relax. En un abrir y cerrar de ojos, varios soldados sacaron unas filas de asientos del interior de la terminal y las dispusieron debajo de unas palmeras sobre una zona de césped, al momento trajeron el té. Nos sentamos y comenzamos a charlar animadamente sobre la situación actual. Como muchos gazauíes, no entiende porque tienen que ser castigados sencillamente por haber llevado a cabo una elección democrática y repetidamente con una sonrisa afable en los labios nos pregunta si le vemos pinta de terrorista.
La verdad es que no sé cual es la "pinta de terrorista", supongo que la del imaginario occidental ha pasado de ser la de un ruso comunista a la de un árabe musulmán, sin embargo a mi, al pensar en "la pinta terrorista" solo me viene a la cabeza la imagen de hombres engominados debatiendo sobre el mercado de valores, la productividad, los beneficios y los planes de ajuste estructural.
La pinta del jefe de seguridad es la de un joven arreglado, inteligente, deportista y activo y si como dice la legalidad internacional, terrorismo es crear terror en poblaciones civiles no combatientes, pues parece que el, además, con su actividad no practica el terrorismo, ya que solo defiende un paso fronterizo del ejercito de ocupación israelí que habitualmente sí practica el terror sobre poblaciones civiles indefensas y no combatientes, es decir ellos si que son, de hecho, fuerzas terroristas de ocupación.
También visitamos la terminal del aeropuerto totalmente destruida desde que en diciembre de 2001 el ejército israelí arraso con bulldozers los 3008 metros de longitud de la pista de aterrizaje, destruyendo además todas las infraestructuras de unas terminales de estética árabe, realmente bonitas.
Hasta 2001 se habían llevado a cabo algunos vuelos de prueba con Turquía, con Egipto y también se había recibido a diferentes personalidades, entre ellos al primer presidente no árabe, Aznar. El motivo de este viaje llevado a cabo el 21 de julio de 1999, fue que el gobierno español, a través de la cooperación española y como consecuencia de diferentes acuerdos firmados en el periodo de la conferencia de Madrid y los acuerdos de Oslo, dono 25 de los 37 millones de dólares que costo el proyecto. Tras la brutal destrucción, el entonces gobierno del PP no pidió, no ya una indemnización, que hubiera sido lo normal, sino tan siquiera una explicación. Actualmente el gobierno del PSOE, sigue sin pedir ningún tipo de compensación a Israel por la destrucción cometida sobre unas infraestructuras pagadas con dinero español, cuando es no solo su deber, sino también su obligación.
Israel, por su parte aprendió la lección: impunidad total para sus actos, libertad para seguir cometiendo todo tipo de crímenes de lesa humanidad, nada les afecta, nada les puede, están por encima de la Ley.
De todas y cada una de nosotras, de las personas que creemos en la justicia social, de las personas que creemos que otro mundo es realmente posible y necesario, es la responsabilidad de intentar cambiar esta situación.
Salud, Amor y Fuerza.
El calor es sofocante, las gotas de sudor resbalan por nuestras frentes mientras atravesamos la nueva terminal que a modo de estructura fronteriza oficial Israel ha construido en Erez. El punto de paso resulta paradójico, casi esperpéntico, un edificio de dimensiones faraónicas que solo recibe a unas decenas de personas al día. Frialdad en su arquitectura, controles de seguridad, pasillos, tornos rotatorios, preguntas y más preguntas.
Pero estamos felices, hemos conseguido la coordinación necesaria con Israel a través del consulado español, tras reiteradas peticiones y ahora, por fin: estamos en Gaza.
Lo primero que me sorprende al entrar, comparándolo con los años pasados, es la menor presencia de hombres armados por las calles y una extraña, pero significativa calma que lo inunda todo. En otras ocasiones, la primera sensación al adentrarme en la Franja, era como de tensión en el ambiente, de calma tirante, sin embargo este año no he tenido esa sensación.
Las noticias que incansablemente llenan nuestros medios de comunicación con respecto a Gaza hablan de inseguridad, inestabilidad, peligro, sin embargo las sensaciones que tuve al entrar disiparon el desasosiego con el que entraba por lo incierto de la situación y las constantes recomendaciones de nuestras instituciones e incluso de nuestras contrapartes en Cisjoradania para que no fuéramos a Gaza por temor a que algo nos sucediera.
Me resulta, cuanto menos peculiar, que el año pasado estuviéramos en Gaza bajo constantes bombardeos israelíes y no recibiéramos ni la quinta parte de advertencias de peligro que estos días, en los que como hemos podido comprobar, la situación lejos de ser de peligro o de inestabilidad es de tranquilidad total y absoluta.
Parece que el objetivo es evidente, focalizar y magnificar una situación de confrontación interna, para desviar la atención del verdadero problema: la ocupación israelí.
Desde que Hamas se hizo con el control de la Franja, de forma totalmente inapropiada y denunciable, pero como respuesta a la constante provocación de gente relacionada con Fatah interesada en crear el caos interno, la seguridad se respira en las calles de Gaza.
Se ha prohibido a las diferentes milicias que vayan armadas y enmascaradas por la calle, se han eliminado todos los checkpoints en el interior de la Franja, no se permiten los disparos al aire en las bodas que a menudo causaban muertos por la mala utilización de las armas, los lideres de los grandes clanes han sido forzados a elegir entre quedarse con las armas y luchar contra la ocupación o ser encarcelados y se han sellado acuerdos de no agresión entre familias rivales. Parece un cuento de hadas, pero la información la recibimos de una de nuestras contrapartes, de una de las personas que me merece mas respeto por su trayectoria política, social y humana, el director del centro de Derechos Humanos de Gaza, Raji Sourani, por lo tanto le doy peso y credibilidad.
Por si eso no fuera poco, la mera observación en las calles y los contactos y conversaciones con la gente te confirman esa realidad, tan extraña, como necesaria. El director del hospital Al Awda, nos comentaba esta mañana, como ejemplo de esa normalidad y sensación de seguridad que se vive en Gaza que por primera vez desde hace muchos años, había estado la noche anterior hasta la una de la mañana en la playa con su familia y después habían vuelto paseando hasta casa. La gente se siente mas segura, en las calles hay hombres armados que por parejas velan por la seguridad, a diferencia de los grandes grupos de hombres hasta el año pasado encontrábamos en algunas esquinas de las ciudades, sobre todo de ciudad de Gaza, mostrando sus armas en actitud desafiante y chulesca.
A medida que vamos recorriendo los escasos 365 Km2 de la Franja otra de las escenas que llama poderosamente la atención es la inactividad, personas en las puertas de sus comercios, de sus pequeños talleres con las manos sobre el regazo, mirando al infinito o charlando con otras personas. Excepto los mercados en las calles no se percibe apenas movimiento de mercancías, de compras, de trabajo y es que el embargo que los países occidentales aplicaron al pueblo palestino tras el proceso democrático de 2006 y que persiste en la Franja, ha aumentado y agudizado la terrible crisis humanitaria y socioeconómica que asolaba Gaza desde el plan de desconexión de Sharon en 2005, con la conversión de la Franja en una gran cárcel a cielo abierto.
La tasa de paro es superior al 75% y mas del 80% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, con menos de dos dólares por día, la tasa de malnutrición, la anemia, las alteraciones gastrointestinales, las enfermedades por alteraciones de la inmunidad debido a la mala alimentación y al stress están disparadas, los casos de cáncer son cada vez mayores y a parecen en gente mas joven, incluso los ataques al corazón empiezan a afectar a personas entre veinte y treinta años, personas sometidas a unas carencias terribles, con un stress traumático y postraumático terrible y cuyas esperanzas, aun manteniéndose van disminuyendo a medida que el tiempo pasa y la situación, tan solo empeora.
Raed, nuestro taxista en esta visita, es un claro ejemplo que puede ayudar a entender mis palabras. Solo conocerle tras atravesar el checkpoint de Erez, se nos muestra feliz, alegre y dispuesto a todo (como son, la verdad, la mayoría de taxistas en Gaza), sin embargo a medida que vamos pasando tiempo con él y vamos teniendo más confianza y hablando de temas mas personales, su tragedia empieza a aparecer, su dolor por momentos asoma a sus ojos, disipando su sonrisa pizpireta y cambiando su porte alegre y vital, que resulta ser, no una mascara, pero si un salvavidas que le permite seguir el día a día, intentado olvidar lo inolvidable.
El ocho de noviembre de 2006 el ejército israelí lanzo un ataque sobre Beit Hanoun, una ciudad del noreste de la Franja de Gaza. 19 personas, la mayoría mujeres y niños fueron asesinados, de ellos 13 pertenecían a la misma familia, la familia Al Qafarna, la familia de Raed, nuestro taxista.
Entre los asesinados: su padre, su hermano, 3 hijos de su hermano, 2 hijas, una de seis meses y otra de dos años, su cuñada, …
Tantas y tantas heridas imposibles de cicatrizar, imposibles de curar, imposibles de perdonar, imposibles de superar.
Raed, lo intenta día a día y trabaja incansablemente para poder alimentar todos los días a sus cinco hijos y a su mujer. Raed, como el resto de los habitantes de Gaza, sobreviven, disfrazando con sonrisas, tan verdaderas como necesarias, unas terribles historias personales que nosotras, en la comodidad y asepsia de nuestras egoístas vidas occidentales, somos incapaces tan solo de imaginar.
Otra de las cosas, que si bien no es novedad sí me sigue partiendo el alma, es la tristeza en los ojos de muchos niños y niñas, sobre todo de las zonas más castigadas, que principalmente si están solos cuando aparecemos, nos miran entre desconfiados y temerosos cuando no aterrorizados, y es que muchos de ellos lo mas parecido a nosotros que han visto en su vida es un soldado israelí y el recuerdo que les traemos es sencilla y comprensiblemente terrible.
Ayer por la tarde vistamos la terminal de Rafah, en donde esta teniendo lugar una tragedia humanitaria, sin que nadie haga absolutamente nada a pesar de existir bastantes informes de diferentes organizaciones internacionales, denunciando la situación.
Debido al cierre que Israel impone en el paso fronterizo, unas 6.000 personas se encuentran retenidas en la parte egipcia, unas 30 ya han fallecido. El paso esta cerrado desde hace dos meses y como Israel no da la menor información sobre la apertura o no de la verja, la gente no puede moverse porque corren el peligro de marcharse y que en ese mismo momento Israel permita el paso durante unas horas, así que se encuentran hacinadas, bajo un sol de mas de 40 grados, con un baño para todo mundo, sin alimentos, ni bebidas, sin dinero, sin información, sin ningún tipo de ayuda, abandonadas a su suerte.
En el lado palestino de la terminal estuvimos con el jefe de seguridad, perteneciente a Hamas, quien después de mostrarnos las instalaciones, nos invito a un té. Fue un momento de lo mas agradable, tras el accidentado viaje por las bombardeadas carreteras palestinas, aguantando un calor extenuante agradecimos un momento de relax. En un abrir y cerrar de ojos, varios soldados sacaron unas filas de asientos del interior de la terminal y las dispusieron debajo de unas palmeras sobre una zona de césped, al momento trajeron el té. Nos sentamos y comenzamos a charlar animadamente sobre la situación actual. Como muchos gazauíes, no entiende porque tienen que ser castigados sencillamente por haber llevado a cabo una elección democrática y repetidamente con una sonrisa afable en los labios nos pregunta si le vemos pinta de terrorista.
La verdad es que no sé cual es la "pinta de terrorista", supongo que la del imaginario occidental ha pasado de ser la de un ruso comunista a la de un árabe musulmán, sin embargo a mi, al pensar en "la pinta terrorista" solo me viene a la cabeza la imagen de hombres engominados debatiendo sobre el mercado de valores, la productividad, los beneficios y los planes de ajuste estructural.
La pinta del jefe de seguridad es la de un joven arreglado, inteligente, deportista y activo y si como dice la legalidad internacional, terrorismo es crear terror en poblaciones civiles no combatientes, pues parece que el, además, con su actividad no practica el terrorismo, ya que solo defiende un paso fronterizo del ejercito de ocupación israelí que habitualmente sí practica el terror sobre poblaciones civiles indefensas y no combatientes, es decir ellos si que son, de hecho, fuerzas terroristas de ocupación.
También visitamos la terminal del aeropuerto totalmente destruida desde que en diciembre de 2001 el ejército israelí arraso con bulldozers los 3008 metros de longitud de la pista de aterrizaje, destruyendo además todas las infraestructuras de unas terminales de estética árabe, realmente bonitas.
Hasta 2001 se habían llevado a cabo algunos vuelos de prueba con Turquía, con Egipto y también se había recibido a diferentes personalidades, entre ellos al primer presidente no árabe, Aznar. El motivo de este viaje llevado a cabo el 21 de julio de 1999, fue que el gobierno español, a través de la cooperación española y como consecuencia de diferentes acuerdos firmados en el periodo de la conferencia de Madrid y los acuerdos de Oslo, dono 25 de los 37 millones de dólares que costo el proyecto. Tras la brutal destrucción, el entonces gobierno del PP no pidió, no ya una indemnización, que hubiera sido lo normal, sino tan siquiera una explicación. Actualmente el gobierno del PSOE, sigue sin pedir ningún tipo de compensación a Israel por la destrucción cometida sobre unas infraestructuras pagadas con dinero español, cuando es no solo su deber, sino también su obligación.
Israel, por su parte aprendió la lección: impunidad total para sus actos, libertad para seguir cometiendo todo tipo de crímenes de lesa humanidad, nada les afecta, nada les puede, están por encima de la Ley.
De todas y cada una de nosotras, de las personas que creemos en la justicia social, de las personas que creemos que otro mundo es realmente posible y necesario, es la responsabilidad de intentar cambiar esta situación.
Salud, Amor y Fuerza.
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La República-España/España/29/07/2007
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