10/7/07

Iraq, un verano sangriento

10/07/2007
Escalada de violencia sectaria, operativos de los ocupantes y sostenida actividad resistente
Carlos Varea
IraqSolidaridad
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Fuentes anónimas del ministerio de Sanidad iraquí citadas por el diario estadounidense The Washington Post [1] han informado que en junio han sido hallados 453 cuerpos de víctimas no identificadas, la mayoría de ellos con las manos atadas, los ojos arrancados y con claros signos de haber sido torturados. Son víctimas de los escuadrones de la muerte asociados a las fuerzas de seguridad o milicias de las formaciones confesionales shiíes, particularmente del Ejército del Mahdi de Moqtada as-Sáder. Si bien menor a las cifras de los últimos meses del pasado año, este número supone de nuevo un remonte respecto a los meses anteriores y demuestra que el principal argumento del denominado “nuevo plan de seguridad para Bagdad” del presidente Bush y el incremento en 30.000 efectivos de las tropas estadounidenses en la capital a partir de febrero y poner freno a la violencia sectaria, no está dando resultados. Las autoridades de la ocupación y el gobierno colaboracionista han prohibido a los centros sanitarios y al Instituto Anatómico-Forense de Bagdad dar información sobre el número de cadáveres abandonados en las calles de la ciudad o que son recuperados del Tigris.
En enero de 2007 el número de cadáveres hallados en Bagdad fue de 321, una cifra que descendió a 294 en febrero, a 272 en marzo y a 182 en abril, para aumentar de nuevo en mayo hasta 433 y ahora en junio a los indicados 453 cuerpos recuperados, un incremento del 41% desde el inicio del año [2]. Según cálculos del citado medio estadounidense, el número de víctimas en Bagdad de los paramilitares de las formaciones confesionales shiíes ha sido en junio cuatro veces superior al ocasionado por los coches-bomba y atentados suicidas atribuidos a Al-Qaeda en Iraq, que ocasionaron ese mes 134 muertos. La brutalidad de estos atentados masivos llevados a cabo por la red de Al-Qaeda en Iraq o por servicios de inteligencia de varios actores locales y regionales predomina en los medios de comunicación occidentales en detrimento del terror silencioso y apenas mencionado de los escuadrones de la muerte, que operan a la sombra de los ocupantes en un calculado proceso de fragmentación sectaria de la capital y de eliminación del tejido civil anti-ocupación.
Este incremento de secuestros y asesinatos sectarios por parte de milicias confesionales shiíes se asocia a nuevos operativos contra la comunidad sunní en barrios mixtos de la capital, que están sufriendo un proceso de desalojo por el terror. Este mes se denunciaban incursiones conjuntas de fuerzas de seguridad iraquíes y de paramilitares de as-Sáder en los barrios de al-Wehda y al-Baiaa al sudoeste de la capital ante la pasividad de las tropas de ocupación de EEUU [3], las cuales, sin embargo, daban muerte el primero de julio de manera indiscriminada a 26 vecinos de Media as-Sáder en la capital y detenían a otras 17 personas, incursión en este feudo de as-Sáder que ha sido condenada por el gobierno de al-Maliki [4].
La Asociación de Ulemas Musulmanes de Iraq, la máxima instancia religiosa sunní del país y componente del campo anti-ocupación, denunciaba, en un comunicado del día 7 de julio, el secuestro de 25 civiles por parte de la milicia de Moqtada as-Sáder en la ciudad de Mahmudiya, un nuevo episodio de desalojo sectario practicado por el Ejército del Mahdi en esta zona situada al sur de la capital [5].
Como veremos a continuación, la nueva escala de actuación en Bagdad de los escuadrones de la muerte coincide además con críticas públicas de portavoces de Moqyda as-Sáder contra el gobierno del primer ministro de Nuri al-Maliki, del que se han retirado los seis ministros de esa corriente.
Al-Qaeda y resistencia
Por otra parte, los enfrentamientos entre la resistencia iraquí y Al-Qaeda en Iraq han continuado en junio en varias provincias del país [6]. Ya en julio, el jueves 5, el ejército estadounidense imponía el toque de queda en la ciudad de Mendli, al este de la capital y cercana a la frontera con Irán, tras fuertes enfrentamientos en sus calles entre combatientes iraquíes y miembros de Al-Qaeda en Iraq [7]. El campo anti-ocupación iraquí acusa a Al-Qaeda en Iraq de estar favoreciendo con sus atentados indiscriminados el enfrentamiento sectario en el país, al tiempo que intenta imponer su hegemonía en áreas bajo control de la resistencia, particularmente en las provincias de al-Anbar (en la que se localizan las ciudades de Ramadi, su capital; Rutba; Faluya, al-Qaim y Hadiza) y de Diyala, al oeste y norte de la capital, procediendo a la eliminación de dirigentes locales o habiendo recurrido a atentados indiscriminados en ciudades emblemáticas como Faluya o Ramadi.
Dirigentes comunitarios de la provincia de al-Anbar han acusado al gobierno de Nuri al-Mailki de estar detrás de la bomba que el pasado 25 de julio causó la muerte a 12 personas en el Hotel Melia al-Mansur de la capital, entre ellos la de cinco máximos dirigentes tribales de la provincia. Atribuida por el gobierno a la acción de un suicida, hipótesis ya descartada, el atentado habría tenido como objetivo frustrar el encuentro que iba a celebrarse entre dirigentes tribales y religiosos sunníes y shiíes a fin de hacer frente a la actividad de Al-Qaeda en Iraq y frenar la escalada de enfrentamientos sectarios [8]. EEUU ha intentado con escaso éxito aprovechar a su favor el creciente rechazo a la actuación de Al-Qaeda entre la comunidad sunní [9], mientras el gobierno de Nuri al-Maliki ha mostrado su oposición a toda matización que pueda efectuarse respecto a los que genéricamente denomina “terroristas”. La detonación el 8 de julio de un camión-bomba en un mercado de la localidad de Amirli, a 200 kilómetros de la capital, que causó la muerte a más de 150 civiles, debe considerarse como un intento más, quizás de Al-Qaeda, quizás de tramas paragubernamentales, de extender la violencia sectaria a un círculo más amplio en torno a la capital en una zona de población mixta. Es el segundo ataque masivo llevado a cabo en la zona en pocos días.
El trimestre más sangriento para EEUU
Junio se cierra con la confirmación de la estabilización y ampliación de la actividad armada de la resistencia [10]. En junio murieron en combate 93 soldados de EEUU, es decir, una media de tres al día, siempre según datos oficiales del Pentágono; la mayoría de los muertos estadounidenses en los combates de junio se han producido en el área metropolitana de Bagdad [11]. El Reino Unido perdió este pasado mes otros seis soldados. Este trimestre —abril, mayo, junio— ha sido para EEUU el más sangriento desde el inicio de la ocupación de Iraq, con 309 bajas mortales en combate [12].
En la actualidad, además de la campaña en Bagdad, las tropas de ocupación de EEUU están desarrollando dos ofensivas militares en las provincias de al-Anbar y de Diyala, operativos que el Pentágono presenta como un intento de erradicar la presencia de Al-Qaeda en Iraq, red que se ha convertido en la única organización a la que hacen mención los mandos militares estadounidenses en Iraq en los últimos meses, claro intento de anular cualquier referente de legítima resistencia armada contra la ocupación y de identificar a ésta con los ataques indiscriminados de aquélla. Sin embargo, el Partido Islámico, integrado en el Frente de Acuerdo Iraquí (coalición de partidos definidos como sunníes y que participan en las instituciones colaboracionistas), ha negado que los estadounidenses estén atacando a Al-Qaeda y ha denunciado la muerte de 350 civiles en ataques masivos con aviación llevados a cabo por el Pentágono contra la ciudad de Baquba, capital de la provincia de Diyala, región en la que el Pentágono ha desplegado 7.000 soldados propios y otros 2.500 de la Guardia Nacional iraquí en el operativo Arrowhead Ripper. Sin presencia de medios de comunicación internacionales, residentes en la zona han informado a IPS de ataques indiscriminados contra civiles, en lo que esta agencia independiente califica de “[…] castigo colectivo contra la población” [13].
Asimismo, en la provincia occidental de al-Anbar, mientras se combate en otras de sus ciudades, Faluya sigue bajo asedio de los marines y su población soportando una grave crisis humanitaria tras más de un mes de cierre militar completo, según denuncia la Asociación de Ulemas Musulmanes en un nuevo comunicado del 5 de julio [14]. La implicación directa de tropas de EEUU en un nuevo operativo en al-Anbar demuestra que el intento de formar a milicias locales para la lucha contrainsurgente —el denominado Consejo de Salvación de al-Anbar— ha fracasado [15].
El hecho de que EEUU esté recurriendo de nuevo al empleo masivo de artillería y aviación en sus operativos en al-Anbar y Diyala explica que el mayor número de bajas estadounidenses de junio se haya producido en la capital, como antes indicábamos.
Bush ya lo ha advertido varias veces en los últimos días: será un "verano caliente" en Iraq: además de los 21.000 soldados ya enviados en los primeros meses de 2007, otros 28.500 efectivos llegarán a Iraq este verano con destino Bagdad y sus alrededores [16].
Retirada británica: Basora, perdida
Por su parte, Reino Unido ha perdido en los últimos tres meses 18 soldados, un indicio más de la ampliación a la zona sur del país de la resistencia armada, pese al edicto religioso (fatua) emitido en contra por los ayatolás colaboracionistas al inicio de la ocupación. Las dos bases británicas más grandes en esta zona han sido sometidas a ataques de mortero de forma recurrente en junio, sin que se ocasionaran bajas mortales. Como en el resto del país, las bajas británicas se producen por ataques con explosivos contra convoyes militares seguidos de fuego de armas ligeras y lanzagranadas.
En la primera semana de julio las tropas británicas han lanzado en Basora lo que se considera su operativo más intenso desde el inicio de la ocupación. Sin embargo, el abandono de Iraq por parte de Reino Unido es un hecho. Los británicos mantienen aún en el país una fuerza de ocupación de 5.500 soldados, principalmente en la periferia de Basora. La cadena BBC ha adelantado que el contingente británico se reducirá a 1.500 efectivos en el transcurso de un año y que quedará confinado en el aeropuerto de Basora [17].
Fuentes anónimas del gobierno de Nuri al-Maliki señalaban a finales de junio al diario iraquí az-Zamán [18] que Basora está fuera del control de Bagdad, dividida y en manos de milicias shiíes que pugnan entre sí por el control mafioso de las exportaciones de crudo, esencialmente realizadas por en esta zona de Iraq antes que a través del Kurdistán debido a los sabotajes de la resistencia: “[…] La supervisión y administración por parte del ministerio de Petróleo de los campos petrolíferos, las terminales y la principal refinería [de Basora] es solo simbólica: son las milicias las que controlan actualmente la industria petrolífera de la Basora”, señala az-Zamán [19]. Los enfrentamientos entre milicias confesionales shiíes —mafias locales— y entre éstas y las fuerzas de seguridad iraquíes se han extendido a otras provincias del centro-sur y sur de Iraq, en un escenario de pugna esencialmente marcado por la confrontación entre la corriente de Moqtada as-Sáder y el Consejo Supremo Islámico en Iraq de al-Hakim. Con este telón de fondo de enfrentamiento dentro del campo confesional shií y de ascenso del clérigo as-Sáder [20], éste y el gran ayatolá as-Sistani se reunían en privado en Nayaf a mediados de junio en su primer encuentro en tres años a fin de “[…] intercambiar puntos de vista respecto a las condiciones políticas y de seguridad en Iraq” —según declaró un portavoz de as-Sistani [21]. Muy inteligentemente, as-Sáder se distancia de la actuación del gobierno de al-Maliki —asociado a los ocupantes, extremadamente debilitado y muy desacreditado popularmente— y reclama un lugar propio en campo confesional shií, haciendo ostentación de compromiso nacionalista mientras los milicianos del Ejército del Mahdi, antes que dirigir sus ataques contra los ocupantes, lo hacen contra los sectores seculares y anti-ocupación, o proceden a desalojar por el terror a los sunníes de barrios mixtos en la capital.
Sin embargo, pese a haber retirado a sus seis ministros del gobierno de Nuri al-Maliki, la permanencia en el parlamento de los 30 diputados de la corriente de as-Sáder sigue siendo crucial para el mantenimiento de la hegemonía del bloque confesional shií en las instituciones creadas por EEUU. Ciertamente, el gobierno de Nuri al-Maliki atraviesa una notoria crisis tras la salida de 13 de sus ministros en las últimas semanas: los seis de as-Sáder, los seis del Frente de Acuerdo Iraquí (la mencionada coalición de partidos definidos como arabo-sunníes) y el de Justicia. Con tal precariedad, pero aprovechando la coyuntura, el disminuido gobierno de al-Maliki ha aprobado una revisada ley del petróleo que el Parlamento deberá ratificar [22]. Las presiones de EEUU para la aprobación de la ley del petróleo, primero por el gobierno y luego por el Parlamento, son muy fuertes.
Sobre el terreno los operativos militares de los ocupantes, las incursiones de limpieza sectaria de las milicias confesionales shiíes en Bagdad y su periferia sur —retroalimentadas sin duda por los ataques masivos indiscriminados atribuidos a Al-Qaeda—, y los enfrentamientos entre milicias y cuerpos de seguridad shiíes prefiguran una ruptura territorial del país que algunas instancias internacionales plantean como “la única alternativa” para Iraq [23]. Tras ello, está la gestión por nuevas oligarquías locales del petróleo iraquí con fuerte implicación de las compañías petrolíferas internacionales y, más allá de esto, quizás la única salida que les queda a EEUU y Reino Unido, incapaces de controlar militarmente Iraq.
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Notas de IraqSolidaridad:
1. The Washington Post, 5 de julio, 2007.
2. The Washington Post, 5 de julio, 2007.
3. HAQ Agency, 10, 13 y 14 de junio de 2007. Véase en IraqSolidaridad:
James Cogan: El clérigo as-Sáder se ofrece para desempeñar un papel más relevante en el Iraq ocupado. Moqtada as-Sáder: Nadar y guardar la ropa.
4. Al-Jazeera, 1 y 2 de julio de 2007.
5. Uruknet, 7 de julio de 2007.
6. Véase en IraqSolidaridad:
Carlos Varea: La población rechaza los métodos de violencia sectaria e indiscriminada de Al-Qaeda en Iraq. Combates en Bagdad y Baquba entre la resistencia iraquí y Al-Qaeda y enlaces relacionados.
7. McClatchy Newspaper, 5 de julio de 2007.
8. Az-Zamán, 26 de junio de 2007.
9. Véase en IraqSolidaridad:
10. Véase en IraqSolidaridad:
El ataque contra el contingente español en el sur de Líbano y el reparto paritario de muertos de nacionalidad española y de otros países puede servir para estimar el número real de bajas estadounidenses en combate en Iraq, entre las que no se contabilizan las de soldados aún no nacionalizados, hasta un tercio del total, se afirma.
12. Associated Press, 29 de junio de 2007.
13. Nermeen al-Mufti, “More death and political intrigue”, Al-Ahram Weekly, 5 de julio de 2007.
14. Véase en IraqSolidaridad:
La implicación directa de tropas de EEUU en un nuevo operativo en al-Anbar demuestra que el intento de formar a milicias locales para la lucha contrainsurgente —el denominado Consejo de Salvación de al-Anbar— ha fracasado.
15. Véase Nota 9.
16. The Washington Post, 29 de junio, 2007.
17. BBC News, 28 de junio de 2007.
18. Az-Zamán, 27 de junio de 2007.
19. Véase en IraqSolidaridad:
20. Véase en IraqSolidaridad:
James Cogan: Al-Maliki, sometido a fuertes presiones de EEUU y con una grave crisis interna. El gobierno iraquí aprueba un nuevo borrador de la ley de petróleo.
23. Véase el reciente documento de la Institución Brookins The Case for Sofá Partition in Iraq, de junio de 2007.
http://www.nodo50.org/iraq/2007/docs/09-07-07_Varea.html

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