11/7/07

Misterioso abandono de Rato

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El presidente Sarkozy ha entrado en la cocina de las instituciones europeas y mundiales marcando el paso de un nuevo estilo de hacer política en Francia. Domina la situación hasta que no tropiece con la primera piedra. Sin perder tiempo alguno ha puesto en cuestión la competencia europea y ha declarado un cierto patriotismo económico que otros gobiernos han practicado pero sin que se notara. La liberalización de la economía europea está siendo frenada por varios gobiernos nacionales. Italia, Alemania, España y también Francia han puesto palos en la rueda para la fusión de varias empresas. Me quería referir a la sustitución de Rodrigo Rato como director general del Fondo Monetario Internacional que en principio debe ser un europeo. Será un francés. Y no un francés cualquiera sino el que ha sido un gran ministro de Economía de gobiernos socialistas. Dominique Strauss-Kahn disputó el liderazgo socialista a Ségolène Royal. Perdió y ahora Sarkozy lo repesca para situarlo al frente del FMI. Esta navegación por aguas del centro de Sarkozy ha desconcertado a la derecha y a la izquierda de Francia. Strauss-Khan tiene el apoyo de todos los países de la Unión con la excepción de Polonia que ha presentado a su propio candidato. Si no median dificultades inesperadas, un francés dirigirá el FMI, otro francés, Jean-Claude Trichet, es el presidente del Banco Central Europeo y Jean Lemierre está al frente del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo. Mucho poder económico en manos francesas. Sarkozy ha hecho un elogio justo de Rodrigo Rato al que ha calificado como un hombre de "gran calidad" y "uno de los mejores ministros de Finanzas que ha habido en Europa". Puedo suscribir estos elogios. Lo que me pareced discutible, extraño e inesperado, es el abandono de Rato de la dirección del Fondo Monetario Internacional invocando razones personales y familiares. No se puede poner en duda el prestigio de Rodrigo Rato. Pero su decisión hace un flaco servicio a los intereses internacionales de España. Es libre de tomar una decisión que le aleje de Washington, la ciudad más dura del mundo para políticos, financieros, diplomáticos y altos funcionarios. Pero podía permanecer al frente del FMI hasta que terminara su mandato dentro de un año y medio. Habría seguido la tradición de la democracia española de situar al frente de instituciones internacionales personajes de gran relevancia. Se me ocurre citar a Javier Solana, a Manuel Marín, a Abel Matutes, a José Borrell, a Joaquín Almunia, a Pedro Solbes, a Enrique Barón y a muchos otros que han agotado sus mandatos y han hecho una gestión responsable y digna. Si Rato pretende aterrizar en la política española no lo debe hacer invocando razones personales abandonando el Fondo Monetario. No es creíble aunque esté en su derecho. No andamos sobrados de figuras de prestigio internacional. En este sentido le recrimino que haya arrojado la toalla en una plaza como Washington. Y lo hago porque no entiendo la causa de su retirada y no haber cumplido la palabra dada cuando tomó posesión. Hay un punto de misterio en este abandono.
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Lluís Foix 10/07/2007 - 21:26 horas
La Vanguardia-Spain/11/07/2007

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