24/07/2007
Prensa Latina
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El avance de una marcha andina de protesta sobre Lima y la confirmación de la acelerada caída del respaldo ciudadano al presidente Alan García, destacan hoy, a pocos días del primer aniversario del gobierno peruano.La movilización de unos tres mil pobladores de la región sur andina de Ayacucho llegará este lunes a Lima tras 48 horas de caminata por gélidos caminos, según confirmó el presidente regional (gobernador), Ernesto Molina, quien participa en la caminata, que demanda al Ejecutivo atención a demandas sociales.Molina y el frente de Defensa de Ayacucho, Darío Ventura, rechazaron declaraciones del primer ministro, Jorge del Castillo, en el sentido que la marcha es "una huachafería", localismo que significa ridículo o fuera de lugar.El gobernador pidió diálogo al gobierno y negó que la movilización pretenda dañar el turismo interno o afectar las celebraciones del aniversario de la Independencia Nacional, que se celebrará el sábado próximo.Sin embargo, Del Castillo ratificó la negativa del gobierno a dialogar con los líderes ayacuchanos si no detienen la movilización, actitud similar a la observada ante otros importantes conflictos, como la reciente huelga magisterial.La marcha confirmó la certeza de la precariedad de la presente tregua social alcanzada por el gobierno con los maestros y las organizaciones sociales de las sureñas jurisdicciones de Arequipa y Andahuaylas, que realizaron huelgas generales."El reinicio de la protesta en cualquier otra región o actividad está a la vuelta de la esquina", escribe el director del diario Perú 21, Augusto Alvarez, quien considera clave en ese contexto el mensaje al país del presidente García, en el día nacional.La interpretación de por qué se le han complicado las cosas es crucial pues definirá el rumbo del régimen durante el próximo año, agrega el analista, quien adelanta que será un error si insiste en que los problemas son reacciones al intento de realizar reformas.Entre sus sugerencias para el mensaje, Alvarez dice esperar del mandatario "una actitud menos arrogante, y la convocatoria amplia para aunar esfuerzos para salir del atraso".En ese contexto, dirigentes opositores y analistas coinciden en considerar fundamentado el serio descenso del respaldo ciudadano a la gesión presidencial, que de más de 60 por ciento hace un año cayó a 24 por ciento, según la más reciente encuesta de la empresa Conecta.El comentarista de izquierda Gustavo Espinoza considera que el declive constituye una estruendosa caída acelerada vertiginosamente si se considera que sólo en mayo de este año su nivel de aprobación aún bordeaba el 51 por ciento.Advierte que el descenso es también preocupante, pues, por la profundidad de la crisis y la debilidad de las fuerzas de izquierda, el camino de salida puede ser peor.Doce meses de gestión aprista colocan al país ante una disyuntiva ciertamente dramática de la que va tomando conciencia incluso una parte de sus seguidores, agrega, en referencia a la reciente destitución del dirigente oficialista Wilbert Bendezú, por sus posiciones discrepantes.El gerente de Conecta, Hernán Chaparro, dice que "la gente está profundamente desesperada, no ve cambio alguno. Se habla del incremento de las inversiones, pero el poblador no lo percibe. Y ese es un cansancio que se arrastra del gobierno anterior".El sondeo de opinión asigna 71 por ciento de desaprobación como promedio nacional a García y destaca que su peor error fue la negociación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos.Según Chaparro, el partido de gobierno se ha convertido "en una suerte de chivo expiatorio de un sistema que no funciona".El gerente de la encestadora Apoyo, Alfredo Torres, se declaró sorprendido por lo rápido que se ha esfumado el apoyo popular al gobierno, tras una expectativa que se desvanece porque las esperanzas de mejora no se ven satisfechas.
El avance de una marcha andina de protesta sobre Lima y la confirmación de la acelerada caída del respaldo ciudadano al presidente Alan García, destacan hoy, a pocos días del primer aniversario del gobierno peruano.La movilización de unos tres mil pobladores de la región sur andina de Ayacucho llegará este lunes a Lima tras 48 horas de caminata por gélidos caminos, según confirmó el presidente regional (gobernador), Ernesto Molina, quien participa en la caminata, que demanda al Ejecutivo atención a demandas sociales.Molina y el frente de Defensa de Ayacucho, Darío Ventura, rechazaron declaraciones del primer ministro, Jorge del Castillo, en el sentido que la marcha es "una huachafería", localismo que significa ridículo o fuera de lugar.El gobernador pidió diálogo al gobierno y negó que la movilización pretenda dañar el turismo interno o afectar las celebraciones del aniversario de la Independencia Nacional, que se celebrará el sábado próximo.Sin embargo, Del Castillo ratificó la negativa del gobierno a dialogar con los líderes ayacuchanos si no detienen la movilización, actitud similar a la observada ante otros importantes conflictos, como la reciente huelga magisterial.La marcha confirmó la certeza de la precariedad de la presente tregua social alcanzada por el gobierno con los maestros y las organizaciones sociales de las sureñas jurisdicciones de Arequipa y Andahuaylas, que realizaron huelgas generales."El reinicio de la protesta en cualquier otra región o actividad está a la vuelta de la esquina", escribe el director del diario Perú 21, Augusto Alvarez, quien considera clave en ese contexto el mensaje al país del presidente García, en el día nacional.La interpretación de por qué se le han complicado las cosas es crucial pues definirá el rumbo del régimen durante el próximo año, agrega el analista, quien adelanta que será un error si insiste en que los problemas son reacciones al intento de realizar reformas.Entre sus sugerencias para el mensaje, Alvarez dice esperar del mandatario "una actitud menos arrogante, y la convocatoria amplia para aunar esfuerzos para salir del atraso".En ese contexto, dirigentes opositores y analistas coinciden en considerar fundamentado el serio descenso del respaldo ciudadano a la gesión presidencial, que de más de 60 por ciento hace un año cayó a 24 por ciento, según la más reciente encuesta de la empresa Conecta.El comentarista de izquierda Gustavo Espinoza considera que el declive constituye una estruendosa caída acelerada vertiginosamente si se considera que sólo en mayo de este año su nivel de aprobación aún bordeaba el 51 por ciento.Advierte que el descenso es también preocupante, pues, por la profundidad de la crisis y la debilidad de las fuerzas de izquierda, el camino de salida puede ser peor.Doce meses de gestión aprista colocan al país ante una disyuntiva ciertamente dramática de la que va tomando conciencia incluso una parte de sus seguidores, agrega, en referencia a la reciente destitución del dirigente oficialista Wilbert Bendezú, por sus posiciones discrepantes.El gerente de Conecta, Hernán Chaparro, dice que "la gente está profundamente desesperada, no ve cambio alguno. Se habla del incremento de las inversiones, pero el poblador no lo percibe. Y ese es un cansancio que se arrastra del gobierno anterior".El sondeo de opinión asigna 71 por ciento de desaprobación como promedio nacional a García y destaca que su peor error fue la negociación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos.Según Chaparro, el partido de gobierno se ha convertido "en una suerte de chivo expiatorio de un sistema que no funciona".El gerente de la encestadora Apoyo, Alfredo Torres, se declaró sorprendido por lo rápido que se ha esfumado el apoyo popular al gobierno, tras una expectativa que se desvanece porque las esperanzas de mejora no se ven satisfechas.
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