Representantes del mundo de la cultura, la política, la judicatura y la economía despidieron a Rodrigo Uría, presidente del Patronato del Museo del Prado y socio presidente y fundador del bufete de abogados Uría-Menéndez, en cuya sede quedó instalada esta mañana la capilla ardiente.
Rodrigo Uría, cuyos restos mortales llegaron anoche a Madrid, falleció el pasado martes a los 66 años de edad a causa de un infarto cuando se encontraba de vacaciones en Croacia.Procedente de Brasil, el ministro de Cultura Cesar Antonio Molina definió al fallecido como 'una gran persona, gran amigo, persona culta y generosa' y lamentó que Uría se haya ido 'sin asistir a la inauguración del nuevo Prado, en una pequeña jugada del destino'.El ministro informó que el Consejo de Ministros concederá la Medalla de Oro de Bellas Artes a título póstumo a Rodrigo Uría, así como de la reunión del Patronato el próximo jueves para elegir a su nuevo presidente.Hasta entonces, ocupará el cargo la vicepresidenta de este órgano, Amelia Valcárcel, quien desde primeras horas de la mañana se trasladó a la capilla ardiente junto al director del Museo del Prado, Miguel Zugaza, para quien el fallecido era un hombre con una personalidad y un carácter excepcional.'Desde el punto de vista de la cultura hemos perdido a un gran activista, que ha tocado cosas que han sido fundamentales para la historia reciente de la cultura española como la creación del Museo Thyssen-Bornemisza o la recuperación de obras tan importantes para el patrimonio español como 'La Marquesa de Santa Cruz' de Goya'.Para el director del Prado tienen especial importancia los casi veinte años que Uría trabajó para modernizar la principal institución cultural española, 'cuyo proceso afortunadamente ha visto culminar con la presentación de la ampliación'.Amelia Valcarcel, por su parte, lamentó el que Uría no esté en la inauguración del Prado 'porque luchó por ello durante largos años y lo ganó. Era muy buen ganador, ganaba casi siempre, pero esta vez no'.Las numerosas personalidades que se acercaron a la capilla ardiente destacaron la perdida de una gran figura y otras no tuvieron palabras para hacerlo, como la baronesa Thyssen que muy emocionada aseguró que todo lo que se puede decir sobre él es poco '¿qué voy a decir de un hombre tan maravilloso?'.También emocionado, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, lamentó su muerte en nombre de la ciudad. 'Es muy difícil en una declaración expresar la cantidad de sentimientos y de dolor que tenemos los que tuvimos la inmensa fortuna de conocerle'.Gallardón recordó que su amistad con Uría era heredada de su padre y aseguró que todos los abogados 'hemos aprendido algo de él, era el referente claro de una profesión que él llevó hasta el máximo nivel en España. Era un auténtico amigo de sus amigos y una de las personas más inteligentes e ingeniosas, culto y cercano que he conocido'.El ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, lamentó la importante perdida 'sobre todo para los que éramos sus amigos.Perdemos todos. El país un gran ciudadano, un gran jurista, un gran gestor un gran impulsor de la convivencia'.Hasta la capilla ardiente se desplazaron también, entre otros, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega; la ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado; la anterior titular de Cultura, Carmen Calvo, y el Duque de Lugo.Los restos mortales de Rodrigo Uría serán incinerados mañana en la más estricta intimidad por deseo de su familia.
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Terra Actualidad/EFE/20/07/2007
Terra Actualidad/EFE/20/07/2007
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