El jefe del Ejecutivo español dice que «no hay muro que pueda imponerse al sueño de una vida mejor»
Zapatero y Calderón brindan en la cena ofrecida en el Palacio Nacional de México.
ULISES RUIZ-EFE
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P. DE LAS HERAS
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José Luis Rodríguez Zapatero no se resistió a abandonar México sin lanzar una crítica velada a Estados Unidos. El jefe del Ejecutivo aprovechó la cena oficial ofrecida por el presidente Felipe Calderón en el Palacio Nacional para denostar las políticas migratorias basadas exclusivamente en el control fronterizo. «No hay muro, por alto, ancho o largo que sea y cualquiera que sea el material que lo conforme, que pueda imponerse al sueño de una vida mejor», subrayó.La reflexión podría haber sido aplicable a otros países de no hallarse Zapatero en México . En este país la palabra «muro» remite inevitablemente a los miles de kilómetros de hormigón levantados por la Administración estadounidense en la frontera con Latinoamérica. Una solución que, según el presidente del Gobierno, no podrá frenar jamás los intentos de quienes acuciados por la pobreza intentan «conquistar un futuro de bienestar».En contraposición con el férreo control fronterizo de la nación más desarrollada del mundo, Rodríguez Zapatero alabó la generosidad mexicana y su actitud receptiva hacia los extranjeros. «Entre ellos -recordó- figuran los miles de españoles que se vieron obligados a abandonar España por diversas causas, por eso reitero el agradecimiento por la hospitalidad demostrada». Con todo, y en un discurso en el Senado, ayer matizó que la legalidad es el «principio básico» para luchar contra los movimientos migratorios incontrolados y «la mejor garantía para la convivencia», dijo. La cena -a la que asistió toda la delegación española encabezada por el propio Zapatero y su mujer, Sonsoles Espinosa; el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, las secretarias de Estado de Cooperación y para Iberoamérica, Leire Pajín y Trinidad Jiménez y la delegación de empresarios españoles con el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, al frente- puso fin a una intensa jornada de encuentros entre el presidente mexicano y Zapatero .Respaldo antiterroristaCalderón señaló como resumen que la visita ha servido para que España y México entren en una «nueva etapa» de relaciones y reiteró su compromiso con los «esfuerzos» españoles para acabar con el terrorismo. A cambio, España ejercerá de «sólido aliado» en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado.Antes de partir rumbo a Panamá, para conocer los proyectos de ampliación del canal en los que están interesados los inversores españoles, Zapatero participó en un nuevo encuentro con empresarios. En él, animó a los mexicanos a invertir en sectores como el de materiales de construcción, comunicaciones, automoción, alimentación y bebidas.
José Luis Rodríguez Zapatero no se resistió a abandonar México sin lanzar una crítica velada a Estados Unidos. El jefe del Ejecutivo aprovechó la cena oficial ofrecida por el presidente Felipe Calderón en el Palacio Nacional para denostar las políticas migratorias basadas exclusivamente en el control fronterizo. «No hay muro, por alto, ancho o largo que sea y cualquiera que sea el material que lo conforme, que pueda imponerse al sueño de una vida mejor», subrayó.La reflexión podría haber sido aplicable a otros países de no hallarse Zapatero en México . En este país la palabra «muro» remite inevitablemente a los miles de kilómetros de hormigón levantados por la Administración estadounidense en la frontera con Latinoamérica. Una solución que, según el presidente del Gobierno, no podrá frenar jamás los intentos de quienes acuciados por la pobreza intentan «conquistar un futuro de bienestar».En contraposición con el férreo control fronterizo de la nación más desarrollada del mundo, Rodríguez Zapatero alabó la generosidad mexicana y su actitud receptiva hacia los extranjeros. «Entre ellos -recordó- figuran los miles de españoles que se vieron obligados a abandonar España por diversas causas, por eso reitero el agradecimiento por la hospitalidad demostrada». Con todo, y en un discurso en el Senado, ayer matizó que la legalidad es el «principio básico» para luchar contra los movimientos migratorios incontrolados y «la mejor garantía para la convivencia», dijo. La cena -a la que asistió toda la delegación española encabezada por el propio Zapatero y su mujer, Sonsoles Espinosa; el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, las secretarias de Estado de Cooperación y para Iberoamérica, Leire Pajín y Trinidad Jiménez y la delegación de empresarios españoles con el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, al frente- puso fin a una intensa jornada de encuentros entre el presidente mexicano y Zapatero .Respaldo antiterroristaCalderón señaló como resumen que la visita ha servido para que España y México entren en una «nueva etapa» de relaciones y reiteró su compromiso con los «esfuerzos» españoles para acabar con el terrorismo. A cambio, España ejercerá de «sólido aliado» en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado.Antes de partir rumbo a Panamá, para conocer los proyectos de ampliación del canal en los que están interesados los inversores españoles, Zapatero participó en un nuevo encuentro con empresarios. En él, animó a los mexicanos a invertir en sectores como el de materiales de construcción, comunicaciones, automoción, alimentación y bebidas.
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La Rioja-España/Portada/18/07/2007
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