16/8/07

17 de agosto: Aniversario del Fallecimiento del General Don Jose de San Martin Libertador de Argentina, Chile y Perú.

(Yapeyú, Argentina, 25 de febrero de 1778 - Boulogne-sur-Mer, Francia, 17 de agosto de 1850) fue un militar argentino cuyas campañas fueron decisivas para las independencias de Argentina, Chile y el Perú. Junto con Simón Bolívar es considerado uno de los libertadores más importantes de Sudamérica durante la colonización española. En la Argentina tiene el título de Padre de la Patria y se le considera un héroe y prócer nacional. En Perú se le reconoce como Libertador de aquel país y en Chile su Ejército le reconoce el grado de Capitán General.

En 1789, a los once años de edad, comienza su carrera militar en el regimiento de Murcia, mientras estallaba la Revolución Francesa. Luchó en la campaña del norte de África combatiendo a los moros en Melilla y Orán. En 1797 es ascendido a subteniente por sus acciones en los Pirineos frente a los franceses 1793. En agosto de ese año su regimiento, que había participado en las batallas navales contra la flota inglesa en el Mediterráneo, se rindió.

Durante el período que sigue lucha, con el grado de capitán 2° de infantería ligera, en diferentes acciones en Gibraltar y Cádiz.

En 1808 las tropas de Napoleón invaden la Península y el rey Fernando VII es hecho prisionero. Estalla la rebelión contra el emperador y contra su hermano José Bonaparte, que había sido proclamado Rey de España. Se establece una Junta Central de Gobierno que actúa primero en Sevilla y luego en Cádiz. San Martín es ascendido por la Junta al cargo de ayudante 1° del regimiento de Voluntarios de Campo Mayor. Distinguido por sus acciones contra los franceses, es ascendido a capitán del regimiento de Borbón. El ejército ataca y vence a los franceses en la Batalla de Bailén el 19 de julio de 1808, teniendo San Martín una actuación destacada.

Esta victoria permite al ejército de Andalucía recuperar Madrid y es la primera derrota importante de las tropas de Napoleón. San Martín recibe el grado de teniente coronel y es condecorado con una medalla de oro. Continúa luchando contra los franceses en el ejército de los aliados: España, Portugal e Inglaterra. Combate a las órdenes del general Beresford en la batalla de Albuera. Conoce a Lord Macduff, noble escocés, que lo introduce a las logias secretas que conspiraban para conseguir la independencia de América del Sur. Ahí hace contacto por primera vez con círculos de liberales y revolucionarios, que simpatizaban con la lucha por la independencia americana.

Combate de San Lorenzo

Las costas del Paraná eran atacadas permanentemente por los realistas y San Martín se instaló con sus tropas en el convento de San Carlos, posta de San Lorenzo. El 3 de febrero de 1813 y ante el desembarco de 300 españoles, se libró en la zona el Combate de San Lorenzo.

PARTE DEL COMBATE DE SAN LORENZO SUSCRITO POR EL CORONEL JOSE de SAN MARTIN, AL SUPERIOR GOBIERNO. SAN LORENZO, 3 de FEBRERO de 1813:

Exmo Señor. Tengo el honor de decir a V.E. que en el día 3 de febrero los granaderos de mi mando en su primer ensayo han agregado un nuevo triunfo á las armas de la patria. Los enemigos en número de 250 hombres desembarcaron a las 5 y media de la mañana en el puerto de S. Lorenzo, y se dirigieron sin oposición al colegio S. Carlos conforme al plan que tenían meditado en dos divisiones de a 60 hombres cada una, los ataques por derecha e izquierda, hicieron no obstante una esforzada resistencia sostenida por lo fuegos de los buques, pero no capaz de contener el intrépido arrojo con que los granaderos cargaron sobre ellos sable en mano: al punto se replegaron en fuga a las bajadas dejando en el campo de batalla 40 muertos, 14 prisioneros de ellos, 12 heridos sin incluir los que se desplomaron, y llevaron consigo, que por los regueros de sangre, que se ven en las barrancas considero mayor número. Dos cañones, 40 fusiles, 4 bayonetas, y una bandera que pongo en manos de V.E. y la arrancó con la vida al abanderado el valiente oficial D. Hipolito Bouchard. De nuestra parte se han perdido 26 hombres, 6 muertos, y los demás heridos, de este número son: el capitán D. Justo Bermúdez, y el teniente Manuel Díaz Velez, que avanzándose con energía hasta el borde de la barranca cayó este recomendable oficial en manos del enemigo. El valor e intrepidez que han manifestado la oficialidad y tropa de mi mando los hace acreedores a los respetos de la patria, y atenciones de V.E.; cuento entre estos al esforzado y benemérito párroco Dr. Julián Navarro, que se presentó con valor animando con su voz, y suministrando los auxilios espirituales en el campo de batalla: igualmente lo han contraído los oficiales voluntarios D. Vicente Mármol, y D. Julián Corvera, que á la par de los míos permanecieron con denuedo en todos los peligros. Seguramente el valor e intrepidez de mis granaderos hubieran terminado en este día de un solo golpe las invasiones de los enemigos en las costas del Paraná, si la proximidad de las bajadas no hubiera protegido su fuga, pero me arrojo a pronosticar sin temor que este escarmiento será un principio para que los enemigos no vuelvan a inquietar a estos pacíficos moradores. Dios guarde a V.E. muchos años. San Lorenzo febrero 3 de 1813.

Coronel José de SAN MARTÍN

El Cruce de Los Andes

El Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón lo nombró general en jefe del Ejército de los Andes y el 12 de enero de 1817 se inició desde Mendoza el Cruce de los Andes en dirección a Chile. El Ejército de los Andes fue uno de los dos grandes cuerpos militares que la provincia de Cuyo desplegó en la Guerra de Independencia Hispanoamericana; contó inicialmente con 4000 hombres y 1200 milicianos de tropa de auxilio para conducción de víveres y municiones.

El Ejército se dividíó en seis columnas, cuatro secundarias, cuyo objetivo era distraer a las fuerzas enemigas y provocar movimientos favorables a la Revolución en zonas elejadas de la Capital, y dos principales, concentrando el grueso del Ejército, ambas comandadas por el capitán general San Martín. En el cruce de los Andes, para acometer contra las tropas realistas asentadas en el actual territorio chileno, la primera debía atravesar la cordillera de los Andes por el paso de Los Patos, al mando del general Bernardo O'Higgins. La segunda columna estaba bajo el mando del general Juan Gregorio Las Heras, y debía marchar por el camino de Uspallata, conduciendo todo el parque y la artillería, cuyo transporte era imposible por el más escabroso paso de Los Patos.

Las dos debían reunirse en el valle del Aconcagua, mientras que efectivos menores dispersaban las fuerzas enemigas, induciéndolas a engaño respecto del avance de la agrupación principal.

La Independencia de Chile

Las fuerzas de Las Heras, de O’Higgins y de Soler se reúnen el 8 de febrero en el Campamento de Curimón. Ante las noticias del avance del jefe realista, Coronel Rafael Maroto, hacia las casas de Chacabuco, San Martín ordenó el avance y el 12 de febrero se libra la Batalla de Chacabuco. El Ejército de Los Andes obtuvo la victoria sobre los realistas a las órdenes de Marcó del Pont; hubo 500 muertos y 600 prisioneros.

El 19 de marzo de 1818 se produce la batalla o sorpresa de Cancha Rayada; el ejército unido bajo las órdenes de San Martín acampaba cerca de Talca, cuando se supo que Mariano Osorio, jefe español, le preparaba un ataque por sorpresa en la noche. San Martín dispuso cambiar su posición de sus tropas para, a su vez, sorprender a los realistas. Cuando la maniobra no se había completado los españoles iniciaron el ataque. En la oscuridad se generó una gran confusión, ya que tanto realistas como patriotas equivocaron sus posiciones, aquéllos por desconocer el traslado de tropas ordenado por San Martín, éstos por no haberlo completado. Los españoles perdieron 300 hombres, y quedaron dueños del campo; los patriotas tuvieron 120 bajas, pero perdieron el parque, fusiles y 26 cañones. La división a cargo de Las Heras emprendió una retirada ordenada sustrayéndose a la lucha. Así se pudo encolumnar y salvar sus efectivos y su parque de artillería. De inmediato San Martín decidió reorganizar sus medios en las llanuras de Maipú.

El 5 de abril se vuelven a enfrentar en la batalla de Maipú. Esta batalla se desarrolló en tres etapas. Primero, San Martín decidió desplazar a las fuerzas patriotas linealmente, para atacar a los realistas alineados en la parte alta de una lomada. Formaron un triángulo para atacar con la caballería, la artillería y la caballería chilena y patriota por el sur. Osorio impulsó sus fuerzas por la derecha, pero la izquierda cedió por completo. El ejército realista debió retroceder en desorden, los granaderos persiguieron al galope a las últimas fracciones que se retiraban. El adversario dejaba en el campo de batalla 2.000 cadáveres, cerca de 2.500 prisioneros, todo su armamento y material de guerra. El general O'Higgins, herido durante la batalla, se acercó sin embargo montado en su caballo para abrazar a San Martín. Muchos han relatado esta escena con honda emoción. La victoria de Maipú pasa a la historia como una gran batalla a partir de una maniobra extraordinaria. El parte de la victoria dice así: Acabamos de ganar completamente la acción. Nuestra caballería los persigue hasta concluirlos. La patria es libre, abril de 1818. San Martín. El gobierno de Chile lo premia con una vajilla de plata y 6.000 pesos, pero el Libertador rechazó ambos regalos diciendo: No estamos en tiempos para tanto lujo.

Con la batalla de Maipú se obtiene definitivamente la victoria sobre las tropas realistas asegurando finalmente la independencia de Chile. Esto permitió la entrada del ejército en Santiago. El 18 de febrero se convocó a un Cabildo Abierto que propuso a San Martín como Director Supremo de la naciente república, pero éste rechazó el ofrecimiento para evitar sospechas sobre un posible avasallamiento de la Provincias Unidas sobre la autonomía de Chile. Dos días después el cabildo nombra finalmente a O'Higgins como director supremo, designación que avaló. Sin embargo, el Libertador tuvo opositores locales, como los hermanos Carrera, líderes de un sector opositor a O'Higgins, que comenzaron a conspirar para declarar a éste último traidor, juzgar a San Martín como criminal y fusilar a sus seguidores. El complot fue descubierto, Juan José y Luis Carrera fueron fusilados, y José Miguel huyó a la Banda Oriental.

Luego de la emancipación chilena San Martín se trasladó a Buenos Aires para obtener del gobierno un empréstito que permitiera costear los gastos de la Expedición Libertadora del Perú. Pueyrredón le prometió 500.000 pesos pero luego hubo dificultades para cumplir la promesa debido a las luchas internas entre Buenos Aires y los caudillos; entonces San Martín renunció a la jefatura del ejército. Ante este hecho San Martín recibe del Directorio 200.000 pesos, y junto a la ayuda financiera obtenida del Director Supremo de Chile, Bernardo O'Higgins, ambos logran armar una escuadra. El gobierno de Chile determinó que San Martín sería el comandante en jefe de la expedición, que navegaría bajo bandera chilena y que el mando de la escuadra recaería en el marino escocés Lord Thomas Cochrane. Finalmente San Martín es designado Brigadier del Ejército de Chile para posteriormente, cuando zarpe la expedición, ser designado Capitán General del Ejército de Chile.

Cuando se dispuso a reanudar la campaña al Perú recibe la orden del Directorio de marchar hacia el Litoral fluvial con su ejército para combatir a los federales de Santa Fe y Entre Ríos. San Martín se niega declarando: "el General San Martín jamás desenvainará su espada para combatir a sus paisanos".

Finalmente el 20 de agosto de 1820 parte San Martín junto a la expedición desde Valparaíso hacia el Perú. La expedición estaba constituida por alrededor de 4,500 hombres, pertenecientes al Ejército Libertador de los Andes y al Ejército de Chile, de los cuales 1,600 eran marinos y se embarcaron en ocho navíos de guerra y dieciséis transportes.

Independencia y Protectorado del Perú

El 8 de septiembre, el General y su ejército desembarcan en el puerto de Pisco haciendo retroceder al ejército realista, que se repliega a la zona de Sierra.

El virrey Pezuela, jefe del ejército realista, tenía bajo su mando a unos 20.000 soldados, distribuidos por todo el virreinato, de los cuales la mayor parte defendía Lima; tratando de ganar tiempo para reunir a todos los soldados, plantea una salida diplomática al conflicto, que finalmente no llegó a ningún acuerdo aceptable para San Martín. Éste envía inmediatamente una división al mando del general Juan Antonio Álvarez de Arenales hacia Lima, por la ruta de la sierra, para propiciar la insurrección de las poblaciones a lo largo de su trayecto. San Martín sigue con la flota y en los primeros días de noviembre desembarca en la localidad de Huacho, donde fortifica su posición e inicia su estrategia para sitiar definitivamente Lima.

El 29 de enero de 1821 se sublevan altos oficiales realistas contra el virrey Pezuela, quien es derrocado y sustituido por el general José de La Serna, que será nombrado virrey del Perú por la corona. El nuevo virrey propone a San Martín nuevas negociaciones diplomáticas, las cuales finalmente fracasan debido a que la propuesta definitiva del General era la independencia del Perú. El sitio de Lima se prolongó por algunos meses y en el mes de marzo arribó al Perú el capitán Manuel Abreu, enviado por el rey de España como emisario pacificador, sin ninguna consecuencia favorable para los independentistas. San Martín decide iniciar una nueva estrategia y envía dos ejércitos, uno al mando del general Guillermo Miller, para desembarcar en las costas del sur y otra al mando del general Arenales, hacia a la sierra.

San Martín deja Huacho y desembarca en Ancón, estrechando el cerco a Lima. A la vez, inicia negociaciones de paz, que se realizan en la hacienda de Punchauca, cerca de Lima, a fines de abril, mediante sus delegados Guido, García del Río y José Ignacio de la Rosa y los del virrey La Serna, Abreu, Manuel de Llano y Mariano Galdiano. Las negociaciones fracasan nuevamente. El alzamiento del regimiento realista Numancia -integrado por venezolanos- a favor de la independencia, le abre las puertas de Lima a San Martín, obligando a La Serna a abandonar la ciudad el 5 de julio, internándose en la sierra.

San Martín ocupa Lima y reúne a Cabildo Abierto el 15 de julio. El día 28 San Martín declara la independencia y es nombrado Protector del Perú con autoridad civil y militar. Ese mismo año fundó la Biblioteca Nacional del Perú a la cual donó su colección personal de libros y creó la Orden El Sol del Perú. Gobierna el Perú desde el 3 de agosto de 1821 hasta el 20 de septiembre de 1822.

Durante su protectorado recibe un pedido de ayuda del general Antonio José de Sucre, lugarteniente de Simón Bolívar, para la campaña en Ecuador. San Martín envía soldados que participaron en las victorias de Riobamba y Pichincha, que garantizaron la rendición de Quito. Entre los días 26 y 27 de julio de 1822 se realiza la Entrevista de Guayaquil, donde se reúne con Bolívar, teniendo como tema principal la liberación del Perú, principal baluarte realista en Sudamérica, cediendo a éste la iniciativa y conducción de la campaña libertadora. Poco después decide retirarse de todos los cargos y volver a su país.

Vuelto a Mendoza pidió autorización para regresar a Buenos Aires y reencontrarse con su esposa que estaba gravemente enferma. Bernardino Rivadavia, ministro de gobierno del gobernador Martín Rodríguez, se lo negó argumentando que no sería seguro para San Martín volver a la ciudad. Su apoyo a los caudillos del interior y la desobediencia a una orden que había recibido del gobierno de reprimir a los federales, le valió que los unitarios quisieran someterlo a un juicio.

No obstante, como la salud de su esposa empeoraba decidió viajar a Buenos Aires, donde a su llegada ya ella había fallecido el 3 de agosto de 1823.

Exilio y muerte

Al llegar a Buenos Aires se le acusó de haberse convertido en un conspirador. Desalentado por las luchas internas entre unitarios y federales decidió marcharse del país con su hija, quien había estado al cuidado de su abuela. El 10 de febrero de 1824 partió hacia el puerto de El Havre, Francia. Tenía 45 años y era Generalísimo del Perú, Capitán General de la República de Chile y General de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Luego de un breve período en Londres, se instalaron en Bruselas y poco después en París.

En 1825 redactó las Máximas para Merceditas, donde sintetizaba cuáles eran sus ideales educativos.

En 1828 intentó regresar a Buenos Aires, aunque no llegó a desembarcar. Por tres meses permaneció en Montevideo. El levantamiento de su antiguo compañero Juan Lavalle contra el gobernador Manuel Dorrego, el posterior fusilamiento de Dorrego, las rivalidades y la profunda decepción que sentía por lo que acontecía en la política del país fueron los motivos principales para que San Martín decidiera instalarse definitivamente en Europa.

Durante los años en que duró su exilio San Martín mantuvo contacto con sus amigos en Buenos Aires, en donde trataba de interiorizarse de lo que sucedía en su país. Al enterarse, en 1827, de la guerra que Argentina mantenía con Brasil, se ofreció para luchar en ella pero nunca fue llamado.

En 1831 se radicó en Francia en una finca de campo cercana a París. Por esos años tiene lugar su afortunado encuentro con su ex compañero de armas, Alejandro Aguado, marques de las Marismas, quien convertido en un exitoso banquero, designa a San Martín tutor de sus menores hijos, con una generosa paga. Tres años más tarde y gracias al dinero ahorrado trabajando con su amigo, San Martín se mudó a una casa en Grand Bourg, lugar que compró y donde residió hasta 1848. Hasta sus últimos años mantuvo correspondencia con su gran amigo Tomás Guido, quien le mantenía informado sobre la situación política en Argentina y América. Finalmente, en marzo de 1848 se trasladó a Boulogne-sur-Mer, en donde falleció a la edad de 72 años, a las tres de la tarde del 17 de agosto de 1850 en compañía de su hija Mercedes y de su yerno Manuel Balcarce. En su testamento firmado en 1844 declaró como su primer título el de Generalísimo del Ejército del Perú y expresó su voluntad de que no se le hicieran grandes funerales "pero sí desearía que mi corazón fuese sepultado en Buenos Aires".
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BolsónWeb-Argentina/17/08/2007

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