15/8/07

China inicia la cuenta atrás con asignaturas políticas pendientes

Las texturas del Estadio Olímpico (al fondo) y del Centro Acuático contrastan en esta imagen del Parque Olímpico de Pekín.
Foto: JORDI COTRINA
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• Las reivindicaciones sin resolver pueden salpicar los Juegos ante la atenta mirada del mundo
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JOAN CARLES ARMENGOL / ENVIADO ESPECIAL PEKÍN
Pekín entra esta semana en su cuenta atrás. Una gran fiesta en la plaza de Tiananmén el próximo miércoles inaugurará el reloj que marcará los 366 días que faltarán para la inauguración de los Juegos Olímpicos más polémicos y dará el pistoletazo de salida para que el Comité Olímpico Internacional (COI) envíe a sus 205 países miembros la invitación a participar en la gran cita. Los Juegos, del 8 al 24 de agosto del 2008, prometen ser inolvidables, pero también pueden serlo las consecuencias de la osada decisión que el COI tomó en el 2001 de otorgar los Juegos a un país pujante económicamente pero con un gran déficit en el respeto a los derechos humanos.Para China, el acontecimiento se presenta como una oportunidad única de demostrar al mundo su valía. "Organizar unos Juegos triunfales será una demostración del poder y la influencia del país", aseguró recientemente Liu Qi, presidente del comité organizador (BOCOG) y a la vez miembro del politburó del Partido Comunista chino. La propia dualidad de su cargo muestra la importancia que el aparato político concede a los Juegos. Nada puede salir mal. Pero ni esa intención podrá evitar la contestación internacional ante una situación política que casa muy mal con los ideales que defiende el movimiento olímpico.Aparte de los problemas más acuciantes que Pekín deberá paliar antes del inicio de los Juegos (contaminación, tráfico denso, transportes, seguridad, comida y agua no contaminada, un mínimo aprendizaje de inglés y un comportamiento más cívico de la ciudadanía y de la propia policía), China deberá hacer frente a la presión internacional en lo referente a las numerosas reivindicaciones a las que no ha dado salida hasta el momento. Al contrario: ha querido mostrar un guante de seda que no ha podido ocultar su inflexible mano de hierro.
CONFLICTOS SIN RESOLVER
Los conflictos del Tibet, de Taiwán, de los exiliados uigures, de las matanzas de Darfur (que algunos achacan a China porque es el principal cliente del petróleo de Sudán), de la persecución a la secta Falun Gong, de la acusación de tráfico de órganos, de la falta de libertad de información... Son bombas de relojería que amenazan con explotar al amparo del efecto amplificador de los Juegos, si bien es muy probable que la mayoría de manifestaciones sean reprimidas sin contemplaciones y ocultadas a la prensa internacional.Más allá de mostrar al mundo su rápida modernización y pujanza económica, las intenciones democratizadoras de China son más bien tibias, como se constató en la reciente visita del rey Juan Carlos al país, en junio pasado. "El objetivo es la democracia, pero no podemos copiar el modelo de democracia extranjera. Somos 1.300 millones de habitantes y 56 etnias, y es imprescindible mantener la estabilidad social", dijo el presidente de la Asamblea Popular Nacional, Wu Banguo, ante el requerimiento del monarca español sobre las intenciones del país.
CASI TODO A PUNTO
El entramado político amenaza con ensombrecer unos Juegos que en el apartado deportivo no vislumbra problemas insolubles. El Mundial júnior de remo será la primera de las 26 pruebas test que acogerán las 35 instalaciones que ya estarán entregadas a finales de diciembre. Solo el Estadio Nacional, llamado ya popularmente Bird's Nest (nido del pájaro) por su textura exterior, dilatará su finalización hasta marzo del 2008.Los 2.100 millones de dólares (1.524 millones de euros) que costarán los Juegos serán fácilmente recuperables por derechos de televisión, patrocinios y la venta de 7 millones de entradas. El retorno de los 29.042 millones de euros invertidos en infraestructuras será más difícil de cuantificar.
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El Periódico-España/15/08/2007

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