El ex embajador defiende la retirada norteamericana de Irak y que Hamas participe en el proceso de paz palestino
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Dezcallar desea que su colección de joyas siga en Valldemossa, "un lugar con gran oferta cultural".
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PERE MARÍ.
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PALMA. Ex embajador en Marruecos y la Santa Sede, buen conocedor de la realidad del Oriente Medio, además de antiguo responsable del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el mallorquín Jorge Dezcallar se halla ahora al frente del Consejo Estratégico Internacional de Repsol-YPF, un organismo asesor de la compañía petrolera. Dezcallar afirma que hallar una solución a la violencia en Irak "pasa por la salida de los norteamericanos del país".-¿Qué política debe seguirse respecto a Marruecos, del que muchos dudan de su carácter de democracia?-A España le interesa un Marruecos estable, desarrollado y democrático. Hay que invertir allí y crear puestos de trabajo para que su población no se vea obligada a emigrar. Es un mayor desarrollo el que acabará conduciendo a la sociedad a expresar mayores exigencias de participación. La democracia no se contruye sobre estómagos vacíos.-¿Qué opinión tiene sobre el futuro de Irak-La solución tendrá que pasar por la salida de los norteamericanos, porque sólo así los iraquíes se tomarán en serio su proceso de reconciliación, y los estados vecinos colaborarán para lograr una mayor estabilidad y evitar la partición del país. -¿Hay posibilidades de resolver un problema tan enquistado como el de Palestina?-El problema palestino es el eje del Oriente Medio. Todo está vinculado a él. Ahora se habla de llevar adelante una nueva conferencia de paz, que debería prepararse sobre bases realistas. Se debería incluir en el proceso a todos los palestinos.-¿También a Hamas?-También, porque no hay que olvidar que ganaron unas elecciones. Hay que hallar una fórmula para incluirles, ponerles unas condiciones y ofrecer unas contrapartidas. Lo que sí que tengo claro es que en cualquier nueva negociación entre Israel y Palestina no deberían dejarse temas conflictivos para el final, porque el modelo no funcionó antes. Se tiene que hablar de todo: de refugiados, de fronteras y de Jerusalén.-¿La imagen de España en los países árabes ha quedado tocada tras la intervención en Irak?-Lo de Irak está superado. Sigo viajando a menudo a países árabes y nunca he tenido la más mínima sensación de rechazo. España también es para ellos Al Andalus, su época más gloriosa. Lo que nos deberían preocupar son las reivindicaciones de los islamistas más radicales, que llaman a la reconquista de Al Andalus. -El movimiento islamista crece, también en Marruecos. ¿Cómo explicar su auge?-En Marruecos, el islamismo crece, aunque hay que tener en cuenta que el rito malaquita que predomina es más moderado que el wahabita, y que el Rey es tanto jefe político como religioso. El país experimenta el mismo proceso de emigración a las ciudades que vivimos aquí hace cincuenta años. El movimiento islamista trabaja con esta gente en las zonas más pobres. Concede microcréditos, escolariza a los niños gratuitamente...y esto les hace ganar apoyos. También están en la universidad, donde muchos estudiantes, al acabar, no tienen perspectivas laborales. En muchos países, los islamistas no son los más pobres, sino los más inadaptados. Son una reacción a un proceso de modernización frustrado.-La colección de joyas bereberes que cedió durante 10 años al Govern se expone hasta septiembre en la Fundació Coll Bardolet de Valldemossa. ¿Qué destino le gustaría para ella?-Valldemossa es un municipio que se especializa en cultura y que tiene una notable oferta, desde Costa Nord a la Cartoixa. Me gustaría que continuase en el pueblo. La gente está contenta con la colección y ha recibido comentarios elogiosos. Me gustaría que esto sirviese como un paso más para dar a conocer en Mallorca la realidad del Norte de África. He hablado con los responsables de la Casa Árabe en Madrid, para tratar la posibilidad de que algunos conciertos, conferenciantes o artistas también pudiesen realizarse aquí.-Después de muchos años en la primera línea de la diplomacia española, pasa más tiempo ahora en Mallorca. ¿Cómo ve la isla?-Veo que las cosas van bien. Económicamente, la evolución es positiva. Socialmente, también, ha llegado mucha gente de fuera y creo que este proceso se está llevando bien. Ahora hemos vivido un cambio político importante. Noto que el presidente Francesc Antich ha dado muestras de un enorme pragmatismo al dar sus primeros pasos. Creo que esto es positivo. Ahora, más que expectativas, lo que hay es expectación ante lo qué se hará en los próximos meses.
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Diario de Mallorca - España/20/08/2007
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