16/08/2007
Opinión
Romney, presidente popular pero solo
Andrés Oppenheimer
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He aquí lo primero que pensé tras entrevistar días atrás al aspirante presidencial republicano Mitt Romney: irónicamente, es uno de los candidatos que más conoce América Latina y al mismo tiempo será el menos querido en la región.Romney, el millonario ex gobernador de Massachusetts apoyado por los sectores más conservadores de su partido, se ufana de ser el único candidato republicano con un sitio de Internet en español, un equipo de asesores en asuntos latinoamericanos (que incluye al ex jefe de asuntos hemisféricos del Departamento de Estado, Roger Noriega) y asistentes que emiten comunicados sobre los últimos acontecimientos en Venezuela, Cuba y otros temas de la región.Romney me dijo que su papá nació en México —su familia era parte de una comunidad mormona allí— y que uno de sus cinco hijos, Craig, vivió dos años en Chile como misionero de la Iglesia Mormona. El propio candidato viajó al menos una docena de veces a América Latina durante sus años como presidente de la empresa de capital de riesgo Baine Capital, según me señaló.“Las inversiones para la compañía que yo fundé, Baine Capital, vinieron principalmente de América Latina”, me señaló Romney. “Mis principales inversionistas individuales eran de El Salvador, Ecuador, Colombia y Guatemala. De manera que siento una gran cercanía con los latinoamericanos”.Sin embargo, entre los candidatos con más posibilidades de ambos partidos, Romney es el que ha adoptado las posiciones más duras en temas como inmigración, Venezuela y Cuba. Sus posiciones en éstos y otros temas son diametralmente opuestas a la de casi todos los países de América Latina.En materia de inmigración, Romney se opuso al reciente proyecto de ley de reforma migratoria apoyado por el presidente Bush, que permitía la regularización de inmigrantes indocumentados. Según dijo Romney, el proyecto equivaldría a una “amnistía para inmigrantes ilegales”. Y Romney es un gran defensor del muro de Estados Unidos en la frontera con México.“Estamos a favor de la inmigración, pero de la inmigración legal, no la inmigración ilegal —me dijo el candidato—. Desde mi perspectiva, a quienes vienen aquí ilegalmente deberíamos decirles: 'Son bienvenidos a ponerse en la fila con todos los demás que se quieren convertir en residentes permanentes, o en ciudadanos', pero no debe haber una vía especial para quienes han llegado aquí ilegalmente”.Cuando le pregunté si pretende deportar a los 12 millones de trabajadores indocumentados que ya están en este país, Romney dijo que “yo no estoy buscando una deportación masiva... Algunos recibirían visas temporales... Habría un período de transición, en que la gente se podría quedar aquí y terminar de vender sus casas, o terminar las clases en las escuelas”.Cuando hablamos de Venezuela, Romney criticó al aspirante presidencial demócrata Barack Obama por decir que él se reuniría con el presidente venezolano Hugo Chávez en el primer año de su presidencia.“Creo que Barack Obama cometió un gran error —dijo Romney—. En mi primer año, buscaría sentarme con líderes de países que son nuestros amigos, como los presidentes (colombiano Álvaro) Uribe, (mexicano Felipe) Calderón y (chilena Michelle) Bachellet”.Al preguntarle sobre cuál sería su política hacia Venezuela, Romney me dijo que cree que “Chávez personalmente es un payaso”.Sin embargo, “la forma adecuada de lidiar con él no es atacándolo. Por el contrario, es apoyando a sus vecinos que son nuestros amigos y asegurando que finalmente aprobaremos los tratados de libre comercio con Colombia, Panamá y Perú, y construiremos una relación con Brasil”.Sobre Cuba, Romney dijo que él apoya “continuar con la política de aislamiento a los hermanos Castro” y que se adheriría al pie de la letra a la ley Helms-Burton que prohíbe a los presidentes de Estados Unidos flexibilizar las sanciones a la isla, hasta después de que Cuba realice elecciones libres.
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Mi opinión: La propuesta de Romney de que la mayoría de los 12 millones de trabajadores indocumentados —la mayoría de ellos hispanos— se vayan de este país es música para los oídos de los sectores más xenofóbicos de Estados Unidos, pero es totalmente irreal. Y su postura sobre Cuba y Venezuela es el mismo discurso que hemos estado escuchando de la Casa Blanca en años recientes.No estoy seguro si Romney está profundamente comprometido con esas posturas o sólo está tratando de ganar los votos conservadores que necesita para alcanzar la nominación republicana; su récord como gobernador de Massachusetts sugiere que es más moderado de lo que aparenta ahora. De cualquier forma, si llega a ser electo, Romney será un presidente muy popular en los círculos conservadores de Estados Unidos, y un hombre bastante solitario en el resto del continente.— Miami, Florida.
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