21/8/07

Estados Unidos-Gran Bretaña: Divorcio paulatino

Gordon Brown

Foto: archivo
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leonardo boix

Gran Bretaña estaría en vías de finalizar la espinosa “relación carnal” que mantenía con Estados Unidos en materia de política exterior, vínculo que cuidaron y ampliaron durante más de una década el exprimer ministro británico Tony Blair y su máximo aliado, el presidente estadunidense George W. Bush.

Tal es la conclusión a la que llegó el Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento británico en un informe de 140 páginas, el cual detalla los principales errores que cometió la administración laborista de Blair, y la nueva línea de acción que ha emprendido el gobierno de su sucesor, el escocés Gordon Brown.

Dicho comité parlamentario –integrado por 14 legisladores y presidido por el laborista Mike Gapes— presentó el informe el pasado 13 de agosto en la Cámara de los Comunes. Lo tituló Seguridad global: el Medio Oriente.

El documento apunta que la reputación de Gran Bretaña en el mundo “quedó dañada severamente” debido a que el gobierno de Blair “dudó” en agosto de 2006 en llamar a un cese inmediato del fuego durante la guerra del Líbano.

Para el informe, ese fue "un punto de inflexión" en la política de Londres hacia Medio Oriente, como también lo fue el apoyo a Washington en la guerra de Irak.

El documento critica a Blair “por esperar varias semanas antes de instar a Israel y al grupo Hezbollah a abandonar la violencia de forma categórica”. Señala que si el gobierno de Londres hubiera actuado con más agilidad, “habría salvado la vida de muchos civiles israelíes y libaneses inocentes, al tiempo que hubiera trabajado en una solución a largo plazo para la crisis de Medio Oriente”.

El informe califica las acciones militares de Israel en Líbano como “indiscriminadas y desproporcionadas”. Condena en particular los ataques contra observadores de Naciones Unidas y el lanzamiento de más de 3.5 millones de “bombas racimo” 72 horas después que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución que puso fin al conflicto.

“El gobierno debió dialogar urgentemente con elementos moderados de Hezbollah, incluso a pesar de la influencia negativa del ala militar de ese grupo y de los vínculos malignos con Siria e Irán”, destaca el informe. Y considera como “totalmente equivocada” la política de Blair en Medio Oriente.

Sin embargo dio la bienvenida a la decisión del Cuarteto --formado por la Unión Europea (UE), ONU, Rusia y Estados Unidos-- para que Blair “negocie” como nuevo enviado especial a Medio Oriente.

La Hoja de Ruta, “irrelevante”

Sobre la situación en Palestina, el informe señala: “Un gobierno de unidad nacional debió establecerse mucho antes de la primavera (boreal) de 2007. Dada la complejidad de la situación en los territorios palestinos, Londres debería considerar urgentemente formas para entrar en diálogo político con elementos moderados dentro de Hamas”.

De esta forma “se ayudaría a cumplir con los tres objetivos básicos del Cuarteto: el cese de la violencia en la región, el reconocimiento de Israel como un Estado y la aceptación de los acuerdos y obligaciones previas".

Israel, Estados Unidos y la UE consideran a Hamas una organización terrorista y han afirmado que no negociarán directamente con ese grupo hasta que renuncie a la violencia y reconozca al Estado de Israel.

El informe califica a la llamada Hoja de Ruta –plan de paz para Medio Oriente— como “irrelevante” en la dinámica del conflicto árabe-israelí. Dice que “la falta de disposición del Cuarteto para desafiar de manera firme las fallas de ambas partes en el cumplimiento de sus obligaciones, ha deteriorado la utilidad (de la Hoja de Ruta) como vehículo para la paz”.

La Hoja de Ruta, afirma, “es ahora prácticamente inservible".

No obstante, recupera algunos objetivos de dicho plan de paz, como el que aboga por crear un Estado “viable, independiente y democrático para los palestinos, que coexista pacíficamente con un Israel seguro”, así como por “el fin de la ocupación (de territorios palestinos) que comenzó en 1967”.

En un contexto más general, el informe recomienda al gobierno de Brown no “repetir los errores de Blair” y excluir frases como “guerra contra el terrorismo” o “arco de extremismo”, ya que “son poco útiles y semejantes simplificaciones exageradas pueden tener implicaciones políticas peligrosas”.

También le aconseja hacer “algo que no se hizo en el pasado”: prestar más atención al impacto que pueden tener sobre Medio Oriente la política exterior británica en materia de prevención de conflictos o de la lucha contra el terrorismo.

Sobre la situación en Irak, el informe sostiene que las nuevas medidas militares de Estados Unidos –como el envío de unos 30 mil soldados a ese país— “están destinadas a fallar”, debido a que no existe una política de fondo “bien analizada” que logre “sustentar a largo plazo el objetivo de llevar la paz al pueblo iraquí”.

En su informe, los legisladores británicos expresaron que “es muy pronto para dar un veredicto definitivo” sobre las recientes medidas aplicadas por Estados Unidos en Irak, “pero no parece que vayan a lograr su objetivo. Creemos fuertemente que están destinadas a fallas”.

Y señalan que el éxito de esa estrategia “dependerá al final de cuentas de la habilidad de los políticos iraquíes para alcanzar acuerdos en diversos temas y no del número tropas que pueda o no desplegar Estados Unidos en suelo iraquí”.

“La seguridad se logrará con inteligencia, táctica y diálogo, no con las armas”, enfatiza.

Nuevo lenguaje

El primer ministro británico tiene previsto anunciar en octubre próximo su estrategia para Irak. Lo hará ante en el Parlamento de Londres. Según analistas políticos y editorialistas, ésta tendrá como sustento un “alejamiento” de las posiciones neoconservadoras de Washington.

En ese sentido Claire Spencer, directora para el Programa de Medio Oriente del Chatham House de Londres, uno de los centros de investigación más importantes del mundo en materia de política internacional, confirma que la administración de Brown “se está divorciando paulatinamente de Washington”.

En entrevista con Apro, Spencer dice que el nuevo gobierno británico “ha comenzado a modificar su vocabulario, y está listo para escuchar nuevas voces” en las negociaciones internacionales.

Spencer --experta en las relaciones de la Unión Europea (UE) con Medio Oriente, así como en temas de seguridad internacional--, sostiene que Londres “ha aprendido de las críticas que los británicos hicieron a Blair en el pasado”.

Explica: “Blair, repitiendo el discurso de Bush, veía los problemas del mundo con mucha simpleza: todo era negro o blanco; o se era terrorista o amante de la libertad. Este discurso fue muy dañino para los intereses británicos y también para su imagen”.

Spencer considera que el gobierno de Blair “dejó pasar muchas oportunidades”.

Abunda: “Hubo oportunidades perdidas, especialmente por las negociaciones con Hamas. Gran Bretaña y la comunidad internacional deben explorar nuevas formas de dialogar con esa organización, ya que ese es el punto central para resolver el conflicto en Medio Oriente”.

--¿Cree que el gobierno de Gordon Brown se está separando de la política exterior de Estados Unidos?

--No tenemos evidencia de que el gobierno esté tomando una dirección completamente diferente en materia de política exterior, lo que hemos notado desde la subida (al poder) de Brown y de su canciller, David Miliband, es un nuevo uso del vocabulario.

Según la experta, los funcionarios de Londres “ya no están hablando como Blair de libertad contra despotismo islámico o terrorismo".

--¿De qué se trata este vocabulario? ¿Cuál sería su fin político?

--Brown es muy inteligente al utilizar este nuevo vocabulario que describe nuevos eventos en el mundo y en Medio Oriente. Blair estaba muy pegado a las directivas de Estados Unidos. Lo que queda claro en Brown, ciertamente tras su visita a Washington (el 30 de julio pasado), es que ha vuelto a utilizar un idioma centrado en los intereses británicos, asegurándose al mismo tiempo de mantener las relaciones transatlánticas.

--¿Londres se está ‘divorciando’ de Washington, por el fin de la ‘relación carnal’?

--No estamos viendo un divorcio completo, aunque sí de cambios a la hora de ver la situación, lejos de los análisis de blanco y negro hechos por Blair, que fueron muy dañinos, como aquellos durante la Guerra del Líbano.

--¿Cómo ve el futuro del gobierno de Brown en materia de política exterior?

--Él ha dado un paso más allá, que lo está distanciando de su predecesor. Ha nombrado a su propio enviado especial a la región, Michael Williams, quien tiene una gran experiencia en el conflicto de los Balcanes. No es un experto en Medio Oriente, pero tiene mucha experiencia en procesos de paz. Será interesante ver qué ocurre. Creo que será una forma de mitigar la imagen negativa que los palestinos y libaneses tienen de Blair.

Spencer considera que a pesar de los cambios, el gobierno de Brown “sigue estando cerca de Israel y de sus intereses”. Subrayó que “el mayor interés del primer ministro es convocar a elecciones en los próximos meses, y así ser elegido por mandato popular en lugar de simplemente haber sido votado por el laborismo para reemplazar a Blair. Lo que busca es legitimidad. Y creo que los sondeos le están dando la razón y buenos signos”.

--¿Por qué entonces ese cambio a las relaciones trasatlánticas?

--Brown está mostrando otra dirección política y trata de conseguir una plataforma de apoyo, por un lado para que sobreviva su propio gobierno, y por otro porque quiere demostrar al electorado británico que no es alguien que tiene ideas preconcebidas sobre el mundo, y que no hará oídos sordos a las críticas que recibió Blair y su gobierno laborista en los últimos años.

Proceso - Mexico/21/08/2007

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