Gobierno de Bachelet concedió el agreement. Ahora el Senado estadounidense debe ratificar la designación del diplomático, proceso que podría demorar un par de meses.
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ANTONIETA CÁDIZ
Corresponsal
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WASHINGTON-El actual subsecretario de Energía, Sanciones y Comodities, Paul Simons, se hará cargo de la embajada de Estados Unidos en Chile después que el gobierno de la Presidenta Bachelet concedió el respectivo beneplácito para la nominación del diplomático.En fuentes gubernamentales chilenas se confirmó que La Moneda otorgó el agreement para que Simons asuma la representación después que el pasado miércoles el actual embajador, Craig Kelly, se reunió con autoridades de la Cancillería en Santiago.El agreement es un proceso de protocolo obligatorio en el que un gobierno presenta el nombre de su futuro representante y debe esperar que el gobierno que lo recibe lo apruebe.Aunque el embajador de Chile en Washington, Mariano Fernández, declinó hacer declaraciones respecto al tema, fuentes cercanas al Departamento de Estado confirmaron que el anuncio será hecho durante los próximos días.La nominación de Simons ha causado sorpresa en la capital estadounidense porque en círculos informados se pensaba que las mayores posibilidades de ser nombrado eran de Carl Meacham, asesor jefe para asuntos latinoamericanos del senador republicano Richard Lugar, hijo de madre chilena, quien también estaba siendo considerado.Previo a 2003, año en que asumió su cargo actual, Simons se desempeñó como secretario de Estado Adjunto para Narcóticos Internacionales y Ejecución de la Ley, además de haber servido como diplomático en la embajada de Israel.A pesar de que la Casa Blanca estaba al tanto de que el periodo del embajador Kelly llegaba a su fin a mediados de 2007 -y aunque representantes de otras embajadas latinoamericanas como Venezuela, Colombia y Perú ya fueron confirmados-, la situación de Chile tendrá un importante retraso.Incluso si la nominación se anunciara de inmediato, es probable que la embajada de Chile esté sin representante por alrededor de dos meses, después del retorno a Washington del actual embajador.Esto se debe a que tras el anuncio, los antecedentes del nominado se envían al Senado, que el próximo 6 de agosto entrará en receso por un mes. Una vez que la Cámara Alta reanude sus sesiones, debe asignar un horario para la realización de una audiencia en el Comité de Relaciones Exteriores, donde se discuten las capacidades y perspectivas del candidato en su nuevo cargo, para luego votar sobre si recomienda o no al nominado ante el Senado.Según fuentes cercanas al gobierno estadounidense, el comité demorará en este proceso, debido a que en general busca discutir varias nominaciones al mismo tiempo y en la actualidad se espera también la designación del nuevo embajador ante la OEA.Una vez que este proceso termine, la Cámara Alta en Pleno votará al nominado y si se obtiene una mayoría simple, de 51 votos o más, la designación será confirmada.Un experto en temas de energía y narcotráficoPaul Simons tiene un dilatado currículo que revela experiencia y conocimiento de la realidad de América del Sur.El embajador Simons es considerado un experto en temas de energía y narcotráfico, con gran conocimiento de la realidad sudamericana, según el currículo que aparece en la página web del Departamento de Estado.Desde el año 2003, se desempeña como subsecretario de Estado Asistente de Energía Internacional, Sanciones y Mercancías.En ese cargo coordina las iniciativas diplomáticas de los Estados Unidos en materia energética en todo el mundo, y representa a su país ante la Agencia Internacional de Energía.Otra de sus tareas fue coordinar las políticas estadounidenses relacionadas con sanciones económicas hacia quienes otorgan financiamiento al terrorismo, y a los conflictos por la explotación de diamantes.Antes de ocupar esos cargos, fue asistente del secretario de Estado para los asuntos relativos al control y combate al narcotráfico a nivel internacional. Allí es donde asume un papel preponderante respecto de este flagelo en América del Sur.En esas funciones manejó la Iniciativa Andina Antinarcóticos, un programa que contó con un presupuesto de 750 millones de dólares y que se desarrolló con Colombia, Perú y Bolivia, países en que el tráfico de drogas es un grave problema social.Pero también participó en otras tareas, como el conflicto en Medio Oriente. Fue subjefe de misión en la Embajada de EE.UU. en Israel, y en la década pasada tuvo una activa colaboración en una serie de negociaciones de paz árabe-israelíes.Entre 1992 y 1996 fue consejero económico de la embajada de Estados Unidos en Quito, Ecuador. Trabajó como economista internacional en el Departamento del Tesoro, donde se ocupó de asuntos de política financiera y de reestructuración de deuda en países en vías de desarrollo.Previamente, estuvo en las embajadas de Malawi y Colombia.Antes de ingresar al Departamento de Estado, trabajó como subgerente en un banco de Nueva York.Posee una licenciatura en Yale y un MBA en finanzas en la Universidad de Nueva York. Habla español y francés.
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El Mercurio/04/08/2007
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