Los planteamientos del presidente Nicolas Sarkozy dan pie a diversas interpretaciones, si bien los editoriales de la prensa coinciden en destacar el rol protagónico que quiere conferir a Francia y Europa.
Rheinische Post, de Düsseldorf: “Nicolas Sarkozy plantea un ultimátum a la Unión Europea. O inicia un debate de fondo, en el que se discuta sobre los límites y el futuro de la comunidad, o pondrá su veto a la prosecución de las negociaciones para la adhesión de Turquía. Aun cuando la UE acceda a los deseos de Sarkozy, es más bien improbable que Turquía llegue alguna vez a ser miembro de ella. (...) El presidente francés derrocha confianza en sí mismo, marca la cancha en materia de política exterior y da una nueva orientación global a su país. A diferencia de su antecesor, Jacques Chirac, Sarkozy modifica la relación de Francia con Estados Unidos. Envía a su ministro de Relaciones Exteriores a Bagdad, emitiendo una señal de que, más allá de la crítica a Estados Unidos, París está dispuesto a asumir responsabilidad. De Sarkozy se escuchan duras palabras sobre la ‘brutalidad de la política exterior rusa’. Chirac apostaba en cambio por el eje Moscú - Berlín - París. Eso ha quedado atrás. Sarkozy quiere una reforma de la ONU y un asiento permanente para Alemania en el Consejo de Seguridad... es mucho lo que se propone”.
Las reglas de la democracia
Financial Times, en su edición alemana: “Por refrescante que sea el estilo de Sarkozy, fracasará en materia de política exterior si cree que puede forzar las cosas. En el plano interno, en el sistema político francés uno puede imponerse por la vía del conflicto. Hacia el exterior, en cambio, una potencia mediana como Francia sólo puede desarrollar influencia si se atiene a las reglas de la democracia: marcar acentos, contar con aliados sólidos. Sarkozy no sigue esas reglas. Se propone reorientar por completo la UE y proseguir las negociaciones de adhesión con Turquía sólo bajo sus condiciones. Sarkozy tendrá que aprender que política europea no funciona así. Quien quiere hacer política a nivel internacional no necesita sólo una voluntad férrea sino también amigos fieles”.
Europa, prioridad absoluta
Dernieres Nouvelles d’Alsace, de Estrasburgo: “Al asignar ‘prioridad absoluta’ a Europa y ligar el Futuro de Francia a la integración europea, Nicolas Sarkozy no sólo sigue la huella de su antecesor sino que acelera la marcha considerablemente. Sus posturas dejan en claro que Francia quiere pertenecer a la avanzadilla europea. E, implícitamente, dan a entender que en la Unión Europea habrá varias velocidades: estados plenamente integrados, aquellos que lo están en menor grado y otros que podrán armar ‘a la carta’ su propia Europa”.
‘Europa del Mediterráneo’
Corriere della Sera, de Milán: “Pragmático como siempre y en forma bastante descarada, Sarkozy corrigió su conocida tozudez en lo tocante al ingreso de Turquía a la UE. Durante la campaña defendió férreamente su postura, con la fórmula ‘no hay lugar para Turquía’ en la UE. Hoy, el presidente prefiere iniciar una reflexión sobre el futuro de Europa (...) y, en ese marco, proponer también negociaciones con Ankara. La apertura de Sarkozy reflejan la voluntad de dar más contenido al plan de una ‘Europa del Mediterráneo’. El trasfondo es la visión de una Europa que realmente esté en condiciones de desempeñar un papel importante en el escenario mundial, tanto en lo tocante a los peligros para la paz (Irán, Irak, Líbano, Afganistán) como a las potencias emergentes (India, Brasil) y a la nueva agresividad política y económica de Rusia y China”.
Rojas Sasse, Emilia
Rheinische Post, de Düsseldorf: “Nicolas Sarkozy plantea un ultimátum a la Unión Europea. O inicia un debate de fondo, en el que se discuta sobre los límites y el futuro de la comunidad, o pondrá su veto a la prosecución de las negociaciones para la adhesión de Turquía. Aun cuando la UE acceda a los deseos de Sarkozy, es más bien improbable que Turquía llegue alguna vez a ser miembro de ella. (...) El presidente francés derrocha confianza en sí mismo, marca la cancha en materia de política exterior y da una nueva orientación global a su país. A diferencia de su antecesor, Jacques Chirac, Sarkozy modifica la relación de Francia con Estados Unidos. Envía a su ministro de Relaciones Exteriores a Bagdad, emitiendo una señal de que, más allá de la crítica a Estados Unidos, París está dispuesto a asumir responsabilidad. De Sarkozy se escuchan duras palabras sobre la ‘brutalidad de la política exterior rusa’. Chirac apostaba en cambio por el eje Moscú - Berlín - París. Eso ha quedado atrás. Sarkozy quiere una reforma de la ONU y un asiento permanente para Alemania en el Consejo de Seguridad... es mucho lo que se propone”.
Las reglas de la democracia
Financial Times, en su edición alemana: “Por refrescante que sea el estilo de Sarkozy, fracasará en materia de política exterior si cree que puede forzar las cosas. En el plano interno, en el sistema político francés uno puede imponerse por la vía del conflicto. Hacia el exterior, en cambio, una potencia mediana como Francia sólo puede desarrollar influencia si se atiene a las reglas de la democracia: marcar acentos, contar con aliados sólidos. Sarkozy no sigue esas reglas. Se propone reorientar por completo la UE y proseguir las negociaciones de adhesión con Turquía sólo bajo sus condiciones. Sarkozy tendrá que aprender que política europea no funciona así. Quien quiere hacer política a nivel internacional no necesita sólo una voluntad férrea sino también amigos fieles”.
Europa, prioridad absoluta
Dernieres Nouvelles d’Alsace, de Estrasburgo: “Al asignar ‘prioridad absoluta’ a Europa y ligar el Futuro de Francia a la integración europea, Nicolas Sarkozy no sólo sigue la huella de su antecesor sino que acelera la marcha considerablemente. Sus posturas dejan en claro que Francia quiere pertenecer a la avanzadilla europea. E, implícitamente, dan a entender que en la Unión Europea habrá varias velocidades: estados plenamente integrados, aquellos que lo están en menor grado y otros que podrán armar ‘a la carta’ su propia Europa”.
‘Europa del Mediterráneo’
Corriere della Sera, de Milán: “Pragmático como siempre y en forma bastante descarada, Sarkozy corrigió su conocida tozudez en lo tocante al ingreso de Turquía a la UE. Durante la campaña defendió férreamente su postura, con la fórmula ‘no hay lugar para Turquía’ en la UE. Hoy, el presidente prefiere iniciar una reflexión sobre el futuro de Europa (...) y, en ese marco, proponer también negociaciones con Ankara. La apertura de Sarkozy reflejan la voluntad de dar más contenido al plan de una ‘Europa del Mediterráneo’. El trasfondo es la visión de una Europa que realmente esté en condiciones de desempeñar un papel importante en el escenario mundial, tanto en lo tocante a los peligros para la paz (Irán, Irak, Líbano, Afganistán) como a las potencias emergentes (India, Brasil) y a la nueva agresividad política y económica de Rusia y China”.
Rojas Sasse, Emilia
-
Deutsche Welle Español - Germany/29/08/2007
No hay comentarios:
Publicar un comentario