8/8/07

México responde a Venezuela

Calderón ha estrechado sus vínculos con América Latina.
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Alejandra Noguez
Ciudad de México

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El gobierno de México recibió la solicitud de beneplácito para el embajador designado por Venezuela, dos años después de una severa crisis diplomática en la que ambos países retiraron a sus respectivos representantes en 2005.
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Esto se da luego de que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, anunciara durante su gira en Buenos Aires, que designó al ex canciller Roy Chaderton como nuevo embajador en México.

La Secretaría de Relaciones Exteriores (cancillería), informó a través de un comunicado, que el gobierno de México "examina con el mayor interés" dicha solicitud.

Aseguró que desde que el presidente Felipe Calderón asumió el cargo en diciembre pasado, "ambos gobiernos han venido realizando una serie de consultas, a través de los canales oficiales, con vistas a la normalización de la relación bilateral".

La cancillería mexicana también señaló que el gobierno de México "analiza la designación de un nuevo representante ante el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela para, en su caso, solicitar el beneplácito correspondiente y cumplir con el proceso de ratificación".

Distanciamiento

Las relaciones entre Caracas y Ciudad de México tocaron su punto más bajo en años durante el gobierno conservador de Vicente Fox, con el que Chávez protagonizó duros enfrentamientos verbales.

El enfriamiento de la relación bilateral duró dos años.
Esta situación se extendió cuando el mandatario venezolano se resistió a reconocer la victoria del también conservador Felipe Calderón en las elecciones generales del año pasado, cuando ganó por un estrecho margen al izquierdista Andrés Manuel López Obrador.

A diferencia de su antecesor, Calderón se ha caracterizado por mantener una política exterior de diálogo y conciliación, lo que en la administración pasada Vicente Fox desdeñó provocando distanciamiento no sólo con Venezuela, sino también con Cuba, Bolivia y en su momento con Argentina.

Caso distinto sucedió con la Unión Europea y Estados Unidos, de quien se quedó esperando la aprobación de la reforma migratoria que regularizaría el estatus de al menos 12 millones de indocumentados, en gran medida mexicanos, en territorio estadounidense.

De vuelta al sur

En ese contexto, la administración calderonista ha intentado mantener una "sana" distancia con Estados Unidos, prueba de ello fue el reclamo que el mandatario mexicano le hiciera a su homólogo estadounidense George Bush en su última visita a México, respecto al combate al narcotráfico.

El nombramiento de Chaderton señala un cambio en la relación con Venezuela.
"Estados Unidos tiene que comprometer algo más en la lucha contra el narcotráfico, porque nosotros estamos comprometiendo incluso hasta la vida de los mexicanos", exigió Calderón en Mérida en marzo pasado.

En contraste, el presidente mexicano promueve un acercamiento con Latinoamérica. Desde que asumió el poder cuatro mandatarios de la ola izquierdista han visitado México.

Se trata de la presidenta de Chile Michelle Bachelet; el nicaragüense Daniel Ortega; Néstor Kirchner de Argentina y más recientemente el presidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva, quien hizo una vigorosa defensa de la integración económica regional y le pidió a México volver la vista hacia el sur.

También, junto con su par argentino, se pronunciaron en contra de la construcción del muro fronterizo que Estados Unidos construye en sus límites territoriales con México.

"En nuestro continente no necesitamos más muros. Necesitamos carreteras, puentes, gasoductos, y líneas de transmisión. La verdadera integración para que circulen libremente, no apenas bienes y servicios, sino también personas e ideas", escribió Lula en un artículo publicado por el periódico El Universal.
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BBC Mundo-UK/08/08/2007

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