14/8/07

Nuevos datos sobre el 11-S

En la fotografía, Thierry Meyssan mostrando su libro sobre el 11-S
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Al Qaeda en Iraq: ¿A quién creer? ¿A George Bush o a sus generales?, un artículo de Thierry Meyssan, presidente de la Red Voltaire
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"Mientras que el presidente Bush alerta a sus conciudadanos sobre el peligro «de Al Qaeda en Irak» (según Bush Al Qaeda estaría formando grupos para atacar Estados Unidos), los oficiales superiores estadounidenses han admitido que Al Qaeda no existe. Los generales norteamericanos Casey y Kimmit reconocieron que el fallecido terrorista Al-Zarkaui fue fabricado por los servicios estadounidenses de guerra psicológica y el general Bergner declaró que el sucesor de aquel personaje, Al-Baghdadi, era un actor. (...)Todos admiten actualmente que el 11 de septiembre de 2001, abrió una nueva era en las relaciones internacionales. Pero los politólogos difieren en cuanto al análisis de este período, en función de la lectura que hacen de los atentados que marcaron su inicio. Los atlantistas se refieren a la versión gubernamental: Al Qaeda organizó los atentados desde su madriguera en Afganistán. Partiendo de esa base, los atlantistas concluyen que el terrorismo islámico es el principal peligro de nuestra época y aprueban las operaciones militares contra Afganistán e Irak. Los aliados más lejanos de Estados Unidos aceptan la posibilidad de que la administración Bush haya tenido conocimiento previo de los atentados y haya permitido que tuvieran lugar para utilizarlos con fines políticos. Toman como antecedente el desastre de Pearl Harbor, cuando el Estado Mayor estadounidense dejó que su propia flota fuera bombardeada para entrar en la Segunda Guerra Mundial contra Japón y Alemania. Llegan así a la conclusión de que, aunque el peligro islámico es una realidad, de todas formas no resulta conveniente seguir a Estados Unidos en todas sus aventuras. Admiten que el ataque contra Afganistán fue una respuesta legítima, pero abrigan dudas en cuanto a la invasión de Irak. Y, finalmente, los politólogos no alineados refutan la versión gubernamental y consideran que los atentados fueron orquestados por el complejo militaro-industrial anglosajón. Sus referencias son el montaje del incidente del Golfo de Tonkin y de la operación Northwood. De ello concluyen que el peligro islámico es un montaje artificial y que el verdadero peligro es el imperialismo anglosajón. Para ellos, los ataques contra Afganistán e Irak son dos guerras de agresión.En el plano internacional, yo mismo fui el primer politólogo en poner en duda la versión bushista de los atentados del 11 de septiembre y en pronosticar la instauración de un régimen militar-policiaco en Estados Unidos y el aumento de las aventuras militares. Desde aquel entonces, la Red Voltaire, de la cual soy presidente, se dio a la tarea de mantener un seguimiento constante y un análisis permanente de las relaciones internacionales.He explicado a menudo que Al Qaeda era una creación conjunta de los servicios de inteligencia de Estados Unidos, Reino Unido, Arabia Saudita y Pakistán, cuyos intereses se ven así favorecidos. Durante los seis últimos años he ido afinando el conocimiento que podíamos adquirir sobre este fenómeno a partir de sus sucesivas manifestaciones así como mediante el análisis de operaciones anteriores, como las del Gladio.Sin embargo, la política de la administración Bush empieza a encontrar límites dentro de su propio bando. En primer lugar, en Arabia Saudita el equilibrio interno se modificó con la llegada al trono del rey Abdallah y el regreso del príncipe Bandar, el «hijo adoptivo» de los Bush a Riyadh. Finalmente, el rey le prohibió a su sobrino que siguiera financiando las células combatientes identificadas como Al Qaeda. La primera consecuencia de dicha ruptura fue la rebelión de los mercenarios de Fatah al-Islam en el campamento de refugiados palestinos de Nahr el-Bared. Este episodio confirma de forma indiscutible que Al Qaeda en el Líbano era resultado de una manipulación de los señores Bush, Bandar y Hariri. En segundo lugar, es difícil mantener a largo plazo la compartimentación de Al Qaeda como red operacional secreta cuando se trata, por otro lado, de hacer de ella una organización política global. Fue así como los responsables del Intelligence Bureau pakistaní, a cargo desde hace tiempo de la formación ideológica y las publicaciones de los talibanes, interfirieron con el papel del Inter Services Intelligence (ISI), encargado de la formación militar de los mercenarios de Al Qaeda, con financiamiento anglosajón administrado por el príncipe Bandar.Además, el Intelligence Bureau apoyó a los separatistas uigures de la china de Xinjiang mientras que, por razones políticas evidentes, dentro de ese dispositivo el MI6 británico es el único autorizado para tratar con Al Qaeda-China. El resultado es que Pekín exigió una explicación inmediata. Para evitar la guerra, el presidente pakistaní Pervez Musharraf se vio obligado a eliminar a todos los responsables de su fuerza policíaca implicados ordenando a los rangers pakistaníes asaltar sus oficinas en la Mezquita Roja. Un tercer episodio acaba de levantar una punta del velo. El general Kevin J. Bergner, consejero especial de George Bush sobre Irak, justificó la ineficacia de las fuerzas estadounidenses en lo tocante a la captura del jefe de Al Qaeda en Irak revelando que tal personaje simplemente no existía.
Me gustaría retomar en detalle esta última revelación.
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La fabricación de Al-Qaeda en Irak
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Abu Mussab Al-Zarkaui y Ansar al-Islam
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Para poder justificar su intención de invadir Irak, los anglosajones decidieron recurrir por segunda vez al argumento del 11 de septiembre, que tan buen resultado les dio en el caso de Afganistán. En los países occidentales, la opinión pública no sabe todavía que la decisión de atacar Kabul estaba tomada desde julio de 2001 y que las tropas británicas y estadounidenses habían ocupado posiciones en la zona antes de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Así que se tragó fácilmente la tremenda mentira de que los «terroristas» urdieron su conspiración en la oscuridad de una cueva afgana y bajo la protección de los talibanes.Aplicando la misma receta al caso de Irak, el general Colin Powell se presentó ante el Consejo de Seguridad de la ONU para mentir con toda solemnidad. Para vincular el Irak laico a los atentados del 11 de septiembre, atribuidos a los wahabitas de Osama Ben Laden, Estados Unidos puso en escena a un yihadista jordano protegido por Sadam Husein. Así que Colin Powell declaró:«Lo quiero señalarles hoy es la conexión, posiblemente mucho más siniestra, que existe entre Irak y la red terrorista Al Qaeda, conexión vincula a los organizaciones terroristas clásicas con los métodos modernos de asesinato. Irak alberga hoy a una red terrorista sanguinaria dirigida por Abu Mussab Zarkaui, socio y colaborador de Osama Ben Laden y de sus lugartenientes de Al Qaeda (…) Palestino nacido en Jordania, Abu Zarkaui combatió en la guerra de Afganistán hace más de 10 años. A su regreso a Afganistán, en el año 2000, dirigió un campamento de entrenamiento de terroristas. Una de sus especialidades, y una de las especialidades de aquel campamento, es el veneno. Cuando nuestra coalición derrocó a los talibanes, la red de Abu Zarkaui ayudó a establecer otro campamento de formación de especialistas en venenos y en explosivos y ese campamento se encuentra en el nordeste de Irak. Esa red enseña a sus miembros a producir ricino y otros venenos (…) Mediante su red terrorista en Irak, Abu Zarkaui puede dirigir las actividades de esa red en el Medio Oriente y más allá (…) Abu Zarkaui y su red prepararon actos de terrorismo contra países como Francia, Gran Bretaña, España, Italia, Alemania y Rusia».Desde el principio de la invasión contra Irak, Abu Mussab al-Zarkaui se convierte en el enemigo público n° 1. Su grupo armado, Ansar al-Islam, recibe la etiqueta de «Al Qaeda en Irak». Se le atribuyen el secuestro y la decapitación del trabajador humanitario japonés Shosei Koda (30 de octubre de 2004); atentados contra civiles en Nayaf y Kerbala (19 de diciembre de 2004; la ejecución del embajador de Egipto Ihab Al-Sherif (julio de 2005); el atentado contra el mercado de Musayib (16 de julio de 2005); la tortura y decapitación de dos soldados estadounidenses, Thomas Lowell Tucker y Kristian Menchaca (junio de 2006); el secuestro y asesinato de cuatro diplomáticos rusos, Fyodor Zaitsev, Rinat Agliuglin, Oleg Fedoseyev y Anatoly Smirnov (junio de 2006) y muchos otros crímenes. En la imaginación colectiva, Zarkaui tiene el rostro de un fanático sanguinario luego de la decapitación de Nick Berg. Todas esas operaciones favorecen directa y únicamente a la estrategia neoconservadora del «caos constructor».Lo más importante es que Zarkaui elabora una teoría según la cual los verdaderos enemigos de los iraquíes sunnitas no son tanto los ocupantes anglosajones como los iraquíes sunnitas. Y establece este análisis en un documento de 17 páginas publicado en el New York Times. Y aplica la teoría inmediatamente destruyendo la cúpula de la mezquita chiíta de Al-Askari.Desorientado por la envergadura de la violencia intercomunitaria que se desata entonces, Estados Unidos decide desaparecer a su marioneta. El mito de Al Zarkaui queda liquidado el 8 de junio de 2006, teniendo como contexto la formación de un nuevo gobierno en Irak. Su muerte es como pasar una página.El general George W. Casey Jr., comandante en jefe de las fuerzas estadounidenses en Irak, declara entonces en un encuentro con la prensa que el documento en el que Zarkaui lanzaba un llamado a la violencia comunitaria fue fabricado por sus propios servicios, que lo entregaron al New York Times. Mientras tanto, el general Mark Kimmitt, comandante de las operaciones sicológicas en Irak, reconoce en un documento interno obtenido por el Washington Post que «El programa Zarkaui de operaciones sicológicas (PsyOp) es la campaña de información más exitosa hasta la fecha».
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Abu Omar al-Baghdadi y el Estado islámico iraquí
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Como la coalición ocupante anglosajona sigue empantanándose en Irak, no queda más remedio que buscarle un sustituto a Al Zarkaui.El 15 de octubre de 2006, numerosos canales televisivos transmiten entonces un video que anuncia la creación de «Al Qaeda en Irak». En dicha grabación, un individuo enmascarado se presenta como Abu Omar al-Uraischi al-Husaini al-Baghdadi, «Comendador de los Creyentes» y dirigente del «Estado Islámico Iraquí», recientemente instaurado por Al Qaeda con la bendición del mismísimo Osama Ben Laden. Al-Baghdadi llama a todos los yihadistas a seguir su ejemplo en la cacería de impíos, de cruzados y de judíos. Esta iniciativa coincide con la reorganización administrativa de Irak y con su federalización, impuesta por el ocupante. El «Estado Islámico Iraquí» se identifica con la zona donde predominan los sunnitas y el vocero de la asociación de sabios musulmanes de Bagdad lo denuncia rápidamente en Al-Jazeera como un elemento que le hace el juego a la división del país que buscan las tropas estadounidenses. Pero, poco importa que los iraquíes no se dejen engañar ya que el objetivo de la nueva marioneta es contribuir a facilitar la manipulación de la opinión pública estadounidense.El 10 de noviembre de 2006, la prensa occidental se hace eco de un comunicado en el cual «Al Qaeda en Irak» asegura haber logrado reunir más de 12 000 mil hombres y estar preparándose para armar 10 000 hombres más. Esta noticia coincide con la destitución de Donald Rumsfeld y reduce los deseos de los demócratas de reclamar la retirada de Irak.Durante los días posteriores, Abu Omar al-Baghdadi propuso, en una grabación de audio transmitida vía Internet, una «tregua» (sic) a Estados Unidos. Si Estados Unidos organiza su retirada total de Irak, la nación estadounidense no será atacada. Esta bravata se acompaña, el 29 de diciembre, de un desfile de mudyahidines armados en pleno centro de Mosul, desfile cuyas imágenes fueron difundidas a todo el mundo árabe. Pero el canal Al-Jazeera ponía en duda la autenticidad de tales hechos, sin llegar a obtener de parte del gobernador de Mosul una explicación creíble para este desfile «de insurgentes» en pleno corazón de la ciudad.El 17 de abril de 2007, Abu Omar al-Baghdadi anuncia, en una grabación de audio transmitida vía Internet, que «el Estado Islámico Iraquí» produce sus propios cohetes, los Al-Quods-1. El 30 de mayo de 2007, en un impresionante video transmitido por Al-Jazeera, su grupo anuncia la creación de brigadas especiales dotadas ahora con bombas térmicas; armas que estarían siendo fabricadas por el «Estado Islámico Iraquí», cuya tecnología rivalizaría ahora con las de los Estados pequeños.Durante ese mismo período, el vocero del «Estado Islámico Iraquí» anuncia a través de Al-Jazeera que el emir Abu Omar al-Baghdadi acaba de formar su gobierno y proporciona la lista de los diez ministros que lo conforman.Y de paso, el nuevo «gobierno islamista iraquí» le declara la guerra a Irán llamando a la vez a los «verdaderos creyentes» (sunnitas) a unirse contra los impíos chiítas. El «comendador» Abu Omar le agrega además a su propio nombre «al-Uraischi» para hacer creer que está vinculado al linaje de los Uraischi, la familia del profeta Mahoma, lo cual le favorecería a los ojos de la comunidad sunnita.En un año «Al Qaeda en Irak» ha reclamado la autoría de numerosas ejecuciones sumarias. Para la prensa occidental, estas ejecuciones vienen a probar la existencia del peligro islámico; para los iraquíes, son hechos cometidos por los escuadrones de la muerte de la «guerra sucia» que dirigen los ocupantes.El 17 de julio de 2007, la Casa Blanca publica una corta nota evaluativo sobre La amenaza terrorista en el territorio de Estados Unidos (ver el documento íntegro adjunto), elaborada por la dirección de supervisión del conjunto de la comunidad de inteligencia estadounidense. La nota dice: «We assess that al-Qa’ida will continue to enhance its capabilities to attack the Homeland through greater cooperation with regional terrorist groups. Of note, we assess that al-Qa’ida will probably seek to leverage the contacts and capabilities of al-Qa’ida in Iraq (AQI), its most visible and capable affiliate and the only one known to have expressed a desire to attack the Homeland. In addition, we assess that its association with AQI helps al-Qa’ida to energize the broader Sunni extremist community, raise resources, and to recruit and indoctrinate operatives, including for Homeland attacks.»La publicación simultánea de un video de Osama Ben Laden, ausente de las pantallas desde hacía más de un año, confiere aún más dramatismo es estas conclusiones. Es por ello que George W. Bush firma inmediatamente el decreto presidencial 13438 en el que autoriza al Secretario del Tesoro a ordenar el arresto y la confiscación de los bienes de toda persona que, a su entender, pueda representar una amenaza para la estabilización de Irak.Sin embargo, se hace cada vez más difícil explicar que, mientras que Washington sigue aumentando la cantidad de soldados y mercenarios destinados a combatirla, la red de Al Qaeda se sigue fortaleciendo en Irak. El general Kevin J. Bergner, ayudante especial del presidente Bush para las cuestiones iraquíes, revela entonces que el interrogatorio a Mahmud al-Mashhadani, considerado como el agente de enlace entre Osama Ben Laden y sus combatientes en Irak, ha permitido comprobar que Abu Omar al-Baghdadi no existió nunca, que ese personaje fue representado por un actor y que «Al Qaeda en Irak» no fue más que un engaño.
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Se desmorona el castillo de cartas
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Yo mismo había señalado antes que Osama Ben Laden confirmó su responsabilidad en los atentados del 11 de septiembre de 2001 en un video en el que describía los hechos siguiendo la versión gubernamental, cuando en realidad –como yo mismo demostré– el atentado del Pentágono no corresponde a esa versión y la organización Scholars for 9/11 Truth demostró que el atentado contra el World Trade Center tampoco corresponde a la versión gubernamental. En otras palabras, yo había señalado ya que la función de Osama Ben Laden consistía en acreditar las mentiras de la administración Bush.El proceso de información circular se mantiene: la administración Bush afirma que Al Qaeda es responsable de los atentados cometidos en Estados Unidos y en Irak, y mas tarde Al Qaeda confirma las imputaciones de la administración. Nunca se verifican los hechos que se describen en esas declaraciones. Los medios de difusión se conforman con ese diálogo y hechos virtuales.En el caso de Irak, nadie parece darse cuenta que si Abu Mussab al-Zarkaui y Abu Omar al-Baghdadi son personajes montados por el departamento de operaciones sicológicas del ejército terrestre estadounidense, ello implica que los personas que atestiguaron la existencia de ambos y su militancia en las filas de Al Qaeda son cómplices de la misma operación de intoxicación.Es interesante señalar que las funciones de Zarkaui fueron “confirmadas” en un video de Osama Ben Laden, transmitido el 27 de diciembre de 2004, en que el jefe de Al Qaeda declara a Zarkaui «emir de Al Qaeda en Irak». Fueron también “confirmadas” por Ayman al-Zawahiri, n° 2 de la red terrorista, en un video en que le rinde homenaje, el 23 de junio de 2006.De la misma manera, la existencia y funciones de Abu Omar al-Baghadadi fueron confirmadas, el 20 de diciembre de 2006, por Ayman al-Zawahiri, en un video que transmitió Al-Jazeera. En dicho video, al-Zawahiri felicita a al-Baghadadi por haber constituido el «Estado Islámico Iraquí».Así que es hora ya de plantearse una interrogante: ¿Quién dice la verdad? ¿George Bush cuando habla de Al Qaeda en Irak o a sus generales que confiesan haber fabricado esa organización e inventado sus líderes?
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Documentos adjuntos
The Terrorist Threat to US Homeland.
Nota de evaluación de la inteligencia estadounidense.
(PDF - 171.5 KB)
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inSurGente/14/08/2007

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