28/8/07

Pintan bastos

Los expertos del sistema opinan que la crisis del capitalismo financiero tendrá tres consecuencias en España: el fin del "dinero barato", la ralentización del crecimiento y que seguirá subiendo el Euribor
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España se enfrenta al fin del dinero barato y a un crecimiento del paro por el ocaso de la construcción. La crisis hipotecaria de EEUU provocará el fin del "dinero barato" en España, ralentizará el crecimiento económico e impulsará la subida del Euríbor. Así se desprende del análisis realizado por varios expertos, que coinciden en que el ritmo de avance del PIB se reducirá, a partir de 2008, hasta tasas de entre el 2,5 y el 3% -a finales de 2006 repuntó un 3,8%o y en el primer trimestre de este año lo hizo un 4,1, el nivel más alto en seis años-, mientras que el índice hipotecario se colocará en torno al 4,7%. Por ahora. De este, modo salen al paso del exceso de optimismo (destinado a tranquilizar a los mercados) de ministro de Economía, pedro Solbes y del presidente de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
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La crisis hipotecaria de EEUU provocará el fin del "dinero barato" en España, ralentizará el crecimiento económico e impulsará la subida del Euríbor. Así se desprende del análisis realizado por varios expertos, que coinciden en que el ritmo de avance del PIB se reducirá, a partir de 2008, hasta tasas de entre el 2,5 y el 3% -a finales de 2006 repuntó un 3,8%o y en el primer trimestre de este año lo hizo un 4,1, el nivel más alto en seis años-, mientras que el índice hipotecario se colocará en torno al 4,7%.
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El director de la Gestora de Patrimonios de Ahorro Corporación, Josep Prats, explica que aunque no haya "efectos directos" por la crisis en los bancos y constructoras españolas, tanto a éstas como a los ciudadanos les afectará un encarecimiento del precio del dinero, que contribuirá a la desaceleración del sector inmobiliario.
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Este sector "ha tirado mucho de la economía española", según el socio de Analistas Financieros (AFI) David Cano, quien señala que no habrá influencia en el crecimiento económico de 2007, pero sí a partir del próximo ejercicio, pues el "plazo de maduración" de este negocio es de dos a tres años. "Se iniciarán menos proyectos inmobiliarios a un año vista, y se empezará a notar en una reducción de la actividad [nuevas viviendas] y en el desempleo", asegura Prats, que advierte de la "alta exposición" de los bancos a las promotoras.
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El responsable de finanzas corporativas y análisis del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Manuel Colinas, subraya, no obstante, que las variables macroeconómicas de la Eurozona, y en particular de España, con crecimientos del PIB superiores al estadounidense y con una inflación más contenida, permitirán que el "latigazo" de los mercados no tenga tanta repercusión como en EEUU.
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Menos ladrillo, más paro
Según datos de un reciente estudio realizado por el sindicato CC.OO., la construcción destruirá unos 50.000 empleos por cada punto porcentual que caiga la actividad del sector. En concreto, el sindicato calcula que una disminución de un 1% en la actividad constructora conllevaría la pérdida del 2% de los puestos de trabajo del sector. Teniendo en cuenta que la construcción da empleo actualmente a unos 2,5 millones de personas, la destrucción de puestos de trabajo en caso de que la actividad se redujera un 1% equivaldría a unos 50.000 empleos.
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Según explicó Luis Zarapuz, miembro del gabinete económico de CC.OO., habrá una "masa crítica" de puestos de trabajo que no se destruirá gracias a las obras de infraestructuras y a la construcción de edificios y viviendas. Aún así, el sindicato advierte de que si la actividad constructora se resiente, la rama más afectada será la edificación residencial, por ser la más intensiva en mano de obra y por el peso que tiene dentro del sector.
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De hecho, la construcción residencial supone el 36% de la actividad constructora, en tanto que la no residencial alcanza el 16%. La obra civil representa el 24% de la actividad del sector, el mismo porcentaje que presentan las obras de rehabilitación y mantenimiento. "Un parón en la edificación residencial sería el que más afectaría al empleo. El problema vendría de cómo acomodar esos trabajadores que pierde la construcción residencial a otras ramas de la construcción, como las infraestructuras o la vivienda protegida", aseguró Zarapuz.
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El Confidencial/inSurGente/28/08/2007

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