03/09/2007
Opinión
Juan Carlos Mas Calzadilla*
Opinión
Juan Carlos Mas Calzadilla*
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Es un lugar común la lectura de opiniones adversas al presidente Bush, con referencia a sus tropiezos y el fracaso de su aventura iraquí. Obviando cualquier alusión a las limitaciones del personaje, señalamos que bajo su administración se lograron los blancos marcados por sus estrategas políticos. Se trata de un diseño de objetivos pergeñados, no por quien toca representarlos, sino por el equipo que elaboró el proyecto Nuevo Siglo Americano. Hay logros, por cuanto que la guerra, según Clausewitz, es la continuación de la política por otros medios, y los frutos políticos se han conseguido parcialmente, aunque con el sufrimiento de la humanidad.En lo nacional, la marejada de votos demócratas antibélicos está siendo desvirtuada por la inconsecuente actitud de este grupo. Parecieran desconocer que este voto constituye un referéndum contra la guerra de Bush, y manifiestan temor de llevarlo hasta la salida inmediata de las tropas. Sin llevarlo hasta las últimas consecuencias, el bipartidismo podría resquebrajarse en favor de fuerzas independientes que aún no se muestran. El resultado favorable a Bush, es malo para el establecimiento, por eso los congresistas republicanos saltan del barco para salvarlo de Bush y de la miopía demócrata.En lo internacional tenemos un resultado paradójico, en el cual EU pierde la guerra, pero obtiene dividendos políticos. Al estallar la primera guerra del golfo, Dick Cheney, secretario de Defensa del primer Bush, sentenció "vamos a devolver a Irak a la Edad Media". Sabemos que, durante el Medioevo, en 1258, los mongoles destruyeron la civilización abasida del Califato de Bagdad, que diera al mundo tesoros culturales, como "Las mil y una noches". Hoy comprobamos la disolución del Irak de otrora, que tuvo envidiables índices educativos y sanitarios en la región, con la inclusión femenina en roles modernos sociales, y con un Estado de bases laicas, —sin demeritar el derecho de los hombres de fe a participar en la vida político-social—. Parece inimaginable la evocación de ese Irak, ahora un país reducido a escombros; saqueados sus tesoros culturales y su patrimonio petrolero; con tres millones de muertos por la agresión; sus habitantes padeciendo enfermedades nuevas por agentes químicos y radiactivos. Toda una meta cumplida. Los éxitos de Bush no se quedan en la destrucción de Irak. A ese collar de logros súmanse victorias políticas importantes. Recordemos que la fragmentación de la unidad nacional es el arma fundamental de USA para imponer su predominio mundial. Para ello el estudio interno de cada país le permite encontrar fisuras y cicatrices que avivar. Tal modelo de intervención le permitió socavar las bases multinacionales de su antiguo rival soviético y destruir a Yugoslavia después. En Sudáfrica se intentó apuntalar al oprobioso apartheid con la creación de miniestados africanos llamados bantustanes. En Medio Oriente detrás de los bombazos a los templos de una y otra confesiones, se ha intentado resquebrajar el Estado iraquí en cuatro unidades políticas rivales: una chiíta en el sur de Irak; una sunnita en el centro; una kurda en el norte; y otra fracción turcomana centrifugada hacia Turquía. En Palestina la danza de palos y zanahorias, administradas por Israel-USA y la Unión Europea, ha escindido la unidad palestina, que trabajara el eliminado Arafat, llevando a la creación de dos bantustanes: en Gaza y en Cisjordania; igual ocurre en el Líbano, en donde no es improbable la opción israelí de crear un miniestado maronita vasallo. Para fortuna de yanquis e israelíes, hoy en el Levante se ha recreado la misma situación que en la Edad Media aseguró la supervivencia temporaria del intruso Reino Cruzado de Jerusalén —o Outremer—. La actualidad de estas enseñanzas en el contexto regional es que USA está avivando la creación de autonomías ilegítimas en Santa Cruz contra Evo Morales; en Zulia contra Chávez; y posiblemente desempolvarán el regionalismo costero de Ecuador, girando alrededor de Guayaquil, para azuzarlo contra Correa. En los 80's ya trabajaron el tema de la Miskitia contra los sandinistas. Con este diseño estratégico, Latinoamérica postergaría ad infinitum su necesaria integración interna, opuesta a la fementida integración colonial en los TPC-TLC. Nacería en Latinoamérica un mundo multilocal de pequeños Kosovos, seudo vinculados por tratados de libre cambio comercial. Es necesario prevenir este proceso. En los inicios decimonónicos de la independencia latinoamericana, intereses egoístas centralizados alrededor del criollaje gamonalista propiciaron el surgimiento de falsos autonomismos montados sobre las bases del gamonalismo, adaptación continental de feudalismo que fue, por su enseñoramiento de latifundios y la imposición del clientelismo sobre sus habitantes, la fuente de las severas distorsiones que afectaron a la unidad americana. Autonomías legítimas resurgirán en el futuro por un reajuste de la diagramación política del subcontinente, en aras del protagonismo que con justicia reclamarán las naciones indígenas parceladas por las fronteras del gamonalismo; pero las autonomías ficticias, para proteger transnacionales, son inviables y no pueden aceptarse.
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*El autor es médico.
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