RELACIONES DIPLOMÁTICAS.
-
*Aram Cisneros N.
-
*Aram Cisneros N.
-
Leemos o escuchamos sobre China y muchas cosas vienen a nuestra mente. Cuando se trata de economía, es obligatorio referirnos al país que con mil 300 millones de habitantes, produce 1 de cada 4 productos que se consumen en el planeta. Antes de seguir, es importante entender un poco los antecedentes geopolíticos.
Debido a una guerra civil, hace 58 años, una parte de la población China ocupó la cercana isla de Taiwan. Desde entonces desean ser reconocidos por el mundo como un país independiente. 169 países reconocen a China; mientras que solo 22 (Panamá incluido) reconocen a Taiwan. Si la visión del presidente Torrijos y de su Canciller es construir las bases para que seamos un país de primer mundo, ¿por qué le dan la espalda a una realidad económica innegable como la importancia global de China y por qué Panamá insiste en tener relaciones diplomáticas con Taiwan?
La respuesta, tal vez, guarde relación con lo que se conoce como internacionalmente como la política de chequera taiwanesa. Esta consiste en realizar obras y donaciones para que gobiernos africanos y latinoamericanos construyan escuelas, hospitales, carreteras (o museos...). Cualquier mérito que pudiera tener esta cooperación, se desvirtúa por su vinculación a escándalos de corrupción y malos manejos. La decisión correcta e inteligente, es negarse a ese dinero para incrementar una relación de comercio e inversiones con China. O, para decirlo en tres palabras: crear muchos empleos.
Leí y escuché mucho sobre China en los últimos años. Nada se compara a ver las cosas personalmente. Los chinos llevan adelante lo que denominan "socialismo con características chinas". Deng Xiaoping, el líder que hace casi 30 años abrió china al mundo, lapidó: "Qué importa que el gato sea blanco o negro? Lo que interesa es que cace ratones". Un periodista paraguayo, que visitó China conmigo en el mes de Julio, lo dijo con otras palabras: "Aquí se puede comprar el Manifiesto comunista, siempre que sea en un Wal-Mart". En resumen, el pueblo chino, cansado de siglos de limitaciones y penurias, ahora está tan enfocado como el gobierno en lograr y mantener el crecimiento económico. Desde 1992 a la fecha, el producto interno bruto de China crece a más de 10%, lo cual no tiene precedentes. Se fomenta la creación de empresas privadas y la entrada masiva del capital extranjero necesario para financiar el desarrollo de una base industrial que antes era escuálida. Con todo, es responsable precisar que China no es perfecta. Aún enfrenta grandes retos de pobreza en el interior, alcanzar desarrollo sostenible y respetar el medio ambiente y una relativa libertad de prensa. Controlar la calidad de algunos de sus productos (pintura con plomo en juguetes, comida para perros, dentífrico y medicamentos peligrosos), es imprescindible también. A diferencia de lo que sucedería en nuestros lares; allá, los que han sido encontrados culpables de alterar productos, han sido juzgados, condenados a muerte y ejecutados.
Si bien empleos panameños ya existen gracias a China, las más grandes e impactantes inversiones y oportunidades con ese país, no vendrán a Panamá hasta que se establezcan relaciones diplomáticas y se suspendan las que tenemos con Taiwan. ¿Queremos exportar a un país con 22 millones de habitantes o a uno con mil 300 millones de habitantes? Productos Toledano, ya está exportando a China algo que en Panamá no se consume. En restaurantes de ese país, comerán patitas de gallina panameñas.
China es el segundo usuario más grande del Canal de Panamá y según me confirmó en Beijing Jiang Shan, del Ministerio de Comercio, el Gobierno Chino está interesado en participar en su ampliación. China Harbor (CHEC), una empresa China de construcción, estuvo interesada en la construcción de la cinta costera que rellenará la bahía de Panamá desde Paitilla hasta el Casco Viejo. Al final, no participó. Su oferta tenía un mejor precio que las otras empresas participantes. ¿Qué los habrá hecho desistir?
El Presidente y vicepresidente de nuestro país, consultados en torno al asunto de nuestras relaciones diplomáticas con Taiwan y la posibilidad de iniciar relaciones diplomáticas con China, seguramente recurrirían a la respuesta cajonera: "Ese es un tema interno de China y Taiwan, y no nos corresponde opinar ni intervenir en ese asunto". El 1 de junio de este año, el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, en una decisión histórica y estratégica, decidió romper 60 años de relaciones con Taiwan para establecerlas con China. Adujo: "Es el mejor interés para la economía costarricense". ¡Qué bien nos vendría algo de ese pragmatismo! ¡Qué bien le vendría al presidente Torrijos dejar ese legado, antes que su oportunidad expire!
Leemos o escuchamos sobre China y muchas cosas vienen a nuestra mente. Cuando se trata de economía, es obligatorio referirnos al país que con mil 300 millones de habitantes, produce 1 de cada 4 productos que se consumen en el planeta. Antes de seguir, es importante entender un poco los antecedentes geopolíticos.
Debido a una guerra civil, hace 58 años, una parte de la población China ocupó la cercana isla de Taiwan. Desde entonces desean ser reconocidos por el mundo como un país independiente. 169 países reconocen a China; mientras que solo 22 (Panamá incluido) reconocen a Taiwan. Si la visión del presidente Torrijos y de su Canciller es construir las bases para que seamos un país de primer mundo, ¿por qué le dan la espalda a una realidad económica innegable como la importancia global de China y por qué Panamá insiste en tener relaciones diplomáticas con Taiwan?
La respuesta, tal vez, guarde relación con lo que se conoce como internacionalmente como la política de chequera taiwanesa. Esta consiste en realizar obras y donaciones para que gobiernos africanos y latinoamericanos construyan escuelas, hospitales, carreteras (o museos...). Cualquier mérito que pudiera tener esta cooperación, se desvirtúa por su vinculación a escándalos de corrupción y malos manejos. La decisión correcta e inteligente, es negarse a ese dinero para incrementar una relación de comercio e inversiones con China. O, para decirlo en tres palabras: crear muchos empleos.
Leí y escuché mucho sobre China en los últimos años. Nada se compara a ver las cosas personalmente. Los chinos llevan adelante lo que denominan "socialismo con características chinas". Deng Xiaoping, el líder que hace casi 30 años abrió china al mundo, lapidó: "Qué importa que el gato sea blanco o negro? Lo que interesa es que cace ratones". Un periodista paraguayo, que visitó China conmigo en el mes de Julio, lo dijo con otras palabras: "Aquí se puede comprar el Manifiesto comunista, siempre que sea en un Wal-Mart". En resumen, el pueblo chino, cansado de siglos de limitaciones y penurias, ahora está tan enfocado como el gobierno en lograr y mantener el crecimiento económico. Desde 1992 a la fecha, el producto interno bruto de China crece a más de 10%, lo cual no tiene precedentes. Se fomenta la creación de empresas privadas y la entrada masiva del capital extranjero necesario para financiar el desarrollo de una base industrial que antes era escuálida. Con todo, es responsable precisar que China no es perfecta. Aún enfrenta grandes retos de pobreza en el interior, alcanzar desarrollo sostenible y respetar el medio ambiente y una relativa libertad de prensa. Controlar la calidad de algunos de sus productos (pintura con plomo en juguetes, comida para perros, dentífrico y medicamentos peligrosos), es imprescindible también. A diferencia de lo que sucedería en nuestros lares; allá, los que han sido encontrados culpables de alterar productos, han sido juzgados, condenados a muerte y ejecutados.
Si bien empleos panameños ya existen gracias a China, las más grandes e impactantes inversiones y oportunidades con ese país, no vendrán a Panamá hasta que se establezcan relaciones diplomáticas y se suspendan las que tenemos con Taiwan. ¿Queremos exportar a un país con 22 millones de habitantes o a uno con mil 300 millones de habitantes? Productos Toledano, ya está exportando a China algo que en Panamá no se consume. En restaurantes de ese país, comerán patitas de gallina panameñas.
China es el segundo usuario más grande del Canal de Panamá y según me confirmó en Beijing Jiang Shan, del Ministerio de Comercio, el Gobierno Chino está interesado en participar en su ampliación. China Harbor (CHEC), una empresa China de construcción, estuvo interesada en la construcción de la cinta costera que rellenará la bahía de Panamá desde Paitilla hasta el Casco Viejo. Al final, no participó. Su oferta tenía un mejor precio que las otras empresas participantes. ¿Qué los habrá hecho desistir?
El Presidente y vicepresidente de nuestro país, consultados en torno al asunto de nuestras relaciones diplomáticas con Taiwan y la posibilidad de iniciar relaciones diplomáticas con China, seguramente recurrirían a la respuesta cajonera: "Ese es un tema interno de China y Taiwan, y no nos corresponde opinar ni intervenir en ese asunto". El 1 de junio de este año, el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, en una decisión histórica y estratégica, decidió romper 60 años de relaciones con Taiwan para establecerlas con China. Adujo: "Es el mejor interés para la economía costarricense". ¡Qué bien nos vendría algo de ese pragmatismo! ¡Qué bien le vendría al presidente Torrijos dejar ese legado, antes que su oportunidad expire!
-
*El autor es economista
-
Además en opinión
• Soborno transnacional, enriquecimiento injustificado y tráfico de influencias: Maribel Cornejo Batista
Además en opinión
• Soborno transnacional, enriquecimiento injustificado y tráfico de influencias: Maribel Cornejo Batista
-
La Prensa-Panamá/03/09/2007
No hay comentarios:
Publicar un comentario