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HÉCTOR ARTURO
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Andrew Meyer, joven estudiante arrestado y torturado por formular preguntas a un Senador.
El General de Ejército Raúl Castro Ruz, primer vicepresidente cubano, acaba de convocar públicamente a su pueblo para que cada uno de los 11 millones de habitantes se exprese libremente en torno a la situación del país, con el objetivo de perfeccionar la obra que se construye contra viento y mareas, a pesar del más largo, cruento y despiadado bloqueo económico, comercial y financiero, impuesto por estados Unidos hace ya más de 45 años.
Andrew Meyer, joven estudiante arrestado y torturado por formular preguntas a un Senador.
El General de Ejército Raúl Castro Ruz, primer vicepresidente cubano, acaba de convocar públicamente a su pueblo para que cada uno de los 11 millones de habitantes se exprese libremente en torno a la situación del país, con el objetivo de perfeccionar la obra que se construye contra viento y mareas, a pesar del más largo, cruento y despiadado bloqueo económico, comercial y financiero, impuesto por estados Unidos hace ya más de 45 años.
Mientras esta realidad ocurre en Cuba, donde la democracia tiene múltiples formas de manifestarse, en Estados Unidos se aprecia la otra cara de la moneda, a pesar de su tan enarbolada libertad de expresión.
Escribiré estas letras bajo el juramento de que todo lo que cuente es la más absoluta verdad, que ha dado la vuelta al mundo desde el pasado 17 de septiembre y hasta hoy, a través de más de 400 000 citas en Internet, que incluyen cientos de imágenes trasmitidas en video, captadas en vivo durante el incidente.
Confieso que me enteré por medio de la edición digital del nada izquierdista diario El Nuevo Herald, de Miami. Después todo era más simple: poner los nombres del senador John Kerry y del estudiante Andrew Meyer, dar un click y quedar asombrado ante tan ridícula, cavernaria y fascista actuación de 19 agentes policiales que participaron en el brutal atropello a este joven estudiante de Telecomunicaciones en la Universidad de la Florida.
La profesora Rhonda Weiss, de la escuela secundaria de Weston Cypress Bay High, donde cursó estudios y reside Meyer, declaró tras el bochornoso suceso que este joven siempre ha sido "un estudiante con honores", que se distinguió extraclases por redactar para el periódico estudiantil.
Catedráticos y compañeros de aula de Meyer manifestaron que este joven de 21 años de edad es serio, respetuoso, algo bromista, muy alegre y preocupado por la política de su país y del mundo.
El senador por Massachussets, John Kerry, ex candidato presidencial demócrata, impartió una conferencia en un recinto de la Universidad de la Florida, y al concluir su disertación de más de dos horas de duración, dio la palabra a los asistentes para que le formularan preguntas.
Respondió algunas, hasta que le tocó el turno a Andrew Meyer, quien quizás confiado y convencido de que nació y vive en el país de la "libertad de expresión", se tomó esta gran mentira como si fuera toda una verdad. Y por poco le cuesta la vida.
Meyer comenzó preguntando a John Kerry por qué había abandonado en menos de 24 horas sus reclamos por la Presidencia de Estados Unidos, a pesar de contundentes denuncias de un colosal fraude en la Florida.
Los oficiales de la policía presentes en el salón casi no dejaron terminar sus palabras al joven estudiantes. Comenzaron a acercársele y a rodearlo. Y a conminarlo a que hiciera silencio.
Meyer continuó argumentando su interrogante con la afirmación de que se había demostrado que muchos negros fueron impedidos de ejercer su derecho al voto y que las máquinas computaban los votos al revés.
El señor que presidía la reunión le exigió que se callara, pues llevaba demasiado tiempo hablando. El valiente joven argumentó que si al senador Kerry le habían concedido más de dos horas para su exposición, lo más justo era que a él le permitieran apenas dos minutos.
Y continuó con sus preguntas, a pesar de que le cerraron el micrófono: "¿No cree usted que Mr. Bush debe ser juzgado antes de que ataque a Irán…? Si Clinton fue llevado a los tribunales por un problema sexual, por qué Bush no puede ser acusado y llevado a un juicio político… ¿Fueron usted y Bush miembros de la secta secreta Cráneos y Huesos durante sus años en la Universidad de Yale…?"
Los videos no mienten: se aprecia y escucha en ellos a los agentes tomando por los brazos a Andrew Meyer, empujándolo, arrojándolo al piso, diciéndole que está arrestado y amenazándolo con utilizar en su contra la pistola eléctrica o táser.
Ante tal amenaza, se oye una voz del público que comenta: "Lo van a electrocutar".
Meyer implora: "No uses el táser, hermano; no lo uses…"
En vano. La orgía estaba desatada ante el silencio de todo el auditorio y los lobos de la jauría hicieron caso omiso al senador Kerry, quien dijo estar dispuesto a responder las preguntas del infeliz joven estudiante.
Uno de los 19 agentes utilizó contra él esa peligrosa arma, capaz de lanzar descargas entre 17 000 y 50 000 voltios para paralizar a su objetivo, al cual puede ocasionarle la muerte por un paro cardíaco.
Le dispararon la potente descarga eléctrica, lo arrastraron hasta sacarlo del salón y lo condujeron, aún inconsciente, hacia la jefatura de policía, donde lo acusaron nada menos que de "resistirse violentamente a un agente policial y perturbar la paz, al interrumpir una actividad escolar".
¡Mentiras!
En primer lugar, en imagen alguna de los videos se observa al joven estudiante Andrew Meyer resistiéndose al arresto, sino preguntando a sus captores si iban a arrestarlo, el por qué y señalándoles que ello era ridículo.
En segundo lugar: no fue un solo agente. ¡Eran 19! Y de ese total al menos seis lo golpearon, arrojaron al suelo, le dispararon con la pistola eléctrica y lo arrastraron hasta sacarlo del salón.
Y en tercero, Andrew Meyer no perturbó paz alguna ni interrumpió ninguna actividad escolar. Formuló sus preguntas a petición del conferencista, el senador John Kerry.
Los que sí perturbaron la paz e interrumpieron la actividad escolar fueron el adulón que desconectó el micrófono y los fascistas policías que arremetieron contra el joven estudiante y literalmente lo torturaron en público.
Horas después, Meyer fue puesto en libertad y su abogado expresó que no se declarará culpable de tan infames cargos, pues solo hizo uso de su derecho a la libertad de expresión, reconocido por la Constitución de Estados Unidos y violado por los agentes policiales.
Al día siguiente, el senador John Kerry divulgó un comunicado oficial en el cual afirma que "en 37 años de actividades públicas, a través de guerras, protestas y eventos llenos de emoción, jamás había sostenido un diálogo que terminara de esta forma…"
Esta bochornosa situación, reitero, no ocurrió en el Chile de Pinochet, ni en el Paraguay de Stroessner, ni en el Haití de Papá Doc, sino en los Estados Unidos de Mr. George W. Bush, que cacarea por todo el Planeta acerca de la libertad de expresión de que disfrutan todos sus ciudadanos.
Mientras, el General de Ejército Raúl Castro Ruz acaba de convocar públicamente a los 11 millones de cubanos, que ya se expresan libre y voluntariamente, en reuniones de todas las organizaciones políticas, sociales y de masas, en relación con todos los problemas que afectan al país, muchos de los cuales son provocados por el bloqueo de más de 45 años, impuesto precisamente por Estados Unidos.
Allá se pasan las 24 horas del día cuestionando a la democracia cubana, la que se basa en que el pueblo propone, postula y elige a sus gobernantes, desde la base hasta el Consejo de Estado, y en la cual trabajadores, estudiantes, campesinos, estudiantes, profesionales, artistas, deportistas, militares, hombres, mujeres, ancianos, niños, negros, blancos, mestizos, creyentes o ateos, analizamos la actualidad en la que vivimos, para cambiar todo lo que tenga que ser cambiado y perfeccionar nuestro Socialismo, que en nada se parece, por suerte, a esta democracia Made in USA…
Escribiré estas letras bajo el juramento de que todo lo que cuente es la más absoluta verdad, que ha dado la vuelta al mundo desde el pasado 17 de septiembre y hasta hoy, a través de más de 400 000 citas en Internet, que incluyen cientos de imágenes trasmitidas en video, captadas en vivo durante el incidente.
Confieso que me enteré por medio de la edición digital del nada izquierdista diario El Nuevo Herald, de Miami. Después todo era más simple: poner los nombres del senador John Kerry y del estudiante Andrew Meyer, dar un click y quedar asombrado ante tan ridícula, cavernaria y fascista actuación de 19 agentes policiales que participaron en el brutal atropello a este joven estudiante de Telecomunicaciones en la Universidad de la Florida.
La profesora Rhonda Weiss, de la escuela secundaria de Weston Cypress Bay High, donde cursó estudios y reside Meyer, declaró tras el bochornoso suceso que este joven siempre ha sido "un estudiante con honores", que se distinguió extraclases por redactar para el periódico estudiantil.
Catedráticos y compañeros de aula de Meyer manifestaron que este joven de 21 años de edad es serio, respetuoso, algo bromista, muy alegre y preocupado por la política de su país y del mundo.
El senador por Massachussets, John Kerry, ex candidato presidencial demócrata, impartió una conferencia en un recinto de la Universidad de la Florida, y al concluir su disertación de más de dos horas de duración, dio la palabra a los asistentes para que le formularan preguntas.
Respondió algunas, hasta que le tocó el turno a Andrew Meyer, quien quizás confiado y convencido de que nació y vive en el país de la "libertad de expresión", se tomó esta gran mentira como si fuera toda una verdad. Y por poco le cuesta la vida.
Meyer comenzó preguntando a John Kerry por qué había abandonado en menos de 24 horas sus reclamos por la Presidencia de Estados Unidos, a pesar de contundentes denuncias de un colosal fraude en la Florida.
Los oficiales de la policía presentes en el salón casi no dejaron terminar sus palabras al joven estudiantes. Comenzaron a acercársele y a rodearlo. Y a conminarlo a que hiciera silencio.
Meyer continuó argumentando su interrogante con la afirmación de que se había demostrado que muchos negros fueron impedidos de ejercer su derecho al voto y que las máquinas computaban los votos al revés.
El señor que presidía la reunión le exigió que se callara, pues llevaba demasiado tiempo hablando. El valiente joven argumentó que si al senador Kerry le habían concedido más de dos horas para su exposición, lo más justo era que a él le permitieran apenas dos minutos.
Y continuó con sus preguntas, a pesar de que le cerraron el micrófono: "¿No cree usted que Mr. Bush debe ser juzgado antes de que ataque a Irán…? Si Clinton fue llevado a los tribunales por un problema sexual, por qué Bush no puede ser acusado y llevado a un juicio político… ¿Fueron usted y Bush miembros de la secta secreta Cráneos y Huesos durante sus años en la Universidad de Yale…?"
Los videos no mienten: se aprecia y escucha en ellos a los agentes tomando por los brazos a Andrew Meyer, empujándolo, arrojándolo al piso, diciéndole que está arrestado y amenazándolo con utilizar en su contra la pistola eléctrica o táser.
Ante tal amenaza, se oye una voz del público que comenta: "Lo van a electrocutar".
Meyer implora: "No uses el táser, hermano; no lo uses…"
En vano. La orgía estaba desatada ante el silencio de todo el auditorio y los lobos de la jauría hicieron caso omiso al senador Kerry, quien dijo estar dispuesto a responder las preguntas del infeliz joven estudiante.
Uno de los 19 agentes utilizó contra él esa peligrosa arma, capaz de lanzar descargas entre 17 000 y 50 000 voltios para paralizar a su objetivo, al cual puede ocasionarle la muerte por un paro cardíaco.
Le dispararon la potente descarga eléctrica, lo arrastraron hasta sacarlo del salón y lo condujeron, aún inconsciente, hacia la jefatura de policía, donde lo acusaron nada menos que de "resistirse violentamente a un agente policial y perturbar la paz, al interrumpir una actividad escolar".
¡Mentiras!
En primer lugar, en imagen alguna de los videos se observa al joven estudiante Andrew Meyer resistiéndose al arresto, sino preguntando a sus captores si iban a arrestarlo, el por qué y señalándoles que ello era ridículo.
En segundo lugar: no fue un solo agente. ¡Eran 19! Y de ese total al menos seis lo golpearon, arrojaron al suelo, le dispararon con la pistola eléctrica y lo arrastraron hasta sacarlo del salón.
Y en tercero, Andrew Meyer no perturbó paz alguna ni interrumpió ninguna actividad escolar. Formuló sus preguntas a petición del conferencista, el senador John Kerry.
Los que sí perturbaron la paz e interrumpieron la actividad escolar fueron el adulón que desconectó el micrófono y los fascistas policías que arremetieron contra el joven estudiante y literalmente lo torturaron en público.
Horas después, Meyer fue puesto en libertad y su abogado expresó que no se declarará culpable de tan infames cargos, pues solo hizo uso de su derecho a la libertad de expresión, reconocido por la Constitución de Estados Unidos y violado por los agentes policiales.
Al día siguiente, el senador John Kerry divulgó un comunicado oficial en el cual afirma que "en 37 años de actividades públicas, a través de guerras, protestas y eventos llenos de emoción, jamás había sostenido un diálogo que terminara de esta forma…"
Esta bochornosa situación, reitero, no ocurrió en el Chile de Pinochet, ni en el Paraguay de Stroessner, ni en el Haití de Papá Doc, sino en los Estados Unidos de Mr. George W. Bush, que cacarea por todo el Planeta acerca de la libertad de expresión de que disfrutan todos sus ciudadanos.
Mientras, el General de Ejército Raúl Castro Ruz acaba de convocar públicamente a los 11 millones de cubanos, que ya se expresan libre y voluntariamente, en reuniones de todas las organizaciones políticas, sociales y de masas, en relación con todos los problemas que afectan al país, muchos de los cuales son provocados por el bloqueo de más de 45 años, impuesto precisamente por Estados Unidos.
Allá se pasan las 24 horas del día cuestionando a la democracia cubana, la que se basa en que el pueblo propone, postula y elige a sus gobernantes, desde la base hasta el Consejo de Estado, y en la cual trabajadores, estudiantes, campesinos, estudiantes, profesionales, artistas, deportistas, militares, hombres, mujeres, ancianos, niños, negros, blancos, mestizos, creyentes o ateos, analizamos la actualidad en la que vivimos, para cambiar todo lo que tenga que ser cambiado y perfeccionar nuestro Socialismo, que en nada se parece, por suerte, a esta democracia Made in USA…
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CUBAhora - Cuba/26/09/2007
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