(ARCHIVO) El presidente peruano Alan García (I) junto al congresista demócrata estadounidense Charles Rangel, en el palacio de gobierno en Lima, el 6 de agosto de 2007. Los demócratas, que controlan ambas cámaras del Congreso estadounidense, se mostraron divididos este miércoles sobre los Tratados de Libre Comercio (TLC) con América Latina, a menos de una semana del inicio formal del proceso de ratificación del acuerdo con Perú.
-
WASHINGTON - Los demócratas, que controlan ambas cámaras del Congreso estadounidense, se mostraron divididos este miércoles sobre los Tratados de Libre Comercio (TLC) con América Latina, a menos de una semana del inicio formal del proceso de ratificación del acuerdo con Perú.
"Creo que existe una percepción errónea de los asuntos comerciales en el seno de la bancada demócrata", admitió el representante de Utah Jim Matheson, en la conferencia anual de la Corporación Andina de Fomento (CAF), celebrada en Washington, en la que participaron cinco congresistas del mismo partido.
"Lo que necesitamos en este debate es que se baje el tono de la retórica, así como una conversación verdaderamente buena sobre los asuntos comerciales y lo que significan en términos de oportunidades", añadió el congresista, tras admitir que su posición no representaba la mayoría de su partido.
El debate dejó claro que menos de una semana antes del inicio del proceso de ratificación del acuerdo con Perú, alcanzado hace casi dos años por ambos países, el partido mantiene sus dudas y sus divisiones sobre lo acuerdos negociados por el Gobierno republicano del presidente George W. Bush.
Eso sí, el tono parece haber cambiado. Por ejemplo, el representante de California Xavier Becerra, que se había opuesto enérgicamente hace dos años al tratado con Centroamérica y República Dominicana (CAFTA-DR), respaldado entonces por solo 15 demócratas de la Cámara, no descartó apoyar el de Perú.
"Depende, si todo lo que nos dijeron en la administración del presidente Bush se cumplió", respondió, al ser preguntado por la prensa sobre si tenía la intención de respaldar el tratado, que ha sido enmendado en los últimos meses a petición de los demócratas.
"Si lo que escuchamos de la administración Bush en cuanto al asunto de los derechos laborales y del medioambiente está reflejado en este nuevo tratado, entonces creo que hay posibilidades de promover esos tratados", afirmó el adjunto de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
"Todo se tiene que ver por escrito. Decirlo es una cosa, hacerlo otra", subrayó Becerra, después que el Gobierno estadounidense impusiera enmiendas laborales y medioambientales a los acuerdos sin la más mínima negociación con los tres países.
Por su parte, la representante Nita Lowey de Nueva York, abogó por cambiar la estrategia comercial de Estados Unidos en América Latina, tras lamentar la reducción de la ayuda a la región, algo que desmintió inmediatamente John Veroneau, el representante adjunto para el Comercio (USTR).
"Nuestra agenda comercial tiene que ser integrada totalmente en nuestra estrategia de política exterior y debe completar la asistencia que prestamos a la región", afirmó la congresista.
El también representante de Nueva York Gregory Meeks, un ferviente defensor de los tratados comerciales, contribuyó a dejar patente las divisiones entre los demócratas, al declararse "optimista" de cara a la ratificación no sólo de los TLC con Perú y Panamá, sino también el de Colombia.
Meses atrás, los dirigentes demócratas manifestaron su oposición al acuerdo con Bogotá, el mayor aliado de Bush en Latinoamérica, al plantear condiciones casi imposibles de cumplir a corto plazo, como resolver el problema de los asesinatos de sindicalistas y el llamado escándalo de la parapolítica.
Por su parte, el congresista tejano Henry Cuéllar llamó a los miembros de su partido a "no darle la espalda a América Latina y al comercio", al instar a sus colegas a dar el visto bueno a los tratados
WASHINGTON - Los demócratas, que controlan ambas cámaras del Congreso estadounidense, se mostraron divididos este miércoles sobre los Tratados de Libre Comercio (TLC) con América Latina, a menos de una semana del inicio formal del proceso de ratificación del acuerdo con Perú.
"Creo que existe una percepción errónea de los asuntos comerciales en el seno de la bancada demócrata", admitió el representante de Utah Jim Matheson, en la conferencia anual de la Corporación Andina de Fomento (CAF), celebrada en Washington, en la que participaron cinco congresistas del mismo partido.
"Lo que necesitamos en este debate es que se baje el tono de la retórica, así como una conversación verdaderamente buena sobre los asuntos comerciales y lo que significan en términos de oportunidades", añadió el congresista, tras admitir que su posición no representaba la mayoría de su partido.
El debate dejó claro que menos de una semana antes del inicio del proceso de ratificación del acuerdo con Perú, alcanzado hace casi dos años por ambos países, el partido mantiene sus dudas y sus divisiones sobre lo acuerdos negociados por el Gobierno republicano del presidente George W. Bush.
Eso sí, el tono parece haber cambiado. Por ejemplo, el representante de California Xavier Becerra, que se había opuesto enérgicamente hace dos años al tratado con Centroamérica y República Dominicana (CAFTA-DR), respaldado entonces por solo 15 demócratas de la Cámara, no descartó apoyar el de Perú.
"Depende, si todo lo que nos dijeron en la administración del presidente Bush se cumplió", respondió, al ser preguntado por la prensa sobre si tenía la intención de respaldar el tratado, que ha sido enmendado en los últimos meses a petición de los demócratas.
"Si lo que escuchamos de la administración Bush en cuanto al asunto de los derechos laborales y del medioambiente está reflejado en este nuevo tratado, entonces creo que hay posibilidades de promover esos tratados", afirmó el adjunto de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
"Todo se tiene que ver por escrito. Decirlo es una cosa, hacerlo otra", subrayó Becerra, después que el Gobierno estadounidense impusiera enmiendas laborales y medioambientales a los acuerdos sin la más mínima negociación con los tres países.
Por su parte, la representante Nita Lowey de Nueva York, abogó por cambiar la estrategia comercial de Estados Unidos en América Latina, tras lamentar la reducción de la ayuda a la región, algo que desmintió inmediatamente John Veroneau, el representante adjunto para el Comercio (USTR).
"Nuestra agenda comercial tiene que ser integrada totalmente en nuestra estrategia de política exterior y debe completar la asistencia que prestamos a la región", afirmó la congresista.
El también representante de Nueva York Gregory Meeks, un ferviente defensor de los tratados comerciales, contribuyó a dejar patente las divisiones entre los demócratas, al declararse "optimista" de cara a la ratificación no sólo de los TLC con Perú y Panamá, sino también el de Colombia.
Meses atrás, los dirigentes demócratas manifestaron su oposición al acuerdo con Bogotá, el mayor aliado de Bush en Latinoamérica, al plantear condiciones casi imposibles de cumplir a corto plazo, como resolver el problema de los asesinatos de sindicalistas y el llamado escándalo de la parapolítica.
Por su parte, el congresista tejano Henry Cuéllar llamó a los miembros de su partido a "no darle la espalda a América Latina y al comercio", al instar a sus colegas a dar el visto bueno a los tratados
-
Noticias relacionadas
Gobierno de EEUU confía en ratificación antes del 2009
Gobierno de EEUU confía en ratificación antes del 2009
-
AFP/06/09/2007
AFP/06/09/2007
No hay comentarios:
Publicar un comentario