3/9/07

ENFOQUE-Velo limita posibilidad laboral a mujeres en el mundo

Por Deena Hussein
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DUBAI - Aysha Obeid se quedó sin un puesto como empleada en un negocio de Dubai por el velo que le cubría la cabeza y dejaba sólo sus ojos a la vista. Así que para mejorar sus prospectos laborales, la joven dejó de usar la prenda.
"Nadie contrata mujeres con niqabs en el sector minorista," dijo Obeid, de 22 años.
Si bien las mujeres que utilizan el velo por motivos religiosos esperan problemas a la hora de conseguir un trabajo fuera del mundo musulmán, las en la región afirman que también hay obstáculos en su tierra, particularmente en lugares que requieren interactuar con el público.
Es común ver a mujeres de los Emiratos en su lugar de trabajo luciendo elegantes túnicas y pañuelos de cabeza, pero aquellas que visten el niqab rara vez atienden al público.
"Las mujeres en niqabs no se sientan en el mostrador. Toman los puestos administrativos," dijo Abdullah Naser, gerente en un correo de Dubai.
"Los clientes necesitan saber a quién le están hablando," añadió.
Los velos faciales han sido centro de debates políticos en muchos países por los derechos de quienes los visten a concurrir a escuelas en sociedades seculares o ser policías, maestras o tener otros trabajos que impliquen la interacción con el público.
Son particularmente comunes en Kuwait, los Emiratos Arabes Unidos y Arabia Saudita donde muchas mujeres se cubren el rostro en público, motivadas por tradiciones conservadores y clérigos poderosos que aconsejan lucir el niqab.
En Dubai, el emirato más moderno donde las multinacionales tienen sus centros regionales y los extranjeros residentes no musulmanes representan una gran proporción de la población, a las mujeres que visten el niqab les cuesta encontrar trabajo.
"Algunas compañías tienen la política de prohibir a las mujeres usar el niqab durante las horas de trabajo, como los bancos por ejemplos," dijo Nora al-Bidour, gerenta de relaciones públicas de Tanmia.
El niqab también causó polémica en Egipto, donde una creciente cantidad de mujeres está utilizando el velo. En junio, una corte dictaminó que una universidad acreditada por Estados Unidos había incurrido en un error al excluir a una catedrática que vestía la prenda.
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SIN VELO EN LA PANTALLA
En Estados Unidos, Saima Azfar, una inmigrante de Pakistán, planea vestir su niqab durante entrevistas de trabajo una vez que pase los exámenes de la junta médica en Chicago.
"Conozco a doctoras musulmanas que pasaron por el proceso de licenciatura aquí. Ellas me dijeron que si se tiene el talento, entonces nadie te niega un trabajo por vestir el velo," explicó Azfar, de 34 años.
Zerqa Abid afirmó que su niqab no restringió su carrera. La mujer, actualmente consultora en comunicaciones y marketing, trabajó como editora de noticias para la cadena estadounidense NBC y dirigió una estación de televisión en Pakistán.
"Le demostré a la gente que una mujer cubierta puede hacer todo lo que quiera, puede ser exitosa, una mujer de carrera," comentó.
Aunque observa curiosidad y confusión entre sus colegas, Abid, de 38 años, dijo que las leyes estadounidenses le dan la libertad de trabajar vistiendo el niqab, pero con un importante contratiempo.
"Todavía no soy bienvenida en la pantalla porque me cubro el rostro," agregó.
En la nación musulmana más poblada del mundo, Indonesia, el niqab es poco común. Incluso en la provincia de Aceh, donde se obliga a las mujeres a vestir pañuelos de cabeza en público como parte de la sharia o ley islámica, el niqab casi no se ve.
Siti Nurlaila, una activista musulmana que abandonó su niqab hace unos años, dijo que en Indonesia la pieza era vestida mayormente por un pequeño grupo de musulmanes que siguen al wahabismo, una radical forma del Islam sunita que se practica en Arabia Saudita.
"En Indonesia, la gente común ve a las personas que visten el niqab como a extraños y a menudo les dice a sus hijos que nos eviten, o incluso dicen que somos criminales," comentó.
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NADA DE PAÑUELOS
En Turquía, bajo las leyes seculares del país, utilizar un simple pañuelo es un problema para las mujeres, a quienes se les prohíbe cubrir su cabeza en trabajos del sector público y se les alienta a abandonar la práctica también en el privado.
En muchas oficinas, las únicas mujeres cubiertas son las del personal de limpieza.
No existen estadísticas de cuántas mujeres dejan la universidad o el mercado de trabajo por las normas sobre los pañuelos de cabeza, pero el 60 por ciento los utilizan, según un estudio de la investigadora TESEV.
Turquía tiene un índice de participación femenina en la fuerza laboral de un 27 por ciento, que los activistas atribuyen al menos en parte a las restricciones sobre los pañuelos de cabeza. A menudo las mujeres lucen pelucas para ir a la universidad como una solución intermedia.
Fatma Benli es una abogada que se cubre la cabeza y no puede aparecer en la corte. Abandonó sus estudios de posgrado debido a la prohibición y hace campaña a favor de vestir el pañuelo.
"No se puede trabajar en el sector público e incluso en el privado piensan que se va a dañar su imagen. Los salarios son bajos porque saben que no hay competencia, ya que nuestras posibilidades de encontrar un empleos son bajas," afirmó.
Existe una cierta esperanza de que el reelecto Partido AK, con raíces islámicas, considere levantar la prohibición como lo intentó en su primer mandato.
Pero muchos sospechan que tomará años superar la feroz oposición secular y los temores de que levantar la restricción acabará con el carácter laico de Turquía.
"Tengo esperanzas," dijo Benli. "Pero Turquía es un país complicado, el tiempo dirá," añadió.
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Reuters América Latina - UK/03/09/2007

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