Con la apertura del concurso para el contrato más importante en su género, India pretende modernizar su capacidad aeronáutica e incentivar el desarrollo de la industria de la defensa nacional, tanto pública como privada. A partir de la adjudicación de la concesión será posible extraer información sobre las relaciones concretas que India querrá establecer con determinados países en los próximos años. Este proyecto de modernización de la Defensa para el siglo XXI, de hecho, se incluye en el marco más amplio de las aspiraciones políticas que quieren ver reconocido el estatus de potencia regional y global del “gigante asiático”.
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Ilaria Maltagliati
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El gobierno indio ha abierto la carrera para el contrato más sustancioso del mundo –estimado entre 8 y 10 mil millones de dólares- relativo a la compra de 126 cazas polivalentes, incluidos los costes de formación y el paquete de sistemas de armamento que deberían resultar por un 25% del importe total. India está decidida, de hecho, a adquirir de un único proveedor un modelo de cazabombardero de tecnología avanzada que venga a sustituir a los MiG-21 y MiG-23 ya obsoletos y que pueda estar en servicio durante 40 años, gracias a unas pocas actualizaciones durante su vida operativa y que no están incluidos en los costes iniciales. Las necesidades indias tienen que ver con una tipología de avión de combate que tenga la capacidad de alcanzar una velocidad de Mach 2 y que posea un radio de acción de más de 2.500 kilómetros. Éste debería venir equipado con cañones de un calibre de entre 20 y 25 mm, misiles aire-aire guiados por radar, misiles aire-tierra guiados por satélite, armamento anti-radar y pods para usos varios. El avión deberá, además, tener capacidad de stealth y todotiempo, y la posibilidad de ejecutar maniobras de repostaje en pleno vuelo. Estas necesidades responden a las exigencias dictadas por la voluntad india de potenciar su defensa aérea y de adquirir una mayor capacidad de proyección en las áreas de su interés. La compra de un nuevo modelo de avión de combate entra en el marco más amplio de la modernización de las fuerzas aéreas, al menos por lo que respecta a la consecución de nuevas tecnologías destinadas a mejorar la capacidad de intervención de tipo estratégico, hoy limitada al Sukhoi SU-30 MKI Flanker, aeroplano polivalente de gran autonomía, dotado de tecnología de radar de vanguardia. Un avión de combate así, junto al Tejas como caza polivalente ligero y al nuevo caza polivalente medio, serán los que constituyan la futura línea de vuelo india.
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Ilaria Maltagliati
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El gobierno indio ha abierto la carrera para el contrato más sustancioso del mundo –estimado entre 8 y 10 mil millones de dólares- relativo a la compra de 126 cazas polivalentes, incluidos los costes de formación y el paquete de sistemas de armamento que deberían resultar por un 25% del importe total. India está decidida, de hecho, a adquirir de un único proveedor un modelo de cazabombardero de tecnología avanzada que venga a sustituir a los MiG-21 y MiG-23 ya obsoletos y que pueda estar en servicio durante 40 años, gracias a unas pocas actualizaciones durante su vida operativa y que no están incluidos en los costes iniciales. Las necesidades indias tienen que ver con una tipología de avión de combate que tenga la capacidad de alcanzar una velocidad de Mach 2 y que posea un radio de acción de más de 2.500 kilómetros. Éste debería venir equipado con cañones de un calibre de entre 20 y 25 mm, misiles aire-aire guiados por radar, misiles aire-tierra guiados por satélite, armamento anti-radar y pods para usos varios. El avión deberá, además, tener capacidad de stealth y todotiempo, y la posibilidad de ejecutar maniobras de repostaje en pleno vuelo. Estas necesidades responden a las exigencias dictadas por la voluntad india de potenciar su defensa aérea y de adquirir una mayor capacidad de proyección en las áreas de su interés. La compra de un nuevo modelo de avión de combate entra en el marco más amplio de la modernización de las fuerzas aéreas, al menos por lo que respecta a la consecución de nuevas tecnologías destinadas a mejorar la capacidad de intervención de tipo estratégico, hoy limitada al Sukhoi SU-30 MKI Flanker, aeroplano polivalente de gran autonomía, dotado de tecnología de radar de vanguardia. Un avión de combate así, junto al Tejas como caza polivalente ligero y al nuevo caza polivalente medio, serán los que constituyan la futura línea de vuelo india.
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La competición
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En la competición tomarán parte las estadounidenses Boeing y Lockheed Martin con los cazas F/A-18 Super Hornet y F-16 Falcon, respectivamente, además de la compañía rusa RSK MiG con su MiG-35, la sueca Saab con el JAS-39, la francesa Dassault con el Rafale y el Eurofighter Typhoon del consorcio formado por España, Alemania, Gran Bretaña e Italia. Todos estos posibles proveedores deberán sin embargo adaptar sus productos a los requerimientos indios.La elección de estos aviones parece estar dictada por claras exigencias de la Indian Air Force (IAF) que, de manera general, subdividen los cazas en concurso en dos grupos distintos: por una parte, el Rafale, el Eurofighter y el F-18, que disponen de un radio de acción mayor pero que también tienen un coste mayor (de 50 a 70 millones de dólares contra 30-40 millones de dólares); y por la otra los F-16, JAS-39 y MiG-35, más ligeros, menos costosos y más polivalentes (aunque usados generalmente para usos tácticos).Cada caza, sin embargo, tiene características y modos de uso propios que lo hacen único. El Eurofighter es un caza concebido para mantener la superioridad aérea y el control total del cielo. La tarea principal del Rafale, así como la del F/A-18 es, en cambio, el cumplimiento de misiones “strike” (aire-tierra) también en profundidad, aunque son capaces de llevar a cabo misiones aire-aire si fuera necesario. El JAS-39 es un cazabombardero muy pequeño y manejable, capaz de desarrollar misiones de intercepción, de ataque y de reconocimiento, válido para ser utilizado con fines tácticos y capaz de operar en infraestructuras aeroportuarias básicas y, por lo tanto, también en bases de realineamiento táctico/avanzado. La aeronáutica india podría estar interesada precisamente en esta última característica. El F-16, por su parte, se ha impuesto entre las fuerzas aéreas de muchos países por sus características técnicas, su precio competitivo y una política comercial agresiva en el mercado. Este caza es temible en las maniobras de combate de proximidad pero también puede desarrollar misiones de ataque sobre el suelo mediante bombas guiadas por láser. El MiG-35, finalmente, fue presentado por primera vez en febrero de este año en la exposición Aero India de Bangalore, y pudo demostrar en vuelo sus notables capacidades que lo sitúan como rival potencial de los más modernos cazas occidentales. Si bien aún no se ha utilizado en ninguna operación, este nuevo caza promete una superioridad aérea y misiones strike como las del Eurofighter. Resulta difícil poder valorar qué tipo de cazabombardero seleccionará la India, ya que tendrán en cuenta tanto las características técnicas que se consideren más adecuadas para el modo de uso de la IAF, como las características comerciales o consideraciones de tipo político.
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La competición
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En la competición tomarán parte las estadounidenses Boeing y Lockheed Martin con los cazas F/A-18 Super Hornet y F-16 Falcon, respectivamente, además de la compañía rusa RSK MiG con su MiG-35, la sueca Saab con el JAS-39, la francesa Dassault con el Rafale y el Eurofighter Typhoon del consorcio formado por España, Alemania, Gran Bretaña e Italia. Todos estos posibles proveedores deberán sin embargo adaptar sus productos a los requerimientos indios.La elección de estos aviones parece estar dictada por claras exigencias de la Indian Air Force (IAF) que, de manera general, subdividen los cazas en concurso en dos grupos distintos: por una parte, el Rafale, el Eurofighter y el F-18, que disponen de un radio de acción mayor pero que también tienen un coste mayor (de 50 a 70 millones de dólares contra 30-40 millones de dólares); y por la otra los F-16, JAS-39 y MiG-35, más ligeros, menos costosos y más polivalentes (aunque usados generalmente para usos tácticos).Cada caza, sin embargo, tiene características y modos de uso propios que lo hacen único. El Eurofighter es un caza concebido para mantener la superioridad aérea y el control total del cielo. La tarea principal del Rafale, así como la del F/A-18 es, en cambio, el cumplimiento de misiones “strike” (aire-tierra) también en profundidad, aunque son capaces de llevar a cabo misiones aire-aire si fuera necesario. El JAS-39 es un cazabombardero muy pequeño y manejable, capaz de desarrollar misiones de intercepción, de ataque y de reconocimiento, válido para ser utilizado con fines tácticos y capaz de operar en infraestructuras aeroportuarias básicas y, por lo tanto, también en bases de realineamiento táctico/avanzado. La aeronáutica india podría estar interesada precisamente en esta última característica. El F-16, por su parte, se ha impuesto entre las fuerzas aéreas de muchos países por sus características técnicas, su precio competitivo y una política comercial agresiva en el mercado. Este caza es temible en las maniobras de combate de proximidad pero también puede desarrollar misiones de ataque sobre el suelo mediante bombas guiadas por láser. El MiG-35, finalmente, fue presentado por primera vez en febrero de este año en la exposición Aero India de Bangalore, y pudo demostrar en vuelo sus notables capacidades que lo sitúan como rival potencial de los más modernos cazas occidentales. Si bien aún no se ha utilizado en ninguna operación, este nuevo caza promete una superioridad aérea y misiones strike como las del Eurofighter. Resulta difícil poder valorar qué tipo de cazabombardero seleccionará la India, ya que tendrán en cuenta tanto las características técnicas que se consideren más adecuadas para el modo de uso de la IAF, como las características comerciales o consideraciones de tipo político.
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Las compensaciones
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Los procedimientos de compra serán valorados según el documento Defence Procurement Policy (DPP) de 2006, con el fin de facilitar las valoraciones técnicas. Una vez aceptada la oferta, habrá una fase de discusión sobre las compensaciones industriales que en un principio estaban en el 30% y que ahora han subido hasta el 50%. El Contract Negotiation Comité sólo valorará las propuestas comerciales de aquellos vendedores potenciales que satisfagan las condiciones de compensación. Se enviarán entonces sus recomendaciones al ministro de Defensa, el cual, a su vez, consultará con el Union Finance Minister. Una vez puestos de acuerdo, se enviará la valoración al Cabinet Comité on Security (CSS) para la autorización final. El procedimiento de compra está condicionado, evidentemente, por las reglas de compensación indias que se recogen en el Defence Procurement Manual 2006. Los potenciales vendedores, sin embargo, podrán contar con la ayuda de la Defence Offset Facilitation Agency que les asistirá cuando se vean las caras con la industria de defensa india para la identificación de sus propuestas o proyectos de compensación. La valoración de las diversas propuestas, finalmente, no se basará exclusivamente en términos comerciales, sino también en condiciones técnicas, a través de una serie de requerimientos a los que los vendedores deberán dar respuesta, como por ejemplo, la garantía de duración del ciclo de vida del aparato mediante la posibilidad de actualizaciones que puedan mantener sus capacidades a niveles satisfactorios.Las compensaciones serán de tipo directo, por lo que se producirá una transferencia tecnológica del vendedor al comprador, que debería a su vez producir un beneficio, ya sea de tipo económico, o en términos de desarrollo de la industria de defensa india. Desde un punto de vista económico, India está intentando revisar su política de importación masiva de armas (cuyo volumen de negocio en 2005 rondó los 70 millones de dólares) mediante compensaciones del 30% para cada acuerdo comercial que supere los 78 millones de dolares. Según las previsiones, en cinco años este tipo de compensaciones permitirán que las empresas estatales y privadas alcancen un volumen de negocio de aproximadamente 1.250 millones de dólares. Además, desde el punto de vista del progreso tecnológico, las compensaciones podrían permitir a la industria militar india descubrir diversos tipos de tecnologías relacionadas, por ejemplo, con la aeronáutica o aerospacial para la tecnología de misiles, así como con la guerra electrónica, entre otras. Así, mientras que los primeros 18 aviones serán proporcionados por la empresa que gane el concurso totalmente equipados y listos para usar, los 108 restantes (y aquellos que seguramente irán añadiéndose con los años si el pedido asciende a 200 aparatos), serán fabricados en la propia India por Hindustan Aeronautics (industria estatal que ha realizado ya el proyecto del Tejas y ha fabricado el Sukhoi Su-3), gracias a la cláusula contractual sobre transferencia tecnológica.
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Los procedimientos de compra serán valorados según el documento Defence Procurement Policy (DPP) de 2006, con el fin de facilitar las valoraciones técnicas. Una vez aceptada la oferta, habrá una fase de discusión sobre las compensaciones industriales que en un principio estaban en el 30% y que ahora han subido hasta el 50%. El Contract Negotiation Comité sólo valorará las propuestas comerciales de aquellos vendedores potenciales que satisfagan las condiciones de compensación. Se enviarán entonces sus recomendaciones al ministro de Defensa, el cual, a su vez, consultará con el Union Finance Minister. Una vez puestos de acuerdo, se enviará la valoración al Cabinet Comité on Security (CSS) para la autorización final. El procedimiento de compra está condicionado, evidentemente, por las reglas de compensación indias que se recogen en el Defence Procurement Manual 2006. Los potenciales vendedores, sin embargo, podrán contar con la ayuda de la Defence Offset Facilitation Agency que les asistirá cuando se vean las caras con la industria de defensa india para la identificación de sus propuestas o proyectos de compensación. La valoración de las diversas propuestas, finalmente, no se basará exclusivamente en términos comerciales, sino también en condiciones técnicas, a través de una serie de requerimientos a los que los vendedores deberán dar respuesta, como por ejemplo, la garantía de duración del ciclo de vida del aparato mediante la posibilidad de actualizaciones que puedan mantener sus capacidades a niveles satisfactorios.Las compensaciones serán de tipo directo, por lo que se producirá una transferencia tecnológica del vendedor al comprador, que debería a su vez producir un beneficio, ya sea de tipo económico, o en términos de desarrollo de la industria de defensa india. Desde un punto de vista económico, India está intentando revisar su política de importación masiva de armas (cuyo volumen de negocio en 2005 rondó los 70 millones de dólares) mediante compensaciones del 30% para cada acuerdo comercial que supere los 78 millones de dolares. Según las previsiones, en cinco años este tipo de compensaciones permitirán que las empresas estatales y privadas alcancen un volumen de negocio de aproximadamente 1.250 millones de dólares. Además, desde el punto de vista del progreso tecnológico, las compensaciones podrían permitir a la industria militar india descubrir diversos tipos de tecnologías relacionadas, por ejemplo, con la aeronáutica o aerospacial para la tecnología de misiles, así como con la guerra electrónica, entre otras. Así, mientras que los primeros 18 aviones serán proporcionados por la empresa que gane el concurso totalmente equipados y listos para usar, los 108 restantes (y aquellos que seguramente irán añadiéndose con los años si el pedido asciende a 200 aparatos), serán fabricados en la propia India por Hindustan Aeronautics (industria estatal que ha realizado ya el proyecto del Tejas y ha fabricado el Sukhoi Su-3), gracias a la cláusula contractual sobre transferencia tecnológica.
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Valoraciones Políticas
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A pesar de que el Ministerio de Defensa indio no ha tardado en puntualizar que la elección comercial del avión se realizará de acuerdo con criterios específicos y objetivos predeterminados que aseguren que la selección se ajusta a los principios de transparencia e imparcialidad, la elección tiene también importantes connotaciones políticas y estratégicas para las relaciones comerciales e internacionales.En lo referente a la industria de defensa y de compra-venta de sistemas armamentísticos, Rusia e India mantienen relaciones particularmente estrechas. Sólo hay que pensar, por ejemplo, en los cazas que India tiene a su disposición, provenientes en su mayoría de Rusia, o que gracias a la adquisición de 30 Sukhoi SU-30 MKI en junio pasado, Moscú ha exigido y finalmente obtenido la prerrogativa de no pagar el porcentaje de compensaciones. Se entiende, en consecuencia, que el principal proveedor de material militar de India no vea con buenos ojos la reciente apertura de Nueva Delhi a Israel, Europa y Estados Unidos. De hecho, sólo en los últimos años el gobierno de Washington ha decidido emprender una política de aproximación a India en la que se incluyan también las relaciones comerciales y los intercambios en el sector defensivo. Las empresas estadounidenses se han servido repentinamente de una estrategia de mercado dirigida a facilitar los acuerdos comerciales. La empresa Boeing, por ejemplo, además de participar en el concurso con el F/A-18, se ha ofrecido también, por primera vez, a transferir la producción del artefacto directamente a la India, que de esta forma se convertiría en el único país que construiría el Super Hornet fuera de Estados Unidos. Para la industria americana, India podría representar uno de los mayores mercados de Asia para colocar sus productos militares. También la empresa Lockheed Martin está desarrollando sus propias estrategias para consolidar sus relaciones con la industria india y, con este propósito, ha inaugurado el India Innovation Growth Program, un proyecto bienal mediante el que pretende fomentar el crecimiento de las exportaciones de nuevas tecnologías indias a través de diversas aplicaciones comerciales. Con el patrocinio de dicha iniciativa, Lockheed Martin está tratando de demostrar que puede ser un socio fiable tanto para el gobierno indio como para sus empresas. Pero por si todo esto no fuera aún suficiente, la administración americana ha aceptado que Lockheed Martin haga una interesante propuesta al gobierno indio: si el F-16 gana el concurso, la Indian Air Force podría adquirir las tecnologías avanzadas del F-35 (Joint Strike Fighter), algunas de las cuales van a ser adaptadas a la generación Block 50 de cazas F-16. Esta propuesta entra en competencia directa con el acuerdo indo-ruso para desarrollar conjuntamente un caza de nueva generación. Si bien es verdad que dicho acuerdo se encuentra solamente en fase de proyecto, la India no ha tenido nunca máquinas estadounidenses y ello podría disuadirla de una interrupción de las relaciones con Moscú, sobre todo por motivos de estandarización y adiestramiento de los pilotos. Por lo que se refiere a Europa, las compañías interesadas en la producción de cazas polivalentes están también preparando algunas ofertas atractivas. La compañía sueca Gripen International, por ejemplo, ha ofrecido transferencia tecnológica así como algunos de los sistemas armamentísticos más desarrollados. Los términos de esta oferta han tenido también resonancias políticas, al ser incluidos en la agenda del encuentro mantenido entre el ministro de Exteriores sueco, Carl Bildt, y el primer ministro indio, Manmohan Singh y el ministro de Defensa Shri A. K. Antony, durante la visita oficial del primero a la India.
Parece que los modelos preferidos del concurso son el MiG-35 y el F-16, no sólo por consideraciones técnicas y económicas, sino también por motivos políticos, dado que tanto Rusia como Estados Unidos tienen grandes intereses estratégicos y políticos que les impulsan a desear mantener buenas relaciones con el gigante asiático. Por otro lado, India podría tratar de establecer una especie de equilibrio estratégico para preservar, en la medida de lo posible, su autonomía respecto a las potencias del bipolarismo, evitando establecer relaciones demasiado estrechas tanto con una como con otra, y, al mismo tiempo, manteniendo con ambas relaciones privilegiadas. Como se observa, India se encuentra en una nueva situación, debido a su cada vez más importante papel económico y estratégico en la escena internacional. Queda sin embargo por ver cuáles serán las elecciones que tome en un futuro próximo para dotarse de una sólida fuerza militar y de una industria defensiva competitiva que –junto a otros factores- le permitan ser reconocida como una potencia por el resto de actores de la región (y, por extensión, a nivel global).
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A pesar de que el Ministerio de Defensa indio no ha tardado en puntualizar que la elección comercial del avión se realizará de acuerdo con criterios específicos y objetivos predeterminados que aseguren que la selección se ajusta a los principios de transparencia e imparcialidad, la elección tiene también importantes connotaciones políticas y estratégicas para las relaciones comerciales e internacionales.En lo referente a la industria de defensa y de compra-venta de sistemas armamentísticos, Rusia e India mantienen relaciones particularmente estrechas. Sólo hay que pensar, por ejemplo, en los cazas que India tiene a su disposición, provenientes en su mayoría de Rusia, o que gracias a la adquisición de 30 Sukhoi SU-30 MKI en junio pasado, Moscú ha exigido y finalmente obtenido la prerrogativa de no pagar el porcentaje de compensaciones. Se entiende, en consecuencia, que el principal proveedor de material militar de India no vea con buenos ojos la reciente apertura de Nueva Delhi a Israel, Europa y Estados Unidos. De hecho, sólo en los últimos años el gobierno de Washington ha decidido emprender una política de aproximación a India en la que se incluyan también las relaciones comerciales y los intercambios en el sector defensivo. Las empresas estadounidenses se han servido repentinamente de una estrategia de mercado dirigida a facilitar los acuerdos comerciales. La empresa Boeing, por ejemplo, además de participar en el concurso con el F/A-18, se ha ofrecido también, por primera vez, a transferir la producción del artefacto directamente a la India, que de esta forma se convertiría en el único país que construiría el Super Hornet fuera de Estados Unidos. Para la industria americana, India podría representar uno de los mayores mercados de Asia para colocar sus productos militares. También la empresa Lockheed Martin está desarrollando sus propias estrategias para consolidar sus relaciones con la industria india y, con este propósito, ha inaugurado el India Innovation Growth Program, un proyecto bienal mediante el que pretende fomentar el crecimiento de las exportaciones de nuevas tecnologías indias a través de diversas aplicaciones comerciales. Con el patrocinio de dicha iniciativa, Lockheed Martin está tratando de demostrar que puede ser un socio fiable tanto para el gobierno indio como para sus empresas. Pero por si todo esto no fuera aún suficiente, la administración americana ha aceptado que Lockheed Martin haga una interesante propuesta al gobierno indio: si el F-16 gana el concurso, la Indian Air Force podría adquirir las tecnologías avanzadas del F-35 (Joint Strike Fighter), algunas de las cuales van a ser adaptadas a la generación Block 50 de cazas F-16. Esta propuesta entra en competencia directa con el acuerdo indo-ruso para desarrollar conjuntamente un caza de nueva generación. Si bien es verdad que dicho acuerdo se encuentra solamente en fase de proyecto, la India no ha tenido nunca máquinas estadounidenses y ello podría disuadirla de una interrupción de las relaciones con Moscú, sobre todo por motivos de estandarización y adiestramiento de los pilotos. Por lo que se refiere a Europa, las compañías interesadas en la producción de cazas polivalentes están también preparando algunas ofertas atractivas. La compañía sueca Gripen International, por ejemplo, ha ofrecido transferencia tecnológica así como algunos de los sistemas armamentísticos más desarrollados. Los términos de esta oferta han tenido también resonancias políticas, al ser incluidos en la agenda del encuentro mantenido entre el ministro de Exteriores sueco, Carl Bildt, y el primer ministro indio, Manmohan Singh y el ministro de Defensa Shri A. K. Antony, durante la visita oficial del primero a la India.
Parece que los modelos preferidos del concurso son el MiG-35 y el F-16, no sólo por consideraciones técnicas y económicas, sino también por motivos políticos, dado que tanto Rusia como Estados Unidos tienen grandes intereses estratégicos y políticos que les impulsan a desear mantener buenas relaciones con el gigante asiático. Por otro lado, India podría tratar de establecer una especie de equilibrio estratégico para preservar, en la medida de lo posible, su autonomía respecto a las potencias del bipolarismo, evitando establecer relaciones demasiado estrechas tanto con una como con otra, y, al mismo tiempo, manteniendo con ambas relaciones privilegiadas. Como se observa, India se encuentra en una nueva situación, debido a su cada vez más importante papel económico y estratégico en la escena internacional. Queda sin embargo por ver cuáles serán las elecciones que tome en un futuro próximo para dotarse de una sólida fuerza militar y de una industria defensiva competitiva que –junto a otros factores- le permitan ser reconocida como una potencia por el resto de actores de la región (y, por extensión, a nivel global).
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Enlaces
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India: crece la economía, pero los beneficios no se reparten uniformemente
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Equilibri.net - Italy/28/09/2007
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