4/9/07

Oriente Medio: la investigación y los cultivos modificados genéticamente

Hace ya doce años que empezaron a aparecer los cultivos modificados genéticamente. La difusión de organismos “distintos del ser humano, cuyo material genético fue modificado de manera distinta a la que viene dada por la naturaleza con el emparejamiento y/o la recombinación genética natural” (definición introducida por el artículo 2 de la Dir. 2001/18/CEE) se incrementó de forma exponencial, a pesar de la oposición de los grupos ecologistas, que se oponen firmemente a ella. Este fenómeno se ha extendido por América, algunos estados de la Unión Europea, unos pocos países de África y parte del Lejano Oriente. Parece evidente la casi total ausencia de Oriente Medio que, a excepción de Irán, es un territorio aún inexplorado por los cultivos genéticamente modificados con fines comerciales.
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Silvia Foffano
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A pesar de las dudas sobre la autenticidad de los productos modificados genéticamente, muchos países se han abierto a sus cultivos y el servicio internacional para adquisición de las aplicaciones biotecnológicas (ISAAA) está registrando resultados muy positivos. En 1996, las hectáreas de tierra utilizadas eran 1,7 millones y, en la actualidad, este número está alcanzando los 100 millones. El incremento que se registra, año tras año, es muy elevado: basta pensar que, en 2005, se registraron 90 millones de hectáreas, un 10% menos que en la actualidad. En lo que respecta a los países que se han abierto a la experimentación y se han manifestado a su favor, tras el rápido progreso de 2005, en el que se sumaron cuatro naciones, en 2006 se contó sólo con un nuevo ingreso, el de Eslovaquia. Con esta última son 22 las naciones abiertas a producciones industriales y cultivos experimentales. El resultado actual se puede seguir considerando revolucionario si se compara con el de 1996: hace doce años, sólo eran seis los países que participaban en estas políticas experimentales.

Los incrementos también implican un aumento de agricultores: de los 8,5 millones de 2005 a los 10,3 millones de 2006. Un elemento que el ISAAA destaca es la implicación de los pequeños agricultores y agricultores procedentes de países en vías de desarrollo, pues suponen un 90% de quienes se han beneficiado de esta tecnología, hasta tal punto, que se mantiene la tendencia positiva en las producciones de OMG para disminuir la pobreza en el mundo. Sin embargo, en la práctica, quedan dudas, sobre todo por parte de las asociaciones que se oponen a la difusión de la experimentación alimentaria. La incertidumbre no sólo es relativa a la veracidad de estos productos, sino también a la honestidad sobre las oportunidades reales que pueden suponer para los más pobres.Ciertamente, los datos positivos confirman que, a pesar de los riesgos, hay muchas empresas implicadas. Se puede afirmar que la adquisición de plantas OMG va, a menudo, unida a la obligación de la adquisición también para el siguiente año y que estas semillas tienen un precio más alto que las naturales. Los riesgos no son menores, pues los compradores de países en vías de desarrollo podrían no poder pagar el precio (por lo tanto, en realidad resulta más atractivo el comercio dirigido a los grandes productores). Además, las empresas tienen que pagar el precio de la investigación y existe el problema de los estados que se han declarado OMG-free que, consecuentemente, no participan en el mercado y producción de productos de este tipo. A pesar de los riesgos, se trata de un mercado con una tendencia positiva y que cada vez tiene mayores posibilidades de crecimiento debido, entre otras cosas, a la disminución de las variedades de los recursos que podrían estar libremente disponibles en un territorio.

La gran ausencia de Oriente Medio

Los países que utilizan este método son: Estados Unidos, Argentina, Brasil, Canadá, China, Paraguay, India, Sudáfrica, Uruguay, Australia, México, Rumanía, Filipinas y Francia, todos ellos con más de 50.000 hectáreas cada uno. Con una participación menor se suman: Colombia, Honduras, España, Alemania, la República Checa, Portugal, Eslovaquia e Irán.Las grandes ausencias son claras: las de los estados de Oriente Medio (salvo algunas excepciones). Si se analiza la importante ausencia medioriental, es necesario hacer premisas sobre el mundo islámico, en el que no hay uniformidad de ideas, sino múltiples subdivisiones debidas a las condiciones socio-económicas y políticas diferentes. A su vez, esto es debido a que la palabra del Corán se interpreta de formas contradictorias. Así pues, en el Islam las cuestiones de biotecnología se refieren a la aplicación de un nuevo enfoque a las ciencias tradicionales. Los comités de bioética musulmanes se caracterizan por la dependencia del derecho musulmán, aunque hacen referencias a los principios típicos de la bioética occidental y, en esto, actúan de manera autónoma con respecto al contexto religioso. En general, se entiende que, en Oriente Medio, se desconocen los límites con respecto al uso de los conocimientos científicos, incluidos los de genética, y son muchos los países que vuelven a descubrir el potencial de las biotecnologías (véase: Oriente Medio: la biotecnología, entre pensamiento religioso, regulación nacional e inversión).

La investigación en el sector OMG en Oriente Medio

Se estima que Oriente Medio tiene una población de 690 millones de personas, de las que 250 millones (un 36,23%) dependen de la agricultura, incluidos la ganadería y el pastoreo. A pesar de la aridez y la sequedad del terreno de esta zona, el sector agrícola, en estos últimos años, se ha desarrollado y ha aumentado. Esto no significa que estos países puedan llegar a satisfacer la necesidad alimentaria interna, sino que para mejorar la situación necesitan importar los alimentos. A pesar de esta situación, tal y como ya se ha destacado, ninguna región produce organismos genéticamente modificados con fines comerciales. No faltan las adhesiones y la participación en la investigación avanzada en este sector. Egipto e Irán han sido las primeras naciones en introducir los OMG en el sector comercial. El primero desarrolló tecnologías relativas a los productos resistentes a los insectos. Introdujo investigaciones sobre el grano, azúcar, comino y algodón y, además, desarrolló un arroz resistente a los insectos, cuya semilla está en el mercado desde 2004. Otros estados como Argelia, Marruecos, Pakistán, Siria, Túnez y Turquía tienen centros de estudio molecular en los que se desarrollan programas para integrar el crecimiento de las plantas tradicionales. La financiación la proporcionan Egipto, Irán y Kuwait, que quieren promover la biotecnología mediante la colaboración entre los sectores privado y público. A pesar de esto, muchas regiones tienen posibilidades de investigación muy limitadas debido a los altos costes que se prevén.

Muchos países siguen sin tener legislación relativa a este tema, y se hace así necesario tomar medidas para controlar el cultivo de OMG. Qatar tiene previsto realizar normas que regulen la importación de productos modificados genéticamente. A menudo, las leyes no bastan. En Turquía, por ejemplo, donde casi todas las semillas modificadas genéticamente están prohibidas por la ley, se han encontrado cultivos comerciales y no sólo con fines de investigación científica. En cuestión normativa, sigue siendo importante el acuerdo al que se llegó en la reunión de Roma del 2004 entre los países miembros del Gulf Cooperation Council (GCC), órgano que tiene por objetivo estudiar la política económica de cooperación entre todos sus estados miembros como Emiratos Árabes, Bahrein, Arabia Saudí, Omán, Qatar y Kuwait). El acuerdo regula la producción, distribución, importación y exportación de productos OMG a nivel nacional y regional.

La intervención de las organizaciones internacionales: Food and Agriculture Organization (FAO)

Según la FAO, la biotecnología debe integrar las tecnologías agrícolas tradicionales, acelerando los programas convencionales de mejora genética y ofreciendo soluciones válidas cuando los métodos tradicionales fallen. En Oriente Medio, las actividades de investigación y desarrollo no se integran con la realidad comercial y, por eso, actualmente la FAO está procediendo a coordinar programas de sensibilización en la materia, para garantizar decisiones responsables.

El desarrollo de la agricultura depende de muchos factores, que van desde la capacidad humana hasta la financiación, pasando por los recursos naturales y físicos del territorio. En este contexto, la contribución de la biotecnología puede tener una importancia limitada. Sin embargo, puede tener un peso mayor si las políticas nacionales están dirigidas a una implicación de todos los sectores. La FAO quiere contribuir a desarrollar políticas destinadas a ayudar a los países de Oriente Próximo y Oriente Medio y a optimizar su capacidad de desarrollo de forma adecuada al uso de biotecnologías. Para ello, es necesario que las regiones den un primer paso. La cooperación nacional y regional es necesaria para la promoción de un enfoque participativo y del diálogo entre el mundo rural y las instituciones de la sociedad civil.

Conclusiones

El contexto de difusión con fines comerciales de cultivos basados en semillas modificadas genéticamente en Oriente Medio vive tendencias positivas, tanto por parte de los gobiernos como por parte de la Food and Agricultural Organization. La situación que se determina es la apertura a la experimentación científica y a las campañas de sensibilización. Frente a esto, no es fácil entender qué impide el siguiente paso, el de la apertura comercial a este sector. Las dificultades no son religiosas, sino debidas a que las autoridades no son capaces de manifestarse a favor. De hecho, esta tecnología no se opone a las palabras del Corán, aunque su apariencia parece totalmente occidental y, por lo tanto, puede no gustar a los sectores más fundamentalistas. Así pues, posiblemente el paso adelante aún no se ha dado porque no es el momento. Por un lado, está la falta de un estímulo religioso y, por el otro, aunque muy unido al primero, está la reticencia de las comunidades locales, que se encuentran con una agricultura en crecimiento, aunque en condiciones hostiles. Se puede decir que la situación está abierta y los intereses en juego son muchos. La solución final parece, cuando menos, incierta.
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Equilibri.net - Italy/04/09/2007

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