29/9/07

Países amenazados de extinción

por Daniel Pipes
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Adivinanza: ¿qué país de Oriente Medio desapareció del mapa por varios meses no hace mucho tiempo?
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Respuesta: Kuwait, que desapareció de agosto de 1990 a febrero de 1991 para convertirse en el 19e provincia de Irak. Con ésta conquista brutal de Saddam Hussein se ponía un punto final en las pretensiones iraquíes intermitentes remontándose las primeras a los años treinta. La restauración de la soberanía de Kuwait requirió una fuerza masiva de más de medio millón de soldados americanos.
Estos acontecimientos vuelven de nuevo al espíritu debido a una amenaza similar contra Bahrein expresada recientemente por un portavoz iraní. Hossein Shariatmadari, aliado de la "guía" suprema iraní, el ayatollah Ali Khamenei, y redactor principal del diario Kayhan, publicó una opinión, el 9 de julio último, en la cual afirmaba que “Bahrein forma parte del territorio iraní, del que se separó por una conspiración ilegal fomentada por (…) el Sha Mohammed Reza Pahlavi, así como los Gobiernos americanos y británicos”. Al hacer referencia a la población en su mayoría chiíta de Bahrein, Shariatmadari llegó hasta afirmar, sin avanzar ninguna prueba, que “el pueblo bahreïni sólo pide lo más ardientemente posible hoy de volver de nuevo esta provincia (…) al seno del Irán islámico”.
El Instituto de búsqueda de los medios de comunicación Oriente Medio (MEMRI) informa de que estas reflexiones “desencadenaron una tormenta en Bahrein”: la gente protestó en la embajada iraní, el Gobierno emitió declaraciones severas, las dos Cámaras del Parlamento votaron Resoluciones urgentes e incluso prescribe la pena de muerte para los Bahreïnis que adoptaran este irredentismo iraní. Otros Estados del Golfo Pérsico se asociaron a esta reacción emitiendo declaraciones parecidas.
El tema es sensible. Las pretensiones de Teherán sobre Bahrein se remontan a 1958, cuando Irán declaró que la isla era sus 14e provincia y le asignó incluso dos asientos de su Parlamento nacional. Aunque el Sha formalmente haya reconocido la independencia de Bahrein en 1970, pretensiones como la de Shariatmadari aparecieron episódicamente, como la imagen de las de Irak sobre Kuwait antes de 1990.
Así pues, Irak absorbió Kuwait completamente y Bahrein podría sufrir la misma suerte. Y la amenaza a estos dos países no es la única, los tres Estados restantes de Oriente Medio también están en “ vías de extinción”.
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- La situación de Jordania todavía ha sido precaria, encaramado entre varios Estados más grandes, más potentes y a menudo más agresivos. Durante uno de los episodios memorables de este arriesgado curso, muy del tipo de la crisis kuwaití, en noviembre de 1990, Hassan, el Príncipe heredero del trono, temía que su “pequeño país de 3,5 millones de habitantes estuviera a punto de desaparecer”.
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- La independencia del Líbano se disputa desde la creación de este Estado, en 1926, porque su vecino sirio nunca ha podido hacerse a la idea de la pérdida de los territorios libanés. Damasco expresó sus reticencias de distintas maneras, en términos cartográficos (designación de su frontera con el Líbano como “regional” y no internacional, diplomáticos (negativa a abrir una embajada siria en el Líbano) y políticos (soberanía de los asuntos internos libaneses).
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- La existencia de Israel como estado judío fue una amenaza a partir del día de su declaración de independencia, en 1948. Sus victorias militares durante las décadas que siguieron le garantizaron una determinada fuerza de disuasión y una determinada permanencia; pero desde 1992, un electorado desorientado y dirigentes ineptos colocaron el país ante una amenaza existencial comparable a aquélla que se enfrentaba antes de la guerra de 1967.
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La observación de estos cinco Estados Oriente Medio amenazados en su existencia suscita varias reflexiones. En primer lugar, su situación difícil revela bien la naturaleza excepcionalmente violenta, inestable y aventurada de la vida política en esta región. Ningún Estado situado fuera del Oriente Medio ve así su existencia propia puesta en entredicho.
En segundo lugar, este esquema tan particular resulta en parte de un problema de sobra extendido de fronteras indeterminadas. Con algunas raras excepciones – entre las cuales, ironía de la suerte, se encuentran dos de las fronteras internacionales de Israel –, la mayoría de las fronteras del Oriente Medio ni fueron trazadas, ni decididas de común acuerdo. Este revisionismo favorece ambiciones que implican la eliminación de un Estado.
En tercer lugar, esta situación pone bien en perspectiva el dilema de Israel. El riesgo de ver a un Estado desaparecer es generalmente anormal, pero es común en la región. Los problemas de Israel los conocen todos, con una cobertura de información cientos de veces más importantes que los los cuatro países restantes reunidos, pero se enfrentan ambos a una amenaza comparable. Este contexto hace pensar que el estatuto dudoso de Israel podría prolongarse aún mucho tiempo.
Por fin, estas profundas tensiones no resueltas del Oriente Medio sacan a la luz de nuevo la absurdidad del concepto según el cual el conflicto israelo-árabe sería la fuente de los problemas de la región entera. Cada uno de los Estados en peligro se enfrenta propios demonios, ninguno de ellos guía los asuntos políticos regionales en su conjunto. Así pues, solucionar el conflicto israelo-árabe no aportaría más que solucionar un conflicto específico.
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Traducción: Nicolai Nicolaievich Romanov
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Uruguay Informe - Uruguay/29/09/2007

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