Moscú-El presidente ruso, Vladimir Putin, expresó su esperanza hoy de que los acontecimientos políticos que estremecen a Georgia con masivas protestas opositoras transcurran de manera pacífica y sin víctimas.
Putin dijo confiar en que las partes, gobierno y oposición, demostrarán madurez y perspicacia política, en un ambiente caldeado tras el arresto del ex ministro de Defensa Irakli Okruashvili.
Okruasvili fue detenido horas después de acusar ante la prensa al gobierno georgiano y, en particular al presidente, Mijail Saakashvili, de corrupción.
El mandatario ruso evitó comentarios al respecto y subrayó que los acontecimientos actuales en ese país constituyen un asunto interno y conciernen a los georgianos.
Sin embargo, expresó satisfacción porque Rusia quedó al margen de las llamadas revoluciones de colores devenidas crisis políticas, en alusión a los procesos ocurridos en algunas naciones de la Comunidad de Estados Independientes, incluida Georgia.
El estallido de una nueva crisis en ese país de Trascaucasia coincide con un deterioro de las relaciones entre Moscú y Tiflis y de una agudización de los conflictos en la región ligados con los diferendos territoriales de Abjasia y Osetia del Sur.
Tras reunirse finalmente con su homólogo georgiano en Nueva York, el canciller ruso, Serguei Lavrov, expresó el interés común de las partes en evitar una peligrosa escalada de las tensiones en las zonas beligerantes abjasio-georgiana y oseta-georgiana.
Lavrov informó en declaraciones a medios periodísticos nacionales que analizó con su colega Gela Bezhuashvili el estado de las relaciones bilaterales y los factores que complican una normalización del diálogo intergubernamental.
Existe comprensión e interés mutuo de no permitir un empeoramiento del clima en las relaciones ruso-georgianas, subrayó Lavrov.
Putin dijo confiar en que las partes, gobierno y oposición, demostrarán madurez y perspicacia política, en un ambiente caldeado tras el arresto del ex ministro de Defensa Irakli Okruashvili.
Okruasvili fue detenido horas después de acusar ante la prensa al gobierno georgiano y, en particular al presidente, Mijail Saakashvili, de corrupción.
El mandatario ruso evitó comentarios al respecto y subrayó que los acontecimientos actuales en ese país constituyen un asunto interno y conciernen a los georgianos.
Sin embargo, expresó satisfacción porque Rusia quedó al margen de las llamadas revoluciones de colores devenidas crisis políticas, en alusión a los procesos ocurridos en algunas naciones de la Comunidad de Estados Independientes, incluida Georgia.
El estallido de una nueva crisis en ese país de Trascaucasia coincide con un deterioro de las relaciones entre Moscú y Tiflis y de una agudización de los conflictos en la región ligados con los diferendos territoriales de Abjasia y Osetia del Sur.
Tras reunirse finalmente con su homólogo georgiano en Nueva York, el canciller ruso, Serguei Lavrov, expresó el interés común de las partes en evitar una peligrosa escalada de las tensiones en las zonas beligerantes abjasio-georgiana y oseta-georgiana.
Lavrov informó en declaraciones a medios periodísticos nacionales que analizó con su colega Gela Bezhuashvili el estado de las relaciones bilaterales y los factores que complican una normalización del diálogo intergubernamental.
Existe comprensión e interés mutuo de no permitir un empeoramiento del clima en las relaciones ruso-georgianas, subrayó Lavrov.
Prensa Latina - Cuba/30/09/2007
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