CORRESPONSAL EN BERLÍN
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Un presidente francés ha ofrecido por primera vez a Alemania una participación decisoria en su programa nuclear, pero la canciller habría rechazado no sin agradecer la confianza.
Un presidente francés ha ofrecido por primera vez a Alemania una participación decisoria en su programa nuclear, pero la canciller habría rechazado no sin agradecer la confianza.
Inopinada sorpresa
Como adelanta el semanario «Spiegel», y ayer analizaban con inopinada sorpresa expertos en radios y televisiones, Sarkozy habría dicho el lunes a la canciller Merkel, durante un almuerzo en Meseberg, que el programa francés «Force de Frappe» ya protege a Alemania. La cuestión sería ahora, añadió, al parecer, Sarkozy, si Berlín desea pasar a tomar parte también en el proceso de decisión, esto es, en el poder sobre el programa y el famoso maletín nuclear. La información filtrada de fuentes diplomáticas al «Spiegel» incluye la negativa y el rechazo por parte de Angela Merkel y de su ministro de Exteriores. Frank Walter Steinmeier habría rehusado la oferta argumentando que Alemania no ambiciona el arma nuclear y, por ello, ingresó formalmente en 1975 el Tratado de no Proliferación Nuclear.
Las expliaciones del ministro habrían sido expresamente secundadas por la canciller. Está al caer la respuesta de los Verdes, cuyo origen fue el pacifismo y la desnuclearización, aunque ayer su copresidente intentaba convencer a un congreso del partido contra una retirada militar de Afganistán y el apoyo a la misión de reconocimiento de los aviones Tornado.
La cuestión nuclear estaba ayer también en boca del ministro del Interior quien, en declaraciones avanzadas por el «Frankfurter Allgemeine», dice por primera vez que «un ataque terrorista nuclear» sería «ya sólo cuestión de tiempo, no de posibilidad», para lo que habría que «prepararse, no deprimirse». A tenor de los recientes atentados desbaratados en Alemania, «es claro que quieren más», avisa Wolfgang Schäuble.
La inopinada oferta nuclear francesa sigue a varios rumores sobre el grado de relación entre Sarkozy y Merkel, calificadas en París como un diálogo «muy franco», lo que se entiende como áspero. Entre ambas capaitales hay divergencias en política industrial y monetaria, en especial sobre la independencia del Banco Central Europeo. La prensa alemana recusa un activismo «napoleónico» y, de fuentes del Elíseo, ha percibido tras la visita un cierto vacío. El Eliseo negó el jueves toda crisis, hablando de «una reunión extremadamente constructiva. Ahí están los resultados», dijo el portavoz evocando compromisos sobre un control de las finanzas de alto riesgo.
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ABC-España/16/09/2007
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