Opinión
Por: José Contreras
Por: José Contreras
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El Congreso padece de una enfermedad crónica que se manifiesta constantemente y que lo desgasta política y económicamente: la creación de comisiones “especiales” para atender asuntos que deben ser resueltos por otras vías.Un nuevo ataque de comisionitis se presentó el pasado lunes, cuando la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados acordó crear una comisión “investigadora” del presunto enriquecimiento ilícito del ex presidente Vicente Fox.Hay muchas cosas que deben ser aclaradas de la administración foxista, como la operación de decenas de fideicomisos creados durante ese sexenio para manejar recursos que no estarían sujetos a fiscalización.El ejemplo más ilustrativo de lo anterior es el Fideicomiso Transforma México, creado dentro de la Lotería Nacional y a través del cual se transfirieron recursos públicos a la organización Vamos México, que encabeza Martha Sahagún.Las senadoras de la pasada legislatura Dulce María Sauri Riancho, Martha Tamayo y Noemí Guzmán documentaron un desvío de al menos 200 millones de pesos hacia organizaciones empresariales y de corte panista, pero la única consecuencia de esa revelación fue el cese de la directora de la Lotería Nacional, Laura Valdés.También hubo irregularidades por cerca de 211 millones de pesos en el Fideicomiso Programa Marcha Hacia el Sur, que estaba destinado a proporcionar apoyo a proyectos productivos de los estados de Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Tabasco y Veracruz, con objeto de crear empleos en la región.La Secretaría de la Función Pública inhabilitó por 20 años al secretario técnico del Fideicomiso, y le impuso una multa de 179 millones de pesos, pero no hubo sanciones penales y nunca se aclaró a qué empresas o personas fueron entregados los recursos de manera irregular.La administración de Vicente Fox debe responder también por las irregularidades cometidas en torno al elefante blanco que es la mega biblioteca José Vasconcelos, por las obras de ampliación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, y por presuntos malos manejos en el Fondo de Empresas Expropiadas del Sector Azucarero, entre otros asuntos.La idea de que se investigue el posible enriquecimiento inexplicable del ex presidente Vicente Fox es positiva, pero no le corresponde al Congreso hacerlo.La creación de una comisión “investigadora” sólo generará, ya lo empezó a hacer, impacto mediático y rentabilidad política para algunos.El artículo 21 de la Constitución concede al Ministerio Público la facultad exclusiva de la persecución de los delitos y al Poder Judicial la aplicación de las penas.Y el párrafo tercero del artículo 93 de la Constitución dice que las Cámaras de Diputados y de Senadores pueden integrar “comisiones para investigar el funcionamiento de organismos descentralizados y empresas de participación estatal mayoritaria”.El propio párrafo precisa que los resultados de las investigaciones que lleven a cabo esas comisiones se harán del conocimiento del Ejecutivo.Vicente Fox es en este momento un particular. En su calidad de ex servidor público, son la Auditoría Superior de la Federación, la Secretaría de la Función Pública y en todo caso la PGR, las instancias que pueden y deben investigar la situación patrimonial del ex Presidente.En la pasada legislatura, la Cámara de Diputados creó una comisión “investigadora” de las empresas de los hijos de Marta Sahagún. Los tres años de inversión de recursos humanos y materiales terminaron cuando el Poder Judicial otorgó un amparo a los hermanos Bribiesca, con el argumento de que la Cámara de Diputados no puede investigar a particulares.En esta legislatura, el Senado tuvo la puntada de crear una comisión “investigadora” de todo lo relacionado con el chino Zhenli Ye Gon, a raíz de que involucró a un “Javier Alarcón” en declaraciones a la prensa.El PAN advirtió que en todo caso también se investigaría a Marcelo Ebrard, porque compartió abogados con el chino y a Enrique Peña Nieto porque por el Estado de México pasó la efedrina. Los priistas y perredistas recularon y la comisión no ha sido integrada.La comisionitis es una grave enfermedad. Actualmente la Cámara de Diputados tiene 44 comisiones ordinarias, 20 especiales y 5 “investigadoras”. El Senado tiene 57 comisiones ordinarias, 3 especiales, y ambas cámaras comparten 5 bicamerales.El marco jurídico en materia de transparencia y rendición de cuentas aún adolece de serias deficiencias, pero éstas no serán subsanadas con la creación de comisiones “investigadoras” del Congreso que no llevan a ninguna parte y sí contribuyen a engrosar la burocracia legislativa.OFF THE RECORD. El senador y dirigente del PVEM en el DF, Jorge Legorreta, fue nombrado presidente de la Comisión del Medio Ambiente del Senado, en sustitución de Arturo Escobar.La idea es que Arturo se dedique a las tareas de corte electoral, ahora que viene la legislación secundaria en la materia.Legorreta tiene la encomienda de dar continuidad a los proyectos que se encuentran en la “congeladora” de la Comisión del Medio Ambiente.
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