Othón Ruiz Montemayor, presidente del encuentro universal de culturas que se inaugura el 20 de septiembre, espera que todas las expresiones ahí manifestadas se den en un ánimo de convivencia
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Juan Solís
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Juan Solís
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MONTERREY, NL. - A dos semanas de que inicie el Fórum Mundial de las Culturas Monterrey 2007, la fundación encargada de organizar el encuentro se declara lista para afrontar los 80 días de actividades que les esperan a partir del 20 de septiembre y hasta el 8 de diciembre; sin embargo, su presidente, el contador público Othón Ruiz Montemayor, no descarta que sea tomado como tribuna para discutir problemas políticos locales.
“El Fórum está politizado —dice—. El compromiso de organizarlo lo tomó una administración federal y se llevará a cabo en otra administración. Transitó durante el periodo electoral de 2006 y en las elecciones locales de presidentes municipales y legisladores. Es un encuentro importante, debatible, forma parte del ambiente político.”
Instalado en la oficina del Fórum, en el centro de negocios Cintermex, Ruiz Montemayor asegura en entrevista que hay espacios en el Fórum para dar cauce a todo tipo de inquietudes. “Ojalá se usen de manera adecuada y con un espíritu de convivencia, sin expresiones de violencia o cosas que se le parezcan”.
Los espacios de expresión referidos, llamados El Rincón de la Palabra y La Plaza de la Sociedad Civil —tribunas que podrán ser ocupadas por organizaciones no gubernamentales y miembros de la sociedad civil— están todavía en obras, como la mayoría de la infraestructura ubicada dentro del Parque Fundidora, sede principal de esta fiesta cultural.
Camiones de carga, trascabos y un ejército de albañiles, carpinteros y soldadores trabajan bajo el inclemente Sol de Monterrey para dejar listas las 142 hectáreas del parque en donde se desarrollarán nueve de las exposiciones y los mil espectáculos culturales del foro.
Mientras algunos sueldan la estructura para soportar las gradas en la carpa del circo, otros descargan los rollos de césped y las palmeras que rodearán a la antigua nave Lewis, estructura que estaba abandonada y que se ha transformado en la sede de las dos grandes exposiciones del Fórum: Isis y la serpiente emplumada y América migración.
Tanto la recuperación como la adaptación de los espacios de la Fundidora son una constante.
La ciudad también se prepara para el encuentro. Durante tres meses Monterrey recibirá a invitados de al menos 50 países. Hay gente trabajando en tapar los baches en los accesos viales y en limpiar el cauce seco del río Santa Catarina, en donde está proyectado un parque lineal. Flores amarillas sembradas en las orillas del ancho camellón dan la bienvenida a los invitados. El paseo Santa Lucía, que unirá a través de un canal navegable a la Macroplaza con el parque, está casi listo.
Si bien hay propaganda del Fórum, es poca si se compara con la que pudiera tener un mundial de futbol o unos juegos olímpicos.
Para los organizadores, este espacio para la cultura tiene la magnitud de justas deportivas de este tipo, sin embargo la difusión y la publicidad están por debajo del interés que suscitó, por ejemplo, la final de la liga mexicana de beisbol, el viernes, entre los Leones de Yucatán y los Sultanes de Monterrey.
La parte esencial del encuentro, titulada Diálogos integrada por una serie de 400 conferencias con 12 temas a desarrollarse en ocho semanas, se llevará a cabo en el centro de negocios Cintermex —ubicado en el interior del parque—, con entrada gratuita para toda persona interesada.
En varias de esas mesas se discutirá la pobreza extrema, latente en determinadas zonas de la industriosa ciudad. Quienes vivan en esta situación pueden participar —a decir del contador Ruiz Montemayor—, toda vez que las mesas son incluyentes y no se cobra la entrada. Habrá talleres en donde se les capacitará “para que puedan obtener un empleo, se les apoyará con mecanismos de financiamiento para que puedan generar un trabajo manual y desarrollarlo, como se hace en otros países del mundo.”
El Fórum Internacional de las Culturas se realizó por vez primera en la ciudad de Barcelona, España, en 2004. De esa edición, Monterrey recupera el formato de dividir las actividades en tres partes: Diálogos, Expresiones culturales y Exposiciones.
“El Fórum está politizado —dice—. El compromiso de organizarlo lo tomó una administración federal y se llevará a cabo en otra administración. Transitó durante el periodo electoral de 2006 y en las elecciones locales de presidentes municipales y legisladores. Es un encuentro importante, debatible, forma parte del ambiente político.”
Instalado en la oficina del Fórum, en el centro de negocios Cintermex, Ruiz Montemayor asegura en entrevista que hay espacios en el Fórum para dar cauce a todo tipo de inquietudes. “Ojalá se usen de manera adecuada y con un espíritu de convivencia, sin expresiones de violencia o cosas que se le parezcan”.
Los espacios de expresión referidos, llamados El Rincón de la Palabra y La Plaza de la Sociedad Civil —tribunas que podrán ser ocupadas por organizaciones no gubernamentales y miembros de la sociedad civil— están todavía en obras, como la mayoría de la infraestructura ubicada dentro del Parque Fundidora, sede principal de esta fiesta cultural.
Camiones de carga, trascabos y un ejército de albañiles, carpinteros y soldadores trabajan bajo el inclemente Sol de Monterrey para dejar listas las 142 hectáreas del parque en donde se desarrollarán nueve de las exposiciones y los mil espectáculos culturales del foro.
Mientras algunos sueldan la estructura para soportar las gradas en la carpa del circo, otros descargan los rollos de césped y las palmeras que rodearán a la antigua nave Lewis, estructura que estaba abandonada y que se ha transformado en la sede de las dos grandes exposiciones del Fórum: Isis y la serpiente emplumada y América migración.
Tanto la recuperación como la adaptación de los espacios de la Fundidora son una constante.
La ciudad también se prepara para el encuentro. Durante tres meses Monterrey recibirá a invitados de al menos 50 países. Hay gente trabajando en tapar los baches en los accesos viales y en limpiar el cauce seco del río Santa Catarina, en donde está proyectado un parque lineal. Flores amarillas sembradas en las orillas del ancho camellón dan la bienvenida a los invitados. El paseo Santa Lucía, que unirá a través de un canal navegable a la Macroplaza con el parque, está casi listo.
Si bien hay propaganda del Fórum, es poca si se compara con la que pudiera tener un mundial de futbol o unos juegos olímpicos.
Para los organizadores, este espacio para la cultura tiene la magnitud de justas deportivas de este tipo, sin embargo la difusión y la publicidad están por debajo del interés que suscitó, por ejemplo, la final de la liga mexicana de beisbol, el viernes, entre los Leones de Yucatán y los Sultanes de Monterrey.
La parte esencial del encuentro, titulada Diálogos integrada por una serie de 400 conferencias con 12 temas a desarrollarse en ocho semanas, se llevará a cabo en el centro de negocios Cintermex —ubicado en el interior del parque—, con entrada gratuita para toda persona interesada.
En varias de esas mesas se discutirá la pobreza extrema, latente en determinadas zonas de la industriosa ciudad. Quienes vivan en esta situación pueden participar —a decir del contador Ruiz Montemayor—, toda vez que las mesas son incluyentes y no se cobra la entrada. Habrá talleres en donde se les capacitará “para que puedan obtener un empleo, se les apoyará con mecanismos de financiamiento para que puedan generar un trabajo manual y desarrollarlo, como se hace en otros países del mundo.”
El Fórum Internacional de las Culturas se realizó por vez primera en la ciudad de Barcelona, España, en 2004. De esa edición, Monterrey recupera el formato de dividir las actividades en tres partes: Diálogos, Expresiones culturales y Exposiciones.
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El Universal -México/03/09/2007
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