Bolivia tiene más posibilidades de ganar que de perder en una relación más estrecha con Brasil. Las relaciones con Brasil deben ser siempre respetuosas y valdría la pena reforzarlas para continuar en la construcción de lazos de beneficio mutuo.
-
-
Brasil, el país más poblado de América Latina, ubicado en los primeros 10 lugares de potencial económico en el mundo, estuvo de aniversario patrio.
De los 10 países sudamericanos con los que Brasil tiene frontera, Bolivia es con el que la tiene más extensa. Y los bolivianos están entre los más numerosos inmigrantes sudamericanos en Brasil, después de otras colonias latinas.
El ex presidente Hugo Banzer propuso en su tiempo que la política boliviana consista en hacer que Bolivia sea para Brasil lo que México es para Estados Unidos. Quien sabe ese propósito se ha cumplido respecto de los inmigrantes bolivianos, pero llegar a una complementación económica mayor podría ser más difícil y compleja, en vista de que todos los otros países vecinos aspiran a lo mismo y están trabajando para ello.
Por supuesto que hay entre los bolivianos otros enfoques de lo que tendría que ser la relación bilateral con el gigante vecino, como aquel que se propone mantener una actitud de desconfianza permanente ante Brasil.
El presidente Evo Morales está en la última corriente. Una de las primeras alusiones que hizo al país vecino al comenzar su mandato fue asegurar en una reunión internacional que Brasil se apoderó del Acre a cambio del regalo de un caballo al presidente Mariano Melgarejo. Aunque la alusión contenía una confusión histórica, mostró que el mandatario Morales tiene una actitud severa frente a Brasil.
Lo cierto es que el gigante vecino necesita proveerse de energía para el desarrollo de su economía y para eso Bolivia tiene algunas ventajas. No es casualidad, en efecto, que Petrobras, la empresa petrolera estatal brasileña, haya sido una de las más activas durante el auge de las inversiones petroleras que permitió el descubrimiento de las reservas de gas natural. Ahora, esa empresa ha anunciado que congelará sus inversiones en exploración en el territorio boliviano por la falta de claridad en la política.
También está congelado un proyecto de instalación de una planta gas-química en territorio boliviano por parte de una empresa brasileña. La complementariedad de las economías, por lo visto, ha sido debilitada por decisiones políticas.
Siguiendo con energía, en estos días se está decidiendo el futuro de dos represas que el Gobierno de Brasil se ha propuesto construir sobre el río Madera, cerca de la frontera con Bolivia. El Gobierno boliviano pidió información más precisa sobre los efectos de las represas. La respuesta de Brasil fue proponer una represa binacional sobre el río Mamoré, que el Gobierno boliviano no ha comentado todavía. Bolivia aspiraba a ser el territorio de paso de los corredores interoceánicos que permitirían a la carga brasileña llegar hasta el Pacífico. Ahora no se sabe si la intención proseguirá. El Perú decidió competir y está avanzando en el propósito de facilitar el acceso brasileño al Pacífico, con la ventaja de que se ofrece costa propia.
Brasil tiene ocho veces más territorio que Bolivia y 20 veces más habitantes. Bolivia tiene desde todo punto de vista más posibilidades de ganar que de perder en una relación más estrecha con Brasil. Las relaciones con Brasil deben ser siempre respetuosas y valdría la pena reforzarlas para continuar en la construcción de lazos de beneficio mutuo.
De los 10 países sudamericanos con los que Brasil tiene frontera, Bolivia es con el que la tiene más extensa. Y los bolivianos están entre los más numerosos inmigrantes sudamericanos en Brasil, después de otras colonias latinas.
El ex presidente Hugo Banzer propuso en su tiempo que la política boliviana consista en hacer que Bolivia sea para Brasil lo que México es para Estados Unidos. Quien sabe ese propósito se ha cumplido respecto de los inmigrantes bolivianos, pero llegar a una complementación económica mayor podría ser más difícil y compleja, en vista de que todos los otros países vecinos aspiran a lo mismo y están trabajando para ello.
Por supuesto que hay entre los bolivianos otros enfoques de lo que tendría que ser la relación bilateral con el gigante vecino, como aquel que se propone mantener una actitud de desconfianza permanente ante Brasil.
El presidente Evo Morales está en la última corriente. Una de las primeras alusiones que hizo al país vecino al comenzar su mandato fue asegurar en una reunión internacional que Brasil se apoderó del Acre a cambio del regalo de un caballo al presidente Mariano Melgarejo. Aunque la alusión contenía una confusión histórica, mostró que el mandatario Morales tiene una actitud severa frente a Brasil.
Lo cierto es que el gigante vecino necesita proveerse de energía para el desarrollo de su economía y para eso Bolivia tiene algunas ventajas. No es casualidad, en efecto, que Petrobras, la empresa petrolera estatal brasileña, haya sido una de las más activas durante el auge de las inversiones petroleras que permitió el descubrimiento de las reservas de gas natural. Ahora, esa empresa ha anunciado que congelará sus inversiones en exploración en el territorio boliviano por la falta de claridad en la política.
También está congelado un proyecto de instalación de una planta gas-química en territorio boliviano por parte de una empresa brasileña. La complementariedad de las economías, por lo visto, ha sido debilitada por decisiones políticas.
Siguiendo con energía, en estos días se está decidiendo el futuro de dos represas que el Gobierno de Brasil se ha propuesto construir sobre el río Madera, cerca de la frontera con Bolivia. El Gobierno boliviano pidió información más precisa sobre los efectos de las represas. La respuesta de Brasil fue proponer una represa binacional sobre el río Mamoré, que el Gobierno boliviano no ha comentado todavía. Bolivia aspiraba a ser el territorio de paso de los corredores interoceánicos que permitirían a la carga brasileña llegar hasta el Pacífico. Ahora no se sabe si la intención proseguirá. El Perú decidió competir y está avanzando en el propósito de facilitar el acceso brasileño al Pacífico, con la ventaja de que se ofrece costa propia.
Brasil tiene ocho veces más territorio que Bolivia y 20 veces más habitantes. Bolivia tiene desde todo punto de vista más posibilidades de ganar que de perder en una relación más estrecha con Brasil. Las relaciones con Brasil deben ser siempre respetuosas y valdría la pena reforzarlas para continuar en la construcción de lazos de beneficio mutuo.
-
La Razón - Bolivia/11/09/2007
No hay comentarios:
Publicar un comentario