Rafael Contreras
-
La Habana, 13 oct (PL) La comercialización de alimentos de consumo humano y animal, sector fundamental para cualquier país, no escapa a los efectos del bloqueo económico impuesto por Estados Unidos contra Cuba por cerca de cinco décadas.
De acuerdo con el último informe de Cuba a la Asamblea general de la ONU, en el periodo de mayo de 2006 a abril del 2007, la medida norteamericana provocó afectaciones en este sector por más de 258 millones de dólares.
Tal como se realiza desde 1992, Cuba presentará ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) el 30 de noviembre, una resolución contra el bloqueo económico, comercial y financiero que realiza Washington desde febrero de 1962.
Ante la supervivencia de la Isla caribeña al boicot estadounidense, la Casa Blanca recrudeció su política de aislamiento con medidas más radicales hasta la fecha.
La incidencia negativa del bloqueo se refleja no solo en las restricciones que se imponen a las limitadas importaciones cubanas de alimentos desde Estados Unidos, sino, por su negativo impacto en la producción de alimentos para el consumo de la población .
Con una cifra similar al impacto de esas afectaciones, Cuba hubiese podido adquirir para el sector alimentario alrededor de 180 mil toneladas de frijol de soya, 72 mil de aceite de soya, 300 mil maíz y 275 mil toneladas de trigo.
El hostigamiento de Washington se ha extendido también a los productos agrícolas, que bajo estrictas medidas de supervisión se han visto afectados en el comercio hacia la Isla.
Esta situación ha provocado que los daños a tales transacciones en el año 2006 sobrepasaron los 62 millones 800 mil dólares, como resultado, entre otros factores, de la ausencia de relaciones bancarias directas entre Cuba y Estados Unidos.
A la política hostil de Washington de años anteriores, se ha sumado la reciente práctica de tratar de embargar productos agrícolas y alimentarios adquiridos por la mayor de las Antillas en el mercado norteamericano mediante órdenes judiciales emitidas por tribunales de esa nación.
Al propio tiempo, el gobierno norteamericano intensificó en el 2007 las interferencias en las comunicaciones entre la empresa cubana ALIMPORT y las compañías estadounidenses proveedoras de productos agrícolas y alimentarios.
Al triunfo de la revolución en 1959, la rama agropecuaria cubana estaba marcada por una total dependencia de Washington, tanto en el equipamiento técnico como en el comercio, se vio obligada a una rápida orientación tras la adopción de medidas restrictivas dictadas por las autoridades norteamericanas.
En aquel entonces, los estudios de suelo en la Isla eran de exclusiva competencia de especialistas estadounidenses, por lo que el boicot decretado paralizó prácticamente el intercambio de informaciones en ese sector, determinando a su vez el cambio de la base de análisis, estudio y clasificación con el consiguiente gasto en recursos.
En lo concerniente a los cultivos, el control de las empresas del vecino país sobre el suministro de semillas para renglones fundamentales como el arroz, hortalizas, papa, fríjol y maíz, provocó la búsqueda en otros mercados de las cosechas.
Sin embargo, fue necesario la ejecución de múltiples Experimentos para lograr variedades acordes con el clima, proceso ejecutado a un mayor costo financiero, acompañado de afectaciones parciales o totales en determinados tipos de cultivos.
La Habana, 13 oct (PL) La comercialización de alimentos de consumo humano y animal, sector fundamental para cualquier país, no escapa a los efectos del bloqueo económico impuesto por Estados Unidos contra Cuba por cerca de cinco décadas.
De acuerdo con el último informe de Cuba a la Asamblea general de la ONU, en el periodo de mayo de 2006 a abril del 2007, la medida norteamericana provocó afectaciones en este sector por más de 258 millones de dólares.
Tal como se realiza desde 1992, Cuba presentará ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) el 30 de noviembre, una resolución contra el bloqueo económico, comercial y financiero que realiza Washington desde febrero de 1962.
Ante la supervivencia de la Isla caribeña al boicot estadounidense, la Casa Blanca recrudeció su política de aislamiento con medidas más radicales hasta la fecha.
La incidencia negativa del bloqueo se refleja no solo en las restricciones que se imponen a las limitadas importaciones cubanas de alimentos desde Estados Unidos, sino, por su negativo impacto en la producción de alimentos para el consumo de la población .
Con una cifra similar al impacto de esas afectaciones, Cuba hubiese podido adquirir para el sector alimentario alrededor de 180 mil toneladas de frijol de soya, 72 mil de aceite de soya, 300 mil maíz y 275 mil toneladas de trigo.
El hostigamiento de Washington se ha extendido también a los productos agrícolas, que bajo estrictas medidas de supervisión se han visto afectados en el comercio hacia la Isla.
Esta situación ha provocado que los daños a tales transacciones en el año 2006 sobrepasaron los 62 millones 800 mil dólares, como resultado, entre otros factores, de la ausencia de relaciones bancarias directas entre Cuba y Estados Unidos.
A la política hostil de Washington de años anteriores, se ha sumado la reciente práctica de tratar de embargar productos agrícolas y alimentarios adquiridos por la mayor de las Antillas en el mercado norteamericano mediante órdenes judiciales emitidas por tribunales de esa nación.
Al propio tiempo, el gobierno norteamericano intensificó en el 2007 las interferencias en las comunicaciones entre la empresa cubana ALIMPORT y las compañías estadounidenses proveedoras de productos agrícolas y alimentarios.
Al triunfo de la revolución en 1959, la rama agropecuaria cubana estaba marcada por una total dependencia de Washington, tanto en el equipamiento técnico como en el comercio, se vio obligada a una rápida orientación tras la adopción de medidas restrictivas dictadas por las autoridades norteamericanas.
En aquel entonces, los estudios de suelo en la Isla eran de exclusiva competencia de especialistas estadounidenses, por lo que el boicot decretado paralizó prácticamente el intercambio de informaciones en ese sector, determinando a su vez el cambio de la base de análisis, estudio y clasificación con el consiguiente gasto en recursos.
En lo concerniente a los cultivos, el control de las empresas del vecino país sobre el suministro de semillas para renglones fundamentales como el arroz, hortalizas, papa, fríjol y maíz, provocó la búsqueda en otros mercados de las cosechas.
Sin embargo, fue necesario la ejecución de múltiples Experimentos para lograr variedades acordes con el clima, proceso ejecutado a un mayor costo financiero, acompañado de afectaciones parciales o totales en determinados tipos de cultivos.
-
NOTICIAS PRINCIPALES
-
Prensa Latina - Cuba/13/10/2007
No hay comentarios:
Publicar un comentario