22/10/07

El G7 y el FMI intentan ante todo tranquilizar, pero se privan de actuar

Los dirigentes económicos internacionales intentaron este fin de semana tranquilizar a los mercados financieros, desestabilizados por la crisis financiera, pero se privaron de anunciar medidas concretas para enfrentarla.
Tanto los responsables del Grupo de los siete países más industrializados como los dirigentes del Fondo Monetario Internacional (FMI) -que en general son los mismos- afirmaron que si bien la crisis financiera es seria, no debería afectar fuertemente a la economía mundial.
Por otra parte se mantuvieron muy reservados sobre la creciente brecha entre el dólar y el euro, ante los récords alcanzados por los precios del petróleo y por las pérdidas sufridas por los bancos en sus inversiones en el sector de créditos hipotecarios a riesgo (subprime) en Estados Unidos.
Solamente en la jornada del viernes, el euro superó por primera vez la barra de 1,43 dólar, el barril de crudo franqueó la barra histórica de 90 dólares y Wall Street registró una fuerte caída, perdiendo 360 puntos.
"El dólar se mantiene sobrevaluado", reiteró el sábado el director gerente del FMI Rodrigo Rato, quien abandonará su cargo el 1º de noviembre, haciendo volver a su rincón a los países europeos, Francia entre ellos, que se inquietan por la alta cotización del euro, que penaliza sus exportaciones.
El secretario del Tesoro estadounidense Henry Paulson, repitió por su parte el credo de su administración, de que "un dólar fuerte está en el interés de Estados Unidos", subrayando al mismo tiempo que su valor debe ser fijado por los mercados.
Este compromiso no aparece sin embargo plasmado en el comunicado del G7 (integrado por Alemania, Canada, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Gran Bretaña) publicado en la noche del viernes.
Sin embargo esto parece haber sido suficiente para sus homólogos europeos: "constatamos con interés que las autoridades estadounidenses reafirmaron que un dólar fuerte está en el interés de la economía estadounidense", afirmó Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo que reúne a los 13 países de la zona euro.
Estadounidenses y europeos prefirieron centrar su atención en China, llamando nuevamente a acelerar la revaluación de su divisa, a fin de desacelerar el ritmo de aumento de su excedente comercial.
Pero la número dos del Banco Central chino, Wu Xiaoling, presente en Washington para las reuniones del FMI, había rechazado por adelantado esta exhortación, afirmando el viernes que "las autoridades chinas decidieron reformar su sistema de cambios de manera controlada, por iniciativa propia y de manera gradual".
Sobre el alza del petróleo y otras materias primas, el Comité monetario y financiero internacional (CFMI), la instancia dirigente FMI, dejó traslucir sus temores sobre las consecuencias de la inflación.
"La política monetaria debe concentrarse en la estabilización de precios", con particular atención sobre las "presiones inflacionarias derivadas del ajuste de los mercados de productos básicos y del alza de los precios del petróleo y de los productos alimentarios, así como por los riesgos de revisión a la baja del crecimiento", señala el comunicado.
Pero las posibilidades de intervención del FMI para corregir los desequilibrios mundiales están limitadas por la incapacidad de sus 185 países miembro de lograr un acuerdo sobre las características de la reforma de la institución, cuyo principal objetivo es aumentar el peso de los países emergentes.
"Es precisamente ahora que necesitamos de la capacidad y la competencia del Fondo para enfrentar los desequilibrios", subrayó el gobernador del banco central de Canadá David Dodge, en una entrevista concedida al Financial Times.
"Cuanto más tiempo subsistan esos desequilibrios, mayor será el riesgo de un desenlace catastrófico", advirtió. /jld/dd/aje/ja
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Invertia - Venezuela/22/10/2007

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