- Lo relevante es garantizar el suministro en el largo plazo, coinciden
- Canacintra se pronuncia por modificarlas
- CFE: los precios no son palanca de desarrollo
- CFE: los precios no son palanca de desarrollo
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Esther Arzate
Esther Arzate
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Las tarifas eléctricas en México no se fijan en función de una política recaudatoria sino de acuerdo con los costos de producción de energía y tampoco representan un factor significativo en los niveles de competitividad de una región o una empresa, por lo que la discusión sobre las tarifas debe ser un asunto secundario. Lo relevante para el país es garantizar el suministro de combustibles en el largo plazo.
Así lo externaron el subsecretario de electricidad de la Secretaría de Energía, Rubén Flores; el director de finanzas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Francisco Santoyo, y el director corporativo de Iberdrola, Eduardo Andrade Iturribarría.
En contraste, el presidente del Comité de Energéticos de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, Alfredo Guillermo Phillips, pidió modificar las tarifas de la electricidad que consume la industria porque en horarios de mayor consumo son hasta cuatro veces más elevadas que en algunas regiones de Estados Unidos.
El presidente de la Asociación Mexicana de Energía, Jaime de la Rosa, aseguró que un tema fundamental es diversificar las fuentes de energía e impulsar las energías renovables, no como una forma de reducir las tarifas sino de garantizar la seguridad energética.
En una mesa redonda sobre electricidad organizada por EL FINANCIERO en el marco de su 26 Aniversario, Rubén Flores dijo que México tiene el compromiso de promover el uso de combustibles limpios y garantizar la seguridad energética, pero también de suministrar energía a precios competitivos.
Admitió que en México las tarifas eléctricas son 34 por ciento superiores a las de Estados Unidos, lo que pone en desventaja a la planta productiva nacional, aunque la composición de fuentes de producción de energía en ambos países es diferente.
En Estados Unidos el 70 por ciento de la electricidad se genera en plantas de carbón y nucleares, mientras en México esa misma proporción corresponde a centrales de combustóleo y gas natural.
Explicó que de 1999 a junio de este año el precio del combustóleo creció 345 por ciento, al pasar de 1.93 dólares el millón de BTU (unidades térmicas británicas) a 6.66 dólares; y el gas natural pasó de 3.33 dólares a 7.30 dólares, tras crecer 220 por ciento.
El precio del carbón, principal insumo de electricidad en Estados Unidos, pasó de 1.63 dólares a 2.75, lo que reflejó un aumento de 165 por ciento; y el costo de la energía nuclear aumentó de 188 pesos el megavatio a 285 pesos, es decir, subió 150 por ciento.
Combustibles limpios
Destacó que México decidió impulsar una política de expansión eléctrica con combustibles limpios como el gas natural, lo que afecta el costo de producción de la energía.
Francisco Santoyo aseveró que "en el tema de las tarifas eléctricas no existen elementos de carácter recaudatorio" y aseguró que se fijan en función de las expectativas de inflación y el costo de producción de la energía.
En respuesta a Guillermo Phillips, quien aseveró que la política energética en el país es recaudatoria y no de desarrollo, opinó que la política energética debe asegurar el suministro de la energía porque "no hay energía más cara que la que no existe".
Cuando hacen comparaciones entre los precios de electricidad en México contra los que persisten en Brasil y China, afirmó Santoyo, se les olvida decir que en esos países hay más interrupciones en el servicio.
Agregó que no existe ningún país en el planeta que utilice la tarifa eléctrica como palanca de desarrollo, porque "si ese fuera el caso, California o Nueva York serían los estados más atrasados de la Unión Americana porque tienen las tarifas más altas, o Arizona, Georgia o Tennessee serían de los estados más desarrollado porque tienen las tarifas más bajas".
Como empresas nos toca avanzar, dijo, en la productividad para evitar que en la estructura de los costos traslademos nuestras ineficiencias, porque "lo que se está cobrando en la factura eléctrica es el costo de los combustibles. Estamos cobrando lo que se debe cobrar".
El tema de fondo tiene que ver con la composición de la generación que queremos. Hay países que han asumido que primero deben dar de comer y generar empleos antes que preocuparse por la contaminación, como China, la India y Estados Unidos, y hay otros más preocupados por el medio ambiente, como México, que ha diversificado los combustibles y ha promovido el uso del gas natural, un energético limpio.
Eduardo Andrade aseguró que el precio de la energía eléctrica corresponde a menos de 2 por ciento del PIB, por lo que en el remoto caso de que las tarifas bajaran 15 o 20 por ciento, equivaldría al 0.34 por ciento del PIB, lo cual no solucionaría los problemas de competitividad que enfrenta la industria nacional.
Asimismo, consideró improcedentes las comparaciones sobre los precios de electricidad respecto a otros países, porque en México son más altas que en Brasil o algunos estados de Estados Unidos y Canadá, pero también más bajas que en Japón o Italia.
Las tarifas eléctricas deben ser una discusión menor, dijo, y la prioridad debe ser la garantía de suministro, porque México tiene un gran pendiente: el acceso a la energía para que haya electricidad garantizada a un precio adecuado, aunque ese precio no sea el que más nos guste. (Con información de El Financiero/APB)
Las tarifas eléctricas en México no se fijan en función de una política recaudatoria sino de acuerdo con los costos de producción de energía y tampoco representan un factor significativo en los niveles de competitividad de una región o una empresa, por lo que la discusión sobre las tarifas debe ser un asunto secundario. Lo relevante para el país es garantizar el suministro de combustibles en el largo plazo.
Así lo externaron el subsecretario de electricidad de la Secretaría de Energía, Rubén Flores; el director de finanzas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Francisco Santoyo, y el director corporativo de Iberdrola, Eduardo Andrade Iturribarría.
En contraste, el presidente del Comité de Energéticos de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, Alfredo Guillermo Phillips, pidió modificar las tarifas de la electricidad que consume la industria porque en horarios de mayor consumo son hasta cuatro veces más elevadas que en algunas regiones de Estados Unidos.
El presidente de la Asociación Mexicana de Energía, Jaime de la Rosa, aseguró que un tema fundamental es diversificar las fuentes de energía e impulsar las energías renovables, no como una forma de reducir las tarifas sino de garantizar la seguridad energética.
En una mesa redonda sobre electricidad organizada por EL FINANCIERO en el marco de su 26 Aniversario, Rubén Flores dijo que México tiene el compromiso de promover el uso de combustibles limpios y garantizar la seguridad energética, pero también de suministrar energía a precios competitivos.
Admitió que en México las tarifas eléctricas son 34 por ciento superiores a las de Estados Unidos, lo que pone en desventaja a la planta productiva nacional, aunque la composición de fuentes de producción de energía en ambos países es diferente.
En Estados Unidos el 70 por ciento de la electricidad se genera en plantas de carbón y nucleares, mientras en México esa misma proporción corresponde a centrales de combustóleo y gas natural.
Explicó que de 1999 a junio de este año el precio del combustóleo creció 345 por ciento, al pasar de 1.93 dólares el millón de BTU (unidades térmicas británicas) a 6.66 dólares; y el gas natural pasó de 3.33 dólares a 7.30 dólares, tras crecer 220 por ciento.
El precio del carbón, principal insumo de electricidad en Estados Unidos, pasó de 1.63 dólares a 2.75, lo que reflejó un aumento de 165 por ciento; y el costo de la energía nuclear aumentó de 188 pesos el megavatio a 285 pesos, es decir, subió 150 por ciento.
Combustibles limpios
Destacó que México decidió impulsar una política de expansión eléctrica con combustibles limpios como el gas natural, lo que afecta el costo de producción de la energía.
Francisco Santoyo aseveró que "en el tema de las tarifas eléctricas no existen elementos de carácter recaudatorio" y aseguró que se fijan en función de las expectativas de inflación y el costo de producción de la energía.
En respuesta a Guillermo Phillips, quien aseveró que la política energética en el país es recaudatoria y no de desarrollo, opinó que la política energética debe asegurar el suministro de la energía porque "no hay energía más cara que la que no existe".
Cuando hacen comparaciones entre los precios de electricidad en México contra los que persisten en Brasil y China, afirmó Santoyo, se les olvida decir que en esos países hay más interrupciones en el servicio.
Agregó que no existe ningún país en el planeta que utilice la tarifa eléctrica como palanca de desarrollo, porque "si ese fuera el caso, California o Nueva York serían los estados más atrasados de la Unión Americana porque tienen las tarifas más altas, o Arizona, Georgia o Tennessee serían de los estados más desarrollado porque tienen las tarifas más bajas".
Como empresas nos toca avanzar, dijo, en la productividad para evitar que en la estructura de los costos traslademos nuestras ineficiencias, porque "lo que se está cobrando en la factura eléctrica es el costo de los combustibles. Estamos cobrando lo que se debe cobrar".
El tema de fondo tiene que ver con la composición de la generación que queremos. Hay países que han asumido que primero deben dar de comer y generar empleos antes que preocuparse por la contaminación, como China, la India y Estados Unidos, y hay otros más preocupados por el medio ambiente, como México, que ha diversificado los combustibles y ha promovido el uso del gas natural, un energético limpio.
Eduardo Andrade aseguró que el precio de la energía eléctrica corresponde a menos de 2 por ciento del PIB, por lo que en el remoto caso de que las tarifas bajaran 15 o 20 por ciento, equivaldría al 0.34 por ciento del PIB, lo cual no solucionaría los problemas de competitividad que enfrenta la industria nacional.
Asimismo, consideró improcedentes las comparaciones sobre los precios de electricidad respecto a otros países, porque en México son más altas que en Brasil o algunos estados de Estados Unidos y Canadá, pero también más bajas que en Japón o Italia.
Las tarifas eléctricas deben ser una discusión menor, dijo, y la prioridad debe ser la garantía de suministro, porque México tiene un gran pendiente: el acceso a la energía para que haya electricidad garantizada a un precio adecuado, aunque ese precio no sea el que más nos guste. (Con información de El Financiero/APB)
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El Financiero - México/15/10/2007
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