Enriqueta Cabrera*
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Si bien el suministro de petróleo a nivel mundial permanece estable, a pesar de lo cual la OPEP aumentó su techo de producción en 500 mil barriles diarios a partir de noviembre para atemperar los precios en el invierno… si bien el aumento del precio del crudo según el cártel petrolero se debe a la especulación, aunque el incremento es persistente desde 2003 y la semana pasada rozó el récord de 90 dólares el barril disminuyendo después ligeramente… si bien desde principio del año el precio aumentó en algo así como 70% y escaló desde los 20 dólares el barril antes de la guerra de Irak… si bien es sólo cuestión de poco tiempo que el petróleo establezca un nuevo récord de tres dígitos alcanzando los 100 dólares el barril… si bien se afirma que hay reservas suficientes aunque se agotan los grandes yacimientos… seguimos sin plantear las interrogantes fundamentales, menos aún puede haber respuestas ni construcción de políticas.
En México, ¿qué hacer frente a las reservas que declinan? Porque en el sexenio de Fox las reservas probadas cayeron a la mitad, y se reconoce que ahora tenemos petróleo sólo para nueve años (cuando mucho). En los últimos 25 años, según advierte anteayer Gabriel Szekely, las reservas cayeron de 50 mil millones de barriles a sólo 16 mil. México mantiene elevadas sus exportaciones sin pensar en el mañana. La otra interrogante es: ¿qué estamos haciendo con los ingresos petroleros? Mirando al mediano plazo habría que comenzar a interrogarnos acerca de cómo podrá vivir México cuando se vuelva importador de petróleo y las finanzas públicas lleguen al borde de la quiebra.
Claro, podemos no ver al futuro, negar lo que está a la vista y plenamente documentado. Se puede afirmar que hay visiones catastrofistas y adoptar la política de la negación, no ver lo que sucede con nuestras reservas ni en los mercados petroleros a nivel mundial. Y podemos permanecer frotándonos las manos por el aumento del precio del petróleo que nos permite vender el crudo mexicano a más de 70 dólares el barril. Pero aunque pretendamos negarlo, es cada vez más evidente que hay fuerzas convergentes que elevan el precio, factores coyunturales y estructurales que incidirán sobre la economía global y las economías nacionales. Se intenta trazar un nuevo reparto geopolítico del petróleo; de eso se trata la intervención de EU en Irak. Habrá nuevos abismos entre quienes controlan el petróleo y quienes lo tienen que comprar, y en esa disputa el lugar principal lo ocupan y lo ocuparán las grandes transnacionales petroleras; revivirán conflictos de carácter nacionalista por el control del petróleo en algunos países. Tendrán lugar nuevos conflictos internacionales entre países con elevado consumo de hidrocarburos, porque es un recurso estratégico y se irá tornando escaso.
Sobre el precio del petróleo y los mercados petroleros inciden también cuestiones monetarias, el debilitamiento de dólar estadoundiense, las ventas en otras monedas que se fortalecen frente al dólar como es el caso del euro, incentivos para comprar crudo para los stocks aumentando la demanda… Pero parece indudable que lo determinante de esta coyuntura amplia se ubica en factores geoestratégicos: Irak sigue hundido en la violencia sin poder recuperar su producción petrolera; el conflicto fronterizo entre Turquía e Irak podría incluso detener el flujo de petróleo proveniente de la región kurda; las tensiones crecientes y las amenazas de EU a Irán (por su programa nuclear) y una posible acción bélica crean mayores tensiones en la región que tiene las dos terceras partes de las reservas en el mundo, eso sin contar con que Irán es el segundo productor mundial de crudo; al otro lado del mundo está Nigeria desestabilizado, el juego rudo en defensa de intereses nacionales y de aumentar influencias regionales y mundiales de dos importantes productores de petróleo, Rusia y Venezuela; los especuladores inciden también en los mercados petroleros. ¿Cuáles son las políticas de México en este complejo tablero cuando las reservas probadas escasean?
Una pregunta fundamental es qué impacto tendrá el barril de petróleo a 100 dólares sobre la economía global y las economías nacionales. Las grandes economías resisten mucho mejor los altos precios del petróleo porque tienen más recursos. Sin embargo, no deja de ser sorprendente la forma en que han asimilado la elevación del precio del crudo que no ha llevado a una recesión económica. Estamos muy lejos de ver una repetición de lo que ocurrió con los 70 con el embargo petrolero. Pareciera que la mayor parte de las grandes economías podrán absorber el impacto del petróleo a 100 dólares. Hay dos grandes diferencias con lo que ocurrió en los 70: 1) se ha elevado el producto mundial y el dinero circulante; y 2) el petróleo a un precio elevado con un aumento gradual y sostenido puede ir cambiando los hábitos de consumo, pero, ¿hasta dónde?
Lo que no se puede perder de vista es la necesidad de diseñar estrategias energéticas y económicas de largo plazo en la escala global y nacional. Para México la cuestión de las reservas probadas es crucial, hablar de reservas sólo para los próximos nueve años significa estar frente a una crisis de catastróficas consecuencias si se considera que los tiempos que van de la localización de reservas a la explotación llevan alrededor de una década. ¿Qué signficaría para México tener que importar petróleo en vez de exportar? El precio del petróleo a 100 dólares el barril será una realidad, es cuestión de poco tiempo. ¿De menos de un año?
Si bien el suministro de petróleo a nivel mundial permanece estable, a pesar de lo cual la OPEP aumentó su techo de producción en 500 mil barriles diarios a partir de noviembre para atemperar los precios en el invierno… si bien el aumento del precio del crudo según el cártel petrolero se debe a la especulación, aunque el incremento es persistente desde 2003 y la semana pasada rozó el récord de 90 dólares el barril disminuyendo después ligeramente… si bien desde principio del año el precio aumentó en algo así como 70% y escaló desde los 20 dólares el barril antes de la guerra de Irak… si bien es sólo cuestión de poco tiempo que el petróleo establezca un nuevo récord de tres dígitos alcanzando los 100 dólares el barril… si bien se afirma que hay reservas suficientes aunque se agotan los grandes yacimientos… seguimos sin plantear las interrogantes fundamentales, menos aún puede haber respuestas ni construcción de políticas.
En México, ¿qué hacer frente a las reservas que declinan? Porque en el sexenio de Fox las reservas probadas cayeron a la mitad, y se reconoce que ahora tenemos petróleo sólo para nueve años (cuando mucho). En los últimos 25 años, según advierte anteayer Gabriel Szekely, las reservas cayeron de 50 mil millones de barriles a sólo 16 mil. México mantiene elevadas sus exportaciones sin pensar en el mañana. La otra interrogante es: ¿qué estamos haciendo con los ingresos petroleros? Mirando al mediano plazo habría que comenzar a interrogarnos acerca de cómo podrá vivir México cuando se vuelva importador de petróleo y las finanzas públicas lleguen al borde de la quiebra.
Claro, podemos no ver al futuro, negar lo que está a la vista y plenamente documentado. Se puede afirmar que hay visiones catastrofistas y adoptar la política de la negación, no ver lo que sucede con nuestras reservas ni en los mercados petroleros a nivel mundial. Y podemos permanecer frotándonos las manos por el aumento del precio del petróleo que nos permite vender el crudo mexicano a más de 70 dólares el barril. Pero aunque pretendamos negarlo, es cada vez más evidente que hay fuerzas convergentes que elevan el precio, factores coyunturales y estructurales que incidirán sobre la economía global y las economías nacionales. Se intenta trazar un nuevo reparto geopolítico del petróleo; de eso se trata la intervención de EU en Irak. Habrá nuevos abismos entre quienes controlan el petróleo y quienes lo tienen que comprar, y en esa disputa el lugar principal lo ocupan y lo ocuparán las grandes transnacionales petroleras; revivirán conflictos de carácter nacionalista por el control del petróleo en algunos países. Tendrán lugar nuevos conflictos internacionales entre países con elevado consumo de hidrocarburos, porque es un recurso estratégico y se irá tornando escaso.
Sobre el precio del petróleo y los mercados petroleros inciden también cuestiones monetarias, el debilitamiento de dólar estadoundiense, las ventas en otras monedas que se fortalecen frente al dólar como es el caso del euro, incentivos para comprar crudo para los stocks aumentando la demanda… Pero parece indudable que lo determinante de esta coyuntura amplia se ubica en factores geoestratégicos: Irak sigue hundido en la violencia sin poder recuperar su producción petrolera; el conflicto fronterizo entre Turquía e Irak podría incluso detener el flujo de petróleo proveniente de la región kurda; las tensiones crecientes y las amenazas de EU a Irán (por su programa nuclear) y una posible acción bélica crean mayores tensiones en la región que tiene las dos terceras partes de las reservas en el mundo, eso sin contar con que Irán es el segundo productor mundial de crudo; al otro lado del mundo está Nigeria desestabilizado, el juego rudo en defensa de intereses nacionales y de aumentar influencias regionales y mundiales de dos importantes productores de petróleo, Rusia y Venezuela; los especuladores inciden también en los mercados petroleros. ¿Cuáles son las políticas de México en este complejo tablero cuando las reservas probadas escasean?
Una pregunta fundamental es qué impacto tendrá el barril de petróleo a 100 dólares sobre la economía global y las economías nacionales. Las grandes economías resisten mucho mejor los altos precios del petróleo porque tienen más recursos. Sin embargo, no deja de ser sorprendente la forma en que han asimilado la elevación del precio del crudo que no ha llevado a una recesión económica. Estamos muy lejos de ver una repetición de lo que ocurrió con los 70 con el embargo petrolero. Pareciera que la mayor parte de las grandes economías podrán absorber el impacto del petróleo a 100 dólares. Hay dos grandes diferencias con lo que ocurrió en los 70: 1) se ha elevado el producto mundial y el dinero circulante; y 2) el petróleo a un precio elevado con un aumento gradual y sostenido puede ir cambiando los hábitos de consumo, pero, ¿hasta dónde?
Lo que no se puede perder de vista es la necesidad de diseñar estrategias energéticas y económicas de largo plazo en la escala global y nacional. Para México la cuestión de las reservas probadas es crucial, hablar de reservas sólo para los próximos nueve años significa estar frente a una crisis de catastróficas consecuencias si se considera que los tiempos que van de la localización de reservas a la explotación llevan alrededor de una década. ¿Qué signficaría para México tener que importar petróleo en vez de exportar? El precio del petróleo a 100 dólares el barril será una realidad, es cuestión de poco tiempo. ¿De menos de un año?
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*Periodista y antropóloga social
*Periodista y antropóloga social
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El Universal - México/26/10/2007
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