El candidato a presidente del PO, y a diputado nacional en Buenos Aires, anticipa más conflictividad social y sostuvo que su espacio no sólo está "buscando un lugar parlamentario de lucha" sino "preparando a los trabajadores" para esa etapa. En diálogo con Clarín.com, criticó la campaña oficial, dio sus recetas sobre la inflación, las jubilaciones y la política salarial, y arremetió contra parte de la izquierda: "Fue cooptada, ya es legión".
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Por: Por Fabricio Soza.
De la Redacción de Clarín.com
-Se lo ve un poco preocupado en la previa, pero no por lo que se le puede preguntar, sino porque se autoreconoce como hombre de muchas palabras: "Mirá que yo arranco y no paro", dispara, anticipándose a la futura edición. De actitud y discurso que denotan dureza combativa, el candidato a presidente, y a primer diputado nacional por Buenos Aires, recibió a Clarín.com en la sede partidaria del barrio porteño de Once. Habló del oficialismo, de los otros sectores de izquierda y dio a conocer sus recetas para un país mejor.
- ¿Cómo se ve parado frente a las elecciones?
- En las presidenciales plantando un programa obrero y socialista de salida a los grandes temas críticos en los que termina envuelto esta administración kirchnerista, y con una apuesta parlamentaria de importancia. En salta, ya somos una fuerza legislativa con tres diputados y una decena de concejales, en Jujuy, en Santa Cruz, y por supuesto en la provincia de Buenos Aires, donde yo voy como candidato a primer diputado nacional.
- ¿Cómo analiza el panorama electoral en general?
En el orden general, vemos un cuadro marcado por el agotamiento y las contradicciones explosivas del régimen kirchnerista, que lo han ocultado, por ejemplo tratando de tapar el sol con la mano como en el caso del INDEC. Vemos una campaña electoral que debe dar respuestas -y para eso está el PO en ella-, a la crisis energética, a la corrupción generalizada que arranca en el Gabinete Nacional, al problema del descontrol inflacionario y la caída del poder adquisitivo de los salarios, a la crisis de deuda externa, a este realineamiento internacional que creo que no es lo que queremos los argentinos, nada menos que con Wall Street y Bush.
- Una pregunta recurrente para los candidatos de izquierda es ¿por qué no se unen en un frente más amplio?
- Lo esencial son dos debates. Una izquierda asimilada al Gobierno, que fue cooptada y es legión: D'Elía, Jorge Ceballos, Hebe de Bonafini y en el caso de lo que fue la Alianza llamada 'Izquierda Unida', cuyo candidato a gobernador del 2003, Jorge Rivas, hoy es segundo del jefe de Gabinete. Son lemas de la estafa política del oficialismo, lemas que se colectan por izquierda. Claramente el PO se ha sentado en una estrategia de independencia política, de una izquierda combativa, de transformación social. Tambien quiero decir dos palabras sobre la izquierda 'tipo' Pino Solanas: fue funcionario de Frondizi, apoyó a Menem los primeros años, fue fundador del Frepaso y, por lo tanto de la Alianza, apoyó a Kirchner los primeros años a pesar de que en los 90' privatizó el petróleo con Menem. Es decir, es una izquierda de frustración, de furgón de cola de los viejos partidos que hundieron la Argentina, que creemos que no es alternativa.
- Teniendo en cuenta conflictos como los del subte y el de los docentes y otros en Santa Cruz, ¿habrá que esperar más conflictos gremiales?
- Es inevitable. Por un motivo: la candidata oficial se pasea por el mundo, para sorpresa, de cierto modo, del pueblo argentino que ve que hace una campaña ante las potencias extranjeras, el Rey de España, la bolsa de Wall Street, la canciller alemana, y allí está comprometiendo un tarifazo. También está comprometiendo nueva deuda externa, ajustes fiscales, medidas que van a golpear las condiciones de vida y el bolsillo de la mayoría de los argentinos. Por eso cabe esperar convulsiones sociales, es un giro a la derecha que el pueblo no lo va a aceptar. El PO interviene con docencia en la campaña electoral, no sólo buscando un lugar parlamentario de lucha, sino preparando a los trabajadores para la etapa futura.
- ¿Qué visión tiene del llamado a un "pacto social"?
- Justamente está al servicio de hacer pasar el tarifazo, el ajuste fiscal que va a golpear, no en deuda externa porque la comprometen con el Club de París, sino en salud, educación, en viviendas populares, en redes de aguas corrientes o cloacas: en el gasto social. Y para hacer pasar congelamiento salarial, jubilatorio y ajuste, están pergeñando un oscuro pacto social. Es un pacto antisocial y antisalarial, asociados a la mafia sindical, tanto de la CGT como de la CTA y a las cámaras empresarias, que ya se adaptaron a decir que no hay inflación en el país. Es algo que no se lo cree nadie y tiene un objeto: que los próximos reclamos de aumentos salariales estén basados en los índices truchos y no en la inflación real. El PO plantea ningún pacto social, decisión de los salarios en asambleas de los trabajadores y un salario mínimo, vital y móvil equivalente a la canasta familiar.
- Dígame una medida concreta en caso de asumir.
- En primer lugar, estamos comprando inflación importada por el aumento internacional del precio de los alimentos, por la devaluación del dólar: hay que establecer un control de comercio exterior. Si tenemos un costo argentino, que no tiene nada que ver con el precio internacional, acá tenemos que consumir a costo argentino. Eso vale para el petróleo, que cuesta 9 o 10 dólares la extracción del barril, mientras que en el plano internacional está en 85. Acá hay un paraíso de los exportadores y el PO dice basta.
- ¿De qué forma?
Hay que abrir los libros de las empresas formadoras de precios, la anulación de los impuestos al consumo va a tener sentido si abrimos los libros de las 500 empresas que forman los precios en el país, si no, los empresarios vuelven a tragarse incluso la anulación de un impuesto como el IVA. Y lo que dije antes: salario mínimo vital y móvil, de una canasta familiar que hoy no baja de 2500 pesos, y la recuperación del sistema jubilatorio que está destruido y Kirchner lo maquilló para hacer pasar su destrucción, que son las AFJP. Tenemos que volver al aporte patronal, a la independencia de las cajas, ponerlas bajo el control de los jubilados y trabajadores y garantizar el 82% móvil. Son aspectos claves de una política económica que no esté al servicio de la banca, de los terratenientes y de los grandes industriales de la patria contratista social al poder, como los Techint, los Benito Rollo, los Arcor, etc.
- ¿Cómo ve a la forma de hacer campaña del oficialismo y a su candidata?
- Es un escándalo. Le pagaron el viaje a Alemania Volkswagen y Siemens. Es una humillación nacional, está colocando al país como una semi colonia, es el recurso para un giro a la derecha del régimen kirchnerista. Ha hecho demagogia nacional y popular, pero ha fracasado en integrar América Latina. Tenemos los asambleístas de Gualeguaychú defraudados por el Gobierno, y a todo el pueblo argentino viendo escandalosamente cómo estalla la demagogia y Cristina es el recurso para ese giro a la derecha.
- En caso de que no llegue a ganar, ¿a qué candidato apoyaría o ve con buenos ojos?
- Ninguno de los que figuran para el ballottage, en caso de haberlo, entre Cristina Kirchner, Carrió o Lavagna, no vamos a votar a ninguno. Si me preguntás por todos, aquellos que provienen de la clase trabajadora.
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Clarín.com - Argentina/12/10/2007
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