12 de Octubre de 2007.
Redactor de EL TIEMPO.
-
Se celebra hoy en España, se recuerda vagamente en Europa y se aplaza para el lunes en Colombia el llamado indistintamente, según lo aconseje la corrección política vigente, Día de la Raza, Día del Descubrimiento o Día del Encuentro de Dos Mundos. Hablamos del 12 de octubre de 1492, cuando un marinero español divisó por primera vez tierra americana. Por años, la orientación de la efeméride festejó el arribo de la cruz y la espada a lo que en ese momento se creyó que era parte de la India. Más tarde, dada la agridulce historia de la Conquista, se optó por hacer énfasis en el desembarco de la lengua común, un patrimonio que acepta pocas comparaciones en el mundo por el número y variedad de quienes la hablan y la unidad cultural que ha proporcionado a nuestros pueblos.Desde hace algún tiempo, el encuentro entre dos mundos ha adquirido un nuevo cariz: además de la secular transfusión de valores y gentes de Europa a América, ahora el Nuevo Continente está devolviendo la visita, con la llegada masiva de americanos a Europa.Lamentablemente, no hay mucho que festejar en esta materia. Aunque todos los estudios demuestran que la inmigración le es indispensable para su crecimiento económico y el sostenimiento futuro de su seguridad social, Europa ha convertido este tema en peligroso elemento de debate político, impregnado de demagogia, patrioterismo y discriminación. Muchos de los países que aprovecharon las riquezas americanas, como Holanda y Bélgica, o que fundaron allí lucrativas colonias, como España, Portugal, Inglaterra y Francia, hoy compiten por levantar barreras a los inmigrantes. El panorama es inquietante. Bélgica, a punto de dividirse entre valones y flamencos, solo se une para repudiar extranjeros. Suiza, que recibe con avidez depósitos de todos los países del mundo, adelanta una campaña electoral marcada por la oposición a las 'ovejas negras' procedentes de otras tierras. Francia, cuya gloriosa selección de fútbol está integrada en su mayoría por descendientes de inmigrantes, acaba de imponer el examen de ADN para la reunión de familias. Austria, que produjo importante emigración a América, debate una política "inhumana" de deportaciones. Y España aprieta las tuercas de sus aduanas.Así las cosas, con las puertas europeas cada vez menos abiertas, el Doce de Octubre solo adquirirá de nuevo verdadero sentido cuando el encuentro de dos mundos sea realmente de ida y vuelta.
-
Se celebra hoy en España, se recuerda vagamente en Europa y se aplaza para el lunes en Colombia el llamado indistintamente, según lo aconseje la corrección política vigente, Día de la Raza, Día del Descubrimiento o Día del Encuentro de Dos Mundos. Hablamos del 12 de octubre de 1492, cuando un marinero español divisó por primera vez tierra americana. Por años, la orientación de la efeméride festejó el arribo de la cruz y la espada a lo que en ese momento se creyó que era parte de la India. Más tarde, dada la agridulce historia de la Conquista, se optó por hacer énfasis en el desembarco de la lengua común, un patrimonio que acepta pocas comparaciones en el mundo por el número y variedad de quienes la hablan y la unidad cultural que ha proporcionado a nuestros pueblos.Desde hace algún tiempo, el encuentro entre dos mundos ha adquirido un nuevo cariz: además de la secular transfusión de valores y gentes de Europa a América, ahora el Nuevo Continente está devolviendo la visita, con la llegada masiva de americanos a Europa.Lamentablemente, no hay mucho que festejar en esta materia. Aunque todos los estudios demuestran que la inmigración le es indispensable para su crecimiento económico y el sostenimiento futuro de su seguridad social, Europa ha convertido este tema en peligroso elemento de debate político, impregnado de demagogia, patrioterismo y discriminación. Muchos de los países que aprovecharon las riquezas americanas, como Holanda y Bélgica, o que fundaron allí lucrativas colonias, como España, Portugal, Inglaterra y Francia, hoy compiten por levantar barreras a los inmigrantes. El panorama es inquietante. Bélgica, a punto de dividirse entre valones y flamencos, solo se une para repudiar extranjeros. Suiza, que recibe con avidez depósitos de todos los países del mundo, adelanta una campaña electoral marcada por la oposición a las 'ovejas negras' procedentes de otras tierras. Francia, cuya gloriosa selección de fútbol está integrada en su mayoría por descendientes de inmigrantes, acaba de imponer el examen de ADN para la reunión de familias. Austria, que produjo importante emigración a América, debate una política "inhumana" de deportaciones. Y España aprieta las tuercas de sus aduanas.Así las cosas, con las puertas europeas cada vez menos abiertas, el Doce de Octubre solo adquirirá de nuevo verdadero sentido cuando el encuentro de dos mundos sea realmente de ida y vuelta.
-
Otros editoriales de hoy
Mucho más que el tubo
Mucho más que el tubo
-
El Tiempo - Colombia/12/10/2007
No hay comentarios:
Publicar un comentario