6/10/07

Un súper premier ruso

06/10/2007
Opinión
Por Alvaro Alba
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Muchas incógnitas se han despejado en un solo día. Una sola aparición del presidente ruso Vladimir Putin en el Octavo Congreso del partido “Rusia Unida” bastó para poder echar un vistazo al futuro de Rusia, por lo menos en los próximos 10 años. Fueron dos días de reunión para la agrupación política fundada hace unos 8 años (1999) cuando todavía el presidente Boris Yeltsin y el entonces premier Putin necesitaban mayoría en la Duma para llevar adelante sus planes. Entonces, bajo el nombre de Unidad, agruparon a los llamados gubernamentalistas, que iban desde los líderes regionales hasta magnates de las grandes industrias para copar las urnas de sus votos. Lograron entonces un 23 por ciento y el Kremlin no perdía mucho el sueño con problemas en la Duma.
La agrupación se considera a sí misma centrista y tiene como logo un oso, el temible oso ruso, solo que en pose de avanzar, caminado hacia delante. Nada de risas, como la mascota de los juegos olímpicos de 1980 o agresivo como se ve en las caricaturas.
Dicen tener un millón 640 mil militantes. En Abril del 2001 se unificaron con Patria-Toda Rusia para formar Rusia Unida. El partido, aupado y financiado por el Kremlin, en las legislativas del 2003 alcanzó el 37 por ciento de los asientos en la Duma y con holgada mayoría logra pasar todas las iniciativas que son enviadas al parlamento desde la presidencia.
Ante la interrogante de hacia donde iría Putin, ya que la Constitución no le permite más de dos períodos consecutivos como mandatario, la respuesta es clara. Puede ser diputado a la Duma, dirigir la fracción mayoritaria o puede encabezar el gobierno. El plan fue expuesto en las 500 palabras de su discurso. Aunque no esta afiliado a ningún partido político, podría ser el primero en la lista del partido para entrar en la Duma. Las peticiones para que encabeze las filas electoras de Rusia Unida vinieron de académicos, empresarios, militares y un campeón olímpico parapléjico.
No pudo negarse Putin ante tal insistencia. Por más de 5 minutos estuvieron los correligionarios aplaudiendo a Putin, ovación cerrada y todos de pie. Como en los tiempos de la URSS cuando el Generalísimo entraba o abandonaba la sala. La línea del partido la llaman “Plan Putin” y lo consideran la llave para el desarrollo futuro de Rusia. Tanto en Washington como en Bruselas han pedido que las elecciones rusas sean libres, justas y democráticas, concientes de que será difícil cambiar el destino. Con el eufemismo de que son los rusos quienes decidirán su destino, ya la suerte está echada. Nadie duda que triunfará Rusia Unida y puede obtener más de 300 escaños, suficientes para la mayoría plena.
La elección a la presidencia de Víctor Zubkov sería el camino perfecto para mantenerse Putin con las riendas del poder en Rusia. En ese caso veríamos una presidencia rusa débil, con las características propias de la presidencia italiana, germana o israelí.
La incógnita futura es si volverá en el 2012 a ser el presidente ruso la figura central de la política nacional, pero los propios analistas rusos consideran que el poder, y siempre en aquellas tierras ha sido de esa manera, lo tiene una persona con nombre y apellido y no la institución. Vladimir Putin concentra en sus manos el poder, sea presidente, primer ministro y presidente de la Duma. Inclusive la mayoría de los rusos lo consideran más presidenciable ahora, a casi 8 años de su llegada al Kremlin que aquel lejano 31 de Diciembre de 1999. Su nivel de popularidad alcanza el 80 por ciento. La bolsa moscovita tuvo subida récord, los millones de rublos se alegraron y danzaron hacia arriba. Putin asegura el control estatal de los recursos claves, gas y petróleo y los usa como armas en política exterior. Al ruso promedio le agrada esa manera agresiva de comportarse con los vecinos.
Las imágenes publicadas por el Kremlin hace unas semanas de un Putin con el torso al aire, haciendo ejercicios, pescando, cabalgando, eran sin dudas, parte de una campaña publicitaria para que todos se acordaran que sigue en excelente forma física para continuar rigiendo, con mano firme, a Rusia.
El oscuro coronel del KGB devenido en el más colorido de todos los rusos, ha dado una lección de picardía política, enseñando a los Hugo Chávez y Evo Morales como se debe hacer trampas sin que te tilden a cada rato de mentiroso o tramposo. Sin enmendar la Constitución, sin llamar a Constituyente ni cerrando el Congreso, ha extendido Putin su mandato, cambiando solo de título, pero sin ceder el poder. Puede que desde la dirección de la Duma o el Ejecutivo logre extender, como ha dicho ya, el mandato presidencial a siete años, lo que para el 2012 le asegura una doble estancia en el Kremlin que se prolongaría hasta el 2024.

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