Las nacionalizaciones, como aquellas realizadas en Bolivia, preocupan mucho a los inversionistas españoles.
Foto: Archivo / EL TIEMPO
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El incidente entre el Rey de España y el presidente venezolano Hugo Chávez no es un hecho aislado para los inversionistas extranjeros.
La diatriba que lanzó Chávez en Santiago de Chile, donde acusó a Aznar y a las empresas españolas de apoyar el golpe de Estado del 2002, que provocó que el Rey lo mandara a callar, es solo una de las muchas que se han pronunciado en contra de la 'Madre Patria' últimamente.
De hecho, Chávez también se quejó por los constantes reclamos de los empresarios ibéricos a raíz de cambios en las 'reglas de juego'.
Algo más que palabras
Pero no se trata solo de declaraciones y discursos: el presidente ecuatoriano Rafael Correa subió del 50 al 99 por ciento el pago que las multinacionales petroleras que operan en su país deben cancelar al erario como consecuencia de las ganancias extras que están recibiendo por el alto precio del crudo.
Por su parte, el mandatario nicaragüense, Daniel Ortega, acusa a la multinacional española Unión Fenosa de ser la culpable de fallas en el suministro de energía en su país.
Mientras tanto, Bolivia decidió recuperar el control sobre sus hidrocarburos, en una acción que perjudicó los intereses de empresas como Repsol.
Por ahora, las compañías españolas han aguantado el chaparrón y han ratificado su vocación de permanencia en la región. Por ejemplo, José María Álvarez, director general para Latinoamérica de Telefónica, declaró: "No estamos preocupados por nuestra inversión en Venezuela. Es un gran mercado, y con unos márgenes muy buenos".
Y el Consejo Superior de Cámaras de Comercio de España ratificó el "permanente compromiso" de las empresas de ese país "con el desarrollo económico y social de todos los países iberoamericanos".
Nos usan como cabeza de turco
Pese a ello, un vocero de una empresa española declaró al diario mexicano Expansión que "en muchos casos, se está tomando a las empresas españolas como 'cabezas de turco', por problemas estructurales que son más responsabilidad de los países donde operan, que de las compañías que invierten en ellos".
Tras el incidente en Chile, el gremio de empresarios de Galicia admitió haber enfriado sus inversiones y relaciones comerciales con Venezuela y Nicaragua, por 'inestabilidad política y jurídica'.
Y según el diario Voz de Galicia, en la región hay dos categorías de países para los inversionistas: los afectos (Brasil, México, Chile, Colombia y Argentina) y los que no lo son (Nicaragua, Venezuela y Bolivia). Los primeros han hecho reformas que, según el gremio, garantizan la estabilidad jurídica, como es el caso de Colombia, que tiene en marcha un acuerdo bilateral con España para proteger las inversiones.
El presidente de la compañía española Repsol YPF, Antoni Brufau, descartó a la agencia Efe que el incidente de la cumbre vaya a tener impacto sobre las empresas españolas. Y tras calificar el encontronazo verbal de Chávez con el Rey de "pequeño contratiempo", enfatizó que la clave en América Latina es que "los Estados sean conscientes de la importancia del papel inversor de las empresas y que éstas también entiendan que han de jugar un rol en el desarrollo de esas economías".
Y es que hoy hay unas realidades económicas que no se pueden desconocer: los bancos españoles Bbva y Santander son de los mayores grupos financieros en la región; el 36 por ciento de los ingresos de Telefónica se genera en países como Brasil, Venezuela, Colombia, Chile y Perú; Repsol compró la petrolera argentina YPF y Endesa es el operador eléctrico privado más grande de Latinoamérica.
En Colombia, el economista y ex ministro de Estado Jorge Ospina opina que en vista de que algunos países de la región han cambiado las reglas de estabilidad jurídica para la inversión extranjera, se corre el riesgo de que en el largo plazo las inversiones se alejen.
Ospina recordó que si bien hoy hay países en la región con un alto superávit -debido al incremento de los precios de crudo y de algunas materias primas- y que estos ingresos extras "les permiten envalentonarse contra las multinacionales", lo cierto es que "tarde o temprano los ciclos económicos se devuelven y van a necesitar de esos capitales".
Telefónica crece un 38% en Colombia
La multinacional española presentó ayer en Madrid un balance de sus operaciones en Colombia (Telecom y Movistar), donde tiene 10,1 millones de clientes. En los primeros 9 meses del año registró ingresos por 1.138 millones de euros (unos 3,39 billones de pesos), lo que representa un crecimiento del 38 por ciento respecto del mismo período del 2006. En materia de utilidades antes de obligaciones (Ebitda) acumuló 328 millones de euros, que contrastan con los 195 millones obtenidos un año atrás.
La diatriba que lanzó Chávez en Santiago de Chile, donde acusó a Aznar y a las empresas españolas de apoyar el golpe de Estado del 2002, que provocó que el Rey lo mandara a callar, es solo una de las muchas que se han pronunciado en contra de la 'Madre Patria' últimamente.
De hecho, Chávez también se quejó por los constantes reclamos de los empresarios ibéricos a raíz de cambios en las 'reglas de juego'.
Algo más que palabras
Pero no se trata solo de declaraciones y discursos: el presidente ecuatoriano Rafael Correa subió del 50 al 99 por ciento el pago que las multinacionales petroleras que operan en su país deben cancelar al erario como consecuencia de las ganancias extras que están recibiendo por el alto precio del crudo.
Por su parte, el mandatario nicaragüense, Daniel Ortega, acusa a la multinacional española Unión Fenosa de ser la culpable de fallas en el suministro de energía en su país.
Mientras tanto, Bolivia decidió recuperar el control sobre sus hidrocarburos, en una acción que perjudicó los intereses de empresas como Repsol.
Por ahora, las compañías españolas han aguantado el chaparrón y han ratificado su vocación de permanencia en la región. Por ejemplo, José María Álvarez, director general para Latinoamérica de Telefónica, declaró: "No estamos preocupados por nuestra inversión en Venezuela. Es un gran mercado, y con unos márgenes muy buenos".
Y el Consejo Superior de Cámaras de Comercio de España ratificó el "permanente compromiso" de las empresas de ese país "con el desarrollo económico y social de todos los países iberoamericanos".
Nos usan como cabeza de turco
Pese a ello, un vocero de una empresa española declaró al diario mexicano Expansión que "en muchos casos, se está tomando a las empresas españolas como 'cabezas de turco', por problemas estructurales que son más responsabilidad de los países donde operan, que de las compañías que invierten en ellos".
Tras el incidente en Chile, el gremio de empresarios de Galicia admitió haber enfriado sus inversiones y relaciones comerciales con Venezuela y Nicaragua, por 'inestabilidad política y jurídica'.
Y según el diario Voz de Galicia, en la región hay dos categorías de países para los inversionistas: los afectos (Brasil, México, Chile, Colombia y Argentina) y los que no lo son (Nicaragua, Venezuela y Bolivia). Los primeros han hecho reformas que, según el gremio, garantizan la estabilidad jurídica, como es el caso de Colombia, que tiene en marcha un acuerdo bilateral con España para proteger las inversiones.
El presidente de la compañía española Repsol YPF, Antoni Brufau, descartó a la agencia Efe que el incidente de la cumbre vaya a tener impacto sobre las empresas españolas. Y tras calificar el encontronazo verbal de Chávez con el Rey de "pequeño contratiempo", enfatizó que la clave en América Latina es que "los Estados sean conscientes de la importancia del papel inversor de las empresas y que éstas también entiendan que han de jugar un rol en el desarrollo de esas economías".
Y es que hoy hay unas realidades económicas que no se pueden desconocer: los bancos españoles Bbva y Santander son de los mayores grupos financieros en la región; el 36 por ciento de los ingresos de Telefónica se genera en países como Brasil, Venezuela, Colombia, Chile y Perú; Repsol compró la petrolera argentina YPF y Endesa es el operador eléctrico privado más grande de Latinoamérica.
En Colombia, el economista y ex ministro de Estado Jorge Ospina opina que en vista de que algunos países de la región han cambiado las reglas de estabilidad jurídica para la inversión extranjera, se corre el riesgo de que en el largo plazo las inversiones se alejen.
Ospina recordó que si bien hoy hay países en la región con un alto superávit -debido al incremento de los precios de crudo y de algunas materias primas- y que estos ingresos extras "les permiten envalentonarse contra las multinacionales", lo cierto es que "tarde o temprano los ciclos económicos se devuelven y van a necesitar de esos capitales".
Telefónica crece un 38% en Colombia
La multinacional española presentó ayer en Madrid un balance de sus operaciones en Colombia (Telecom y Movistar), donde tiene 10,1 millones de clientes. En los primeros 9 meses del año registró ingresos por 1.138 millones de euros (unos 3,39 billones de pesos), lo que representa un crecimiento del 38 por ciento respecto del mismo período del 2006. En materia de utilidades antes de obligaciones (Ebitda) acumuló 328 millones de euros, que contrastan con los 195 millones obtenidos un año atrás.
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El Tiempo - Colombia/15/11/2007
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