Por Mario de Queiroz
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LISBOA (IPS) - Cada día que pasa, el intercambio entre Angola y Brasil aumenta a gran ritmo. Separados por el océano Atlántico, pero unidos por un idioma y la historia de siglos de colonialismo portugués, los dos países decidieron tomar el camino de la cooperación económica.
El inmenso Brasil, que con 188 millones de habitantes y 8,5 millones de kilómetros cuadrados de superficie por sí solo representa poco más de la mitad de América del Sur, parece decidido a ocupar el lugar del pequeño Portugal en el grupo de los Países Africanos de Lengua Oficial Portuguesa (Palop) en lo que a inversiones se refiere. En poco menos de cinco años de gobierno, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, viajó siete veces a África, superando con creces a sus antecesores democráticos José Sarney (1985-1990), Fernando Collor de Mello (1990-1992), Itamar Franco (1992-1995) y Fernando Henrique Cardoso (1995-2003). Sudáfrica y Nigeria son parte de las metas de Brasil en África, pero los Palop, el grupo de países formado por Angola, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Mozambique y Santo Tomé y Príncipe, se perfila como una de las grandes prioridades de la diplomacia política y económica brasileña. Angola, con 1,25 millones de kilómetros cuadrados de territorio y más de 13 millones de habitantes, es el segundo productor petrolero de África detrás de Nigeria. La destrucción de casi todos centros urbanos en la lucha para independizarse de Portugal (1961-1974) y posterior guerra civil (1975-2002), lo convierte en un vasto campo de oportunidades de negocios. El incremento de las relaciones de este país de África occidental con Brasil ya comenzaron a registrar un voluminoso crecimiento en 2000, durante el gobierno en el gigante sudamericano de Cardoso, pero es a partir del 1 de enero de 2003, cuando Lula ocupa su lugar, que las inversiones brasileñas suben como una flecha. La Asociación Brasileña de Empresarios y Ejecutivos en Angola (Aebran) indica que las relaciones comerciales entre los dos países crecieron seis veces desde 2002, en una dinámica que no para de crecer. En la actualidad, según la información proporcionada por Aebran y corroborada por el Banco do Brasil, Angola es el país que recibe el mayor financiamiento de exportación de este país de América del Sur. En un seminario realizado en septiembre, en ocasión de las celebraciones en Luanda de los 185 años desde que Brasil se independizó de Portugal, el ministro angoleño de Finanzas, José Pedro de Morais, informó que el volumen del financiamiento del país sudamericano a Angola fue en 2005 de 475 millones de dólares y que en 2006 había aumentado a 750 millones de dólares. En declaraciones al semanario luso-africano África 21, el periodista brasileño Raimundo Lima, portavoz de la Aebran, dijo que "Angola es el que más financiamiento recibe de Brasil, ya que más de la mitad de los recursos del Programa de Financiamiento a las Exportaciones (Proex), administrado por el Banco do Brasil, fue destinado el año pasado a la economía angoleña". En efecto, las exportaciones brasileñas para Angola pasaron de 520 millones de dólares en 2005 a 836 millones el año pasado, mientras que en los nueve primeros meses de este año crecieron 14 por ciento. Angola es el cuarto mercado de Brasil en África, según cifras de su cancillería, ubicándose sólo detrás de Sudáfrica, Nigeria y Egipto. Brasil exporta a Angola principalmente maquinarias, electrodomésticos, repuestos para automóviles, tractores, aparatos para telecomunicaciones, elementos destinados a la industria del petróleo y hasta gasolina refinada, debido a la falta de estas productoras de combustible. En contrapartida, Angola le vendió el año pasado a Brasil por un total de 460 millones de dólares, en su casi totalidad correspondientes al pago de la factura por petróleo crudo. La presencia empresarial brasileña en Angola también ha registrado un crecimiento porcentual similar al del incremento en el comercio entre los dos países, lo cual, según Aebran, vaticina un futuro promisorio. En el último lustro, el establecimiento de empresas brasileñas en Angola creció 70 por ciento, en su mayor parte dedicadas a las obras públicas, venta de materiales para la construcción civil, diseños, proyectos, inmobiliarias y alimentos. Los sudamericanos que hablan portugués comienzan a aparecer con fuerza en un país que, a pesar de todos los lazos históricos y lingüísticos, les era prácticamente desconocido hasta hace poco más de una década. Los cinco 1.000 brasileños registrados en Angola, trabajan en varias actividades, muy especialmente en empresas de construcción, minería e industrias agropecuarias, no sólo en la capital Luanda, sino en las provincias de Cabinda, Lunda do Norte y Malanje. Tras años de una presencia muy limitada de técnicos y profesionales brasileños en los países Palop, campo ocupado mayoritariamente por portugueses, los sudamericanos no llegan a sustituir a los ex colonizadores, pero sí a reforzarles, "una actitud muy bienvenida" por Lisboa, según el vicecanciller luso João Gomes Cravinho. "Portugal ve con enorme satisfacción el entusiasmo de Brasil por África, demostrado varias veces por Lula, que hace algunas semanas realizó su séptima visita en su condición de jefe de Estado a ese continente", dijo a IPS Gomes Cravinho, que en su calidad de numero dos de la diplomacia lusitana ocupa el cargo de secretario de Estado para la Cooperación. Esta actitud del mandatario brasileño "es extraordinaria, si se toma en cuenta que él asumió hace sólo cinco años", añadió. Para Portugal, esta escuela de pensamiento impulsada por Lula hacia África, un continente frecuentemente ignorado y postergado por la comunidad internacional, "es motivo de regocijo, porque vemos a Brasil, que nos es especialmente cercano y querido, aproximarse a un continente que está en el centro de nuestras preocupaciones en materia de política exterior". Otro hecho que Gomes Cravinho destacó en su diálogo con IPS fue "el gran entusiasmo de la política exterior brasileña respecto de la CPLP" (Comunidad de Países de Lengua Portuguesa). La CPLP, una iniciativa del recientemente fallecido ex ministro de Cultura de Brasil, José Aparecido de Oliveira, está formada por los Palop, Brasil y Timor Oriental y tiene como observadores las ex colonias portuguesas de Guinea Ecuatorial. ¿Portugal no siente que sus intereses e influencia en África están siendo amenazados por Brasil?, reiteró IPS. "No hay ninguna sensación de competencia con Brasil, sino muy por el contrario, lo que nosotros vemos es precisamente lo opuesto: oportunidades que están apareciendo en los países de lengua portuguesa y en particular creemos que es necesario explorar esas oportunidades a través de la CPLP", concluyó Gomes Cravinho
LISBOA (IPS) - Cada día que pasa, el intercambio entre Angola y Brasil aumenta a gran ritmo. Separados por el océano Atlántico, pero unidos por un idioma y la historia de siglos de colonialismo portugués, los dos países decidieron tomar el camino de la cooperación económica.
El inmenso Brasil, que con 188 millones de habitantes y 8,5 millones de kilómetros cuadrados de superficie por sí solo representa poco más de la mitad de América del Sur, parece decidido a ocupar el lugar del pequeño Portugal en el grupo de los Países Africanos de Lengua Oficial Portuguesa (Palop) en lo que a inversiones se refiere. En poco menos de cinco años de gobierno, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, viajó siete veces a África, superando con creces a sus antecesores democráticos José Sarney (1985-1990), Fernando Collor de Mello (1990-1992), Itamar Franco (1992-1995) y Fernando Henrique Cardoso (1995-2003). Sudáfrica y Nigeria son parte de las metas de Brasil en África, pero los Palop, el grupo de países formado por Angola, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Mozambique y Santo Tomé y Príncipe, se perfila como una de las grandes prioridades de la diplomacia política y económica brasileña. Angola, con 1,25 millones de kilómetros cuadrados de territorio y más de 13 millones de habitantes, es el segundo productor petrolero de África detrás de Nigeria. La destrucción de casi todos centros urbanos en la lucha para independizarse de Portugal (1961-1974) y posterior guerra civil (1975-2002), lo convierte en un vasto campo de oportunidades de negocios. El incremento de las relaciones de este país de África occidental con Brasil ya comenzaron a registrar un voluminoso crecimiento en 2000, durante el gobierno en el gigante sudamericano de Cardoso, pero es a partir del 1 de enero de 2003, cuando Lula ocupa su lugar, que las inversiones brasileñas suben como una flecha. La Asociación Brasileña de Empresarios y Ejecutivos en Angola (Aebran) indica que las relaciones comerciales entre los dos países crecieron seis veces desde 2002, en una dinámica que no para de crecer. En la actualidad, según la información proporcionada por Aebran y corroborada por el Banco do Brasil, Angola es el país que recibe el mayor financiamiento de exportación de este país de América del Sur. En un seminario realizado en septiembre, en ocasión de las celebraciones en Luanda de los 185 años desde que Brasil se independizó de Portugal, el ministro angoleño de Finanzas, José Pedro de Morais, informó que el volumen del financiamiento del país sudamericano a Angola fue en 2005 de 475 millones de dólares y que en 2006 había aumentado a 750 millones de dólares. En declaraciones al semanario luso-africano África 21, el periodista brasileño Raimundo Lima, portavoz de la Aebran, dijo que "Angola es el que más financiamiento recibe de Brasil, ya que más de la mitad de los recursos del Programa de Financiamiento a las Exportaciones (Proex), administrado por el Banco do Brasil, fue destinado el año pasado a la economía angoleña". En efecto, las exportaciones brasileñas para Angola pasaron de 520 millones de dólares en 2005 a 836 millones el año pasado, mientras que en los nueve primeros meses de este año crecieron 14 por ciento. Angola es el cuarto mercado de Brasil en África, según cifras de su cancillería, ubicándose sólo detrás de Sudáfrica, Nigeria y Egipto. Brasil exporta a Angola principalmente maquinarias, electrodomésticos, repuestos para automóviles, tractores, aparatos para telecomunicaciones, elementos destinados a la industria del petróleo y hasta gasolina refinada, debido a la falta de estas productoras de combustible. En contrapartida, Angola le vendió el año pasado a Brasil por un total de 460 millones de dólares, en su casi totalidad correspondientes al pago de la factura por petróleo crudo. La presencia empresarial brasileña en Angola también ha registrado un crecimiento porcentual similar al del incremento en el comercio entre los dos países, lo cual, según Aebran, vaticina un futuro promisorio. En el último lustro, el establecimiento de empresas brasileñas en Angola creció 70 por ciento, en su mayor parte dedicadas a las obras públicas, venta de materiales para la construcción civil, diseños, proyectos, inmobiliarias y alimentos. Los sudamericanos que hablan portugués comienzan a aparecer con fuerza en un país que, a pesar de todos los lazos históricos y lingüísticos, les era prácticamente desconocido hasta hace poco más de una década. Los cinco 1.000 brasileños registrados en Angola, trabajan en varias actividades, muy especialmente en empresas de construcción, minería e industrias agropecuarias, no sólo en la capital Luanda, sino en las provincias de Cabinda, Lunda do Norte y Malanje. Tras años de una presencia muy limitada de técnicos y profesionales brasileños en los países Palop, campo ocupado mayoritariamente por portugueses, los sudamericanos no llegan a sustituir a los ex colonizadores, pero sí a reforzarles, "una actitud muy bienvenida" por Lisboa, según el vicecanciller luso João Gomes Cravinho. "Portugal ve con enorme satisfacción el entusiasmo de Brasil por África, demostrado varias veces por Lula, que hace algunas semanas realizó su séptima visita en su condición de jefe de Estado a ese continente", dijo a IPS Gomes Cravinho, que en su calidad de numero dos de la diplomacia lusitana ocupa el cargo de secretario de Estado para la Cooperación. Esta actitud del mandatario brasileño "es extraordinaria, si se toma en cuenta que él asumió hace sólo cinco años", añadió. Para Portugal, esta escuela de pensamiento impulsada por Lula hacia África, un continente frecuentemente ignorado y postergado por la comunidad internacional, "es motivo de regocijo, porque vemos a Brasil, que nos es especialmente cercano y querido, aproximarse a un continente que está en el centro de nuestras preocupaciones en materia de política exterior". Otro hecho que Gomes Cravinho destacó en su diálogo con IPS fue "el gran entusiasmo de la política exterior brasileña respecto de la CPLP" (Comunidad de Países de Lengua Portuguesa). La CPLP, una iniciativa del recientemente fallecido ex ministro de Cultura de Brasil, José Aparecido de Oliveira, está formada por los Palop, Brasil y Timor Oriental y tiene como observadores las ex colonias portuguesas de Guinea Ecuatorial. ¿Portugal no siente que sus intereses e influencia en África están siendo amenazados por Brasil?, reiteró IPS. "No hay ninguna sensación de competencia con Brasil, sino muy por el contrario, lo que nosotros vemos es precisamente lo opuesto: oportunidades que están apareciendo en los países de lengua portuguesa y en particular creemos que es necesario explorar esas oportunidades a través de la CPLP", concluyó Gomes Cravinho
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IPS Noticias - Uruguay/13/11/2007
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