Un ejemplo del crecimiento . El consorcio aeronáutico brasileño ha apuntalado su liderazgo en la fabricación de aeronaves pequeñas. Foto:AP
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El gigante es la décima economía mundial y puede sumarse al club de 30 países más avanzados. Y posee una megarreserva de petróleo.
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La Nación, Argentina, GDA - Brasil es el país de América Latina que recibió más inversión extranjera directa el año pasado
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La Nación, Argentina, GDA - Brasil es el país de América Latina que recibió más inversión extranjera directa el año pasado
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"137 mil millones de dólares es el monto de las exportaciones brasileñas."
"137 mil millones de dólares es el monto de las exportaciones brasileñas."
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Sus reservas crecen, bate récords en exportaciones, baja el riesgo país. La estabilidad de las políticas públicas aparece en la lista de virtudes casi tanto como la famosa alegría brasileña.
Será la sede del Mundial de Fútbol en el 2014 y, por si les faltaba algo, acaban de descubrir una megarreserva de oro negro que pudiera posicionarlo como una potencia petrolera. Pero no es el paraíso. Tiene aún hondas desigualdades y signos de pregunta sin respuestas. Sin embargo, todo indica que Brasil no hace más que avanzar en la carrera por lograr el reconocimiento mundial.
La sigla creada por un economista de Goldman Sachs, que identifica a los países emergentes atractivos para recibir inversiones, arranca con la B de Brasil.
Los integrantes del selecto BRIC (Brasil, Rusia, India y China) tienen ciertas características en común: una enorme población , un gran territorio, recursos naturales y cifras de crecimiento de su economía y de participación en el comercio mundial elevadas.
Con Brasil bastan unas pocas constataciones. Una, es la décima economía mundial. Dos, tiene más de 200 millones de cabezas de ganado, mientras Argentina sigue anclada en los 60 millones de los setenta. Tres, el 40% del mercado de las carnes en el mundo es manejado por empresas brasileñas.
Cuatro, es la octava bolsa mundial por volumen, que en los últimos cinco años creció 1600 % y que en el primer semestre del 2007 alcanzó el 10% de las emisiones de acciones a nivel global.
Cinco, sus exportaciones ascienden a USD 137 000 millones, más del doble que hace cuatro años. Seis, en los cuarenta, todo el PBI de América Latina sumado, incluido el de Brasil, era igual al de la Argentina; hoy el de Brasil es cuatro veces más grande que el argentino.
Seis, pudiera lograr en el 2008 el ‘investment grade’, la calificación de las principales evaluadoras de riesgo del mundo y que establece que no hay obstáculo alguno para las inversiones.
Siete, puede también sumarse como socio en la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que reúne a los 30 países más avanzados.
Todo indica que, en esta suerte de milagro brasileño (opacado, es cierto, por indicadores sociales que quitan brillo al notable desempeño económico), la puerta al éxito tiene tres P: Políticas de Estado, Perseverancia y Paciencia.
Las tres P guiaron los pasos de dirigentes políticos tan opuestos como Fernando H. Cardoso y Lula da Silva, en un camino que terminó llevando a Brasil a jugar en la primera categoría de países.
Brasil no solo es el interlocutor latinoamericano que eligen las potencias mundiales y que puede alcanzar un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU.
“Brasil es el resultado de un largo esfuerzo, de políticas públicas firmes y continuas, y de mucha perseverancia y paciencia”, explica Raúl Ochoa, miembro del Consejo Académico y docente de la Fundación Standard Bank, y profesor de la Universidad Nacional de Tres de Febrero.
Estabilidad en las reglas, aplicación de las famosas políticas de Estado en sectores claves. A eso atribuye Ochoa buena parte del ‘boom’ brasileño. También al diálogo fluido entre el sector privado y el público. “En la Argentina, las élites carecen de visión de futuro. En Brasil hay mucho debate intelectual, se discute el futuro”, dice.
El desarrollo del ‘agrobusiness’ es un buen ejemplo, agrega Ochoa. “Desarrollaron los complejos cárnicos, de soja y azúcar-alcohol para elaborar bioetanol; son los primeros exportadores mundiales de pollo”. La economía también dio muestra de solidez: Brasil nunca cayó en ‘default’ (cese de pagos de la deuda).
Para el subsecretario de Integración Económica Americana y Mercosur de la Cancillería argentina, Eduardo Sigal, “180 millones de habitantes y USD 130 000 millones de exportaciones son motivos suficientes” para que Brasil ocupe el sitio de liderazgo regional que tiene.
Sin embargo, aclaró: “Más allá de la enorme riqueza natural, tienen una visión estratégica de inversiones que sus dirigentes supieron aprovechar. Tuvieron crisis similares a las nuestras pero administraron los ciclos de modos diferentes: los militares y la burguesía brasileña fueron distintos”.
Felipe de la Balze, secretario general del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales y docente de Flacso y de la Universidad Torcuato Di Tella, fue el que ofreció una visión más escéptica.
Destacó varios puntos del éxito actual: la gran cintura política del presidente Lula y la sagacidad con que se mueven en el ámbito internacional, aprovechar el ‘boom’ de los ‘commodities’ (materias primas) y, en especial, el hecho de forjar y guiarse por un proyecto nacional.
También destaca una mejor organización estatal: “En el Directorio de Petrobras, por ejemplo, hay 12 presidentes de carrera y tres políticos. Así han gestionado muchas áreas clave”. Pero advirtió que es preciso tener precaución. “Hace 15 años todos decían que Chile era el modelo perfecto, ya no lo es...”.
Sus reservas crecen, bate récords en exportaciones, baja el riesgo país. La estabilidad de las políticas públicas aparece en la lista de virtudes casi tanto como la famosa alegría brasileña.
Será la sede del Mundial de Fútbol en el 2014 y, por si les faltaba algo, acaban de descubrir una megarreserva de oro negro que pudiera posicionarlo como una potencia petrolera. Pero no es el paraíso. Tiene aún hondas desigualdades y signos de pregunta sin respuestas. Sin embargo, todo indica que Brasil no hace más que avanzar en la carrera por lograr el reconocimiento mundial.
La sigla creada por un economista de Goldman Sachs, que identifica a los países emergentes atractivos para recibir inversiones, arranca con la B de Brasil.
Los integrantes del selecto BRIC (Brasil, Rusia, India y China) tienen ciertas características en común: una enorme población , un gran territorio, recursos naturales y cifras de crecimiento de su economía y de participación en el comercio mundial elevadas.
Con Brasil bastan unas pocas constataciones. Una, es la décima economía mundial. Dos, tiene más de 200 millones de cabezas de ganado, mientras Argentina sigue anclada en los 60 millones de los setenta. Tres, el 40% del mercado de las carnes en el mundo es manejado por empresas brasileñas.
Cuatro, es la octava bolsa mundial por volumen, que en los últimos cinco años creció 1600 % y que en el primer semestre del 2007 alcanzó el 10% de las emisiones de acciones a nivel global.
Cinco, sus exportaciones ascienden a USD 137 000 millones, más del doble que hace cuatro años. Seis, en los cuarenta, todo el PBI de América Latina sumado, incluido el de Brasil, era igual al de la Argentina; hoy el de Brasil es cuatro veces más grande que el argentino.
Seis, pudiera lograr en el 2008 el ‘investment grade’, la calificación de las principales evaluadoras de riesgo del mundo y que establece que no hay obstáculo alguno para las inversiones.
Siete, puede también sumarse como socio en la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que reúne a los 30 países más avanzados.
Todo indica que, en esta suerte de milagro brasileño (opacado, es cierto, por indicadores sociales que quitan brillo al notable desempeño económico), la puerta al éxito tiene tres P: Políticas de Estado, Perseverancia y Paciencia.
Las tres P guiaron los pasos de dirigentes políticos tan opuestos como Fernando H. Cardoso y Lula da Silva, en un camino que terminó llevando a Brasil a jugar en la primera categoría de países.
Brasil no solo es el interlocutor latinoamericano que eligen las potencias mundiales y que puede alcanzar un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU.
“Brasil es el resultado de un largo esfuerzo, de políticas públicas firmes y continuas, y de mucha perseverancia y paciencia”, explica Raúl Ochoa, miembro del Consejo Académico y docente de la Fundación Standard Bank, y profesor de la Universidad Nacional de Tres de Febrero.
Estabilidad en las reglas, aplicación de las famosas políticas de Estado en sectores claves. A eso atribuye Ochoa buena parte del ‘boom’ brasileño. También al diálogo fluido entre el sector privado y el público. “En la Argentina, las élites carecen de visión de futuro. En Brasil hay mucho debate intelectual, se discute el futuro”, dice.
El desarrollo del ‘agrobusiness’ es un buen ejemplo, agrega Ochoa. “Desarrollaron los complejos cárnicos, de soja y azúcar-alcohol para elaborar bioetanol; son los primeros exportadores mundiales de pollo”. La economía también dio muestra de solidez: Brasil nunca cayó en ‘default’ (cese de pagos de la deuda).
Para el subsecretario de Integración Económica Americana y Mercosur de la Cancillería argentina, Eduardo Sigal, “180 millones de habitantes y USD 130 000 millones de exportaciones son motivos suficientes” para que Brasil ocupe el sitio de liderazgo regional que tiene.
Sin embargo, aclaró: “Más allá de la enorme riqueza natural, tienen una visión estratégica de inversiones que sus dirigentes supieron aprovechar. Tuvieron crisis similares a las nuestras pero administraron los ciclos de modos diferentes: los militares y la burguesía brasileña fueron distintos”.
Felipe de la Balze, secretario general del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales y docente de Flacso y de la Universidad Torcuato Di Tella, fue el que ofreció una visión más escéptica.
Destacó varios puntos del éxito actual: la gran cintura política del presidente Lula y la sagacidad con que se mueven en el ámbito internacional, aprovechar el ‘boom’ de los ‘commodities’ (materias primas) y, en especial, el hecho de forjar y guiarse por un proyecto nacional.
También destaca una mejor organización estatal: “En el Directorio de Petrobras, por ejemplo, hay 12 presidentes de carrera y tres políticos. Así han gestionado muchas áreas clave”. Pero advirtió que es preciso tener precaución. “Hace 15 años todos decían que Chile era el modelo perfecto, ya no lo es...”.
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Embraer despega
Embraer es un ejemplo del empuje del gigante sudamericano. El fabricante aeronáutico brasileño es el líder en la rama de los aviones pequeños. Y anunció la entrega de 215 aeronaves en el 2008, lo cual prevé el crecimiento de sus entregas en un 170% para los próximos tres años.
Embraer, en su página de Internet, comunicó que en el 2008 deberán ser entregados entre 195 y 200 aviones de las líneas comercial, ejecutiva y defensa, además de entre 10 y 15 jets Phenom 100.
Para el 2009, las proyecciones del fabricante son entregar también entre 195 y 200 aviones comerciales, ejecutivos y de defensa y entre 120 y 150 jets Phenom 100 y Phenom 300.
La compañía busca consolidarse en el liderazgo de fabricación de pequeñas naves y aprovechar la demanda de la aviación comercial entre el 2008 y 2027, que puede generar un pedido de 7 450 aviones con capacidad para transportar entre 30 y 120 personas.
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Embraer es un ejemplo del empuje del gigante sudamericano. El fabricante aeronáutico brasileño es el líder en la rama de los aviones pequeños. Y anunció la entrega de 215 aeronaves en el 2008, lo cual prevé el crecimiento de sus entregas en un 170% para los próximos tres años.
Embraer, en su página de Internet, comunicó que en el 2008 deberán ser entregados entre 195 y 200 aviones de las líneas comercial, ejecutiva y defensa, además de entre 10 y 15 jets Phenom 100.
Para el 2009, las proyecciones del fabricante son entregar también entre 195 y 200 aviones comerciales, ejecutivos y de defensa y entre 120 y 150 jets Phenom 100 y Phenom 300.
La compañía busca consolidarse en el liderazgo de fabricación de pequeñas naves y aprovechar la demanda de la aviación comercial entre el 2008 y 2027, que puede generar un pedido de 7 450 aviones con capacidad para transportar entre 30 y 120 personas.
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Un mar de crudo en el Atlántico
Al generoso panorama que a primera vista ofrece la realidad brasileña se sumó en los últimos días un impactante anuncio de la estatal Petrobras. El descubrimiento en aguas del océano Atlántico de un enorme yacimiento de petróleo y gas natural que aumentará en un 50 % las reservas de hidrocarburos del país.
El impacto económico que puede tener esa perspectiva petrolera es solo comparable con su probable impacto geopolítico. Para Bernardo Kosacoff, director de la Oficina de Buenos Aires de la Comisión Económica para América latina y el Caribe (Cepal), se trata de una noticia espectacular para la Argentina.
¿Por qué para la Argentina? Porque Kosacoff apunta que el comercio con Brasil depende de su buena actividad y, teniendo más oferta energética propia, requerirán menos de Bolivia, país que abastece al mercado argentino.
En la cuestión del petróleo, Kosacoff hace un elogio de las políticas de Estado brasileñas. “Tenían en claro que querían lograr el autoabastecimiento energético”.
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Al generoso panorama que a primera vista ofrece la realidad brasileña se sumó en los últimos días un impactante anuncio de la estatal Petrobras. El descubrimiento en aguas del océano Atlántico de un enorme yacimiento de petróleo y gas natural que aumentará en un 50 % las reservas de hidrocarburos del país.
El impacto económico que puede tener esa perspectiva petrolera es solo comparable con su probable impacto geopolítico. Para Bernardo Kosacoff, director de la Oficina de Buenos Aires de la Comisión Económica para América latina y el Caribe (Cepal), se trata de una noticia espectacular para la Argentina.
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El Comercio - Ecuador/25/11/2007
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