Análisis: Expertos aseguran que la potencia mundial abandonó la política del ahorro
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Johana Villalobos
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En la economía estadounidense gasta más de lo que recibe vía ingresos. En los últimos años, los niveles de gasto se han concentrado en la guerra en Irak y en la seguridad interna por causa de la lucha contra el terrorismo. En Latinoamérica, el más afectado es México, el resto de las economías se han fortalecido ante el dólar.
El dólar, que por más de sesenta años ha liderado en los mercados internacionales como la moneda más fuerte del mundo, podría estar cerca de su ocaso y perder el estatus que lo ha consolidado como referencia cambiaria de muchos países.
Los desbalances de la economía estadounidense justifican, en buena medida, la depreciación que experimenta la moneda verde desde mediados de los años noventa.
Esta crisis que se ha agravado en las últimos meses, ha hecho que el dólar ceda su valor con respecto a las otras monedas del mundo, en especial con el euro (moneda europea), que alcanzó, hasta el viernes, la cifra histórica de 1,50 dólares.
Las razones de este fenómeno obedecen, principalmente, al déficit que presenta el país en su balanza comercial, así lo aseguró la economista Ada Quesada, quien agregó que EE UU importa (compras) más bienes y servicios de lo que registran sus exportaciones (ventas).
La economista aseguró que el desbalance en la cuenta corriente, también es consecuencia directa del abultado déficit fiscal que arrastra el país, “la economía estadounidense gasta más de lo que recibe por ingresos”.
“En los últimos años, los niveles de gasto se han concentrado en la guerra en Irak y en la seguridad interna por causa de la lucha contra el terrorismo”, afirmó Quesada.
Un dólar débil tiende a castigar a los exportadores europeos y a los importadores estadounidenses, pero favorece a quienes importan productos en Europa y a, quienes exportan desde los EE UU, explicó la experta.
Efectos
“El impacto de la caída del dólar es variado”, señaló el economista y director general de la firma mexicana consultores especializados, Salvador Kalifa, quien agregó que EE UU abandonó su política del ahorro.
“Este fenómeno es reflejo del desequilibrio del ahorro y de la inversión interna, ese país en los últimos años, prácticamente, no ha ahorrado, eso ha conducido a un déficit notorio de sus cuentas externas”, dijo.
Pero esa situación no es sostenible en el tiempo, por ello se entiende que la depreciación del dólar supone efectos en todos los entornos económicos.
Kalifa asegura que Europa se verá afectada por este depreciación por perder competitividad en sus exportaciones; por otra parte, el petróleo resulta más barato para los europeos, ya que el barril de crudo se cotiza en la moneda norteamericana.
Con respecto a los países de Latinoamérica, Kalifa afirma que hay dos diferencias, “una cosa es México y otras cosa es Latinoamérica, nuestro comercio con los Estados Unidos llega casi a un 80% de las exportaciones, el grueso son manufacturas, el petróleo constituye el 12% de las exportaciones. Por lo que si EE UU atraviesa una situación económica difícil, también lo vamos a padecer nosotros”, dijo.
El resto de América Latina tiene una dependencia mucho menor con los EE UU, aseguró, por su parte, el y profesor de la Universidad de Chile, Franco Parisi.
“Las economías de la región se han fortalecido, han bajado considerablemente sus índices de inflación y sus reservas internacionales están cotizadas en otras especies monetarias diferentes al dólar”, dijo.
El analista argumentó que muchos de los países latinos, como Brasil, Chile, e incluso, Argentina, exportan buena parte de sus productos a los países asiáticos, en vez de dirigir sus rubros a los mercados de Estados Unidos. Por tal razón, no se verán tan afectados, señaló.
Turbulencias
Los efectos generados por la reducción de las tasas de interés, por parte de la Reserva Federal (FED), —Banco Central de los Estados Unidos —, para la analista Marina Lugo, representan un problema tanto para la estabilidad de los mercados financieros como de los bursátiles, al tiempo que repercute en la deuda externa que mantienen los países en vía de desarrollo.
“Esta situación hace que los instrumentos financieros en dólares luzcan, relativamente, menos atractivos frente a otras alternativas de colocación para inversores”, dijo.
La experta señaló que la mayoría de los activos de la economía norteamericana, llámense bonos, acciones y fondos mutuales, están en manos de inversionistas extranjeros, principalmente asiáticos.
Lugo profundizó en el análisis y aseguró que la administración Bush no ha cambiado su política económica para solventar la caída del dólar, tal vez por que, de esa manera, se esté valiendo de una estrategia económica para volver más competitivos (baratos) sus productos en el exterior, y así financiar su déficit comercial.
Sin embargo, esta estrategia puede tornarse muy negativa en el mediano y largo plazo, cuando las exportaciones europeas signifiquen un menor crecimiento de estas economías.
Para los EE UU, una caída rápida de su moneda puede provocar pánicos financieros y recesión económica, mientras que en el largo plazo, puede llegar a generar inflación y el alza de los tipos de interés.
Por ello, varias naciones han manifestado su intención de basar sus indicadores cambiarios, e inclusive la cotización del crudo, a otra especies monetaria diferentes al dólar.
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Johana Villalobos
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En la economía estadounidense gasta más de lo que recibe vía ingresos. En los últimos años, los niveles de gasto se han concentrado en la guerra en Irak y en la seguridad interna por causa de la lucha contra el terrorismo. En Latinoamérica, el más afectado es México, el resto de las economías se han fortalecido ante el dólar.
El dólar, que por más de sesenta años ha liderado en los mercados internacionales como la moneda más fuerte del mundo, podría estar cerca de su ocaso y perder el estatus que lo ha consolidado como referencia cambiaria de muchos países.
Los desbalances de la economía estadounidense justifican, en buena medida, la depreciación que experimenta la moneda verde desde mediados de los años noventa.
Esta crisis que se ha agravado en las últimos meses, ha hecho que el dólar ceda su valor con respecto a las otras monedas del mundo, en especial con el euro (moneda europea), que alcanzó, hasta el viernes, la cifra histórica de 1,50 dólares.
Las razones de este fenómeno obedecen, principalmente, al déficit que presenta el país en su balanza comercial, así lo aseguró la economista Ada Quesada, quien agregó que EE UU importa (compras) más bienes y servicios de lo que registran sus exportaciones (ventas).
La economista aseguró que el desbalance en la cuenta corriente, también es consecuencia directa del abultado déficit fiscal que arrastra el país, “la economía estadounidense gasta más de lo que recibe por ingresos”.
“En los últimos años, los niveles de gasto se han concentrado en la guerra en Irak y en la seguridad interna por causa de la lucha contra el terrorismo”, afirmó Quesada.
Un dólar débil tiende a castigar a los exportadores europeos y a los importadores estadounidenses, pero favorece a quienes importan productos en Europa y a, quienes exportan desde los EE UU, explicó la experta.
Efectos
“El impacto de la caída del dólar es variado”, señaló el economista y director general de la firma mexicana consultores especializados, Salvador Kalifa, quien agregó que EE UU abandonó su política del ahorro.
“Este fenómeno es reflejo del desequilibrio del ahorro y de la inversión interna, ese país en los últimos años, prácticamente, no ha ahorrado, eso ha conducido a un déficit notorio de sus cuentas externas”, dijo.
Pero esa situación no es sostenible en el tiempo, por ello se entiende que la depreciación del dólar supone efectos en todos los entornos económicos.
Kalifa asegura que Europa se verá afectada por este depreciación por perder competitividad en sus exportaciones; por otra parte, el petróleo resulta más barato para los europeos, ya que el barril de crudo se cotiza en la moneda norteamericana.
Con respecto a los países de Latinoamérica, Kalifa afirma que hay dos diferencias, “una cosa es México y otras cosa es Latinoamérica, nuestro comercio con los Estados Unidos llega casi a un 80% de las exportaciones, el grueso son manufacturas, el petróleo constituye el 12% de las exportaciones. Por lo que si EE UU atraviesa una situación económica difícil, también lo vamos a padecer nosotros”, dijo.
El resto de América Latina tiene una dependencia mucho menor con los EE UU, aseguró, por su parte, el y profesor de la Universidad de Chile, Franco Parisi.
“Las economías de la región se han fortalecido, han bajado considerablemente sus índices de inflación y sus reservas internacionales están cotizadas en otras especies monetarias diferentes al dólar”, dijo.
El analista argumentó que muchos de los países latinos, como Brasil, Chile, e incluso, Argentina, exportan buena parte de sus productos a los países asiáticos, en vez de dirigir sus rubros a los mercados de Estados Unidos. Por tal razón, no se verán tan afectados, señaló.
Turbulencias
Los efectos generados por la reducción de las tasas de interés, por parte de la Reserva Federal (FED), —Banco Central de los Estados Unidos —, para la analista Marina Lugo, representan un problema tanto para la estabilidad de los mercados financieros como de los bursátiles, al tiempo que repercute en la deuda externa que mantienen los países en vía de desarrollo.
“Esta situación hace que los instrumentos financieros en dólares luzcan, relativamente, menos atractivos frente a otras alternativas de colocación para inversores”, dijo.
La experta señaló que la mayoría de los activos de la economía norteamericana, llámense bonos, acciones y fondos mutuales, están en manos de inversionistas extranjeros, principalmente asiáticos.
Lugo profundizó en el análisis y aseguró que la administración Bush no ha cambiado su política económica para solventar la caída del dólar, tal vez por que, de esa manera, se esté valiendo de una estrategia económica para volver más competitivos (baratos) sus productos en el exterior, y así financiar su déficit comercial.
Sin embargo, esta estrategia puede tornarse muy negativa en el mediano y largo plazo, cuando las exportaciones europeas signifiquen un menor crecimiento de estas economías.
Para los EE UU, una caída rápida de su moneda puede provocar pánicos financieros y recesión económica, mientras que en el largo plazo, puede llegar a generar inflación y el alza de los tipos de interés.
Por ello, varias naciones han manifestado su intención de basar sus indicadores cambiarios, e inclusive la cotización del crudo, a otra especies monetaria diferentes al dólar.
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Panorama Digital - Venezuela/25/11/2007
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